sábado, 12 de diciembre de 2009

Aventura por Senegal

Este año como el anterior, queremos irnos de vacaciones en noviembre, pero estamos a finales de Agosto y aún no tenemos claro donde iremos. Llevamos todo el verano mirando viajes en varias agencias por Internet. Nos atraen los viajes por países exóticos pero todo lo que nos gusta se sale tanto de presupuesto que tememos que acabaremos quedando en casa.
Yendo en el coche una tarde, escuchamos por casualidad en Radio 5 una entrevista a una tal Nathalie Berseille, directora ejecutiva de una ONG.
A lo largo de la entrevista expone su causa:
-Nuestra asociación, la Asociación Española de Ecoturismo Activo "Campamentos Solidarios" no es una agencia de viajes, sino una asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo realizar ayuda humanitaria desinteresada en zonas de extrema pobreza del tercer mundo. Para ello construimos campamentos turísticos en lugares atractivos, gestionados y mantenidos por personas del lugar. Los viajeros que se alojan en estos campamentos tienen la oportunidad de ayudar un poco a gente muy necesitada. Lo normal es llevar algo de ropa, material escolar o medicinas, pero también vale participar " activamente" con los nativos de cualquier manera positiva.......bailar, intercambiar opiniones, observar la naturaleza, jugar a fútbol, sonreír.
Carol y yo nos miramos con los ojos como platos:Nada más llegar a casa consultamos su web, y al día siguiente contactamos con ella pues la cosa nos llama muchísimo la atención y parece una aventura muy emocionante y atractiva. Nos asaltan mil dudas y preguntas, nunca hicimos un viaje de este estilo y tampoco sabemos cuanto puede suponer en euros, así que cruzamos los dedos. Que mejor cosa, que poder conocer un país tan exótico como Senegal y además hacerlo en buena compañía y por una buenísima causa.
Después de varias llamadas telefónicas y algún email con ella y con Gonzalo, otro miembro, hoy estamos volando junto a otros 12 compañeros de aventura.
Como solemos tener por costumbre salimos en el autobus de Pola de Lena a las 00:55 y llegamos a las 7.00 AM al aeropuerto de Barajas en Madrid. Ocho horas interminables después, llega Gonzalo el organizador del viaje y su mujer Cuca. Poco a poco van llegando los demás, saludos, besos y pronto tomamos confianza.
Parecemos emigrantes con esas bolsas de cuadritos que compramos en las tiendas de los “chinos” llenas de ropa usada, medicinas, juguetes, chucherías, material escolar, vamos de todo.


Ya montamos una buena para organizarnos y facturar los equipajes. En concreto yo, coño, pesan más de lo permitido, 25, 27 Kg. y solo permiten 23 Kg. por bulto, ostias, yo que lo había embalado para que no lo entraran ni las balas y lo tengo que desarmar todo. Después de deshacer parte de los equipajes y rebajar peso colocándoselo a los demás del grupo, conseguimos que pasaran los bultos. Ufff..., que sudores. Bueno, ahora solo queda pasar el detector de metales y embarcar. Cuatro intentos después y ya sin saber que más cosas quitarme de encima y tras un cacheo del guardia podemos pasar. Todos al avión y nuevos problemas, pasa media hora y no despegamos. El comandante avisa que por motivos de seguridad no podemos despegar aún. Sube la guardia civil, registro a fondo de los baños una y otra vez. Revuelo entre la tripulación, Los pasajeros acojonados. ¿Qué pasa? pesquisas, registro a un pasajero, búsqueda de sospechosos. Una hora y no conseguimos saber que pasa. ¿Una bomba? ¿Droga? ¿averia?Me asaltan todas las dudas, pero nada de eso, gracias a dios.
A una de las azafatas le robaron la cartera con 200 € y toda la documentación. Al final descubren al caco tontamente. Se le cae la cartera al suelo, ¡ que ladrón más patetico, por favor !
Finalmente todo arreglado, con hora y media de retraso por fin despegamos.

Ahora que volamos tranquilos trato de recordar los nombres de todos los que formamos la expedición.
Gonzalo y Cuca (Miembros de la asociación)
Curra (Directora del departamento médico)
Bárbara (Pediatra y nuevo miembro)
Ana y Ángel (Ginecóloga y su marido, nuevos miembros)
José Ramón y Maite (Nuevos miembros)
Marta (Nuevo miembro)
Ana
Paola y Arturo
Carol y Javi (yo mismo).
También pienso en el equipaje, ¿llegara todo el equipaje?,¿llegará desparramado por el barrigón del avión?..... ¡Que suspense!.
Aterrizamos a las 11.00 pm que son las 10.00 pm. hora senegalesa.
Carol y yo estamos mataos de tantas horas de viaje. Ya llevamos 21 horas desde que salimos de casa.
Recogemos el equipaje (que por suerte llegó en buen estado) y después de luchar contra los maleteros, que todos quieren ayudar para sacarnos propina, y mil ojos para que no nos faltara ningún bulto, echamos en falta una de las maletas, La más grande, llena de medicinas.
Reclamación formal y a esperar que aparezca.
Ya pisamos la calle. Varios chavales de la asociación, meten la ayuda y nuestras mochilas en un 4X4 y nosotros vamos en un camión hasta La Somone a 83 km del aeropuerto de Dakar.
1.30 am cuando llegamos frente al hotel África Queen. Descargan maletas y nos vamos rotos a la cama. Antes de dormirme miro el reloj, son las 2:00 am.
El primer contacto con Senegal no es malo aunque se intuye que no va a ser sencillo. Mañana con la luz del día y más descansados seguro se vera distinto.

Viernes 30 de octubre 2009

6:15 am. suena el despertador, osea que cuatro breves horas de sueño y arriba.Desayunamos café con leche, zumo, tortilla francesa y croissant, con una bonita vista frente al Atlántico.




Bonito hotel, con piscina justo a ras de playa y respetando la construcción tradicional de techos de paja y caña.
Un tipo se presentó en el hotel para que puedieramos cambiar euros por moneda local. Como intermediario e interprete nuestro guía local, Ibou, un tío muy negro, flaco de dos metros de altura y muy buen carácter, descubrimos los francos CFA. Al cambio unos 650 CFA = 1€ aproximadamente.
7:30 am todos al camión bajo la insistencia de Gonzalo en respetar los horarios, que se conoce bien el tema y quedan muchos kilómetros para llegar a nuestro próximo destino.
Hoy nos dicen que el día va a ser duro. 550 km. por pistas y carreteras en mal estado llenas de baches, por las que cruzaremos tierras llanas de sabana, salpicadas con matorrales y baobab, hasta uno de los secretos mejor guardados de Senegal, las montañosas tierras bassari del sudeste. Con altiplanos escarpados, recónditas cascadas y exuberantes selvas en fuerte contraste con el resto del país.Tomamos la ruta hacia Tambacounda, la capital del sudeste de Senegal, atravesando las sabanas sudanesas repletas de baobab, esos extraños y típicos árboles africanos. Esta es la ruta más clásica de los viajeros que se dirigen de Dakar a Bamako, en Mali, camino de la mítica Tombuctú y la curva de río Níger.
Por esta ruta circula todo el transporte pesado comunicando uno de los puertos marítimos más importantes del este de África, Dakar con Mali.


Pasamos por N´bour donde paramos para hacer una visita a la sede de la asociación. En la ciudad de Kaolak cambiamos de camión, pues provisionalmente viajamos en otro, mientras arreglaban el que nos habían asignado.
Siguiente ciudad Tambacounda y entre medias una infinidad de poblados consistentes en chozas circulares unas con techos de paja y otras con techos de chapa mucho menos atractivas, algunas de adobe y otras con paredes de caña.
Mitad del tiempo fuimos comiendo polvo literalmente, solo lo evitabamos en parte con los pañuelos y los buff tapandonos nariz y boca para hacer de filtro.
Hoy tambien fuimos topando con una auténtica "invasión" de crios pidiéndonos regalos al paso del camión. Son simpáticos, sonrientes y muy obedientes.La mierda casi les tapa su color negro natural y algunos tienen color rojo tierra, que sucios están los pobres.Pero el resto del paisaje no es menos.

Todo lo inunda el polvo rojo, la basura, el agua corrompida y sobre esta mezcla la gente come, duerme, planta sus puestos de comida, de fruta y montones de ruedas viejas recauchutadas. Tambien pululan cabras, cerdos, rebaños de cebúes, coches chatarrosos que reparan lo que parece imposible de arreglar, incapaz de distinguir cual fue su color original. Un "caótico" caos valga la redundancia de inmundicia que se extiende a lo largo del camino, aumentando en gran medida en las proximidades de las llamadas “ciudades”. Se les llaman ciudades por su extensión, pues para nada se asemejan a nuestra idea de ciudad europea exceptuando el centro de Dakar.
Pero entre todo esto, destacan las sinceras sonrisas y las ropas coloristas sobre todo de las chicas, que no sabemos como pueden mantenerse tan limpias caminando por este lugar.

