lunes, 27 de abril de 2020

Descubriendo las Isla Cicladas-Grecia (Cap.2)


Esta fué la primera entrada con la que comencé a escribir este blog "Trastero del Viajero"
pero solo escribí el capítulo uno dejándolo sin terminar y aparcado durante nada menos que 11 años desde el 2009 hasta 2020.

Ahora retomo la segunda parte del relato y lógicamente, para recordar todos los detalles, reviso mis fotos y releo las anotaciones de la libretita en la que voy escribiendo mi "Diario de viajes", ¿ó creíais que tenia memoria de elefante?.


Picar aquí para ir a DESCUBRIENDO LAS ISLAS CÍCLADAS-GRECIA (Cap.1)

ISLA DE NAXOS

Jueves día 5 de Agosto del 2004

Bajamos a desayunar y a las 10:00 am. todos estamos puntuales dentro de los coches y dispuestos para recorrer la isla. Así da gusto organizar cosas.
Inma, la chica de Navarra, es de esas turistas típicas que lleva todo los puntos a visitar anotados meticulosamente, con amplia información y marcados en el mapa. Desde luego esto nos favorece y nos despreocupa a partes iguales, pues la dejamos gustosos hacer de guía. Ella tiene claro donde hay que ir para ver los sitios más interesantes de las islas.
Y para estrenar Naxos la primera visita del día va a ser al pueblo de Anno Sagrí donde podremos visitar el Templo arcaico de Demèter y Perséfone.


No cabe duda que el mundo da muchas vueltas. El Templo de Demèter y Perséfone se construyó en el siglo VI a.C. pero después de doce siglos las cosas y las civilizaciones ya habían cambiado mucho y el templo fué desmantelado y reaprovechados sus mármoles para construir una basílica allá en el siglo V d. C. Pero los siglos siguieron pasando y los tiempos cambiando y finalmente la basílica también resultó abandonada y derruida. Un grupo de arqueólogos alemanes intentó restaurar el original Templo de Dimitris devolviendo a su lugar algunas de las piezas saqueadas del original y así el Templo de Dimitris vuelve a poder ser visitado y contemplado de nuevo aunque desde luego no tan esplendoroso como en su origen, pues el expolio de su mármol fué muy intenso.


Continuamos la ruta y el paisaje cada vez se hace más y más espectacular. Esta isla está mucho menos poblada y en ella abundan las montañas escarpadas casi sin vegetación y los barrancos y valles con manchas arboladas. Las carreteras, al igual que en las anteriores islas son retorcidas, están muy bacheadas y son bastante estrechas. En una de las revueltas damos vista a un valle en el que  distinguimos al menos dos grandes iglesias ortodoxas y lo más interesante, entre las demás montañas el mítico Monte Zas, donde la leyenda cuenta que fué el lugar de nacimiento de Zeus. 


Según la religión griega, Zeus es la divinidad que gobierna a los Dioses del Olimpo, el Dios del cielo y el trueno. Aquí en el Monte Zas, cuentan que nació y se crió el mítico Zeus dentro de una gigantesca cueva, cuya entrada se encuentra a 630 metros de altitud sobre el nivel del mar de los 1.000 metros que alcanza la cima de este monte. En su interior los arqueólogos encontraron indicios de antiquísimas ofrendas realizadas posiblemente al citado personaje mitológico.



























En nuestro periplo pasamos por el pueblo de Apeiranthos donde hacemos parada obligada. El pueblo, construido en la ladera del Monte Fanari, es considerado la joya de Naxos por el hecho de haber conservado la autenticidad a lo largo de los siglos, cosa que se nota en cada callejón por el que caminamos y en cada edificio que contemplamos. Y lo mas destacable es que sus 1.100 habitantes aún mantienen vivo su propio dialecto que los entendidos dicen que delata su origen cretense.


Tomamos un cerveza fría en una de sus tabernas junto con los paisanos del lugar. A este no le importó posar para mi, bueno al menos no hizo nada para evitarlo.

