miércoles, 17 de octubre de 2018

(Cap. 1) CRETA Enjoy the calm.



OESTE DE CRETA-CHANIA


Sábado 4 de Agosto de 2018
Ya caminamos por tierras cretenses, por la isla más grande de Grecia y la quinta del Mediterráneo, la mitológica isla de Zeus, del Minotauro y su Laberinto, de las antiguas civilizaciones, los minoicos, micénicos, dorios, el imperio romano, el bizantino, los árabes, la república veneciana, los otomanos, una isla que rezuma historia entremezclada con leyendas de dioses mitológicos.



Creta es la isla de las mil cuevas y las profundas simas, de las estrechas gargantas, las altas montañas, extensos olivares y viñedos, molinos de viento, iglesias ortodoxas, pueblos remotos de gentes amables y bonitas ciudades costeras, fortalezas y castillos, sol, salitre, barcos de pesca y playas de aguas turquesa.

 
Comienzo con mis anotaciones en el cuaderno de viaje:
                    .-Al mediodía de ayer, tomamos el autobús que hace la ruta Asturias-Madrid. Y ya muy cerca de la medianoche despegamos con Iberia Express en vuelo directo Madrid-Heraklion.


El vuelo resultó bastante incómodo, ó estoy creciendo ó cada vez dejan menos espacio para las piernas y además el aire acondicionado no refresca una mierda. Pasamos calor y se hizo bastante pesado a pesar de ser un vuelo de tan solo 3 horas y media.

Aterrizamos a las 4:10 p.m. hora griega, osea 1 hora más que en España.
Salimos directamente del aeropuerto con la tranquilidad que produce no tener que esperar en la cinta para recoger el equipaje facturado. Viajamos solo con equipaje de mano, es pequeño pero seguro que suficiente. Así que vamos directamente a recoger el coche que alquilamos por internet con la compañía "Surprise". El aeropuerto de Heraklion no es grande, sin embargo, nos cuesta un buen rato dar con nuestra oficina debido al mogollón de negocios "rent a car" que hay en las inmediaciones.
Tras un breve trámite ya tenemos coche. Nos toca en suerte un minúsculo Hyundai Prime. Es un "carramplín" que la verdad no anda un pijo que en vez de caballos debe tener burros. Bueno, resignación, seguro que nos dará juego igualmente para disfrutar de la isla.


Tenemos alrededor de 150 km. desde el aeropuerto de Heraklion hasta Chania donde reservamos nuestro primer hotel para diez días. Exactamente está en Kato Daratso a las afueras de Chania.
Durante el trayecto de algo más de dos horas me da tiempo a hacerme al coche y sobre todo y más importante a entender la peculiar forma de conducir de los cretenses.
            Nosotros haciendo un clásico adelantamiento "a lo cretense" pero con línea discontinua.


Os cuento más ó menos como va. El arcén se utiliza como otro carril más para circular y la raya central tanto doble como sencilla parece que la obvian totalmente. En cuanto les sale del culo adelantan aunque vengan coches de frente, eso sí, tanto los que van delante como los que vienen de frente se apartan amablemente al arcén para facilitar la maniobra. Claramente están habituados a esta formula porque no se asusta, no dan ráfaga, simplemente se apartan al arcén con toda naturalidad. Seguro que nos pasamos unas risas conduciendo junto a estos kamikazes.


Por suerte la velocidad de la circulación es baja. Concretamente la carretera por la que vamos que es la más rápida de la isla está limitada a 90 km/h en la mayor parte del recorrido, unos tramitos a 100 km/h. y muchos tramos limitados a 60 y 70 km/h.


 Por cierto la primera señal desconocida que vemos nos hace dudar de que significa. Quedo convencido de que indica "vista panorámica" ó algo así, porque la verdad es que hay unas vistas de la costa y el mar espectaculares.
Efectivamente en lo de las vistas estoy acertado pero lo que realmente indica la señalita es "Radar", el cajón con la cámara que nos topamos más adelante no dejó lugar a dudas.

                                              Nuestro hotel el Agii Apostoli en Chania.

Por fin llegamos al apartotel Agii Apostoli que está tan camuflado entre la vegetación que no resultó sencillo dar con él. La ventaja de tanto verdor es que se esta estupendamente en la terracita de nuestra habitación a la sombra de un olivo, un limonero y un platanero. Su dueña Elena, muy atenta, se esfuerza por explicarnos todo los pormenores en perfecto inglés. Pierde el tiempo la pobre, pues solo sabemos cuatro palabras en ingles, lo justito para entender lo más básico. Pero nosotros le decimos "yes" a todo para que no sufra. En cuanto dejamos el equipaje salimos para comprar algunos productos de aseo que en el equipaje de mano no está permitido llevar y que en realidad tampoco era necesario cargar con ellos desde España. También nos surtimos de algo de comida y bebida para rellenar la neverita de la habitación.

                                     Nuestra habitación con vistas al limonero cargado de limones.


Tenemos varios minimarket pegados al hotel y como disponemos de cocina y nevera nos sale más barato que comer todo el tiempo de restaurante.

Ya tenemos hambre así que damos buena cuenta de unos macarrones a la carbonara que preparamos en nuestra cocinita. Nos tumbamos un rato sobre la cama y aunque no conseguimos dormir al menos descansamos un rato antes de salir de nuevo a investigar los alrededores. Tenemos playas a tan solo 650 metros aunque seguramente por nuestra costumbre no vayamos a estas playas concretamente en todas las vacaciones pues andaremos todo el día recorriendo rincones de la isla y no llegaremos aquí hasta el anochecer. Así que al menos queremos echarle un ojo por que no se diga. Hay un par, la "Iguana Beach" y la "Glaros Beach".
                                                                     Glaros Beach


Nos topamos con una curiosidad, una mini iglesia cristiano-ortodoxa entre las dos playas con un aforo máximo de una persona.


                                                                         Iguana Beach


Tras echar un vistazo y hacer la fotos de rigor por la zona, enseguida el calor nos obliga a sentarnos en un chiringuito de Iguana Beach para tomar un par de jarras de cerveza bien fría.
Pagamos 4 € por cada una, no esta nada mal con ese tamaño.



Ya refrescados y rehidratados continuamos el paseo hasta un Lidl cercano para terminar de comprar algunas cosillas más que no encontramos en los minimarket.
Hoy no tenemos el cuerpo para muchas fiestas, estamos cansados del viaje así que decidimos que lo mejor es terminar el día en la azotea del hotelito disfrutando de unas vista estupendas.