Hacemos una parada para comer de picnic en mitad de la sabana. Trajimos de España un bidón con comida, algo previsto por la asociación, pues debemos hacer al menos seis comidas en mitad de las rutas. Bocatas de jamón, chorizo, sardinas, atún, queso, etc. El pan y la fruta si la compramos por el camino en algún poblado. Un pan blanco muy rico y sandias y plátanos exquisitos. Para los guías y el chofer ensaladas de atún y víveres que no procedan del cerdo pues su religión musulmana lo prohibe. Sobre el tema de la bebida hicimos un fondo común para ir comprando cajas de cerveza "Gazelle", tamaño litronas, muchos litros de agua embotellada y unas cuantas latas de la internacional "Coca cola".
Todo lo vamos metiendo en una nevera portátil con bloques de hielo que tambien venden en las tiendecitas del camino. Como aquí no valen las delicadezas ni los excrúpulos, todos morreamos de las botellas en plan botellón, como dice nuestra pediatra Curra.
Ya entrada la noche llegamos al “campamento Wassadou” metido en plena selva junto al río Gambia.
Al llegar reparten linternas para todos con las llaves de las cabañas y dejamos nuestros equipajes en ellas.
Dormimos por parejas en las chozas que son de cemento pintadas con techos de paja, de construcción circular muy guapas y con ducha. Que lujo después del calor y el polvo que llevamos pegado del camino.
Cenamos en una larga mesa y como fondo el aullar de los babuinos en los árboles cercanos.
Después de la cena y una pequeña sesión de magia de Arturo, nos vamos a la cama y nos cubrimos cuidadosamente con las mosquiteras. Previamente estuvimos tapando los agujeros de las mosquiteras con cinta adhesiva pues están algo agujereadas y rotas. Una buena rociada de piretrinas por si se coló algún polizón, que los mosquitos aquí son peligrosos y nos pueden dejar de regalo malaria, denge o algúna enfermedad exótica nada recomendable. Son las 11.00 pm y mañana a las 6:30 am hay que levantarse para seguir camino. La experiencia de hoy por tierras africanas a pesar del calor, el polvo y los saltos en el camión fue más que divertida y emocionante. Estamos todos muy contentos y llevamos muy buen rollo a pesar de lo dificultoso del camino.

Sábado 31 de octubre del 2009


5:45 am, suena el despertador, a levantarse para ver nuestro primer amanecer en el corazón mismo de Senegal.













Las vistas sobre un sereno y crecido río Gambia son un espectáculo impresionante. Un grupo de 10 ó 12 babuinos se columpian en los árboles cercanos al campamento.
Poco a poco nos reunimos en la mesa para desayunar y retomar la ruta sin demora.
7.30 am todos camión. Gonzalo siempre insiste que no quiere retrasos y dejamos a duras penas este rincón privilegiado y hermoso.
Hoy 120 Km. de carreteras y 80 Km. de pistas de tierra nos quedan por delante hasta llegar al próximo campamento donde dormiremos esta noche. Visitaremos el Parque Nacional Niokolo Koba, reserva de la biosfera de unos 9.000 km cuadrados declarada patrimonio Mundial.



Llegamos a la entrada del parque y un montón de crios nos reciben a coro con su ya conocido “Tubab kadoo” osea “Blanco regalo”. Nos deleitamos haciéndoles fotos y forrándoles a chucherías y caramelos. Para entrar en el parque debemos contratar otro guía, obligatoriamente, para que nos dejen pasar y nos internamos en el parque con la esperanza de ver algunos animales.

El camino que atraviesa el parque es tan estrecho que las ramas cruzan la estrecha pista, por lo que la maleza se nos mete en el camión obligándonos a agacharnos y esquivar continuamente para evitar los ramazos, pues llevamos los laterales abiertos. Sin olvidar los baches que nos hacen dar con la cabeza en el techo, que por suerte es de lona.


Vamos topándonos con monos verdes, monos rojos ó patas, facoqueros, varanos del Nilo, antílopes, perdices, babuinos, gallinas de guinea, un calao y su hembra pero todos ellos son sumamente escurridizos y se dejan ver por corto espacio entre la maleza. Difícilmente se dejan fotografiar. Aún así tenemos suerte de ver algunos, pues el ruido del camión y el golpeteo con las ramas los debe ahuyenta a varios cientos de metros a la redonda antes de llegar a verlos. Que lástima no poder ir a pie, pero esta totalmente prohibido en el parque. Algunos animales puede resultar peligroso. Durante más de una hora nos adentramos en el parque hasta que topamos con un campamento en construcción. Aquí pudimos ver un leopardo guapísimo que habian capturado, pero lo mantenían en un cercado tras una malla metálica. Al vernos se mostró muy nervioso y agresivo lanzandose contra la red, una red cutre que lo separa de nosotros. Es una lástima que lo mantuvieran así, pero no habríamos corrido muy buena suerte si nos lo encontramos suelto saliendo de pronto del follaje.
En otro punto del parque damos con un hotel horrible de cemento, el Hotel Simenti, (todavía cerrado por estar aún fuera de temporada) situado en un hermoso mirador natural sobre el río Gambia. Tenemos suerte, hoy hay barquero y además le apetece trabajar. Nos embarcamos 18 personas en total, con un sol que amenaza freírnos la piel pues el toldillo de la canoa no nos cubre a todos. Navegamos más de una hora. Vemos algún pequeño caiman dormitando en la orilla, alguna garza levanta el vuelo y al final damos con hipopótamos. Claro que solo vemos sus cabezotas, pues el rio va muy crecido y se mantienen casi todo el tiempo sumergidos.

Casi a punto de una lipotimia volvemos al embarcadero















Mereció la pena, pudimos contemplar muy de cerca esos enormes e impresionantes animales en su hábitat.
Sacamos las provisiones del camión y comemos en un cobertizo del hotel.
A las 3.00 pm de nuevo al camión. Tenemos que desandar el camino para ir a la carretera de nuevo que nos lleva al siguiente destino el “campamento Badian”. Gonzalo mete prisa al chofer, pues le gustaría que llegáramos de día. Nuestro obediente conductor se lanza a toda leche y de repente parece que hay aún más baches y las ramas son mas espesas. ¡Que infierno! Somos como muñecos en manos de un anciano con parkinson.
Por fin vemos la salida del parque. Asfalto de nuevo y casi sin baches. ¡Que alivio!.
Pasamos varios poblados y sus construcciónes son circulares en su mayoria con techados de paja y paredes de caña entrelazada. Estamos entrando en la zona más remota, “El país Bassari”llamado así por su principal grupo tribal los “Bassari”.


A las 6.00 pm cruzamos un puente sobre el río Gambia y al llegar a Mako nos salimos de la carretera de asfalto y entramos en un camino de tierra. 1 km de camino de tierra nos lleva a lo que Gonzalo llama, “nuestra casa” el Campamento Badian”. El primero fundado por la asociación. Nos salen a saludar todos los que componen el equipo, todos nativos menos dos españoles que están como cooperantes voluntarios durante 6 meses.
Desde el camión a voces suelto una de esas frases míticas que luego se recuerdan durante todo el viaje.
¡¡ Pero que lejos vives, chaval!! –el descojone general.
Y realmente no esta mal dicho pues las distancias que en España se hacen en dos o tres horas aquí te das la gran paliza casi el día entero para hacer la misma distancia, debido al deterioro de las vías de comunicación ó la falta de ellas. Otra de sus tantas necesidades.
Aquí vamos a pasar tres días, trataré de aprender sus nombres un tanto peculiares para nosotros. Son muy amistosos, te acogen tan bien que te sientes parte de su familia y parlotean algo de español, cosa que nos agrada mucho pues excepto dos o tres del grupo los demas hablamos mas bien poco el francés.El "wolof" es el segundo idioma más hablado en Senegal aúnque hablan cerca de 50 dialectos distintos (muchos nativos hablan dos ó más dialectos ademas del frances) en esta zona africana.


Hoy sí que dormimos en una choza auténtica, al estilo Bassari. Se puede ver a través de las paredes de caña trenzada y el techo del baño son las estrellas. Una autentica pasada poder disfrutar de este lugar y vivir estos momentos. Un bidón con una cebolleta hace de ducha y para reciclar toda el agua posible lo tenemos que recoger en un cubo que ponemos entre las piernas. Esta se reutiliza luego para el water.


El lavabo esta echo con media calabaza grande colocada en alto con cuatro patas de bambú. El campamento forma un círculo y en el centro, un gran techo circular enorme con tejado de paja hace de comedor, salón de reuniones y sala de estar. Una gran mesa con rústicas sillas es todo el mobiliario. Nos reunimos todos como una gran familia y cenamos a la luz de una pequeña y única bombilla casi en penumbra alimentada por batería recargada por célula fotoeléctrica. En las cabañas nos iluminamos con faroles de queroseno y nuestras linternas frontales imprescindibles cada noche en casi todos los campamentos, ahora las hay pequeñitas con varios "led" que iluminan muy bien. No debemos olvidar llevar pilas suficientes y desde luego que todas regresen a casa esten con carga o no.
Cerveza fría a discreción, verduras, maíz, atún, con una vinagreta y patatas "raras" con carne guisada hoy muy dura, dicen que de cebú, no muy seguros.
Acabamos la velada tomando unos “cacharros” de ron con cola (lo traemos de Madrid) pero sin hielo pues probablemente no estén hechos con agua potable. Algunos chicos senegaleses se les fué un poco la mano con el ron, mañana resaca de caballo.
Son las 12:00 de la noche, a la cama que mañana comenzamos con el trabajo del reparto de ayuda humanitaria. Ya es hora de ponerse serios y dar un poco al callo.

