jueves, 18 de septiembre de 2014

(Cap.2) Asturias-Cabo Gata-Asturias,4100 km en moto.

SEPTIMO DÍA
Jueves 21 de agosto



Apenas entra un poco de claridad a través de las gruesas cortinas a pesar de ser las 8 de la mañana. En la calle se oye, no se, se oye como lluvia, no puede ser.
Me asomo a la calle y ¡¡ sorpresa !! esta lloviendo en tromba, una tormenta espectacular y la calle más que encharcada esta medio inundada.



Que se le va a hacer, tenemos mucha suerte, al menos nos pilla dentro de un hotel y no en carretera. Me quedo en "stanby" no se que ficha mover.
Bueno, de momento desayunaremos en espera de que escampe para huir rápidamente más al sur y tratar escapar de la tormenta.
No estamos acostumbrados a esta latitud de España y aquí las cosas son diferente al norte, a Asturias.


 En el tiempo que desayunamos ya dejó de llover e incluso la calle casi está seca, en mi tierra , como decía es diferente, cuando empieza puede pasarse varios días sin dejar de llover y aquí en el sur sorprendentemente ya terminó y luce el sol radiante.



Visto lo visto continuamos con los planes previstos. Dejamos el hotel y tras un buen rato de callejear sobre la moto subimos al castillo-santuario que vemos en lo alto de la montaña de los Zorros.



Desde el aparcamiento a buena altura disfrutamos de una panorámica de todo el litoral de Cullera, de la desembocadura del Jucar y de muchas millas mar adentro.


Las vistas son una pasada desde aquí arriba, siempre merece la pena subir a estos castillos por las vistas, aunque por supuesto, mejor si podemos llegar motorizados.


Aún queda un tramo largo de escaleras hasta llegar a las puertas del castillo pero entro yo solo, pues Carol ya se harta de ver piedras viejas así que se sienta a la sombra y me espera afuera.


Castillo y murallas de Cullera, se construyó en el siglo X en época califal.
 3 € la visita y en poco más de 15 minutos ya lo tengo visto. No es mucho lo que tiene el castillito, es pequeño y no me apetece sentarme a ver los documentales en bucle que dan en las pantallitas informativas.


Así que salgo por donde entré.


No las tengo todas conmigo y miro las nubes tormentosas que se amontonan al sur que es justo hacia donde vamos, no me dan buena espina y el calor a las 12 del mediodía ya es para morir. Mala combinación nubes y calor bochornoso.


Dejamos Cullera definitivamente, costeando hasta llegar a Oliva y giramos hacia el oeste por una comarcal muy motera, guapa, revirada y con un paisaje rocoso, verde con abundancia de cultivo de cerezos.



Pero a mitad de camino entre Oliva y Ontinyent, en un pueblito llamado La Carroja no nos resistimos a parar en un restaurante que vemos al paso.


En realidad nos paró el hambre, es la hora de almorzar.
Restaurante La Cueva, un sitio diferente y realmente chulo. 33 € por una buenísima comida a la carta.  La mitad del edificio está escavado en la roca, osea una especie de cueva y se está sumamente fresquito, que agustito.



Nos va a costar salir a los 31º C. que tenemos ahora en la calle.


La carretera continua revirada y entretenida hasta llegar al mismo pueblo de Ontinyent, Onteniente en valenciano, donde paramos para hacerle una visita.



una visita corta al museo de los Gigantes


y los Cabezudos,


algunas vueltas por el casco histórico hasta llegar al mismo Pont Vell, bajo el que discurre un ridículo arroyito sucio.



El pueblo está en fiestas. Nos topamos con lo que llaman el castillo, una cubierta de madera en la Plaza Mayor y que hace el efecto de un castillo. De él cuelgan los estandartes con los nombres de las veinticuatro comparsas, unos moros y los otros cristianos.



Esta tarde una de las actividades es el concurso de bandas de música, tocando en pasacalles.
Pero hoy no es lo guapo de verdad pues van vestidos de calle. Mañana si debe ser espectacular, pues van con los atuendos de moros y cristianos.

