jueves, 16 de febrero de 2017

Por tierra de cabraliegos

11 de febrero de 2017
Me apetece abrir la crónica con una panorámica preciosa del pueblo de Sotres, que se puede decir que es una puerta de entrada a "Los Picos" como por aquí llaman los lugareños a los Picos de Europa.
(click sobre las fotos para verlas más grandes)


Caminábamos tranquilamente por la pista que se adentra en el mismo corazón de los Picos de Europa, rodeados por sus gigantescos e impresionantes riscos festoneados de niebla y nieve, cuando nos asaltó una pregunta.

-¿Por que a este macizo rocoso se le habrá puesto el nombre de "Picos de Europa"?
-¿No sería más lógico llamarlos picos de España ó picos Cantábricos?.



La pregunta no se me fué de la cabeza y en cuanto regresamos a casa busqué información sobre ello para descubrir que hay muchas hipótesis que tratan el tema pero ninguna de ellas es apoyada al 100%. Personalmente la más factible y romántica es la que dice que el nombre de "Picos de Europa" procede de los marinos que llegaban desde América a tierras europeas y que desde muchas millas mar adentro lo primero que se distinguía del viejo continente eran estos altos picos.








Nuestra intención es disfrutar del fin de semana en esta casina rural, la "Casa de Aldea Pamirandi" situada en el vistoso pueblo de Asiegu a muy pocos kilómetros de Arenas de Cabrales. El desvío hacia él concretamente lo tomamos en el pueblo de Carreña. Merece la pena la empinada subida para ver las vistas desde el mirador.




La "Casa Pamirandi" construida a principios del siglo pasado está totalmente restaurada, se alquila integra para cuatro ó cinco personas, pero incluso seis podrían pasar unos días muy cómodos y el precio excelente, incluso para nosotros que vamos en pareja. Tiene todos los detalles modernos, wifi, calefacción, microondas, vitrocerámica, nevera, horno eléctrico, televisores en todas las estancias, etc.





La planta baja es amplia y acogedora con cocina y salón en la misma estancia, conservando muy bien el sabor de las casas de aldea.



 En una de sus esquinas la chimenea de leña invita a relajarse frente al fuego y sobre nosotros un bonito techo de madera vista.
 


Una colección de útiles y cacharros antiguos hechos de latón decoran toda la casa.


En la planta de arriba dos habitaciones con sendos baños completos, una con cama de matrimonio


y otra con dos camas desde la que se puede acceder a un corredor con vistas a los picos nevados y al valle.


Son casi las 22:00 p.m. por supuesto es noche cerrada cuando llegamos a Asiegu. Es lo que tiene currar el viernes hasta tarde y venir a dormir a 136 kilómetros de nuestra casa.
Una vez instalados, nos relajamos para saborear cada minuto de nuestra escapada de fin de semana.
Preparamos una estupenda cena acompañada de una botellina de vino y hacemos planes para mañana que es 11 de febrero, día de "San Valentín" al menos para nosotros, porque tenemos la sana costumbre de celebrarlo cuando nos sale de los cojinetes.
Las predicciones son de día nublado con posibilidad de lluvias por la tarde. A ver si logramos hacer el trekking que tenemos previsto por los picos sin mojarnos demasiado.






 
El día amanece totalmente nublado, pero veo que son nubes altas y hay poca niebla en las cimas, parece que la cosa se puede lograr. Voy a ser optimista.


 Es aún temprano y recién levantado de la cama me pongo el anorak sobre el pijama y en zapatillas de felpa me doy un paseo por el pueblo. No veo a nadie y pasear en solitario por el pueblín es un placer, aunque la paz es relativa pues mi paseo vespertino está provocando una auténtica algarabía de perros que no paran de ladrar y gruñir como si estuvieran viendo pasar un oso pardo. Debe ser mi aspecto ridículo jejejeje.
 Encuentro rincones muy chulos y auténticos.
 Algunos hórreos salpican el pueblo y se mezclan las casinas de piedra junto con construcciones nuevas. Pero bueno, ya está bien que sublevar a los perros, me vuelvo a la casa Pamirandi a preparar la intendencia para  salir de ruta por el corazón de los Picos de Europa.