Domingo 1 de noviembre del 2009

Me levanto a las 5:45 am para ver el amanecer pero por necesidades fisiológicas lo veo sentado en el “trono” gracias que no hay techo. De cuando en cuando algún vecino rompe el silencio tambien sentado en su trono privado.Para las 7:00 am ya hay mucho movimiento en el campamento y nos reunimos para desayunar.
De seguido tenemos que preparar la ayuda y repartirla en bolsas ya lista para entregar en los poblados que tenemos asignados. Poco a poco el campamento se va llenando de chavales, muchos crios, algun anciano pero muy pocas mujeres pues casualmente son las más ocupadas de los poblados, no dejan de trabajar durante todo el día. Entre todos vamos haciendo el reparto. Algunos aprovechan para llevarse alguna cosilla que les gusta, pero eso si, previo permiso. Son todos sumamente educados, tanto adultos como crios.





























Al final espectáculo de magia a cargo de Arturo (uno de los chavales que va con nosotros) que sabe algunos trucos muy buenos. Los chicos de aquí le acaban apodando“El gran Marabú” como por estas tierras llaman a los brujos y curanderos.
Los crios lo pasan en grande y los mayores más.Nosotros más si cabe, disfrutamos de todo lo que nos rodea, es tan distinto y peculiar para nosotros....

Pasamos el resto de la mañana comprando baratijas, pulseras, máscaras, intentando aprender a tocar el d´jembe y jugando con los crios. Un escultor del poblado me regaló una pulsera con una concha o “grigri” como ellos lo llaman. Un “grigri” es un amuleto protector que ellos llevan ya desde el mismo día de su nacimiento.
Me pide 35.000 cfa. por 7 mascaritas que al final de un largo regateo consigo cerrar el trato en 20.000 cfa. Parece buen trato son unas mascaras muy chulas.
No habian pasado apenas 10 minutos, llega otro escultor y me ofrece otras 7 mascaritas similares por 15.000 de mano y claro, pongo cara de flipe. ¿Me abra engañado el otro cabronazo?.
Mientras estoy en mis pensamientos el nuevo vendedor me dice:
-10.000 CFA.
Me dio un ataque de risa y entonces el hombre aún me las rebajaba más.
Yo diciéndole que ya era buen precio y el aún bajándomelo más, una situación muy cómica, sobre todo para los del grupo que se descojonaban viendo nuestro dialogo de besugos.
Si llego a regatear me las acaba regalando. Me dió mucha lástima y le dí 10.000 cfa. pues merecia vender a un precio justo sus tallas. Mientras tanto las médicas Curra, Ana y Barbara no paran de trabajar durante toda la mañana pasando consulta, es mediodia y la cola de pacientes es interminable. Curiosamente algunos de los crios solo se ponen en la cola para recoger un muñequito que las medicas les van regalando para quitarles el susto.
No obstante muchos de los niños tienen una o varias enfermedades, algunas como la malaria que la tiene casi todo el mundo. También nos sorprenden las médicas cuando nos dicen que lo que más recetaron fueron pastillas de jabón, parece que en su cultura no figura este pequeño detalle de la higiene. No cabe duda que lleva tiempo incluir algunas costumbres nuevas en sus costumbres ancestrales. Antes de comer aún nos da tiempo para visitar el poblado de Badian, una bonita estampa, todo compuesto de chozas. Los nativos sumamente amables con nosotros, cariñosos y los crios se pelean por ir cogidos de nuestras manos. Resulta tan chocante y agradable la situación que me asaltan emociones que nunca antes experimenté.


Entiendo que nos traten con tanto cariño pues les llevamos una pequeña ayuda que para ellos es sumamente importante sobre todo las medicinas. Imagina un simple dolor de cabeza y no disponer de una sola aspirina. Siento que me estan regalando mucho más que lo que yo les puedo dar, esas caras y esas sonrisas amables pueden conmigo, son personas extraordinarias.
A pesar de la suciedad las chicas van limpísimas al menos sus ropas de vivos colores y sus elaborados peinados de trencitas. Probablemente son más cuidadosas pues sus manos y una losa del rio es su lavadora. En contraste los hombres van más descuidados y algo mas sucios. Los críos ni que decir pues todo el día jugando tirados por aquí van de mierda hasta las cejas.
De regreso al campamento comemos y seguidamente todos al camión para llevar la primera bolsa de "ayuda" al poblado de Tambanoumouya.
El camino muy bacheado y se hace complicado por la vegetación.Llegamos y algunos del grupo nos vamos a visitar al jefe del poblado (nuestro guía Ibou hace de intérprete) para entregarle el bolsón y un balón para los crios. Como agradecimiento por la ayuda humanitaria el poblado nos obsequia con unas danzas tribales que nos dejan maravillados. Algunos del grupo son invitados a participan en el baile, un descojone tratar de imitar sus pasos de baile.
Terminado el espectáculo nos vamos y todo el poblado en gran comitiva nos acompaña hasta el río Gambia para despedirnos y lo hacen a lo grande, con tambores, d´jembe y cánticos.
Lo que nos espera ahora acojona un poco. Tenemos que atravesar el rio Gambia en una canoa echa de un tronco ahuecado y no confío que lo logremos sin nadar.Carol, Ana, Angel, más el remero y yo nos colocamos en una de las dos canoas y a punto estuvimos de volcar al subirnos, incluso se nos coló algo de agua.
Al mínimo movimiento la canoa apuesta por lanzarnos al agua. Voy que ni pestañeo pues no me apetece nada tener que nadar en estas aguas color café con leche. Al menos llevamos las cámaras en bolsas estancas por si pasa lo peor.Al final consiguió pasar todo el grupo casi sin mojarnos, son unos expertos con el remos







Por supuesto en la otra orilla no faltan los crios que enseguida nos cogen de la mano para llevarnos hasta su poblado Kerekonko. De nuevo visita al jefe del poblado y entrega de la ayuda humanitaria. Voy a dar un paseo con los crios y saco mi primera foto junto a unos baobabs a las afueras del poblado.


Empieza a oscurecer, son las 6:00 pm, subimos al camión de nuevo. Despues de un gran rodeo del camión para recogernos de nuevo, regresamos "a casa" por otro camino lleno de baches y ramas que nos azotan de lo lindo.
Ducha y a cenar. Rica ensalada de zanahoria, berenjena, menestra y huevos cocidos. Carne de ternera con salsa picante esta muy rica.
Esta noche espectáculo de máscaras al estilo bassari.


Una hoguera es toda la iluminación de la escena, músicos con d´jembe y bailarinas formando un gran circulo. La noche es mágica y la música rítmica e hinoptizante nos hace disfrutar de un ambiente casi irreal que nos hace sentirnos en el tiempo de los grandes exploradores africanos. Mientras vemos el espectáculo invariablemente los críos se apoyan en nuestros hombros mientras otros se sientan o apoyan en nuestras rodillas siempre rodeandonos y tocandonos.

A las 12.00 de la noche todo termina y cuando nos vamos a la cama, justo en ese momento avisan a las médicas que una chica esta dando a luz en la enfermería.
Que sorpresa, uno más en la familia. No sentimos ni medio grito, ni media palabra, silencio total.
Mañana veremos el pequeñín.

Lunes 2 de noviembre del 2009

Me levanto a las 6.30 am como ya es costumbre, salimos de nuestra choza para desayunar y nos comentan que la chica con su recién nacido ya se había ido caminando a las 5.30 am para ir a su casa en otro poblado a varios kilometros. Increíble la fortaleza y capacidad de estas mujeres.
Hoy conoceremos un mercado senegales de cerca.
Nos vamos a Kedougou. El choque es bastante fuerte, la experiencia de pulular entre el mogollón de tienduchas de todo tipo y con todas las cosas imaginables a la venta es impactante. Frutas y verduras, pescados desecados o ahumados que dan verdadero asco, carnes colgadas de ganchos al sol, incluso algo sorprendente un pequeño puestecito de relojes sin maquinaria, acojonante, quien puede comprar eso. Claro que aquí el tiempo trascurre a otro ritmo y no les importa tanto como a los blancos. Durante todo el recorrido nos escolta un chico en una silla de ruedas ya viejo conocido por su afición por pedir balones a los turistas y viajeros. Como lo normal es que no lleves un balón encima, él y sus amigos te llevan a una tienda que los venden. Compras el balón y cuando te das la vuelta lo devuelven a la tienda, se reparten la ganancia y vuelta a buscar otro turista inocente. Negocio redondo. Por suerte nosotros vamos sobre aviso y no picamos.