La puesta de sol fué la culminación.
Llevamos 36 horas prácticamente sin pegar ojo así que para el primer día de vacaciones ya esta bien.
Península de Rodopou y Chania
Domingo 5 de Agosto de 2018
Como primer día decidimos visitar la Península de Rodopou en busca de un monasterio famoso por contener iconos magníficos. Eso para ellos claro, pues a nosotros ni fu ni fa.
                                             Iglesia del Moni Gonias ("moni" significa monasterio)
                                                     Sacerdote ortodoxo en Moni Gonias
Esta edificación se construyó entre 1618 y 1634 y en pocos años fué víctima de la ocupación turca que comenzó en 1645 con el desembarco de tropas en esta costa.
                                           La fuente frente a la entrada data de 1708
Dejamos atrás Moni Gonias. El pueblo más cercano que se ve a lo lejos es Kolimbari.
Poco más allá del monasterio nos topamos con otra de estas iglesitas en miniatura. Nos vamos encontrando muchísimas al lado de la carretera y me pregunto por y para qué son.¿?¿?¿?
La ruta por la península de Rodopou nos adentró por carreteras estrechas y bacheadas, es increíble lo mal que está el asfalto. Es imposible esquivarlos todos así que temo que en una de estas dejemos alguna rueda atrás.
Renqueando por esta carretera nos topamos con la pequeña playa Afrata. No tiene ningún interés.
Continuamos adentrándonos por la agreste península hasta que la carreterita finalmente se transformó en pista de gravilla y piedras sueltas así que damos media vuelta sin más. El cochecito parece que se va a desarmar y nos tiene que durar aún muchos días.
Continuamos costeando dirección oeste y llegamos a Kissamos un pueblo costero tranquilo que da nombre al gran golfo que separa las dos penínsulas la Rodopou y la Gramvousa.
Por cierto hoy echamos gasolina y no es nada barata por aquí, está entre 1,66 € y 1,74 € dependiendo de la gasolinera. Y con estos precio me sorprende que haya tantísimas gasolineras.
El pueblo no es nada del otro mundo pero si merece la pena sentarse a disfrutar de las vista del golfo en una terracita de Kissamos. Nos tomamos un par de birras, una Pils y una Sin Alcohol para mí de estas de medio litro por 3.30 € cada una.
Ya damos vista a la playa de Falasarna. Me sorprende ver este montón de invernaderos me recuerda la costa almeriense.                                                               
La playita es tranquila, no hay demasiada gente con las aguas calmadas y bastante limpias. Nos buscamos un lugar a la sombra bajo un árbol pasamos de pagar hamaca y sombrilla para un rato. Comemos los bocatas que traemos dentro de la bolsa nevera que pillamos en el supermercado. Parece que conserva la bebida razonablemente fría a pesar del tremendo calor, debemos estar a 35º C. por lo menos. Seguramente que compraremos una sombrilla también pues no tendremos la suerte de que todas las playas tengan arbolitos.
Como no somos de pasar mucho tiempo en la playa y menos tostarnos al sol como gambas a media tarde nos cansamos y desandamos el camino. A lo lejos vemos tres grandes ferrys atracados en un pequeño puerto así que vamos a verlos. Hay una taquilla donde pone que desde aquí parten ferrys hacia Balos y Gramvousa. Leímos en internet que son un par de localizaciones espectaculares situadas en la punta más al norte de la península de Gramvousa. El precio del billete del ferry es de 27 €/persona. No resulta muy barato pero no obstante sopesaremos la idea de hacer la excursión en próximos días. Hay otra opción que es ir en coche pero dicen que el acceso es difícil pues solo hay una mala pista de tierra y luego hay que caminar más de dos kilómetros hasta la playa.
Nos acercamos a la segunda capital más grande de la isla, a Chania.                                                                               
El primer encuentro con Chania ya nos gusta, es espectacular la zona del puerto viejo. Nos recuerda un poco a Cadaqués, por supuesto es la típica estampa turística, abarrotado de gente, de bares, restaurantes y tiendas de souvenirs codo con codo. Vemos una inmensa fortaleza que protege la entrada al puerto y que ahora alberga el Museo Marítimo.
El resto son edificios estilo veneciano y dando el toque de exotismo, la Mezquita de los Jenízaros, que destaca del resto por sus características cúpulas.
Es la construcción otomana más antigua de la isla.
El Faro veneciano es símbolo y orgullo de los habitantes de Chania, construido entre 1595-1601 y según un antiguo mapa de 1689 aparece dibujado con una enorme antorcha en llamas lo que lo convierte en uno de los más antiguos faros que aún se conservan activos.
Paseamos por el puerto viejo hasta que anochece y elegimos para cenar la "Tavern Apostolis". Nos estrenamos pidiendo algún plato típico griego, musaka, ensalada griega, calamares frescos fritos y un par de cervezas grandes. Está todo exquisito. Al final de la cena sin darnos tiempo a pedir nada más nos traen un trozo de bizcocho bañado en licor para cada uno de postre y un racimo de uvas acompañado de una pequeña botella de "raki "con un par de vasos pequeños. El "raki" es una especie de orujo. Solo nos tomamos un chupito cada uno, que aunque el camarero nos aseguró que la policía por aquí no hace la prueba de alcoholemia soy lo suficientemente inteligente para no hacer el gilipollas conduciendo borracho.
Pedimos la cuenta en griego que mola mucho y a los camareros les hace gracia.-"Ton logariasmo, parakaló" Pagamos 33,50 € y nos pareció barata pues según dicen esta es la zona más cara de Chania. Es fácil saber donde están los sitios caros simplemente es ver donde está lo más turístico "E voilá" así está. Por cierto, el postre y el "raki" sorprendentemente fué invitación de la casa, un buen detalle a tener en cuenta.
Paleochora y Elafonisi
Lunes 6 de Agosto de 2018 
Hoy bajaremos al sur, a Paleochora, está tan solo a 65 km pero intuímos que vamos a tener curvitas y mala carretera.