Y aquí más que en otro sitio, algo nos llamó mucho la atención y es que todos  estos hombres llevan en su mano una especie de rosario pequeño que no dejan de manosear. Al parecer se llama "Kombolói" y no es un rosario ni tiene ningún propósito religioso, simplemente es un pasatiempo con el que quitan el estrés, la ansiedad y se relajan. Yo me pregunto, viviendo en esta isla y en este entorno ¿quien coño puede tener aquí estrés ni nada parecido?.



Ya hartos de pasar calor nos vamos en busca de alguna pequeña playa a poder ser apartada y tranquila donde nos podamos refrescar. No nos fué difícil dar con una de esas características pues apenas hay turistas por aquí con lo que estuvimos a nuestras anchas. Cuando nos queremos dar cuenta ya se va poniendo el sol así que regresamos a Chora.
Lo hacemos por la misma carreterita y la verdad es que a Carol y a mi como asturianos no nos inmuta  conducir por la estrechez de la carretera ni la altura de los barrancos pero noto que el resto de amigos poco acostumbrados a las carreteras de montaña van un pelín cagados y preocupados.
De regreso al hotel, duchita y salimos a cenar en compañía de la pareja de Navarra y los catalanes.
Después de la cena nos quedamos tomando copas y platicando con Kenneth y Ana hasta las 2:00 am. Inma e Iñaki estaban cansados y se fueron, son menos verbeneros que nosotros.


Viernes día 6 de Agosto del 2004

Madrugamos de nuevo para aprovechar el día, hoy toca viajar al norte de la isla. Queremos ver unas estatuas que dicen estan diseminadas por el paisaje. Dos de ellas estan relativamente cerca de la capital Chora.


Buscamos el Valle de Melanes y sus canteras de mármol abandonadas. Enseguida encontramos el primer "kouro" que si se extrajo de la cantera y se trasladó a Melanes pero está derribado con las piernas rotas y en un jardín del pueblo. Tendrá unos 5,5 metros de altura y está bastante deteriorado.


Poco más allá encontramos el segundo "kouro" está aún más destrozado, con las dos piernas rotas y el rostro desaparecidos.
El tercero y último lo tenemos que buscar mucho más lejos, en la punta norte a unos 35 km por una carreterita llena de curvas. Dicen que está en el pueblo de Apollonas.


La carretera nos regaló un paisaje espectacular hasta que  finalmente llegamos a la costa. Aquí en la cantera que hay sobre el pueblo de Apollón o Apollonas nos encontramos con el "kouro" mas grande de todos.
El llamado "Coloso de Dioniso", una estatua inacabada de 10,7 metros de largo y alrededor de 80 toneladas de mármol Naxian gris claro. Es de alrededor del siglo VII y VI a.C. En principio se pensó que era una estatua de Apolo pero posteriormente se identificó como la estatua de Dionisos.
Este nunca llegaron a desprenderlo del todo de la cantera. Se notan grandes grietas en algunas partes, es posible que fuera un motivo por el que abandonaron el proyecto.

Nos quedamos aquí mismo a comer y aprovechamos la tarde en la playa pues no es plan de regresar los 35 km para buscar otra playa más cerca de Chora. Esta no es de arena, es de pequeños cantos rodados pero aquí se está de flipar. Al igual que ayer en esta tampoco hay apenas vecinos de toalla y quién los necesita. Que maravilla disfrutar de estas playas casi vírgenes, libres de chiringuitos, de hoteles y del clásico turismo masificado.


Ya va cayendo la tarde, tenemos que regresar pues no nos da tiempo a visitar mas lugares. Aquí oscurece poco más allá de las 8:00 pm.

Volvemos a los coches y ostias, se me enciende el chivato de la reserva de gasolina. Estamos casi secos y desde que salimos de Chora no recuerdo haber visto ninguna gasolinera. Se me pasó mirar la aguja del nivel de gasolina cuando lo recojimos. Di por hecho que nos lo habían entregado con el deposito lleno, vaya fallo por mi parte. Esta fea la cosa, no se si llegaremos pues estamos aún muy lejos. Solo me queda conducir con la mayor suavidad posible, apenas rozo el acelerador y claro, a esta velocidad las distancias parece que son más largas. Que tensión llevamos, casi ni hablamos tratando todos de empujar con la mente. Curvas y más curvas, pueblos y más pueblos pero ni una sola gasolinera. Ya casi es totalmente de noche. Por fin, a lo lejos vemos las luces de Chora. Llegamos justo a tiempo de devolver los coches al Rent a Car. Lo entregamos con menos gasolina que la que lleva un mechero. Salimos bien por muy poco.