Es bonito ayudar pero jode que te quieran tomar el pelo.
La mañana se hizo un poco pesada pues la gente se lió a comprar telas y joyitas y ya sabemos todos como son las chicas en las tiendas.
Después de las compras vamos a visitar el hospital de Kodougou, bueno, solo va la mitad del grupo y el resto nos quedamos charlando tranquilamente en el camión. Se está bien, el cielo esta nublado y el sol no aprieta mucho. Ya vamos teniendo hambre y Borja uno de los colaboradores españoles tiene una lata de sardinas que comparte conmigo. Nos sabe a gloria el pincho de sardinillas.
Siguiente visita el poblado de Tomboromkoto.


Una pequeña clínica o dispensario es nuestra visita obligada. El deterioro de la pequeña instalación es latente. La suciedad esta por todas partes y las paredes piden pintura a gritos. Sin apenas medicinas y apenas material sanitario los médicos y enfermeros se tienen que defender como pueden para atender a sus pacientes. Aún así las médicas nos comentan que el anterior hospital el de Kedougou era peor. Corrían las cabras por el recinto y los restos de curas, gasas y demás restos las tiran justo a la puerta sin más. Es difícil hacerles comprender la importancia de la higiene y la salud incluso a los llamados enfermeros superiores.
Casi son las tres de la tarde cuando llegamos a comer, hambrientos como perros. Hoy casualmente solo un cucharón de carne con “ponme de terre” osea patatas, en francés, medio plátano y a correr. Menos mal que Cuca me trae foie-gras y pan tostado pues yo me quede como antes de empezar a comer.
Nos levantamos de la mesa directamente a nuestro querido camión y esta vez vamos a visitar la escuela de Mako


Bueno pues en Mako jugamos un minipartido de futbol con los chavales. Una auténtica comedia. Ganamos 2-0. Más bien nos dejaron ganar, son muy simpaticos y unos auténticos forofos del futbol en todo el pais.
Hoy lleva casi todo el día lloviendo, una lluvia suave y fina, cosa rara pues aquí solo sabe diluviar. Se agradece la pequeña bajada de temperatura. Nos relajamos el resto de la tarde en el campamento y vamos rehaciendo el equipaje. Mañana nos vamos del país Bassari. y seguimos ruta hacia la Alta Casamance, casi todos practicantes musulmanes, aunque quedan muchos animistas de la etnia Diolá, ósea que basan sus creencias en las que tanto los objetos (útiles de uso cotidiano o bien aquellos reservados a ocasiones especiales) como cualquier elemento del mundo natural (montañas, ríos, el cielo, la tierra, determinados lugares característicos, rocas, plantas, animales, árboles, etc) están dotados de alma y son venerados o tenidos como dioses. También tienen la creencia en la existencia de una alma que sobrevive a la muerte del cuerpo




No quieren bajo ningún concepto que se les haga fotos pues tienen la creencia que se les roba su alma, lo cual es un problema hacer fotografías en la calle, pues apuntes donde apuntes hay gente, se enfadan y gritan ¡¡ No Fotos!!. Creo que voy a robar un buen puñado de almas por estos andurriales.
Esta noche durante la cena nos propusimos aprender a Mame Sheick, un joven aprendiz de guía que nos acompaña, a hablar español. El por su parte quiere que aprendamos a hablar en su dialecto, el Wolof. Creo que vamos progresando.
A las 11.00 pm dejamos las clases de idiomas para irnos a dormir.

Martes 3 de noviembre del 2009

Esta noche dormimos mucho mejor. La lluvia de ayer refrescó el ambiente y no amanecimos empapados en sudor como anteriores noches. Hasta hoy todos los días amanece como con bruma, el cielo no esta limpio pero poco a poco acaba abriendo el día y aparecen nubes altas.


Nos vamos del campamento Badian temprano, bueno, como todos los días a las 7:30 am. Hay que recordar que aparte de viajar y disfrutar nos debemos a la causa que nos trajo aquí.
Tenemos que cumplir unos horarios y unas visitas y sobre todo tratar de ayudar en lo posible en los poblados que es nuestra labor principal.Retornamos por la carretera hasta Tambacounda para girar hacia el oeste dirección Kolda

Por el camino encontramos babuinos a montones por la zona que atraviesa el Parque Nacional Niokolo Koba. En un punto concreto de la carretera atravesados en medio más de 70 ú 80 monos que más parecian un grupo de manifestantes. Incluso se apartaban lo justo para dejar pasar algún coche que llegaba de vez en cuando para volver a colocarse de nuevo en el mismo sitio.
Llegamos a un pueblecito llamado Mandaduan y nos paramos para tomar una cervecita de las de aquí, la famosa “Gazelle” que esta rica y muy suave.
Uno de los motivos además de refrescar la boca y estirar las piernas, fue por la curiosidad de ver un bar de los de aquí. Paramos en el “Bar Mandaduan” como el pueblo y el chavolo era para verlo.
Mas adelante paramos en otro poblado, Diaobe, para dar un paseo por su mercado. Una autentica cochiquera al aire libre. La mezcla de olores que flotan en el aire junto con el colorido, variedad de productos y variedad de personajes es sorprendente y aún más sorprendente, la gente te pedía que les hicieras fotos solo por verse en la pantallita de la cámara, pero tanto crios como viejos. Resulta chocante lo simpáticos que son y en absoluto te acosan tratando de venderte sus baratijas.
Hoy tenemos que comer otra vez de picnic pues hasta Kolda no llegamos hasta bien entrada la tarde.


Nuestro conductor, Ushmaen, nos sorprendió una vez mas con su privilegiada vista, Se detuvo de pronto y se bajo del camión en busca de algo que vio cerca de la carretera. Un pequeño camaleón, la mar de majo, que estuvimos pasándonos de mano en mano y fotografiando. Acabamos bromeando sobre si no lo llevaría escondido en una cajita y de cuando en cuando monta el número de encontrar bichillos.
Le Firdou es el nombre del próximo alojamiento, uno de esos típicos hoteles de estas tierras que conservan la típica construcción en forma de choza circular pero estas son de ladrillo revocado de cemento pintado y techados de paja.Nos asignan una por pareja y entramos en la que nos toca en suerte. Al abrir la puerta el olor a humedad nos echa literalmente para atrás, está sucio y debe llevar meses cerrado.

No tenemos mosquitera y cuando movemos la cortina nos sorprenden una pareja de gekos bien gordos correteando por la pared. Vamos directamente a recepción para que nos cambien para algo más habitable si es posible y de camino nos topamos con Gonzalo y Cuca que están en la misma situación, también da asco su choza.
Nos dan la llave de otra y esta, esta limpia sin exceso, pero con su mosquitera e incluso una mesilla de mimbre con sus sillitas. Y lo mejor, hoy tenemos ducha de agua caliente con un caudal importante aunque con una pequeña pega. El agua sale totalmente de color chocolate pero chocolate con leche.
Aquí en Kolda nos cruzamos con otro camión de la asociación que hace el recorrido inverso y decidimos juntarnos todos para cenar juntos, conocernos y cambiar impresiones.
Este grupo va a cargo de Tafa, senegales, el delegado de la asociación aquí en Senegal.
Este grupo son de AXA seguros uno de los patrocinadores de la asociación. Fuimos a cenar a su hotel, que tiene una pinta buenísima, con una piscina de envidia pero…. Gonzalo ya lo conocía y la noche que durmió en el tubo que batallar toda la noche con un millón de cucarachas que Vivian detrás de la cabecera de su cama.
La cena estuvo rica pero no llegamos a congeniar nada bien con el otro grupo, catalanes, con unas ideas muy particulares de lo que es pagar los gastos a medias y otras pequeñas diferencias y puntos de vista.
Regresamos al campamento Le Firdou y sin demora a descansar.Hoy recorrimos 495 km por carreteras plagadas de baches. Fue un día duro e intenso. Caemos en la cama y tengo el tiempo justo para colocar la mosquitera antes de quedar como un tronco.

Miércoles 4 de Noviembre del 2009

Son las 6:00 de la mañana. Golpean la puerta pero yo ya estoy despierto.Debemos irnos cuanto antes pues hoy tenemos 100 km de pistas de tierra roja, 30 km de carretera seguro que con más baches que asfalto y 2 horas de piragua. Un día para saborear el auténtico espíritu africano. Nuestro destino de hoy es el campamento Seleki, el segundo fundado por la asociación.
Tantos km de pista de tierra van a conseguir que lleguemos un día más llenos de mierda y polvo hasta debajo de la lengua. Previendo esto, nos volvemos a poner los mismos pantalones sucios que ya llevamos sin cambiar desde el primer día y huelen a mandril. Tenemos que ahorrar ropa limpia pues es imposible lavar nada y vamos muy limitados de equipaje personal. Carol hoy va un poco agobiada por el calor que se está ensañando con nosotros y el puto polvo que lo reboza todo sin excepción.
Atravesamos los preciosos bosques sagrados de Boundié, Bari y Kalounayes en el que de nuevo nos sorprende Ushmaen y podemos contemplar los famosos monos de esta región, los Colobo Bay.
Ouonck es el poblado en el cual hoy tenemos que dejar ayuda humanitaria. En esta zona viven los Diolás una de las tribus que conserva en mayor grado las costumbres animistas de raíz pura africana aunque hoy día se mezcla con la musulmana. En realidad los que profesan el animismo son los Bedik a los cuales no visitamos por falta de tiempo.