De camino hacemos parada en Kandanos que nos parece que puede ser guapo e interesante de ver. Al final descubrimos que no es muy chulo pero aprendimos su macabra historia. En la placita del pueblo hay una especie de monumento con unas lápidas de marmol. Una de ellas es de 1941 erigida por los alemanes en mitad de los escombros del pueblo y en la que pone algo así: "Aquí estaba Kandanos, destruido en represalia por el asesinato de 25 soldados alemanes, para no volver a ser reconstruido nunca más" Osea que Kandanos fué arrasada totalmente en 1941 por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial muriendo 180 civiles, uno de los crímenes de guerra más atroces en Creta.
Para dar al traste con los malos augurios de los nazis el pueblo fue reconstruido  así como las iglesias bizantinas y sus frescos restaurados.
Llegamos a Paleochora,  un bonito pueblo costero bañado por el llamado Mar de Libia. Las edificaciones aquí están algo más cuidadas que las de los pueblos que atravesamos por el camino pero no deja de haber algo de abandono y vejez en las fachadas sucias y desconchadas. Me da la sensación que la crisis no perdona tampoco por aquí.
Callejuelas estrechas, frondosas, mucho bar y mucha tienda para agasajar al paladar y al bolsillo del turista.
Y una llamativa iglesia griega tradicional. Tras un calurosísimo paseo por sus calles llegamos a su playa donde una cervecita nos devuelve la vida. Pero es la hora de comer así que vamos a por los bocatas al coche arrastrando los pies y pensando donde nos podíamos sentar a comer los bocatas. De camino tropezamos con un Kebab y se nos hizo la boca agua de inmediato, no se si por el rico olor ó por el frescor del aire acondicionado pero entramos sin pensar. Pedimos una ensalada griega y dos Giros Pita. Pagamos en total 10 €. El pan y el agua gratis, estamos flipando con la generosidad de los cretenses.

ELAFONISI
Dejamos atrás Paleochora y vamos conocer la famosa playa de Elafonisi que dicen es un pequeño paraíso.

Pero para llegar al paraíso antes tuvimos que atravesar un pequeño infierno y en parte por nuestra culpa. Dicha playa está situada en la punta más suroeste de la isla. Echamos un vistazo al mapa en Paleochora y decidimos que para llegar a Elafonisi, sería buena idea atajar por una carreterita que según el GPS es mucho más corta y por consiguiente llegaremos antes, pero los cojones.
 Lo que conseguimos fué adentrarnos por unas montañas donde no nos cruzamos más que con cabras, y después de sortear curvas, baches y asfalto en pésimo estado, la estrecha carreterita se convierte de repente en algo aún peor. Una estrecha pista de gravilla gruesa y piedrolos sueltos. Y para llegar aquí ya hicimos un montón de kilómetros por lo que nos desmoraliza desandar lo andado, así que armándonos de valor y resignación nos aventuramos por la asquerosa pista propia para 4X4.
Después de recorrer algo más de un kilómetro saltando como conejos dentro del coche, la providencia nos hace toparnos con otro coche que viene en sentido contrario. Es una pareja de turistas ingleses y como pueden nos explican que aún tendremos que recorrer por lo menos doce kilómetros de pista en malísimo estado. Incluso nos mostraron un video en el móvil que lo confirmaba. Sin pensarlo nos damos la vuelta, hay que buscar otra opción.
Buscando una ruta alternativa nos adentramos por un dédalo de estrechas carreteras que nos llevan por aldeas remotas y solitarias. No vemos a nadie, curva contra curva, no circulan coches, esto está desierto. Subimos y bajamos montañas como locos a 20 y 30 km/h. pues la carretera no permite ir más rápido. Se nos hace infinito, eterno, parece que nunca vamos a salir de este laberinto, lo que me hizo pensar que en cualquier curva nos toparíamos con el mismísimo Minotauro.
Finalmente tenemos el mar a lo lejos y vemos con disgusto que el acceso al aparcamiento de la playa es otra pista de tierra con baches tan profundo que golpeo varias veces los bajos del coche.
Aparcamos en un amplio parquing polvoriento y en cuanto pisamos la arena nos damos de cara con una enorme aglomeración de gente y todo lo que vemos son hamacas y sombrillas, casetas de socorristas y algún chiringuito aunque esto no impide sentir que lo que tenemos delante es un lugar único.
Pero al final tenemos el premio. La playa después de las sombrillas es un arenal impresionante formado en el istmo de la península de Elafonisi. Es de las más espectaculares que nunca habíamos visto. Sus aguas cálidas crean un paraíso tropical propio del Caribe, con arena rosada y aguas cristalinas color turquesa.
Su arena rosada se debe al coral y a las estrellas de mar trituradas por las olas. Es el hábitat natural de las tortugas Caretta Caretta por ello está declarado Parque Natural, . Esta no cabe duda que es una visita imprescindible.
Trato de captar todo el paisaje con la cámara de fotos pero no lo logro, me supera. No consigo plasmar todo lo que se ve y se siente en este lugar. No insisto, simplemente nos relajamos y disfrutamos del momento dándonos un buen chapuzón en sus aguas calientes, sin olas y nos tumbamos hasta que se esconde el sol. Un momento y un lugar que recordaremos mucho tiempo.
Antes de irnos paramos para ver el Monasterio de Chrissoskalitissa pero ya es tarde para visitas.
El regreso al hotel desde luego tampoco fué fácil, pues la mierda de carreteras de por aquí llevan mil años sin repintar las rayas y el asfalto es un queso gruyere. Y para mal de males el "mierdicoche" que tenemos alumbra al cielo y a los ojos de los demás conductores. Todos me dan ráfaga aunque llevo la luz de cruce. La verdad es que pasé un rato bien jodido. Mañana intentaré reparar los faros ó tendremos que circular solo de día.
Chania
Martes 7 de Agosto de 2018
                                                                               CHANIA
Ayer quedé hasta las pelotas de conducir por el "laberinto del Minotauro "así que hoy nos quedamos cerca. Visitamos Chania. Dejamos el coche en un parquing cerca del puerto y no es de pago. Está confirmado, los cretenses no son nada usureros ni intentan aprovecharse del turista, así que otro punto a favor.
Entramos en el Museo Marítimo de Creta que está dentro de Firkas (Firkas significa cuartel en lengua turca). Fué construido por los venecianos durante la expansión turco otomana.
Es una fortaleza que flanquea la bocana del puerto. Los cañones asomaban a ras de suelo bajo el muro pero hoy día apenas asoman los ventanucos tapados por la construcción del paseo. Las que se ven bien son las aberturas rectangulares que servían para ajustar la trayectoria del tiro que debía dar a los barcos en la línea de flotación para ser efectivos los cañonazos.
No me sorprende demasiado este museo, ya vimos demasiados a lo largo de nuestros viajes y este es uno más. Maquetas de barcos, armas de todas las épocas, uniformes militares.
 Unos cuantos efectos navales y cachivaches de buques, etc... pero bueno al menos la entrada es asequible, tan solo 3 € y hay unas vistas estupendas del puerto y el faro y que coño, se está fresquito aquí dentro. Echamos en falta que los letreritos estuvieran también en español o al menos nos hubieran dado un folleto explicativo ó una audioguía en español. Así a pelo no nos enteramos demasiado así que enseguida nos aburrimos y nos piramos.
Hay una buena colección de bivalvos, conchas y las sorprendentes almejas gigantes (Tridacna gigas) procedentes del mar Rojo, Pacífico e Indico.
Lo que más me gustó fueron estos tres artesanos miniaturistas que me permitieron ver como trabajaban sobre una maqueta. Desde luego no les tiembla el pulso a los abuelos.
                                               Vieja luminaria del Faro de Chania.