Después de una ducha salimos por el pueblo a hacer alguna compra. Yo me compro una tarjeta para probar la cámara digital que me encontré cuando nos íbamos de Paros pues no traía ninguna. Mira al menos quien la haya perdido no perdió sus fotos pues se había guardado la tarjeta.
Hoy elegimos cenar en un italiano. Después nos enrollamos un poco tomando copas en un par de bares y a modo de broma cuando nos dimos cuenta son las 4:00 am.


ISLA DE SANTORINI

Sábado día 7 de Agosto del 2004

Hoy de nuevo tenemos que cambiar de isla, así que hay que rehacer las maletas. Tenemos desayuno incluido pero nos lo perdemos pues con la trasnochada de ayer y sufriendo un pelín de resaca no nos apetece levantarnos muy temprano.
Más tarde con todo empaquetado nos compramos un bollo dulce en una panadería y nos sentamos a comerlo a pellizcos tranquilamente sentados contemplando el mar. El bus nos vendrá a recoger al hotel alrededor de las 12:00 am.


En el puerto ya vemos nuestro ferry, el que nos va a trasladas a la isla de Santorini.
Hoy el viaje va a durar unas cuatro horas pues tenemos la distancia más larga, unas 43 millas náuticas ó lo que es igual 80 km. pero seguro que nos pasa el tiempo sin enterarnos.
Ir todos en grupo es mucho más entretenido, siempre salen anécdotas y tonterías para echarse unas risas.
Y como preveía, durante la singladura de hoy aparte de los ratos de risas, fuimos avistando en la lejanía islas como Shoinoussa, Irakleia, Ios, Síkinos, además de cientos de pequeños islotes, sobrevolados por gaviotas y cormoranes, veleros que se cruzan a nuestro paso y la brisa marina en nuestra cara. Esto es una maravilla, que buen destino elegimos este año para viajar.


Y llegamos a Santorini navegando muy despacio por el centro de la gran bahía en forma de media luna. Parece que quiere abrazarnos con su enorme pared escarpada y rojiza. Santorini es totalmente diferente a todas las demás islas, es la más impactante. Es indescriptible la sensación de pequeñez que sentimos al mirar hacia arriba, viendo como se eleva la escarpada pared de 300 metros de altura hacia el cielo para finalmente estar coronada por cientos de casitas blancas que desafían la gravedad. Recuerda un gigantesco trozo de pastel de chocolate cubierto de nata al que hubieran troceado con una cuchara.


Atracamos al sur de la isla, en su pequeño puerto. En cuanto desembarcamos un autobús nos traslada por una carretera empinada que zigzaguea por la ladera hasta el pueblo donde tenemos nuestros nuevos alojamientos.

Santorini desde sus principios era una isla volcánica circular con constante actividad durante siglos. En todo ese tiempo se estuvo incubando la catástrofe y en época minoica entre 1600 a.C y el 1500 a. C (las distintas dataciones difieren en la fecha exacta) se desató la descomunal explosión (cuatro veces superior a la del Krakatoa en 1883) que volatilizó literalmente  la mitad de la isla. Provocó entonces un fuerte maremoto (tsunami) de 35-150 metros de altura que alcanzaría a barrer y devastar la Creta Minoica situada a 110 km de distancia. y que probablemente acabara con buena parte de su próspera civilización. Afectó incluso en la climatología de la zona mediterránea y cubrió con ceniza y piedra pómez lugares tan alejados como Turquía.

Mientras que en su parte oeste Santorini quedó desgajada con un fuerte cortado a plomo, la cara este desciende en suave pendiente hasta el borde del mar, propia de las erupciones más leves con expulsión lenta de lava y ceniza. En el centro de la bahía, posteriores erupciones, una en 197 a.C y otra en 1707 hicieron emerger dos nuevas islas que aún hoy continúan activas.