En señal de agradecimiento por nuestra visita a su poblado, nos van a deleitar con una muestra de sus danzas tribales. A la llegada nos está esperando una multitud de gente en su mayoría crios, calculo que unos 350 ó 400, y nos llevan al ritmo de los tambores a través del bosque hasta una zona despejada sin vegetación donde nos colocaron 14 sillas para que todos estemos a gusto y en seguida los crios pequeños toman asiento sobre nuestras rodillas. Música de tambores, d´jembes, y unos instrumentos echos con corteza de palmera, componen la orquesta. Una vez más, la música es rítmica, con una monotonía hipnotizante, mientras, los danzarines y danzarinas salen al centro del circulo y patean violentamente a ritmo en una especie de duelo de brincos.

A casi todos nos fueron sacando al centro del gran círculo, llevados de la mano por un bailarín para hacernos bailar, bueno mas bien tratar de imitar sus movimientos, sin conseguirlo claro. El espectáculo resultó muy emotivo y la interactuación con estas gentes nos hizo sentir una buenísima comunicación, amistad y su gran agradecimiento hacia nosotros. A mi en particular me resulta sumamente chocante esa amabilidad y humildad que muestran, ¡Cuanto tenemos que aprender sobre lo que es educación y respeto!
De cuando en cuando van saliendo personajes ataviados con máscaras y disfraces que representaban distintos animales y dioses. El suelo polvoriento consigue que con los saltos y patadas al suelo de los bailarines y los enmascarados se forme una gran nube que casi impide respirar. Casi todos nosotros en esta ocasión participamos en la danza y nos implicamos totalmente al punto de que me lanzo yo solo a bailar ya sin que me vengan a buscar. Lo pasamos estupendísimamente con la contagiosa danza.
Terminados los bailes, nos acompañan de nuevo a nuestro camión en gran multitud y tras entregar al jefe del poblado el bolsón de ayuda y repartir chucherías entre los crios nos despiden agitando todos las manos.
Au revoir, amigos.


Tres horas más tarde por pistas de polvo llegamos al “campamento Seleki”.
Este poblado es distinto al de Badian. Aquí las chozas son de paredes y suelo de adobe con techos de caña y paja. En concreto nuestra gran choza alojamiento, es una grandísima choza circular con un pozo central y 10 habitaciones a todo alrededor.
Es una antigua y curiosa construcción llamada casa “impluvium” la cual esta construida de forma que el tejado recoge el agua de lluvia en el centro con lo cual resuelve en buena medida el problema del agua potable.
Precisamente este es uno de los mayores problema en Senegal y una de las aportaciones de las ONG. es la construcción de pozos y la instalación de bombas para extraer esa necesaria e imprescindible agua potable.
Nos asignan las habitaciones y sin otro deseo que quitarnos la mugre, buscamos las duchas pero…..no hay agua. Dios que putada, estamos tan polvorientos que parecemos canteros. Pero nos dicen que no hay problema, en cuanto vayan a buscar gasolina para la bomba y cargue el depósito nos podremos lavar.
Yo pienso que a cada momento estamos aprendiendo a apreciar mucho mejor las pequeñas cosas, que en nuestras casas son tan cotidianas y normales.Comemos bien rico y con el bocado en la boca, de nuevo al camión antes de que anochezca. Vamos a navegar por los manglares y disfrutar de las aves y la fauna de la región. Las distancias aquí se hacen eternas, tardamos una hora en llegar a Ziguinchor. Nos subimos a un cayuco, bastante pequeño para ir todo el grupo.


El paseo resulta una preciosidad pero surge un problema. La marea está bajando, el cayuco es muy inestable y vamos muy cargados, el fondo cada vez es más escaso y corremos el peligro de embarrancar. Para complicarse aún más la navegación se nos hace de noche antes de llegar al manglar, claro que el barquero se empeñaba en continuar y nosotros insistimos para que desista en el empeño, pues no íbamos a ver nada. Yo creo que nos engaño el cayuquero, sobradamente sabia que no había suficiente luz para llegar. Se nos hace totalmente de noche en el cayuco y solo disponemos de una pequeña linterna con la que va haciendo señales a la costa. Bueno y el móvil para comunicar con la gente del embarcadero. Parece que no avanzamos nada con el pequeño motor fuera borda y se nos hace interminable la travesia. Se ven cuatro pequeñas luces en el pueblo. Me estoy inquietando. Imagino que el resto tampoco van muy tranquilos. Me trato de relajar mirando lo único que se ve y es muy hermoso, miles de estrellas iluminan la oscuridad total. Esta pequeña experiencia nos hace a todos darnos cuenta de lo jodido que puede llegar a ser viajar hasta las Canarias o hasta España en patera. Un infierno, mucho, mucho miedo en medio del mar, sin luces, ni referencias y la inútil tarea de intentar nadar en caso de naufragar. Cuan grande tiene que ser su desesperación para intentar llegar a lo que imaginan una vida mejor.


El desembarco fue un tanto peligroso pues el suelo esta en pendiente y muy resbaladizo y húmedo pero logramos todos saltar a tierra intactos.
Otra hora de camión que me pareció interminable hasta el campamento. Voy totalmente agotado, muerto, no puedo abrir los ojos. Al llegar y antes de bajar del camión buenas noticias.
¡¡Agua, ya tenemos agua!! gritamos todos.
Que alegría poder darnos esa esperadísima ducha y además tiene buen caudal, que maravilla.
Empanadillas de pescado con salsa de cebolla, espirales de pasta con carne, dicen que de cebú y un salsa picante que esta buenísima. Que rico nos sabe todo. No hacemos ascos a nada aunque sobre nuestros platos pululan decenas de polillas y bichos voladores. Los evitamos manteniendo las linternas frontales apagadas y solo iluminados por una mínima bombilla que mas que ver se intuye.
A nuestro alrededor tenemos una gran planicie con pequeñas lagunas y marismas salpicadas de palmeras. Sacamos las silla a la explanada como si de una peli en el cine se tratara. Que hermosura, aparece roja, como su fuera el sol, es la luna llena.
Las estrellas pierden fuerza según se va iluminándolo todo.


Estamos muy cansados pero seria un sacrilegio perdernos este espectáculo.
Me entretengo enseñando algunas nociones y trucos de fotografía a Paola, como fotografiar la luna o hacer dibujos con luz.
Sacamos el ron Cacique para celebrar el momento y lo tomamos a pelo y caliente. La velada duró hasta las 00:30 am.

Un gran día, lleno de bailes, extensos arrozales, palmeras, bosques de teca, ceibas y baobab gigantescos, una zona guapísima. Todo este pintoresco estuario compone un laberinto por los que pasear en piragua es una maravilla para los sentidos.

Jueves 5 de Noviembre del 2009


Hoy me levanto temprano para ver el amanecer y dirás, ¡vaya novedad! pues si, madrugamos todos los días, nos estamos enganchando a este magnífico paisaje africano.

Los amaneceres africanos son para vivirlos y disfrutarlos con los cinco sentidos, las lagunas cubiertos de nenúfares, palmeras, baobab y esos enormes termiteros de dos o tres metros de altura destacando entre la verde vegetación. Pero no podemos perder tiempo, nada más desayunar todos al camión para visitar el poblado de Bandial un poblado Diola al cual también llevaremos ayuda humanitaria.
Para llegar hasta él, tenemos que dejar el camión, pues solo hay un camino que atraviesa la zona pantanosa y hay un punto donde están tratando de recomponer un puente. Caminamos un par de kilómetros hasta el pueblo y a pesar de ser muy temprano el sol nos está machacando.