Llegamos con el coche hasta muy cerca de Sotres donde lo dejamos aparcado en la "curvona" que hay un kilómetro antes del pueblo y que es desde donde parte la pista. La temperatura es de 6º C. pero no hace nada de viento con lo que no se siente excesivamente el frío.
Comenzamos la ruta por la GR-202 llamada "Ruta de la Reconquista", es la que discurre por el Valle del Duje.
Según relatan las Crónicas Asturianas, en el año 722 se libra la batalla de Covadonga para dar comienzo a la Reconquista donde el caudillo astur Don Pelayo al mando de unos 300 guerreros derrotó al ejercito regular musulmán. En dicha batalla 120.000 soldados musulmanes murieron, incluido Alqama su comandante jefe. Los 60.000 supervivientes del ejercito musulmán , huyeron de tierras asturianas hacia tierras lebaniegas por la única vía de escape que encontraron, durante el cual fueron hostigados por las tropas de Pelayo. Su huida no con pocas dificultades e infortunios no acabó nada bien para los moros, pues finalmente cuentan, que los que no se despeñaron terminaron aniquilados por un desprendimiento de tierra y piedras que los sepultó bajo el cauce del rio Deva.
 El poste indicativo  señala que vamos hacia Puertos de Aliva (2,5 h.) y hacia Espinama (4,5 h.)
 Dejamos al fondo los Invernales del Texu. Si bajásemos por el camino que dejamos a nuestra derecha y que pasa entre las cabañas la pista nos llevaría por Pandébano al lado del Refugio de la Tenerosa y llegaríamos hasta el refugio de J.D. Ubeda situado a los pies del "Picu Urriellu" ó Naranjo de Bulnes.


Los buitres nos llaman la atención recortándose contra el cielo mientras vuelan en círculo. Esta es una pequeña muestra de la fauna del parque natural de Picos de Europa. Los buitres son algunas de las grandes aves que viven dentro del parque pero no los únicos pues también se pueden observar águilas reales, águilas culebreras, alimoches y quebrantahuesos entre los grandes. Además de otros mas pequeños como cuervos, chovas, acentores, bisbitas y gorriones alpinos.




 Ya vamos dejando atrás los invernales del Texu, se avanza muy cómodo pues apenas hay una leve pendiente.
Y poco a poco la nieve nos va indicando que aumentamos la altitud. Este fué un invierno de poquísima nieve y a estas alturas, casi a mediados de febrero, apenas estamos rodeados de unos manchones de nieve. Por la derecha del camino discurre el rio Duje que da nombre a este valle.


Enseguida distinguimos a media ladera el primer rebaño de rebecos del día. Son hermosos animales, muy fuertes y tan agiles que hacen palidecer al más experto escalador. Da gusto encontrarse con bichos en libertad y únicamente apretar el gatillo de la cámara de fotos. Así debería ser la caza en este siglo XXI.



Hay pequeños tramos donde aumenta un poco el grosor de la nieve. A ver si tenemos suerte y podemos usar nuestras raquetas que para eso estamos cargando con ellas.



El valle ahora se hace más amplio, llegamos a las Vegas del Toro (ó Vegas de Sotres) con su reunión de cabañas al fondo.


 El rio Duje que nos acompañó todo el camino ahora se cruza y cambia de margen.

 No es mucho caudal pero nos obliga a salir de la pista para cruzarlo por un pequeño puente.

 Hacemos un algo en el camino para echar un trago de agua, comer unos frutos secos y guardar el cortavientos en la mochila pues empezamos a notar calor, tanto por el ejercicio físico como por que asoma de cuando en cuando algún rayo de sol entre las nubes.
 Aquí en la Vega de Toro hay una buena fuente de agua limpia con un gran bebedero para el ganado. Pero no recogemos agua pues llevamos aún las cantimploras prácticamente llenas. Eso sí, tomamos nota de donde está por si la necesitamos más tarde.