Llegamos finalmente a nuestro hotel que está un tanto alejado de la capital. Hasta ahora más o menos al grupo de amigos que hicimos en el viaje nos fueron alojando juntos ó en hoteles cercanos pero hoy no quedó de otra que separarnos. A nosotros nos toca el Hotel Alkyon a unos 500 metros de la playa y del centro, pero no importa mucho pues esta en una zona muy chula y tenemos a mayores una espectacular piscina. No nos podemos quejar.
Una vez instalados bajamos enseguida a Kamári para juntarnos con el resto y disfrutar del pueblo mientras buscamos un buen sitio donde cenar todos juntos y en buena compañía.


Después de cenar nos damos una vuelta y la verdad es que no vemos mucha marcha por Kamari así que pensamos que lo mejor seria irnos todos juntos a nuestro hotelito, al Alkyón. Compramos unas bebidas en el supermercado y todos para arriba. Al borde de la piscina juntamos unas hamacas, nos repartimos unas cervecitas frías, música suavecita para no alterar el orden público, pero poco a poco la cosa fué calentándose hasta que  terminamos todos tirándonos a lo loco dentro de la piscina. Ya es sabido que está prohibido utilizar la piscina por la noche pero con esta temperatura tan buena no nos pudimos resistir a la tentación. A las 2:00 am. la cosa ya se descontroló demasiado así que tuvimos que finalizar la fiesta si no queríamos terminar en la comisaría del pueblo.
La fiesta que nos montamos fué un éxito rotundo, inolvidable. Lástima que no pensaran lo mismo los gerentes del hotel.


Domingo día 8 de Agosto del 2004

Como en las anteriores islas, lo primero que hacemos es ir a alquilar un par de coches para movernos por toda la isla. Enseguida lo tramitamos y a las 10:00 am. ya estamos motorizados y en carretera.
Tomamos ruta directos a la Antigua Tera que está muy cerca de Kamári donde estamos alojados. La Antigua Tera es nada menos que las ruinas visibles y visitables de la antigua ciudad doria situada sobre el promontorio rocoso de Mésa Vounó, edificada sobre terrazas asomadas al mar. Esta fué una construcción posterior a la gran erupción.



Ya subir merece la pena, pues desde aquí arriba la panorámica sobre la isla es indescriptible. A muchos metros bajo nuestros pies tenemos la planicie donde se asienta Kamári. Sin los coches no hubiéramos ni intentado subir pues andando sería poco menos que un suicidio con este calorazo aún a pesar de ser temprano.


El yacimiento es enorme. Por toda la explanada esta esparcido el mármol en forma de restos de columnas, pozos, cornisas, restos de muros y toda suerte de objetos que en su día conformaban una ciudad perfectamente planificada. Esas ruinas fueron excavadas en la década de 1860 por el alemán Hiller von Gortringen y casi todo data de la época ptolemaica de los siglos IV y III a.C


A través del yacimiento vemos una basílica paleocristiana, restos de viviendas con mosaicos en sus suelos, el ágora (plaza de la ciudad) y un teatro con espectaculares vista sobre el mar Egeo. Aún se pueden distinguir claramente relieves tallados de un león, un águila, un delfín y un falo que simboliza a Zeus.
La ubicación de esta antigua ciudad desde luego no pudo ser mejor elegida, se podría ver acercarse las naves enemigas desde muchas millas mar adentro y situada aquí arriba el relieve le proporcionaba además una fortificación natural.


Nos hacemos algunas fotos típicas de turista, son muy chorras pero luego molan mucho.
Terminada la visita a la Antigua Tera, en la que por cierto pasamos un calor fuera de serie, nos largamos en busca de otro yacimiento que es tanto o más interesante por la importancia que tiene para conocer la historia y costumbres de la antigua Santorini en su época minoica.


Akrotiri es de la que estoy hablando. Fué una antigua ciudad subterránea, desaparecida y sepultada bajo toneladas de piedra pómez y cenizas durante la gran explosión volcánica en la Edad de Bronce. A pesar de los muchos años que llevan trabajando los arqueólogos, todavía sigue en pleno auge su excavación y va a ser por muchísimo tiempo más debido a su amplia extensión.