 Lo malo es que no podemos esperar a mañana, tenemos que continuar con nuestro viaje.


Aún nos permitimos hacer una pequeña parada en un punto del río que forma piscinas naturales y que aprovechan la peña para darse un baño. Bonito lugar y muy apetitoso para quitar el calorazo pero ya no hay tiempo, el sol se esta poniendo.


De Ontinyent nos vamos hasta Bocairent con intención de hacer aquí noche. Este pueblo aún es más guapo tanto de lejos como por sus calles. Y nos topamos que también hay fiestas. En este caso una representación histórica de la Guerra de Secesión.

Pero lo que por un lado es bueno, por el otro nos perjudica, pues precisamente por esa causa no hay ni una sola habitación disponible en todo el pueblo, así que tenemos que buscar en algún otro pueblo y la noche se nos viene encima.


Al final encontramos alojamiento en Villena a 26 km. Hotel Restaurante Salvadora, podemos guardar la moto gratis en su almacén de bebidas y pagamos 56 € por la habitación, el hotel no está nada mal. Lo malo es que el pueblo no vale nada. Solo un pueblo más. De lo cansados que estamos casi nos apetece perdonar la cena pero hacemos un esfuerzo y cenamos un bocata y una hamburguesa antes de irnos a dormir.


Mapa de la ruta del séptimo día de Cullera a Villena.


OCTAVO DÍA
Viernes 22 de agosto


Una noche de sueño reparador, son las 9:00 de la  mañana cuando abro los ojos. Necesitamos tomarnos la cosa con un poco de relax, llevamos solo la mitad del viaje y notamos el cansancio acumulado de los kilómetros, del calorazo y tantas visitas de pueblos y parajes interesantes.

Hacemos la rutina de la mañana, desayuno, rehacer la carga y salir a rodar en busca del próximo destino.

Tomamos la nacional dirección Yecla y la atravesamos sin siquiera detenernos.



Jumilla también queda atrás, sin interés para nosotros ó quizá es el calor el que nos hace perder ese interés y no nos deja hacer una visita en toda regla. Tampoco el famoso vino de aquí nos interesa lo más mínimo, ni el de aquí ni ninguno, somos más de cerveza y sidrina asturiana.


Rotondas con esculturas


y venga rotondas con esculturas, derroche de hierros sin sentido, ni necesidad.


La carretera nos lleva siempre a buen ritmo, rectas infinitas, paisaje liso y así hasta las mismas puertas de Murcia capital.


Murcia me parece grande, mucho para mi gusto de ciudad acogedora, no sé, como todo, es cuestión de gustos.


En la Plaza de la Belluga encontramos la Catedral de Sta. María, destaca la Torre de 93 m. de altura lo que lo convierte en el tercero más alto de España y el segundo si se incluyen solo catedrales.


 El Palacio Episcopal justo a su lado en la misma plaza.


Y detrás del Palacio nos podemos asomar al Rio Segura y desde el Puente Miguel Caballero vemos el Puente Viejo ó de los Peligros a la derecha


y el Puente Nuevo ó de Hierro a la izquierda.

Unas calles más allá sabemos por el callejero que está la Universidad y su plaza pero no nos apetece ir a verlo, 38ºC a la sombra no son la mejor compañía para dar paseítos entre edificios antiguos sobre todo después de comer.

Además ya nos apetece llegar a la costa y darnos un merecido descanso y un homenaje en algún sitio guapo con piscina y playa.


Subimos de nuevo a nuestra invencible "spirita", cada día me doy cuenta de lo dura que es, kilómetros y kilómetros sin fin y ni la más mínima queja, es de oro.

 Dejamos Murcia sin pena ni gloria y no damos tregua hasta Lorca.
 Una buena tirada y encima no quedó de otra que ir por autovía y con el calorazo de las horas centrales, muy agobiante. Más de una hora luchando contra el fuerte viento de cara y entramos por las ardientes calles de Lorca.