El poblado esta literalmente metido entre fangales, pero tienen una buena escuela, una especie de cristianizada chabola-iglesia y una pequeña maternidad. También esta todo el pueblo lleno de fetiches vedados a la fotografía pues para ellos son objetos sagrados. Para nuestros ojos solo son vasijas y trozos de troncos encerrados en pequeños corralitos de estacas, curiosas costumbres, aunque muy respetables por supuesto. No es menos raro que tener figuritas de madera con vestiditos como pasa en nuestras iglesias, tambien muy respetables costumbres.
Yo sintiéndolo mucho no me resistí e hice alguna foto de ellos y sus fetiches.
Visitamos a los niños en la escuela, la maternidad y después de un tranquilo paseo por el poblado y entregar la bolsa con la ayuda desandamos el camino hasta el camión.
Por supuesto, de regreso al camión un montón de críos nos acompaña y Carol les fue aprendiendo canciones, que ellos repetían a coro. Tambien imitaban cada cosa que hacia. Incluso se agachó para atarse una bota y todos se agacharon para atar su botas, ficticias pues todos ellos van descalzos. Son la leche de majos.
De regreso pasamos por el poblado de Seleki y Arturo les hizo una pequeña sesión de magia a los crios de la escuela. Ellos a su vez nos cantaron canciones todos a coro.
Ahora de nuevo en el campamento por fin un rato de relax. El cielo está totalmente azul rabioso, sin una sola nube y el calor es insoportable. Menos mal que esta casa es muy fresca, en su patio interior por el tipo de construcción. Cosa distinta son las habitaciones que a pesar de no tener ventanas, entrar en ellas es la misma sensación que entrar en un horno de pan. Después de una opípara comida otra vez de excursión, esta vez sin maldita gana, que pereza, pero tenemos obligaciones que cumplir.
Una hora y media de pista de tierra en el camión con esa modorra que da después de comer y llegamos a un punto donde nos espera una patera de un tamaño muy considerable.



Navegamos por un brazo del río Casamance hasta la isla de Eloubaline que está metida entre un verdadero laberinto de manglares en la zona de la Baja Casamance. No me gustaría que nos perdiéramos por aquí, nunca más conseguiríamos salir.
Primero visitamos la casa del jefe, sus casas impluvium y todas las otras rarezas , como sus fetiches que enseguida nos advierten que nada de fotos. No olvidemos su creencia animista bastante bien conservada aquí, pues el aislamiento impidió su invasión por parte de otras tribus por lo cual conservan las suyas intactas.
Al final de la visita al poblado, sus gentes y costumbres, pudimos tomar unas cervezas mientras admirábamos una especie de museo etnográfico con sus instrumentos de música, caza y pesca con la que subsisten, además de la recogida de ostras de los manglares.



Me compré un instrumento musical llamado “Leggett” que consiste en media calabaza en cuyo borde cuelgan pequeñas conchas que hacen sonar al girar la calabaza, yo me lo puse por sombrero. Soy algo payaso.
De regreso en la patera tuvimos que acabar metiéndonos de “patas” en el río por falta de fondo, esta baja la marea.
Nos dejó al lado de un extraño hotel, frecuentado por turista aficionados a la pesca, donde tomamos un buen descanso regado con cervecitas y frutos secos. Ya se que parece que no hacemos más que tomar cerveza, pues sí, la deshidratación es contínua pero gracias a dios para nada notamos el alcohol, se suda antes de que haga efecto.

También visitamos la casa y la familia de Mari Pierre, una chica que siendo muy niña en el primer viaje de Gonzalo y Cuca se encariñaron tanto mútuamente, que cada vez que vuelven a Senegal no se separan durante la estancia en Seleki. Despues de visitar a sus padres nos despedimos de ella.
Y llegamos nuevamente a la tranquilidad del campamento.
Cenamos casi totalmente a oscuras pues los bichos se empeñan en aterrizar en nuestros platos, así que ojos que no ven….
En la explanada cercana, empezamos a ver como se avivan las llamas de una hoguera y suenan los primeros acordes para afinar los instrumentos. Nos parece oir incluso una guitarra española.





Esta noche tenemos fiesta de despedida, mañana nos vamos.
El espectáculo que nos ofrecen hoy es muchísimo más refinado y las voces de las chicas y en particular la del cantante, con una voz rota, nos dejó un buenísimo sabor de boca. Aún muchos días después ya de regresa a casa en España tarareamos la pegadiza melodía de cuando en cuando.
Hoy nos vamos a la cama menos cansados pues solo hicimos 20 km de pistas. Mañana la cosa cambia, tenemos un día especialmente duro, sobre todo porque tenemos que atravesar Gambia y según dicen los que ya estuvieron en otras ocasiones que no es tarea sencilla.



Viernes 6 de Noviembre del 2009

6:00 am en pié y a las siete en la carretera.
200 km de malas carreteras por delante, esperemos al menos que no sean polvorientas.
Durante muchos kilómetros atravesamos humedales, zonas boscosas y algún que otro control militar, estos apostados en "chabolos" cutres a lo largo del camino y llegamos a la frontera con Gambia. Nuestro guía, Iboe, sale cargado con nuestros catorce pasaportes y tras diez minutos ojeándolos nos dan paso.
Dos kilómetros más adelante un nuevo control.
Aquí se ponen un poco más duros y nos hacen bajar a todos y pasar delante de ellos andando, imagino que para ver nuestras caras y saber cuantos vamos. No es muy recomendable protestar, asi que lo que digáis gambianos,“si wuana” a mandar.

Seguimos ruta y pocos kilómetros más adelante, nos detienen de nuevo. Esta vez el control parece mucho más importante por el aspecto del puesto de control, en el que hay un montón de policias y funcionarios uniformados y con caras de pocos amigos.
Veinte minutos nos tienen bajo un tejadillo, mientras nuestro intrépido guía va de mesa en mesa mostrando pasaportes y regateando sobre la suerte que correremos. Desde fuera, por la ventanilla, Curra les regala unos bolis, e inocentes como niños se pelean entre ellos por quedarse con uno. ¡¡Dios, en manos de quien estamos!!.
Al final Ibou logra su cometido y sale sonriendo como es habitual en él.
Nos dice: Hemos tenido suerte, solo tuve que pagar 60€ por el visado. En principio nos pedían 30€ y un control visual de todo nuestro equipaje. Se conformaron con el doble si pasábamos sin inspección de equipaje, a lo que finalmente accedieron.
No parece buen trato, pero en realidad nos libramos de que nos requisaran probablemente alguna cámara de fotos y cuantas cosas se les antojara que debían requisar. De momento seguimos adelante.
Llegamos a un cruce unos kilómetros más adelante y alto ahí. Una policía gorda y con cara de chulilla nos vuelve a pedir pasaportes. Esta se conformó con 1000 CFA. poco más de 1 €.
Otro tramo de carretera y otro control policial y 1000 CFA más. Esto parece que nunca se va a terminar. Esté suelta al guía: Dame algo y seguir. Este al contrario que otros, ni siquiera dio la disculpa de que es el precio del visado. Una, dos, tres, cuatro…siete controles llevamos ya. Empezamos a estar hasta los huevos de ellos. Menos mal que Iboe es muy paciente, muy buen regateador y vamos poco a poco atravesando Gambia.Este país vive principalmente del turismo y todos desde el propietario de un gran hotel hasta el mas pequeño vendedor de baratijas reclaman su parte al turista. Hay diferencias, las carreteras costeras por las que circulamos son muchísimo mejores, hay semáforos, coches 4X4 nuevos y muy caros, niños uniformados que salen de la escuela. El idioma oficial es las ingles, ya que fue colonia británica desde 1886 hasta 1965 que se declaró independiente.
Ocho, nueve paradas y nuevos sellos en nuestros pasaportes, incluso en algunos se suben al camión con su fusil ametrallador y nos miran las caras un tanto intimidatoriamente. Como vamos comprobando solo paran a los blancos, somos un ingreso fácil de dinero en los bolsillos particulares de los policías. 2000 CFA más y seguimos adelante. Ya empezamos a perder la cuenta de los controles y por fin llegamos a la capital, Banjul.