De echo es uno de los yacimientos más importantes del Mediterráneo por su estado de conservación impecable. Se la relaciona con la mítica leyenda de la Ciudad Perdida de la Atlántida. Akrotiri también se la conoce como la Pompeya Minoica.

Tal es su buen estado de conservación que aún tiene frescos en sus paredes que parecen recién pintados tras siglos de permanecer sepultados.
La ciudad fué descubierta ya allá por 1866 pero las excavaciones no comenzaron hasta 1967. En este tiempo se han desenterrado unos 40 edificios pero aunque parezcan muchos en realidad es una ínfima parte de lo que realmente ocupó la enorme metrópoli. Aún tienen que quedar enterradas autenticas joyas hablando en términos arqueológicos, pues por la escasez de enseres que se van encontrando en el interior de las viviendas, se intuye que tuvieron tiempo de desalojar la isla en su mayoría y llevarse sus bienes más preciados.


La mañana resultó muy cultural pero ahora ya nos apetece ir a refrescarnos al mar. Elegimos la Red Beach (Playa Roja). No se estrujaron mucho la cabeza para buscar el nombre de esta playa pues es literalmente roja debido al color rojo y negro de las rocas volcánicas de la pared que hay tras ella y que al ir desmoronándose tiñe la arena del mismo color. Es bastante guapa, bueno, mejor dicho bastante fotogénica, pero mala para el baño excepto que te guste el buceo y además está muy abarrotada de turistas debido a su fama y su pequeño tamaño. Nos damos un baño rápido para quitar el calor y de seguido nos vamos a buscar un restaurante donde comer. Elegimos "Taverna María" simplemente porque nos cayó en gracia su nombre tan español.


Regresamos al hotel a eso de las 4:00 pm. y pasamos la tarde tomando el sol y relajándonos en la piscina que ya llevamos muchos días de viaje y apetece algún ratito de relax. Quedamos en juntarnos a las 7:00 pm. todos de nuevo para ir a pasear y conocer Fira.


La capital de Santorini, Fira, es en sí todo un espectáculo por su situación en el paisaje. Es uno de los pueblos que veíamos desde el ferry de casitas bajas encaladas, todas muy apiñadas, callejuelas, escalinatas, pequeñas plazas y todo ello bellamente desplomado al borde mismo del acantilado contrastando con el azul intenso del mar. Es uno de los lugares más espectaculares de todo el Mediterráneo sin lugar a duda.


Paseamos relajadamente por la hermosa Tira en la que tampoco faltan los locales diseñados expresamente para atrapar a los turistas, joyerías, tiendas de ropa, de souvenirs y muchas otras por el estilo.
De pronto nos damos cuenta que todos los turistas se van amontonando en una misma zona. No cabe un alfiler más y preguntamos a la gente que es lo que pasa. Nos cuentan que desde aquí se pueden ver las mejores puestas de sol del mundo. Que importante es el marketing cuando está bien vendido. Bueno pues ya que estamos nos quedamos a ver la prometida puesta de sol.


Y este es el resultado, sin duda he de decir que ya las vi mucho mejores, igual es que hoy la bruma no nos dejó su mejor estampa. Finalmente terminamos todo el grupo desperdigados por ahí entre el resto de turistas. Solo continuamos juntos, Ana, Kenneth, Carol y yo y vista la imposibilidad de encontrar a los demás decidimos ir a cenar nosotros cuatro.
Finalmente, alrededor de la 1:00 am. y por pura casualidad, nos reencontramos de nuevo todo el grupo y regresamos juntos al hotel.

Lunes día 9 de Agosto del 2004

Un día más, como ya es costumbre inevitable, después de desayunar nos reunimos todo el grupo. Hoy de primero vamos a visitar el pueblo de Oía.


Este pueblín aunque parezca imposible, todavía es más guapo que Fira. Lo encontramos más acogedor, claro que  en esto también influye que está muchísimo menos atestado de turistas.