Sin buscarla para nada, al contrario que las otras veces, damos justo de frente con la oficina de turismo.


 Bueno pues aprovechamos para informarnos pero lo malo es que son las 4 de la tarde y no abren hasta las 5:30.
Da igual estamos tan derretidos y vapuleados que nos tumbamos en el mismo jardín a la sombra de la oficina turística. Casi que nos da todo igual, solo queremos quitarnos del tremendo calor, beber mucha agua y descansar.



Por cierto la oficina aún tiene la fachada apuntalada desde el terremoto de Mayo de 2011.

Mientras tanto, Carol busca alojamiento desde el móvil en algún pueblo costero a través de la App de Booking y como las anteriores ocasiones enseguida lo encuentra, Aparthotel Los Collados en Aguilas, bueno muy cerca ya de aquí.
Dos horas de descanso tumbados a la bartola en el jardincillo nos viene de perlas y renovamos fuerzas. Ya nos apetece turismo de nuevo.


Antes de irnos de Lorca haremos una única visita, el Castillo de Lorca, "La Fortaleza del Sol" como la denominan.

Volvemos a la moto y nooooo, ¡¡sorpresa!! bueno más bien putada. La alforja izquierda cuelga suelta. Solo se mantiene sujeta por un par de broches de mala muerte a las correas. No la perdimos de pura casualidad.


El soporte principal de acero que aguanta todo el peso se partió a la altura de los tornillos, vaya putada.
Me lo tomo con filosofía y con un poco de ingenio y con un buen puñado de bridas podemos de momento continuar viaje. Mañana intentaremos buscar alguien que nos lo suelde.


Tomamos  la carretera que nos lleva a todo lo alto y entramos al Castillo. Nos cuesta 5 € por persona y como mínimo echaremos una hora larga para la visita. Su situación sobre Lorca nos regala unas vista del pueblo y alrededores de impresión, solo las vistas ya valen el precio.



Dentro del recinto de la muralla la fortaleza consta de dos torres distantes entre sí.


Subido en todo lo alto de la Torre del Espolón a mi espalda se puede ver la Torre Alfonsina que se llama así por Alfonso X que ordenó su construcción en 1244 tras la Reconquista.


Y pudimos bajar a un enorme aljibe subterráneo que surtía de agua a los habitantes en su época, tan grande que podríamos aparcar al menos una docena de coches en su interior.



Echo una mano al panadero del castillo .


Contemplamos los atuendos y armas de la época.

 
Hasta las mazmorras, con un par de inquilinos echándose la siesta.
Se nos fue el tiempo volando, tanto que cuando salimos son ya las 9 de la tarde y empieza a oscurecer.
Hasta Aguilas solo son 26 km.que los hacemos ya de noche cerrada, esperamos que sea chulo a la luz del sol.
En cuanto llegamos al Aparthotel nos damos cuenta de la buenísima elección.


El apartamento es mayor que nuestra casa. Un hermoso salón-comedor,

 dos habitaciones y la cocina amueblada con todos los cachivaches.


 y fuera tenemos una estupenda piscina y el parquin subterráneo del tamaño del de Carrefour.

Cenamos en el restaurante que hay dentro del complejo del Aparthotel y ya hechos caldo nos vamos a la cama.
Nos apetece mucho darnos un bañito nocturno pero ya no podemos ni con los.....ojos.


Mapa del octavo día de Villena a Aguilas.

NOVENO DÍA
Sábado 23 de agosto


Hoy no tenemos ninguna prisa, no tenemos que rehacer maletas para irnos, se me hace hasta raro pensar en estar todo el día sin hacer nada más que tomar el sol en la piscina.
Pillamos en el "super" algo para desayunar tranquilos en el apartamento e incluso ponemos la lavadora aprovechando que tenemos ya bastante ropa sucia.
Me da mucha pereza, de verdad, pero tengo que ir a buscar un taller para soldar el soporte, a ver si hay suerte pues precisamente hoy es sábado y la peña no curra. Siempre pasa todo de fin de semana, Murphy no falla.
Voy a probar suerte y a las afueras de Aguilas encuentro un polígono industrial. Un taller de ferralla me llama la atención, la verja está cerrada pero el portón entreabierto. Doy voz a ver si hay suerte y sale alguien. Se asoma un hombre y enseguida le explico el caso. Entiende el problema y no duda en soldarme la pieza, incluso me ayuda a volver a atornillarla a la moto y para más "inri" no me quiere cobrar ni un céntimo. Aún queda peña legal por el mundo.