Nos engaño el aspecto del país en principio por el buen asfalto de las autopistas por las que circulamos, pero la capital es tanto o más sucia y deteriorada que Dakar. Llegamos al puerto para coger el ferry, el cual nos llevara al otro lado del río Gambia en la ribera norte. La desembocadura es inmensa y parece mar abierto, casi no se ve la otra orilla .Nos damos una vuelta por las calles de los alrededores del puerto mientras esperamos para entrar en el puerto, pero nos parece peligroso y decidimos dar la vuelta enseguida y subir al camión que es nuestro hogar y protección. Nos dan paso para hacer cola antes de subir al ferry. Hay un buen motón de vehículos y gente esperando para embarcar.
Gonzalo nos advierte que no hagamos fotos, más que nada porque algún policía te pueden requisar la cámara o echar una multa porque sencillamente se le antoje. Pueden meterte hasta 100 € de multa o incluso detenerte varias horas. No les voy a dar la oportunidad, se joden.
38º C. a la sombra del toldo del camión, que ganas tenemos de salir de Gambia y solo hace dos horas que entramos en él.
Ya tenemos un ferry atracado para salir, hoy dicen que va más lento de lo normal pues de tres ferrys solo uno funciona , los demas estan averiados. Al final se completa y se va sin nosotros. Iboe va a tratar se sobornar al encargado para que nos cuele en el siguiente, no queremos pasar la noche aquí. Mientras esperamos las chicas van al wc. del puerto, limpio sorprendentemente y yo las acompaño por si acaso. Carol sale la última y cuando regresamos al camión ella y yo la verja esta cerrada con candado y el policía que tiene la llave no está. ¡Vaya putada, como vamos a salir de aquí!. Trato de mantener la calma o puede ser mucho peor. Un hombre nos dice algo que no entiendo y por señas nos indica que pasemos Carol y yo a una nave que está repleta de trastos. Abre una puerta que da al exterior. Que suerte que dimos con un tipo amable, no las tenia todas conmigo. Como esto va para largo decidimos comer subidos en el camión. No va importar que caigan miguitas en los asientos, sobre los dos dedos de polvo rojizo y trocitos de ramas y hojas que vamos acumulando por el camino.
4:00 pm cuando nos dan por fin paso al ferry. Ver como se llena de gente hasta la bandera acojona. Esto no puede flotar, es un puto hierro oxidado.
Mujeres con grandes fardos sobre las cabezas y sus hijos a la espalda, soldados, cabras, dos tipos cargando con una nevera, gallinas, incluso una vaca.
Subimos al ferry sin descender del camión, no nos apetece bajarnos para nada. Enfila la rampa metalica pero al tratar de pasar no nos dejaron espacio suficiente. Hay un 4X4 mal colocado y nos impide subir. Tratan varios hombres de moverlo a golpe de riñón, están locos, es imposible. Al final mueven toda la cola de coches y consiguen cerrar la compuerta tras nosotros.
El calor es impresionante. Parece que nos hubieramos subido a una barbacoa gigante.
¿Cómo sobreviven con este calor? Nos estamos asando como pollos.
Nos movemos muy poco a poco y parece que flota, al menos de momento.
40º C. y a paso de tortuga.
Por fin atracamos y junto a toda la marabunta de gente, animales y vehículos salimos de nuevo a la carretera. Que alivio el fresquito del camión en movimiento de nuevo.
De nuevo buena carretera, bien asfaltada, en contraste con las calles de la capital.
En poco tiempo llegamos a la frontera con Senegal al norte del país.
En total hicimos 100 Km. y empleamos 7 horas para cruzar Gambia, una auténtica locura.
Lo mejor del día fueron los crios de la frontera que nos hicieron reír un buen rato con sus picardías y trucos para pedir caramelos. De nuevo en Senegal, la policía senegalesa aún nos hizo pasar tres controles, pero estos gratis.
Hotel Keur Bamboung, que lujazo vistos los que fuimos dejando atrás. Chozas tradicionales con techados de paja con sus paredes de cemento. Interior limpio y muy guapo, con mucha iluminación y aire acondicionado que además funciona. Además tienen una piscina enorme, con el agua limpia. Debe ser cloro mitad por mitad, por el olor que despide. Nos damos un baño estupendo, desinfectante, largamente esperado. Que lástima no poder disfrutarlo más, solo pasaremos una noche aquí.
Como se saborean los pequeños placeres por estas tierras y que bueno es echar de menos de vez en cuando las comodidades básicas y mundanas.
Antes de cenar pudimos comprar en unas pequeñas tienditas instaladas dentro del recinto, una máscara grande muy chula y un tapiz de 1,20x1,00 m. por 15 € y 20 € respectivamente.
La cena muy rica a base de pescado, espaguetis y postre de helado. Un gran cuenco quemando incienso nos ahuma pero no consigue su cometido real. Ahuyentar los insectos, coleópteros, cucarachillas pequeñas y otras especies interesantes para los entomólogos, pero menos interesantes para nosotros, pues amenazan con llenar nuestros platos de crujientes tropezones con patas. Carol llegó a cazar más de 20 pequeños escarabajos con su vaso.


Sábado 7 de Noviembre del 2009
Campamento Simal va a ser nuestra siguiente escala para pernoctar a 100 Km. de aquí.
Un día más desayuno tempranero y enseguida nos subimos a un cayuco en el embarcadero mismo del hotel Keur Bamboung. Recorrer un tramo del río Saloum y visitar la isla de Sipo y su poblado (el cual tiene una reina) es el objetivo. Vegetación de manglares, muchos tipos de aves, garzas, pelícanos, águilas pescadoras, etc.
10:00 am retornamos al embarcadero y nos vamos del Keur.
Saltar y dar tumbos por estas carreteras echas polvo, es agotador , pero el paisaje merece el traqueteo.



De cuando en cuando circulamos por el agua pues la marea cubre la carretera convirtiéndola en un fangal. Paisaje verde, salpicado de palmeras y garzas blancas que levantan el vuelo a nuestro paso.
Pueblo de Foundiougne, cogemos un ferry esta vez muy pequeño. El agua es protagonista durante todo el camino que nos lleva a Simal. Mientras hacen los trámites para subir al ferry damos una vuelta por el pequeño puerto y algunos del grupo compran unos cuadros echos con tierra de distintos colores de varias zonas de Senegal, muy buen trabajo.
Una vez pasado el brazo del río, más traqueteo hasta Faoye, un poblado donde la asociación tiene previsto hacer el próximo campamento.
Según Gonzalo es probable que aquí hagan las cabañas al estilo de los palafitos sobre el agua tranquila de la marisma, pues es una zona inundable por la subida de la marea. Esta en un entorno precioso. De nuevo aquí comemos de picnic y mientras algunos del grupo van a visitar el poblado cercano, otros nos quedamos a disfrutar de la tranquilidad a la sombra de unos árboles a la orilla de la marisma.
Ya con la barriga llena seguimos ruta y un poco más adelante tenemos que dejar el camión para ir caminando hasta una patera que nos llevara navegando al campamento Simal que esta cerca del poblado del mismo nombre. Navegando por la marisma oímos tambores y d´jembes a lo lejos y vemos un grupo de lugareños que nos esperan en la orilla cerca del rústico embarcadero.
Descendemos de la patera y directamente las chicas nos cogen de las manos para bailar con ellas, un ritmillo que yo interpreto a mi modo meneandome como un merengue, de nuevo haciendo el payaso. Les resulta divertido mi meneito. Pasamos un rato estupendo por el recibimiento. Las chozas de este lugar son un tanto diferentes, se parecen a grandes iglús de paja. Una estrecha entrada con una puertecita sin cerradura que no cubre el hueco y el suelo hecho de cemento con cientos de conchas incrustadas. No pega mucho pero se agradece caminar descalzo y no llenarte los pies de polvo al bajar de la cama. Todo el campamento esta al mismo borde del agua, de suelo arenoso y las palmeras se retuercen sobre el agua. No puede ser más tranquilo y atractivo el lugar. Idílico.
El wc en la parte de atrás como ya viene siendo habitual sin techo. Nunca se concentran olores, gran idea, pero los petardeos son compartidos con todo el campamento. La ducha no muy acertada pues esta tan baja que nos tenemos que duchar en cuclillas.
Una vez instalados nos damos un baño en la marisma y aunque el fondo es fangoso y el agua no muy transparente, esta calentita, nos supo a gloria.
Es uno de los lugares más guapo que vimos hasta ahora por su situación casi dentro del agua y sobre todo por la impresionante puesta de sol, que ni siquiera intenté fotografiarla pues preferí hacer una foto mental y recordarla con los cinco sentidos. Es verdaderamente paradisiaco.
Curiosamente se nos unió un caballo al baño, un chaval lo estuvo frotando pacientemente. Que peculiar es África.
La cena esta noche es al aire libre, aquí no hay comedor techado.
Pequeñas gambitas fritas muy sabrosas y carne de cebú con patatas, ya veis que la variedad en carnes en muy corta. El postre sandía. Son las 9:30 am. y se empieza a oír música en el poblado cercano. El guía nos comenta que eso es la "discoteca", que hoy es sábado y tienen baile esta noche. Nos pica la curiosidad, ¿Como serán aquí las discotecas?
Una buena caminata hasta el pueblo a la luz de las linternas frontales y llegamos a la puerta de la disco. Nos llevamos un pequeño chasco ues no abren al público hasta las doce de la noche. Aún así nos dejan echar un vistazo y simplemente es una gran sala rectangular con el suelo de tierra, sin ningún tipo de decoración y tan solo un aparato de música que más que sonar atruena pues reverberaban los grandes altavoces. La música que se oye es música disco senegalesa.
Salimos a la calleja y acabamos rodeados de un montón de chavales. Somos un espectáculo para ellos, cinco chicas y un chico blancos y nuestros dos gúias negros.
De pronto Ana le da por hacer el chorras bailando en mitad de la plazuela y detrás todos nos liamos a bailar como buenamente podíamos con aquella música grillera.
Enseguida nos cansamos de hacer el mono y nos volvimos al campamento.
Antes de ir a la cama Carol y yo nos fuimos a contemplar las estrellas sobre el embarcadero. Apetece dormir allí mismo, mirándolas. Este lugar es realmente impresionante, que tranquilidad, que silencio.

Nos vamos a la choza y después de revisar y tapar los agujeros de la mosquiteras con cinta adhesiva nos metemos en el saco-sabana pues la brisa es fresca por primera vez, supongo que es por la cercanía del mar.