Su situación al borde del acantilado sobre el mar no deja de impactarnos a cada paso. Una vez disfrutadas y saboreadas sus callejuelas, sus coquetos rincones y su contraste contra el fondo azul decidimos ir un rato a la playa pues el sol ya está de nuevo castigándonos de lo lindo.


Bajamos hasta la orilla del mar que tenemos a 300 metros por debajo de Oía. Aquí abajo está el pueblo de Ammoudi. Son un puñado de casas a orilla del agua pero no hay atisbo de playa, simplemente un espigón de hormigón con unas cuantas barquitas de pesca amarradas. Pero el agua no decepciona, es tan cristalina que invita a lanzarse de cabeza. Y desde luego no hay peligro de chocar con las rocas del fondo pues a simplemente medio metro de la orilla, el mar se hunde en picado hacia un abismo absolutamente oscuro y bastante tenebroso que llega según dicen a 400 metros de profundidad. He de decir que acojona. Nos acercamos todos al borde y miramos el agua como si en cualquier momento fuera a emerger de las profundidades algún ser monstruoso, un tiburón ó lo que es peor la mitológica "Gorgona"


Las "gorgonas" según la mitología griega eran tres monstruos que se llamaban Esteno, Euriale y Medusa, hijas de las divinidades marinas Forcis y Ceto. La más maligna y conocida por excelencia era Medusa desde luego. Sus cabezas estaban rodeadas de serpientes y tenían grandes colmillos, manos de bronce y alas de oro y su mirada tan penetrante que el que osara mirarla a los ojos era convertido en piedra.
Pero dos minutos después se nos habían pasado los desvaríos mentales y sin más nos lanzamos al agua y nadamos y chapoteamos como críos entre las barcas de pesca hasta que nos entró el hambre.


Quizá el olorcillo que venía de los pequeños restaurante, nos abrió el apetito con más rapidez así que después del baño no lo pensamos y nos lanzamos a ocupar las primeras mesas de uno de aquellos locales donde servían calamares y pescaditos fritos entre otras muchas delicias típicas griegas.


Mientras estamos comiendo atraca en el espigón un pequeño velero de esos antiguos de madera bastante chulo. Se acerca el camarero y nos comenta que si ya fuimos a visitar las islas que tenemos enfrente. Le contestamos con una negación. Entonces nos dice que si negociamos con su dueño posiblemente nos pueda acercar a conocer los tres pequeños islotes que cierran la bahía de Santorini. Se llaman Thirasia, Nea Kameni (Nueva Quemada)y Palea Kameni (Vieja Quemada). Nos parece una propuesta muy atractiva así que enviamos a nuestra interprete Ana que es la que mejor domina el inglés a hablar con el capitán. Tras un breve regateo dejamos reservada la excursión para mañana partiendo de aquí mismo, del embarcadero de Ammoudi.


Ya va pasando la tarde así que regresamos al hotel para descansar, disfrutar de las instalaciones y sobre todo de la piscina.
A las 9:00 pm. nos vestimos pues quedamos con nuestro amigos Kenneth y Ana para salir a cenar. Hicimos buenas migas con todo el grupo pero con los que más tiempo echamos y mejor nos lo pasamos es con Ana y Kenneth.


Aunque nos lo estamos pasando de la ostia, no alargamos demasiado la velada y a media noche regresamos al hotel pues mañana tenemos que ir a navegar bien temprano y debemos ser responsables y puntuales.

ISLAS DE NEA KAMENI, 
PALEA KAMENI Y THILASIA 

Martes día 10 de Agosto del 2004

Nos levantamos temprano para ir haciendo preparativos, comprar bocatas en el supermarket y preparar la mochila para pasar el día navegando y caminando por las islitas.
A las 11:00 am. tal como habíamos quedado estamos todos embarcados y navegando rumbo a las islas de Nea Kameni, Palea Kameni y Thirasia por ese orden.
Nea Kameni que es la primera que visitamos es casi redonda, con un diámetro de 2 km. aproximadamente y que por cierto es el volcán más joven de todo el Mediterráneo.