Ya tenemos visto el museo así que salimos y caminamos despacio saboreando el paseo del puerto viejo.
Voy echo un "dandy" con el sombrero de ala que me compré en Paleochora, lo cierto es que se hace prenda imprescindible para soportar el calor cretense.
 Un poco de transporte tradicional y ecológico para recorrer las calles de la ciudad.

 Destaca poderosamente la Mezquita Giaji Tzamisi (mezquita costera) ó Mezquita de los Jenízaros de época otomana, fué fundada en el 1645.














 Al fondo del puerto atracan varios barcos curiosos que son tiendas flotantes. Me recuerdan la película de Kevin Costner "Waterworld (1995). Venden esponjas marinas, conchas y una larga lista de adornos y joyas y cachivaches fabricados con caparazones marinos.
Las tiendas flotantes atracan frente a los Astilleros Venecianos, donde invernaba la flota veneciana en la antiguedad.
Seguir paseando a mediodía con este calor es de masoquistas así que nos sentamos a tomar un par de jarritas de "Alpha" que se trata de disfrutar, cojones. En cuanto las terminamos nos pasamos al bar de al lado que es un Kebab para zampamos unos buenos "souvlaki pita" que no solo de cerveza vive el hombre y la mujer.

Ahora si que nos animamos a recorrer las callejuelas del interior que son más fresquitas y sombreadas. 
De la Catedral de Chania, cuentan las crónicas, que cuando Creta fué invadida por los turcos este edificio fué relegado a factoría de jabón. El campanario era el lugar donde situaron la caldera con los ingredientes.
 Un rinconcito acogedor del distrito de Kasteli en el casco antiguo de Chania.
Las tiendinas abarrotan todos los rincones y están profusamente decoradas con sus artículos expuestos en la calle lo que nos entretiene tanto que no nos damos cuenta de la gran pateada que nos estamos metiendo.
Arrastrando ya los pies nos dan las 5:30 de la tarde y decidimos que lo mejor sería largarnos a la playa. Vamos a la primera que nos topamos camino del hotel y allí nos quedamos hasta que se hace noche cerrada. No hay nada más relajante que ver anochecer en la playa. En vacaciones sin reloj ni obligaciones nos gusta hacer lo que nos sale de los c. carpe diem.
Chora Sfakión- Agios Roumeli-Garganta de Samaria
Miércoles 8 de Agosto de 2018

Esta mañana salimos bastante temprano pues hasta Sfakión tenemos 72 km y vistas la carreteras de mierda el trayecto va a llevarnos un buen rato.
No nos equivocamos, las carreteras son pésimas en buena parte del trayecto.




La ruta de hoy nos regala unas vistas espectaculares, de hecho es la región de la isla con las montañas más altas, las llamadas "Lefka Ori" ó "Montañas Blancas" con más de 30 cumbres que superan los 2.000 metros de altitud.

Aquí en Chora Sfakión el parking está muy escaso ya que es un pueblín bastante pequeño así que tenemos que aparcar en el puerto, 3 € por todo el día.
La idea es ir en un ferry hasta Ag. Roumeli que es donde acaba ó empieza según se mire, la famosa Garganta de Samaria. Según dicen una de las zonas naturales más impresionantes de Creta. Sacamos billetes por 16 €/persona y mientras llega la hora de embarcar disfrutamos de Sfakión dando una vuelta por el pueblo.
Es pequeño pero chulo, con unos cuantos restaurantes que ofertan pescado fresco y platos típicos griegos. Aquí abundamos los turistas que quieren navegar hasta donde vamos nosotros, haciendo que el pueblo pierda la calma a la llegada de los ferrys para volver a relajarse cuando se larga todo el mundo.
Embarcamos hacia Ag. Roumeli en cuanto abandonan el ferry los que hacen el recorrido contrario, coches y camiones incluidos.
Navegamos muy cerca de la costa, una costa muy abrupta con montañas que caen directamente al mar y tierra seca y quemada por el sol sin ningún acceso al mar. Impresiona lo altos que se ven los montes, los Lefka Ori al fondo.
A medio camino atracamos para recoger y dejar gente en Loutro. Un rincón precioso en una pequeña cala con mejor acceso por mar que por tierra.
Tras una hora de navegación llegamos al pueblo de Ag. Roumeli.

Ag. Roumeli es poco más que cuatro casas y cuatro hoteles con algún restaurante y alguna tienda, decorado por una pequeña playa de piedra gris que quema en los pies igual que caminar sobre carbones candentes. Debe haber 45º C. joder.
Mientras Carol espera a la sombra yo intento hacer una pequeña incursión a la garganta por ver si logro ver, aunque sea el final, de la famosa Samaria. Lo primero que me encuentro es este cacharro y algún coche viejo más abandonado. No es el lugar más lógico para abandonar chatarra, es un parque natural.
El cauce del río que baja de la gargante está totalmente seco y el puente totalmente en desuso.