Domingo 8 de Noviembre del 2009

Es una lástima tener que irnos de Simal pero hay que seguir, siempre seguir adelante. Hoy es el último día que Carol y yo pasamos con el grupo. Para ellos es el último día en Senegal, por suerte para nosotros aún podemos disfrutar de 5 días más.
Pongo el despertador a las 6.00 am pues no quiero perderme el amanecer. Gonzalo insistió mucho sobre la belleza inigualable de este lugar a la salida del sol. Cuando llegamos al embarcadero ya hay compañeros de viaje disfrutando de las primeras luces sobre la marisma.
Apenas clarea pero ya es una hermosura contemplar la marisma.
El primer golpe de vista y con la escasa luz de pronto te sorprendes como en una noche todos los árboles estan en flor, enormes flores blancas.

Pero no, no son flores, son cientos y cientos de garzas blancas que pasan la noche en sus ramas. Los primeros rayos de sol dan el pistoletazo de salida y en grandes bandadas van levantando el vuelo. Durante el tiempo que dura el lento amanecer, hablamos en susurros pues nos da la sensación de que rompemos la quietud que nos rodea.
Desayunamos a orillas del agua y tras colocar el equipaje en nuestro querido camión partimos dirección Dakar que nos queda mas al norte a 150 km. De camino hacemos una parada en N´bour y visitamos el gran mercado de la ciudad que junto con el mercado de pescado es algo que el viajero no se puede perder. Cientos de pateras salen a diario desde este punto y de regreso atracan sobre la playa, arrojando montones de pescado sobre la arena sin ninguna delicadeza. El olor fuerte y penetrante nos hace arrugar la nariz. La arena esta tapizada de conchas rotas, vísceras secas, plásticos, latas y todas las basuras imaginables. Solo unos pocos llevan el pescado en cajas pero la mayoría va directamente al suelo infecto. Se me está revolviendo el estómago.
Haciendo tranquilamente mis fotos, topo con una pescadera sin vocación de modelo, se me enfada y sin mediar palabra coge un caldero de agua que tiene a su lado y me trata de mojar. Por suerte la gente que abarrota el mercado hace de barrera sin quererlo y me libro por los pelos del remojón. Yo como siempre haciendo amigos.
El resto del mercado mantiene un relativo orden dentro del caos y hay callejas donde se juntan los peluqueros, en otra los sastres, los zapateros, fruteros y verduleras, las carnicerías (estas con su carne bien sazonada con moscas), Telas, cuadros y algo muy curioso, tiendas con ingredientes para hacer“grigris”.Osea cabezas y pieles secas de lagartos, caimanes y algún mamífero, huesos, plumas, piedras, raíces y cientos de artículos de origen natural e imposible adivinar su procedencia. Como explique anteriormente los "grigri" son amuletos protectores. En verdad es un puesto llamativo pero no muy apetitoso.
Antes de irnos del mercado todos habíamos comprado algo. Arturo, Marta y yo nos compramos unos d´jembe a 9€ y 10€ no esta mal el precio. No son profesionales pero suenan bien sobre todo en manos de Mame Cheick que sabe tocar. Carol compra unas sandalias de cuero muy chulas 7€.
Nos vamos, Dakar nos espera.
Queremos llegar al ferry para visitar la isla de Goré.
La carretera se va abarrotando de tráfico cuanto más cerca estamos de Dakar. Coches particulares que realmente no son de ninguna marca concreta pues los construyen a partir de piezas de hasta 10 coches diferentes. Aquí los mecánicos son auténticos magos.
“Bush taxi” nombre que se da a todos los transportes públicos mas pequeños que un Bus.
Camiones que trasportan de todo.
Taxis “sept-place” que son Peugeot 504 con tres filas de asientos con capacidad para 7 personas pero demencialmente viajan en ocasiones 12 personas. Además del techo siempre lleno de bultos y habitualmente alguna cabra viva amarrada como un bulto más. El 80 ó 90 % de estos vehículos son poco más que el chasis, el motor y las ruedas, son una pura chatarra rodante.
El atasco a la entrada de Dakar es monumental, humos de combustible mal quemado, pestilentes aguas estancadas en los arcenes, nubes de polvo en los tramos de carretera donde desapareció el asfalto, todo junto a un calor bochornosos y en lenta caravana acompañado de bocinas, es como el infierno terrenal.
Cerca de la capital pudimos ver a lo lejos una gran cementera que es la que surte gran parte del país. Otra de las formas de conseguir material de construcción, en esta ocasión arena, es de las playas, actividad que esta totalmente prohibida pero cada carro que cargan se sacan tres euros vendiendolos a los constructores privados.Tres horas nos costó llegar al puerto desde que topamos con el atasco.
El centro de la ciudad nos muestra otra cara un poco más amable, con edificios altos, calles bien asfaltadas, solo un pequeño error, se olvidaron de poner semáforos. Se circula por la ley de “Ceda el Peso”, cuanto mas grande el vehiculo, más preferencia y mas morro le echan.
Comemos en un restaurante justo al lado del puerto antes de embarcar. El ferry que hace el trayecto a la isla nos sorprende por su buen aspecto y su limpieza. Tanta como la que reina en la isla que parece algo irreal sobre todo tras acabar de dejar la ruidosa Dakar. En ella no hay carreteras, ni coches y las casas coloniales dan un clima muy romántico a la isla. Algo que antaño no abundaba seguramente sabiendo que fue el punto más importante de la esclavitud en el Atlántico.
30 minutos de ferry hasta llegar a la famosa isla de Gorée.

Aquí nos espera otro guía con el que visitamos la casa-museo que aún se conserva donde encerraban a los esclavos hasta que llegara el momento de embarcar para las Américas.
Un edificio colonial, de dos plantas. En la planta baja varios habitáculos. Uno para los hombres, otra para mujeres, otra para los niños. Curiosamente otra para el engorde. Todo aquel que no llegara a los 60 kg se le cebaba con habas y aceite de palma, obligándole a comérselo tuviera hambre o no hasta alcanzar el peso necesario para su viaje y posterior venta. Una más para las embarazadas, casi todas embarazadas por los negreros blancos que vivían en la planta superior.
Las principales potencias esclavistas que estuvieron implicadas en el comercio y transporte de personas esclavizadas procedentes de África en la Trata Atlántica, serían según estimaciones y por orden de mayor a menor número de personas:
Estados Unidos, Portugal, Gran Bretaña, España, Francia, Países Bajos, Dinamarca y algún otro en menos magnitud. Tampoco debemos olvidar que los principales intermediarios eran ciudadanos africanos negros que capturaban a sus propios compatriotas.
Aún conservan un dicho: "Los negros perdonamos pero nunca olvidamos".
La isla conserva su aspecto antiguo de calles empedradas y casas restauradas. En la parte más alta de la isla nos encontramos con una antigua batería de cañones y por cierto aquí en el acantilado se rodó la película “Los cañones de Nabarone”
Aquí nuestro aprendiz de guía Mame Cheick nos llevó a visitar a su familia que tienen un puesto de venta de baratijas y cuadros que el mismo pinta. Hizo una buena venta con nosotros pues todos le compramos cuadros, es un buen chaval, nos cayó muy bien a todos. El resto de vendedores aquí son realmente pesados, pero eso siempre ocurre donde llega el turismo masivo.
Son las 7:00 pm cuando embarcamos en el ferry para regresar a Dakar. Cenamos de camino al aeropuerto en una pizzería, intercambiamos impresiones y direcciones para mandarnos fotos y entregamos un obsequio a nuestro organizador y socio de Campamentos Solidarios, Gonzalo.
Carol y yo nos despedimos del grupo y junto con Ibou y Mame esperamos media hora en el aeropuerto para recuperar la maleta perdida el día que llegamos. La recogemos y nos largamos en el camión a Warrang que es el último lugar en el que Carol y yo nos vamos a quedar para descansar de nuestra “Aventura por Senegal"
Llegamos al hotel “Le Warrang” que se llama igual que el poblado, situado en la misma playa, consistente en cabañitas echas de cemento con techo de caña como es habitual, un buen comedor con vistas al mar y una hermosa piscina. El sitio es ideal para terminar con bien nuestro recorrido, apenas hay clientes y los camareros y encargados del hotel a pesar de no hablar ni gota de español se esfuerzan por entendernos, son simpáticos.
Pasamos cuatro días de dormir la mañana, paseos por la playa, tardes de piscina muy relajados acompañados de cervecitas frías.

Precisamente en la playa descubrimos el deporte más importante de Senegal, la lucha. Las playas son los campos de entrenamiento y chicos y chicas por decenas hacen todo tipo de deporte al atardecer. Tambien conocimos un grupo de chicos que varios días a la semana desde media tarde hasta la puesta de sol ensayaban sus coreografias mientras tres de ellos marcan el ritmo con sus intrumentos de percusión.
Realmente es ahora cuando nos tomamos vacaciones dentro de nuestras peculiares y solidarias vacaciones antes de regresar a la rutina.
Como me gusta decir para definir esta experiencia:
No fue un viaje de placer, pero fue un placer hacer este viaje


"CAMPAMENTOS SOLIDARIOS"
"EXPEDICIÓN GONZALO NOVIEMBRE 2009"

Si te sientes atraido por vivir una experiencia inusual y tener unas vivencias imposibles de olvidar contacta conmigo o bien dirigete a . http://www.campamentos-solidarios.org/