Desembarcamos y de seguido subimos caminando por un sendero formado de guijarros de lava junto a otros muchos turistas hasta la cima, donde podemos contemplar varias chimeneas activas que expulsan humo y brota el amarillento azufre. Menos mal que nos advirtieron de traer calzado cómodo para caminar, además de abundante agua pues son islas deshabitadas y no hay tiendas ni nada donde comprar.


Subimos hasta la cima que está a 130 metros sobre el nivel del mar y desde aquí arriba podemos contemplar varios de sus cráteres. Este paseito nos está calcinando en vida, hace un calor insoportable tanto por el fortísimo sol como por el calor que desprende el mismo suelo por el magma.
Pero lo más preocupante son los turistas faltos de cerebro. Sorprendentemente me cruzo en la parte más alta con un insensato padre que lleva un bebe de pocos meses a la espalda metido en una mochilita con sombrilla, estamos locos o qué.


Regresamos sudorosos al barco que nos traslada a la siguiente isla, a Palea Kameni.
A esta ni siquiera se puede acercar, no hay donde atracar, así que simplemente el capitán nos invita a tirarnos por la borda e ir nadando hasta la orilla. Y así lo hacemos gustosos.


Que deliciosa está el agua, esto es impresionante, son aguas calientes, aguas termales marinas calentadas por la actividad volcánica. En la orilla hay una especie de lodo color óxido de hierro con el que algunos turistas se embadurnan la cara y el cuerpo. Dicen que tienen propiedades curativas. No lo pongo en duda pero desde luego paso de embadurnarme con esa cosa color mierda.
El día que digan que los zurullos de perro son buenos para la piel......va a dar mucho asco la gente.
Media hora de disfrute en el agua calentita y regresamos a bordo para continuar la navegación hasta la última isla, la más grande,
El velero ahora atraca en Thirasia, la tercera de las isla. Esta es bastante mayor que las otras dos y además tiene población estable. En el puertito vemos algunas viviendas y varias tabernas y seguro que en el interior de la isla hay algunas casas más diseminadas.


Nosotros decidimos sentarnos a comer los bocadillos en el mismo espigón y después darnos un baño y tomar el sol tranquilamente. A las 4:30 pm. volvemos a bordo del velero que nos devuelve a Ammoudi para finalizar la estupendísima excursión por las islas.
Cogemos los coche y regresamos todos al hotel. Nos damos un bañito en la piscina y bajamos a Kamari para comprar algunos regalitos para la familia, las vacaciones estan llegando a su fin. Hoy es el último día y ya mañana tenemos que coger el avión de vuelta.

A las 9:00 pm. nos reunimos todo el grupo pues hoy queremos hacer la fiesta de despedida. Elegimos Oía para ello. Cenamos en una taberna y finalmente regresamos a Kamari donde pensamos que tomarnos unas copas sería lo mínimo que debíamos hacer.


Estuvimos de fiesta por los pub hasta las 3:00 am. y antes de iros nos despedimos de Inma e Iñaki pues ya mañana se van temprano y no los vamos a poder ver.

Miércoles día 11 de Agosto del 2004

El viaje llegó a su fin. El resto ya os podéis imaginar, despedidas, abrazos, besos y ese sentimiento tan agradable de haber disfrutado de unos días, de unas vacaciones tan especiales que nunca las vamos a olvidar. Desde luego tampoco nos olvidaremos de los buenos momentos que pasamos con nuestros amigos de viaje, Ana, Kenneth de Cataluña, Inma e Iñaki de Navarra, Paco y Pepe de Alicante y Karmele y Maijo del Pais Vasco.
Así lo puedo confirmar escribiendo estas líneas. De este viaje hace ya 16 años y aún tengo recuerdos bien frescos de los momentos que pasamos por aquellas islas griegas, de aquellos amigos que el destino tuvo a bien juntar y que desde el primer instante hicimos tan buena piña, tanto que nadie que nos observara podría imaginar que nos acabábamos de conocer.


A lo largo del circuito
por las Islas Cícladas
visitamos:

Miconos
Delos
Paros
Antiparos
Naxos
Santorini
Nea Kameni
Palea Kameni
Thirasia





         FIN