 La estampa que tenemos a nuestro alrededor nos tiene con la boca abierta, es impresionante lo pequeños que nos sentimos en medio de estas moles de granito.


 Y de nuevo se hacen ver los rebecos, ahora mucho más cerca. Los tenemos justo detrás de las cabañas a escasos metros.
El Rebeco (Rupicapra rupicapra parva)  es una especie con buena reputación pues apenas afecta  a la agricultura y la ganadería y es muy representativa de los ecosistemas de alta montaña. Esta especie estuvo presente en toda la cornisa cantábrica durante miles de años y se sabe porque están representadas desde el Cuaternario en las cuevas de Tito Bustillo ó Balmorí. La población actual en el parque supera los 5.000 ejemplares.
 Después de disfrutar del estupendo espectáculo de los rebecos seguimos camino sin desviarnos de la pista de gravilla.


Una cabaña derruida enmarca el macizo oriental formado por los picos Valdominguero, pico Evangelista, Tabla de Lechugales, etc.





 Dejamos atrás la hermosa reunión de cabañas de la Vega de Toro ó Vega de Sotres.


A partir de aquí si que se hace más fuerte la pendiente, esto ya cuesta más, aunque sigue siendo una pista totalmente apta para vehículos todoterreno.
La niebla juega con los riscos y las montañas asoman sus cimas de cuando en cuando para disfrute de nuestros ojos.




Y tras el tramo de subida llegamos finalmente a "La Raya" a la portilla y al vallado que separa Asturias de Cantabria.

 Ahí se ve ascendiendo por el monte claramente la nombrada raya.


 Y nos sentamos a descansar que ya va siendo hora de dar buena cuenta de nuestros bocatas. Nos los comeremos en tierras cántabras justo en el límite de provincias. 


 Una cruz de hierro nos acompaña levantada en recuerdo de Joaquín Sánchez López.

Desde la zona norte vemos que cada vez las nubes que se acercan se vuelven más y más negras, se prepara tormenta y nosotros tenemos que regresar al coche directos hacia ella.



 Mientras Carol se entretiene mirando en el mapa como se llaman los picos de alrededor yo haciendo el pijo con la cámara.


Desde aquí daremos la vuelta pues una pareja que vienen de los puertos de Aliva nos dicen que más allá todavía hay menos nieve. También querían usar sus raquetas y no lo lograron.
 Pero nosotros no nos vamos sin calzarnos las raquetas,

 así que nos aproximamos a un "neveru" que tenemos aquí al lado y así las estrenamos y probamos que tal funcionan.


Son aceptables a pesar de ser muy básicas, de echo son las raquetas mas baratas que ofertan en el Decatlón pero para lo que las vamos a usar nos llega y nos sobra.
Desandamos el camino dirección a Sotres. Hacemos la última foto al neveru y regresamos pues la tarde se está poniendo muy oscura y las nubes amenazan con soltar la lluvia ya mismo.


Desde donde dejamos el coche hasta llegar a "La Raya" donde decidimos terminar la ruta, anduvimos 6,400 km. así que cuando volvamos al coche habremos recorrido casi 13 kilómetros. Una bonita ruta apta para todo el mundo, fácil y bonita de hacer.

De nuevo volvemos a la Vega de Toro ahora está mucho más encapotado el cielo y más frio el viento.

En un prado al lado del camino pastan unos caballos y uno de ellos, guapísimo por cierto, se acerca a nosotros al vernos pasar, que majete. Se nota que aquí los animales son tratados con cariño porque no se asustan de nadie e incluso se acercan en busca de caricias.

Una pared vertical y lisa que no habíamos visto al subir nos llama ahora la atención, seguro que está toda llena de piquetas y material de muchas ascensiones.
 y ya llegando de nuevo a los invernales del Texu nos topamos con una gran rebaño de cabras


Muy mimosas y simpáticas, se acercan a Carol para que les acaricie la cabeza como perrillos. Como decía antes aquí los bichos no se espantan de nadie.
 De regreso a casa lo que más nos apetece es una ducha bien caliente y encender la chimenea para calentarnos. Que maravillosa sensación de relax sentarse después de 13 kilómetros de ruta a contemplar el fuego de una buena chimenea mientras tomas unas cervezas y afuera se oye llover.
Y así lloviendo se pasó toda la tarde y también toda la noche, así que mañana posiblemente se nos joda el día.