Felices como perdices nos vamos al pueblo para hacer turismo, no esta mal, una bonita cala.



A la izquierda de la cala un mirador, "la Punta del Aguilica"


a la derecha el puerto


y en un promontorio el Castillo. Intentamos llegar a él en moto pero de eso nada, solo se puede subir andando o en bus así que de momento que le den.



Aparcamos , damos un breve paseo hasta la terracita más próxima y fresca que nos encontramos y tomamos al bien fresco.


Ya más hidratados nos atrevemos a pasear por las calles, parques y monumentos de Aguilas, como el Monumento al Carnaval (Estatua de Ícaro)


O el Monumento al Ferrocarril.


 
 
O el ayuntamiento de estilo Neomudejar
Tras algunas fotos más por el centro, poco vistoso por cierto, volvemos a nuestro hotel a comer que se está de vicio al lado de la piscinita.



Rico menú al lado de la piscina, apartamos el plato y al agua, que hoy es día de asueto, ya si eso cuando caiga el sol........veremos que hacemos.


Pero como nos temíamos a las 6 de la tarde ya nos pica el culo de nuevo, nos largamos. Visitamos el pico  del aguilica con unas buenas vistas de la bahía,



Y más al norte llegamos a la playa del Hornillo donde podemos ver un embarcadero de hierro oxidado y hormigón, hoy ya en desuso fué declarado bien de interés cultural y se utilizó para dar salida al esparto y la exportación de minerales convirtiéndose en el principal puerto del mediterráneo. Los británicos fueron los principales inversores en la zona para su explotación, como siempre los de fuera se llevan el mayor trozo del pastel.


y las escaleras de mosaico, una obra que bien podría ser digna de Gaudí, un derroche de buen gusto sin duda.


 
 

Un trabajo artesanal estupendo hecho por Juan Martínez Casuso con teselas de cerámica haciendo dibujos y geometrías.


Continuamos unos pocos kilómetros más al norte hasta el Parque Natural de Cabo Cope y Puntas de Calnegre.


donde encontramos un torreón defensivo la Torre de Cope o Santo Cristo una torre vigía del siglo
XVI construida para repeler los ataques frecuentes a los habitantes de la zona de corsarios norteafricanos musulmanes y piratas berberiscos.



y retornamos a Aguilas donde intentamos aparcar por el centro pero no hay forma, las calles están todas cortadas al tráfico y no nos deja la policía pasar pues hay carreras de atletismo, así que terminamos lejos de la movida y decidimos que es hora de cenar.

 Aquí mismo damos con un restaurante, no buscamos nada más, el primero que vemos.
 Peor elección imposible, si ve esto "Chicote" el del programa de "Pesadilla en la cocina" se hubiera suicidado. Esto no es más que un puto chigre guarro, grasiento, que no pasa el control de sanidad ni con soborno, pero la noche confunde y como casi no tienen ni bombillas cuando nos damos cuenta del sitio ya nos fastidia irnos, pues ya nos traían la mitad del pedido.
Comemos algunas sardinas, patatas y chipirones fritos que logramos pescar de los platos convertidos en piscinitas de aceite. Pido la cuenta ya asqueado y sale una "mujer tonel- grasiento" y nos dice: Son 24 €. Ni un simple ticket, ni factura, sospechosa forma de venta.
Casi le tiro la pasta a la cara. Nos marchamos con el estómago revuelto a la heladería de al lado para sentar el estomago con un par de helados.