Algunas cabras que se refugian del calor bajo los árboles.
Y mira parece que se va estrechando la garganta. Debe hacer meses que no baja agua por esta torrentera.
Pero poco más arriba se abre el valle de nuevo. Después de caminar un par de kilómetros no se ve nada ni a lo lejos. El valle aún es muy ancho y no voy a seguir, es perder el tiempo y derretirse en el intento. Me cruzo con un rosario de caminantes agotados a los que me apetece decir "buen camino" como a los peregrinos del Camino de Santiago.  Supongo que les compensó el esfuerzo aunque la cara no lo demuestre.
De regreso al pueblo distingo en la montaña las ruinas de una fortaleza, al parecer es turca construida por los otomanos en 1868. Las vistas desde allí arriba deben ser una pasada pero a ver quien sube a estas horas. Lo más sensato es darse un baño refrescante y relajante lo que nos deja listos para asaltar el bar.
"Two bier big, please"
Mientras nos las tomamos una marabunta de turistas se van amontonando en el puertito en espera de subir al ferry de retorno a Sfakión. Esta gente son un poco "ansias", no se va a ir sin nosotros y seguro que cogemos todos así que "relax coño".
                                                                  FRANGOKASTELLO
Aún antes de regresar a Chania aprovechamos para visitar el pueblo de Frangokastello. Desde luego me decepciona mucho, no hay nada que ver excepto un castillo que exteriormente parece intacto pero dentro son cuatro piedras, osea que está solo el cascarón. No me apetece pagar ni un solo euro para entrar a ver esto.

Una pequeña playa de arena gris y poco más que dos pequeños restaurantes componen todo el conjunto de Frangokastello.
Rethymón
Jueves 9 de Agosto de 2018

                                                                           RETHIMNO
Hoy toca visitar Réthimno ó Rethymon. No se el porqué de tantas versiones de los nombres de los pueblos, se podían poner de acuerdo. Hicimos 65 km desde Chania hasta aquí por la vía rápida y con rápida quiero decir un promedio de 80 km/h. osea a velocidad de tortuga con muletas.

La ciudad es moderna pero permanece una pequeña parte antigua así que vamos en busca de la zona chula, el casco histórico y el puertín veneciano. Hermoso rincón coronado por un faro, como no, de estilo veneciano como casi todo por aquí.
 Está revestido con una elaborada decoración de bajorrelieves. Tomamos la calle que va en dirección al edificio histórico más importante de  Rethimo, la Fortezza, pero antes de llegar a entrar desistimos por el fortísimo calor que está haciendo. A estas horas lo mejor que podemos hacer es sentarnos a comer disfrutando de la brisa del mar.
Nos sentamos cerca de la Fortezza en una terracita que se está de lujo, pero la comida por primera vez desde que estamos en la isla tengo que decir, que es bastante mala. Igual no elegí bien el plato ó igual es que no elegí bien el sitio.
Para hacer la digestión no se nos ocurre nada mejor que hacer que darnos la gran pateada por las callejuelas del casco histórico.
El casco viejo está totalmente lleno de tiendas, si cabe aún más que en Chania, en las que se vende de todo. Antigüedades, productos típicos, botas y sandalias de piel hecho a mano, productos elaborados con aceite de oliva, cuchillos y navajas con mango de cuerno de cabra, reproducciones de figuras minoicas y mitológicas, etc, etc.
 Me llamaron especialmente la atención las tiendas de instrumentos de cuerda que venden, bouzoukis, baglamas, oudis, laudes, liras, violines, cítaras, mandolinas, muy diferentes y desconocidos para mí, con los que se toca la música tradicional griega.
Pero aún me resultó más extraño que muchas tiendas vendieran este otro tipo de instrumentos llamados "Anoichtíri boukalión" osea "abrebotellas", yo apuesto que tienen una doble función, como abrebotellas y como pilón para machacar ajos en el mortero y seguro que se le puede sacar algún uso más.
Y esto también es muy bueno, no es tienda, es un bar que si fuera tienen la fachada que se cae de trastos dentro está aún más abarrotado. Bueno también hay cafés, bares y "ouzeríes" más normales para la aplacar la sed.
Llegamos hasta la Fuente Rimondi de 1626 que es lo más fotografiado de toda la ciudad.
Y la Porta Guora, el único resto que queda en pié de la muralla veneciana y que da paso del casco histórico a la zona moderna.
 También la Mezquita Nerandzes, que ahora es una escuela de música pero que fué iglesia latina y luego mezquita turca.
 Y la Iglesia de Cuatro Mártires. Pero aún queda la más importante, la Fortezza. ya que por fin va bajando el calor nos decidimos ir a visitarla.
 Accedemos por la Puerta Este, por un túnel abovedado que da al interior. Se conserva casi intacta esta entrada excepto porque falta el escudo veneciano.
 El primer edificio que tenemos es el que llaman revista de artillería con sus cuatro puertas arqueadas y que se utilizaba para almacenar cañones y armas diversas.
A continuación la fortaleza se abre en una inmensa explanada donde se encuentra muy cerca la Mezquita con una impresionante cúpula y la Iglesia ortodoxa. La mezquita fué construida originariamente como catedral católica de San Nicolás y con la llegada de los turcos se convirtió en mezquita otomana del sultán Ibrahim Han.
El interior es diáfano y solo se conserva el "mihrab" (lugar de oración) que sobresale de la pared de enfrente.
El otro edificio que está intacto es la iglesia ortodoxa de Agia Ekaterini del siglo XIX.
 En la decoración ortodoxa solo se ponen imágenes sobre lienzo, nunca en tallas tridimensionales y hay profusión de pan de oro y adornos dorados.
 Y nunca falta la palmatoria para colocar unas velas muy finitas que los feligreses van encendiendo tras depositar un donativo a la entrada a veces sobre una bandeja ó una caja abierta por arriba ó en un mueble con ranura.