 Por la mañana bien temprano me asomo a la ventana para ver que ya no llueve pero la neblina se arrastra por el valle y sube hasta los picos. Bueno, seguro que algo podremos hacer para disfrutar del domingo.
 Nos preparamos, metemos todo en el coche y hacemos una última foto para despedirnos de la Casa De Aldea Pamirandi. Una estancia estupendísima, sin duda recomendable 100%











A propósito, esta es Guillermina, una señorina nacida en esta casina rural donde nos alojamos. Nació el 22 de setiembre de 1917, este otoño cumpliría 100 años.

 Ahora forma parte de la campaña publicitaria de la Ruta´l Quesu y la Sidra que organizan entre marzo y octubre aquí en Asiegu sus nietos, Manolo y Javier dueños de Casa Pamirandi y la Sidrería Casa Niembro.



 Sin perder las esperanzas y por ver si aún podemos hacer algo de ruta tomamos la carretera que lleva a Sotres y sin parar continuamos hasta el pueblo de Tresviso que por cierto pertenece a Cantabria.
Es el pueblo cántabro más aislado de toda la provincia pues para acceder a su propia comunidad o te haces una peligrosa ruta a pié de 11,22 kilómetros hasta Urdón, la PR S-107 ó recorres muchos kilómetros en coche por una carretera de vértigo dando un gran rodeo por tierras asturianas para acceder de nuevo a Cantabria. De echo Tresviso significa "tras el abismo"
 Y este "chuchin" se hizo amigo mío por la fuerza. Mientras vamos paseando tranquilamente sin previo aviso se me subió de patas por la espalda que casi voy al suelo y es que ni hizo el más leve ruido. Que cabrón.
Damos una vuelta por el pueblín y nos metemos en un bar para tomar el vermut y de paso nos comprarnos una cuñina de Quesu Picón típico de esta zona. Por cierto, que rico que está, mecagonlaleche.

Ya dejado Tresviso volvemos hasta Sotres donde paramos con la intención de buscar algún sitio donde comer. Entramos en el Restaurante La Perdiz.

De primero nos metemos sendas "cazuelacas" de "fabes con su chorizu, su tocín y su morciella"

Y de segundo yo me zampé un cachopo de cecina y queso azul. Disculpar pero cuando me di cuenta de hacer la foto ya me había comido la mitad.
Y Carol se metió entre pecho y espalda un buen plato de picadillo, patatas y huevos fritos.


No me resisto a hacerme esta maravilla de foto frente a la fachada de la Quesería Maín. Que pena que estaba cerrada, sino fijo que nos llevamos un quesín de Cabrales para casa.


Después de la comilona lo bueno hubiera sido hacer unos kilómetros de ruta para bajar la "fartura" pero el tiempo no acompaña,  no deja de "orbayar", así que tan solo subimos al mirador desde donde vemos en medio de la imagen el Cuetu Colladiellu y a su izquierda el Valle de Duje por donde subimos ayer y a su derecha el Valle que lleva a Pandébano


Y a nuestros pies una estampa de Sotres más que hermosa. Está situado a una altitud de 1.050 metros por lo que tiene el record de ser el más alto de los Picos de Europa en la parte asturiana. En la parte de León, Santa Marina de Valdeón lo supera en 100 metros aproximadamente.
Y esta es la ruta que más o menos hicimos ayer y que sacamos de un librillo que se titula "50 rutas por Asturias" de Bernardo Canga y Carmen Piñan.
Dejamos Sotres y bajamos hasta Arenas de Cabrales para dar un último paseín y tomar algo en una cervecería antes retornar a casa.
Aún hacemos una última parada en la playa de Borizu para echar un vistazo al Cantábrico. Que tierrina más guapa tenemos, que en nada y menos pasamos de la alta montaña a pisar la arena de las playas.
Gracias por ello Asturias.