De vuelta al apartotel, nos tomamos un par de chupitos y nos damos un baño nocturno en la piscina que nos pone a las puertas del paraíso.


DECIMO DÍA
Domingo 24 de agosto


Hoy hay cambio de destino, así que buscamos y reservamos el próximo alojamiento para esta noche mientras desayunamos. Alforjas llenas y a la carretera.
Ya tenemos reservado hotel en Aguadulce, entre Almería y Roquetas de Mar, otro aparthotel con piscina.
Ayer por Aguilas nos acostumbramos mal, pues rulamos en moto sin chaquetas y con pantalón corto así que hoy prescindimos de ellas, la falta de costumbre nos da sensación de inseguridad, de ir  como desnudos, pero no queda de otra y es una delicia.


Vamos por la carretera que bordea la costa desde Aguilas en dirección Mojacar, bueno costeamos a duras penas pues el puto Tomtom nos acaba liando y nos mete un buen tramo por una carretera interior.
Al final lo apago y conseguimos ir al borde del mar como queremos. Las vistas son magníficas hasta llegar a Mojacar playa. Pero el objetivo es ver Mojacar pueblo y allí que vamos.


Está allí en todo lo alto, todas sus casas blancas en fuerte contraste con el entorno.


Desde lejos es muy fotogénico pero paseando por sus callejuelas lo es aún más.


Recuerda algún pueblo ibicenco o de las Islas Griegas, lleno de rincones con ese derroche de buen gusto a cada recodo.

 
 
 
Al final entusiasmados nos perdemos por el laberinto de callejuelas y terminamos caminando y chupando más calor de lo deseado.Volvemos al fin a la plaza y decidimos comer en un italiano, Pizzería Ristorante Dulcinella que está en la misma plaza y tiene el comedor en la azotea.


Esta es la vista que tenemos desde su terraza, vistas estupendas y comida muy aceptable.



Mojacar es uno de los pueblos que señalo como pueblo de imprescindible visita. Nos vamos encantados de la visita.

Dejamos Mojacar, tenemos que continuar rodando a pesar del calor insoportable. Ya nos dijeron que el sur en agosto no es lo más recomendable, pero ya se sabe, esto es "la difícil vida de un turista vocacional"


Recorrer la costa almeriense entre Mojacar y Carboneras deja estampas tan impresionantes como esta. El paisaje y la carrera son espectaculares.
A partir de Carboneras la carretera gira tierra adentro en dirección Tabernas y pasamos muy cerca de él pero no se puede ver sin desviarse, así que  dejamos su visita para mañana.


También disfrutamos del impresionante paisaje desértico almeriense.


Y llegamos a las puertas del Mini Hollywood (creado como escenario para el rodaje de muchas películas en la década de los años 60 y 70), también aprovecharemos para visitarlo mañana.



Y llegamos a Aguadulce, por fín llegamos a nuestro destino de hoy y tiene muy buena pinta .
Aparthotel Aguadulce ***con parquing 109 €/día. Esta muy chulo y con unas vistas acojonantes.


Y nada más llegar inauguramos la piscina situada en la azotea, a cinco plantas sobre la calle con vistas del mar.
Toca salir a cenar así que salimos, recorremos el paseo de la playa y acabamos poniéndonos como osos en el Restaurante "El Pez de Plata" una bandeja de pescaito frito que no éramos capaces a terminar pero estaba tan bueno que era pecado dejarlo. Para chuparse los dedos.


A continuación brindamos en el chiringo, Pub-Café "Mojito" y claro, nos pedimos unos estupendos mojitos en vaso de sidra, 13 € nos clavaron los jodios, pero hay que reconocer que estaban ricos y se estaba de vicio mirando al mar, con la musiquita de fondo, un final de lujo para el día de hoy.

Regresamos al hotel casi arrastrando los pies, estamos agotados, así que solo queda ir a amortizar la habitación.


Mapa del noveno día de Aguilas a Aguadulce.








PINCHA AQUÍ PARA CONTINUAR EL "CAPITULO TRES"

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