 En la zona norte donde las murallas dan vista al mar está la llamada "Residencia de los concejales".
 Bastión de Sant Elia. desde el que tenemos amplias y hermosas vistas de la costa.
 La "Residencia de los concejales" ahora alberga el taller de conservación de antigüedades.
Pero tengo serias dudas que sean muy buenos conservadores pues tienen todos los cañones tirados por ahí sin recoger.
 Esto no se que es pero me recuerda una jaula de tortura.
 En esta parte alejada del punto de tiro del enemigo están situadas las bodegas, una serie de almacenes para los alimentos y cisternas de agua.
 Los arcos del almacén dividían las bodegas en espacios mas pequeños para soportar el techo ahora inexistente.
Lápidas otomanas desenterradas en la zona
El Bastión de Santa María ó San Pablo da vista al casco urbano de Rethimo. Aquí se ven las troneras de armas mejor conservadas, el ellas se colocaban los cañones para disparar a través de las aberturas cuadradas.
Fué muy buena idea  esperar a que bajara el sol pues de esta forma pudimos recorrer la Fortezza sin prisa, disfrutando del atardecer y las bonitas vistas desde sus murallas.
Aptera y Stavros
Viernes 10 de Agosto de 2018
Creo que estamos logrando el objetivo de este año de disfrutar del momento y tomarnos los días con absoluto relax así que hoy nos quedamos de nuevo cerca de Chania. Nos acercamos a visitar Aptera, una antigua ciudad de Creta actualmente en ruinas que fué fundada en el S. VIII a.C. alcanzando su apogeo en el periodo helenístico.
Según nos acercamos nos llama la atención la fortaleza turca de Koules construida por los venecianos, destruida por los piratas en 1583 y restaurada nuevamente por los otomanos en 1866-1867.
Tanto la fortaleza como las ruinas de Aptera están en una situación estratégica dominando toda la Bahía de Souda.
En Aptera nos encontramos con los restos de una ciudad bizantina levantada sobre un asentamiento helénico.
 Destaca entre las ruinas un pequeño teatro romano con los asientos tallados en la roca. En el siglo XIX se le extrajo piedra para utilizarla en construcciones próximas por lo que hoy día está en peores condiciones que antaño.
También de la misma época se puede distinguir una Villa romana llamada del "peristilo" del siglo I a. C. Esta villa fué destruida por el terremoto que devastó Creta en el año 365.
El su atrio se encontró una estatua de Afrodita en mármol, un busto de Hermes, monedas, piezas de cerámica y esta prensa de aceitunas de la foto tallada en piedra.


Sorprendentes son las dos inmensas cisternas de la misma época cada una con más capacidad que una piscina olímpica.
Una en forma de L con una capacidad 3.050 metros cúbicos a la que le falta el techo abovedado.
y la otra rectangular para albergar 2.900 metros cúbicos de agua. (La capacidad de una piscina olímpica es de 2.500 metros cúbicos) La estanqueidad estaba garantizada por una gruesa capa de yeso impermeable.
Ambas cisternas sirvieron principalmente para abastecer de agua a todo el complejo de termas romanas.
El Monasterio de San Juan el Teólogo de 1182 desocupado en 1964.
El monasterio ahora acoge una sala de exposición sobre la historia, la arquitectura y las excavaciones emprendidas en el lugar. Afuera se apilan proyectiles de piedra de cañones.
Estoy dentro de un templo dórico excavado en 1942 por los alemanes.

También destacan las ruinas de un templo atribuido al culto de Artemisa.
No está nada mal este yacimiento arqueológico de Aptera para no ser una de las excavaciones más famosas y visitadas de la isla.
Terminamos la visita y ahora tiramos en dirección a la Península de Akrotiri. De camino nos topamos con un Cementerio de la Segunda Guerra Mundial el "Souda Bay"
 En Creta también se sufrieron las consecuencias de la II Guerra Mundial y de una forma muy importante ya que la isla era un lugar estratégico con buenos puertos en mitad del Mediterráneo.
En este cementerio, alineadas perfectamente están las tumbas de más de 1500 soldados aliados entre británicos, neozelandeses y australianos.
Se nos hace la hora de comer así que vamos hasta el pueblo de Souda, pero no es nada atractivo pues no es mas que un gran puerto al fondo de la bahía, así que nos sentamos en su parque a comernos los bocatas antes de continuar con las visitas de hoy.
 Nos apetece ya tarde de playa así que nos vamos en busca de una que se hizo famosa gracias a una película que se rodó en 1964 protagonizada por Anthony Quinn, creo que ya lo adivináis, "Zorba el griego". Es la playa de Stavros en la península de Akrotiri. Dejamos el coche en esta pensando que es la susodicha pero no nos coincide con las escenas de la peli.
 Atravesamos una zona de rocas en las que la sal se cristaliza por efecto del calor. Creo que está echo a propósito para la producción y recolección de sal.
 Y llegamos a la verdadera y famosa Playa Stavros. Es una calita casi totalmente cerrada al mar con aguas tranquilas y una gran colina rojiza protagonizando el paisaje. La playa es bien guapa, aunque no las más guapa de Creta, situada en un entorno muy agradable. Esta formada por una pequeña cala donde apenas hay olas, aunque como punto negativo el agua, al menos hoy está bastante sucia, con muchos restos, trozos de plásticos y poco transparente. Igual es que lo arrastró la marea.
 Los restaurantes y bares de la zona no dejan de recordar con grandes carteles que aquí se rodó "Zorba el griego", el tirón cinéfilo funciona estupendamente con los turistas.
Disfrutamos de una tarde playera estupenda sin aglomeración.
Algunos no conformes con dejar el coche en el aparcamiento, lo meten literalmente en el agua. Muy bueno el colega, el agua del mar es lo mejor para joder los coches.
Antes de irnos brindamos en el Restaurante Almyriki con un par de "birras" por nuestras estupendas vacaciones.
Pero como hoy no estamos cansados llegamos al hotel y nos vestimos de guapos para salir a cenar y si encontramos algún sitio también para bailar.
Platanias dicen que es el lugar donde la peña sale de copas por la noche así que suponemos que habrá buena música. Cenamos de puta madre en un restaurante que no recuerdo su nombre pero es el sitio con los camareros más cariñosos y más bebedores que conozco. Igual por ello.
Como estamos viendo, la costumbre es que en toda Creta al final de las comidas los restaurantes invitan a fruta y a "raki". Pues bien, en este además los camareros se despiden brindando con cada cliente con su trago de "raki" seguido de besos y abrazos. Es muy probable que el "raki" provoque exaltación de la amistad sobre todo después del decimo brindis.
Después de este show gratuito nos metemos en un Pub. Ponen mucha música comercial, pero de la que nosotros queremos nada de nada. No ponen nuestra música, ni salsa, ni bachata ni nada parecido y el resto de locales aún peor. Bueno, a pesar de ello nos pasamos un buen rato y volvemos al hotel alrededor de las 2 de la mañana.





Alikianos-Topolia-Elos
Sábado 11 de Agosto de 2018
Como ayer trasnochamos un poco hoy no madrugamos. Hoy queremos hacer una ruta por la carretera que bordea toda la costa oeste.
De primero, ya que nos coge de camino nos acercamos a conocer Alikianos. La verdad que no vimos nada interesante, la Iglesia de la Santa Cruz y un memorial.
Hay un Memorial de guerra en recuerdo a la ejecución masiva por pelotón de fusilamiento de civiles. La ejecución la llevaron a cabo los paracaidistas alemanes en represalia por la participación activa de civiles en la Batalla de Creta.
Alikianos está en una zona fértil por lo que está rodeado de verdor, olivos y parras con uvas bien hermosas que dedican mayoritariamente a la elaboración de uva pasa.
El siguiente sitio donde paramos es en Topolia. Tampoco es que haya mucho que ver pero bueno, es un pueblín con color tradicional,
 Casas de piedra, calles estrechas en un estupendo entorno frondoso y montañoso.
 Una iglesia con su interesante campanario y lo mas llamativo del pueblo sin duda es una tienda de figuras todas ellas talladas en madera de olivo.
Puede que haya más de 1000 tallas entre grandes y pequeñas. Es bastante curioso el lugar.
Una cosa que nos llamó mucho la atención es que delante de la tienda tiradas por el suelo hay montones de monedas de céntimos de euro, se podría cargar un saco. Por el aspecto roñoso llevan mucho tiempo ahí tiradas, sin duda como reclamo es muy original.
 Continuamos ruta en busca de Elos pero de camino hacemos otra parada para ver desde arriba la garganta de Karsomatados.
 Como por muchos puntos estratégicos del paisaje en este también hay un hombre con un puestito de venta de bebidas alcohólicas principalmente de "raki "y "ouzo" de producción casera. La cabrita debe ser suya aunque no creo que la venda. Nos compramos una botellina de "raki al limón" que está muy rico. Casero es, pero no muy higiénico pues dentro descubrimos flotando una hormiga bien gorda. Eso no impidió que nos la bebiéramos pero eso sí en varios días y siempre a la hora de cenar en el hotel y sin intención de coger el coche.
No mucho más allá hacemos otra parada, esta vez en una cueva que encontramos al paso, la cueva de Agias Sofías. Es un covachón al que accedemos subiendo un buen tramo de escaleras que suben montaña arriba.

Dentro de la cueva hay una parte que está aprovechada como iglesia ortodoxa.


con las clásicas pinturas de iconos, Jesucristo, santos barbudos, la virgen con el niño y sin ninguna figura tridimensional.
  La entrada es gratuita aunque hay una cesta para donaciones. Pusimos un par de euros y encendimos una velita para hacer el paripé. Al lado de la carretera hay un restaurante y una tienda de souvenirs que vive de los visitantes de la cueva.
 En la entrada hay una chica que se limita informar y advertir de que se tenga cuidado con los resbalones. Se puede caminar por todos los sitios sin restricciones.
 Fué una suerte que llevamos un par de linternas frontales para bajar hasta lo más profundo pues apenas se ve nada allá abajo.
Hay enormes estalactitas y estalagmitas por toda ella. También está lleno de palomas que lo van cagando todo con saña.
Llegamos a la hora de comer a Elos y elegimos un restaurante que tiene buen aspecto, el Kastanof Olia que está justo al lado de un tramo de acueducto turco en ruinas.
Este es el acueducto turco que en realidad solo se conservan un par de arcos. Un poco más allá se distingue una capilla bizantina a la que ni siquiera me acerqué.
 Carol se pidió chuleta de cerdo a la parrilla con patatas.
Yo que soy más de comer los platos típicos, me pedí una "musaka" y para compartir ensalada cretense.
Comemos estupendamente, en un entorno relajante y fresco entre castaños y un arroyo con menos agua que la meada de un gato.
y como ya es costumbre de postre nos trajeron la fruta y el raki "by the face" en esta ocasión era "raki de castañas" y no estaba nada bueno.
En esta foto queda constancia que escribo las crónicas "in situ" a la vieja usanza, con la libretita y el boli que luego transcribo al blog "Trastero del viajero" al llegar a casa.
A partir de aquí vamos recorriendo la carretera que bordea toda la costa oeste de sur a norte. Dejamos atrás un montón de pueblinos agarrados a las laderas de las montañas que caen casi verticales hasta el mar. Las vistas desde esta altura sobre el Mediterráneo en calma son verdaderamente impresionantes.
Hacemos varias paradas para disfrutar el paisaje y cotillear las pequeñas iglesitas ortodoxas en miniatura
E incluso paramos para fotografiar rebaños de cabras que sestean en mitad de la carretera impidiendo el paso. La verdad es que campan a sus anchas.
 Este más que cabra es cabrón y por la forma como nos mira no es con intención de hacer amigos.
En todo el camino desde Elos no vemos prácticamente a nadie, parecen pueblos fantasma.
Akrotiri Kavonisi es el puerto desde el vimos hace días que zarpan los barcos hacia la isla de Gramvousa y la playa de Balos, ambas muy famosas por ser las más guapas de toda la isla. Estuvimos días atrás mirando precios y decidimos que lo mejor va a ser ir en ferry, así que sacamos un par de billetes por 28 €/persona para hacer el pequeño crucero el próximo lunes.
Así que ese día tendremos que madrugar pues el ferry zarpa a las 10:20 a.m. y desde donde tenemos el hotel en Daratso son casi 50 km. de tráfico lento.
Chania
Domingo 12 de Agosto de 2018
Hoy pretendemos tener otro día apacible así que solo cogemos el coche para hacer los cinco kilómetros que tenemos desde Daratso hasta el centro de Chania.
Paseamos al ritmo del que no tiene nada que hacer, que no tenemos que llegar a ninguna parte, ni nadie nos espera en ningún sitio, somos libres y eso es lo más gratificante y aún más si eres consciente de que quieres sentirte así.
Las callejas del casco histórico son muchas y todas muy chulas. Mira si hay, que tienen todo el casco histórico "petao" de ellas, no ponen más porque ya no hay más sitio.
A pesar de ser domingo están prácticamente todas las tiendas abiertas, mal para el bolsillo pues siempre acabas comprando algo.
 La profusión de plantas verdes, flores, decoración con carros antiguos, tinajas y aperos varios hace sentirnos en una pequeña aldea, Chania está dividida en ciudad vieja y ciudad nueva.
 No puede falta la foto del gatito, que todo el mundo sabe que es el animalín que más abunda en las islas griegas después de las cabras.
Bueno el otro bicho que también abunda es el turista con cámara ó en su defecto el turista con móvil y palo selfie.
Mansiones venecianas, fuentes, iglesias y monumentos bien conservados como el Minarete de la era otomana, el Ahmet Aga.
 Se pueden observar los barrios judíos y turcos, simplemente mirar tiendas ó sentarse en una sombra a ver el paisanaje pasar.
Las cafeterías y restaurantes tiran de recursos decorativos muy auténticos.
El sol aprieta de lo lindo así que nos sentamos a nos rehidratamos con un par de cervecitas bien frías contemplando el hermoso puerto veneciano. ¡ Que bien se está por estas tierras !, cielos azules, tan solo pequeñas nubes decorativas y esas calles sombrías y fresquitas con olor a mar.
Con tanto ir y venir se nos hace la hora de comer y como tenemos el kebab justo al lado aquí mismo que nos sentamos.
 Nos pedimos un "skepasti".La mejor traducción al inglés es "Gyros Cheese Burger" con todos los ingredientes de un "Gyros pita"  pero entre dos panes de pita, con más de todo y dejándolo unos minutos en la parrilla para que quede crujiente.
 Al otro extremo del puerto veneciano, dentro de un arsenal veneciano restaurado, hay otro pequeño museo marítimo donde pudimos contemplar la reconstrucción de una nave minoica la "Minoa" que es la copia fiel de una antigua nave comercial original.

Con ella hicieron en 2004 un viaje experimental partiendo desde Chania hasta El Pireo una ciudad situada en el sudoeste de Grecia navegando a vela y remo y tan solo construida con materiales naturales y herramientas tradicionales.
Continuamos el largo paseo hasta el faro.
dándonos una visión totalmente distinta de Chania desde el mar.
Y retornamos de nuevo al coche para ir hasta la playa al lado del hotel. Disfrutamosdel agüita caliente del Mediterráneo y un par de horas de sol antes de volver al hotel. Nos apetece subir a la azotea para degustar una rica cena con unas fabulosas vistas hasta que se pone el sol. Desde aquí vemos en el hotel de enfrente como los animadores levantan a la peña de las mesas para bailar el sirtáki. Una velada estupenda y un día perfecto.
Gramvousa-Balos
Lunes 13 de Agosto de 2018
A solo un día de dejar Chania para irnos a Heraklion hoy haremos la esperada excursión a Playa Balos.
Llegamos bien de tiempo y subimos al ferry sin esperar colas pues ya tenemos los billetes comprados de antemano. El ferry es enorme, el Gramvousa se llama, esta subiendo un enorme montón de gente. Partimos de puerto a las 10:30 a.m. y costeamos la Península de Gramvousa.
Desde el mar vemos perfectamente por donde van los coches a lo largo de la península hasta Balos. Por la velocidad que llevan la pista debe estar hecha polvo de baches aparte del atasco que están formando. Me alegro de haber elegido navegar, al final no sale caro pues se va el ferry de maravilla.
Al primer sitio que arribamos es a la isla de Gramvousa. Nos sorprende la impresionante estampa de una increíble playa de aguas transparentes color turquesa. También se ve sobre el peñón la muralla de un castillo-fortaleza veneciana del s.XV.
Nos dan una hora para subir a visitarlo pero a nosotros no nos apetece nada darnos el palizón. Hace un calor achicharrante y no es la mejor hora del día para escalar hasta allá arriba.
Preferimos pasear al borde de la playa
Y de paso ir a ver los restos de un barco hundido que veo a lo lejos, encallado entre las rocas. Lleva ahí desde 1968.
Un selfie para el recuerdo
Buscando fotos chulas del pecio.

A la hora prevista el capitán se lía a dar bocinazos para avisar que tenemos que volver a bordo. Seguimos rumbo a playa Balos ó laguna de Balos como también la llaman.
Llegamos enseguida y aún lo que faltaba era más impresionante que Gramvousa, solo descriptible en fotos y ni así se logran transmitir las sensaciones.
Tenemos hasta las 4:30 p.m. para disfrutarla así que aprovecho para subir bien alto y hacer algunas panorámicas. Y de paso como en todos los viajes plantar mi banderita de Asturias en el punto más emblemático. Creta queda conquistada.
Suena la bocina del ferry, que en un entorno de paz absoluta como este molesta de muchos cojones. Todos de nuevo a bordo, retornamos a Kissamos.
Como todos llegamos a puerto al mismo tiempo, todos nos queremos ir a la vez, así que el atasco lógicamente es irremediable. A menudo me llaman raro por que evito ir con el "rebaño" y lo único que hago es pararme a pensar y buscar soluciones racionales. El atasco se ve que va a llevar un buen rato y va en dirección a Chania así que nos damos un tranquilo paseo por el puerto mientras los demás se huelen los escapes unos a otros,
Y cuando vemos que el atasco se aleja nos movemos hasta el restaurante más próximo en el que nos sentamos a cenar y disfrutar del hermoso atardecer.
Y no puede estar mejor situado, con las mesas al borde mismo del puertín y una carta que ofrece pescado fresco que seguro que trajeron esta mañana en las pequeñas barcas que hay aquí atracadas.
 Acertamos de pleno, con los calamares y los boquerones.
Y también algo típico que no conocíamos todavía, los "dakos ", en realidad es una especie de pan tostado con sabor a ajo cubierto con tomate fresco, queso fresco y aceite con especias. Esta muy rico.
De nuevo el postre "by the face" bizcocho remojado y una botellita ó bombilla más bien, de "raki". La verdad es que este "raki" de hoy sabe a rayos, joder que malo y como quema. Abrasa desde la boca hasta el esófago parece disolvente de pintura.
La Fish Tavern "O Gero Tsegas" nos dejó muy buen sabor de boca y eso, tras un viajecito en barco que nos dejó encantados hace que el día sea redondo. En verdad, Gramvousa y Balos son visitas que no hay que perderse por nada. Anotado como imprescindible.
Y con esto llegamos a la mitad de las vacaciones. Mañana dejamos la zona oeste de Creta, lo que es Chania y Rethymon y nos trasladamos a la zona centro-este, a Heraklion, para continuar 10 días más recorriendo la otra mitad de la isla la provincia de Heraklion y Lassíthi.


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