sábado, 1 de diciembre de 2012

Costa Rica, "Pura Vida"

Vivencias en Costa Rica        

        En estos días lluviosos de noviembre, días fríos, con la nieve ya asomando en los picos y fines de semana aburridos en casa, me entra la nostalgia de los meses pasados de días calurosos, de aire libre y la mente me lleva mucho más atrás en el tiempo y recuerdo otro noviembre ya hace unos años en que elegimos este mismo mes para irnos de vacaciones. Rebusco en mi trastero entre los papeles y saco una de esas libretitas que siempre llevo en todos mis viajes, donde escribo lo que llamo mi "diario de a bordo".
En la portada pone "COSTA RICA, PURA VIDA" NOVIEMBRE-2008"

Me pongo a leer mis apuntes de viaje y me sorprendo como algunos recuerdos se vuelven borrosos y como otros se quedan como tatuados, pequeñas sensaciones, olores, detalles mínimos y sencillos que se quedan impregnados en mis sentidos.
 Es increible pero en este mismo momento releyéndome, casi noto el aroma, aquella primera sensación al bajar la escalerilla del avión en el aeropuerto de la capital, San José.

Nos recibe con una bocanada de calor espeso, de olor a vegetación, a tierra húmeda.
Un minibus nos espera en la puerta, una "buseta" como aquí los llaman. Amarran nuestras maletas en la baca sobre el techo y nos adentrarnos por las calles de San José hasta llegar a nuestro hotel.
Entramos en la planta baja y en la recepción nos reciben con una sonrisa y un.- "Pura Vida", Bienvenidos.- ese es el saludo que utilizan todos los costarricenses, los"ticos"como se hacen llamar,  y esa es la sensación que nos trae la brisa del atardecer desde las verdes montañas que nos rodean, sensación de "Pura Vida".


Este es uno de esos paises que miras con ojos apetitosos en las agencias de viaje pero te resignas cuando ves el precio, es un sueño caro, no es precisamente un viaje "low cost" al menos para nuestro presupuesto.
Pero como hace más el que quiere que el que puede, este año con mucho sacrificio y un mucho de ahorro conseguimos nuestro sueño y estoy seguro que lo vamos a disfrutar.
Las fotos que vimos antes de venir, muestran muchos animales exóticos, ranitas de colores vivos, muchos pájaros, muchos volcanes y mucho verdor y naturaleza virgen, pero habitualmente son fotos idealizadas y no suele ser como lo pintan en las guías de viaje, veremos cuanto de real tiene despues de la experiencia.


Once horas de vuelo desde Madrid hasta San José,  siete horas de diferencia horaria con España.
Recogemos nuestras dos maletas de la cinta, esta vez son mucho más pequeñas que en anteriores viajes, solo 10 ó 12 kg cada una, manejables y convertibles en mochila para llevarlas con más facilidad tal como nos recomendó la agencia de viajes. Vamos a movernos mucho por todo el país durante estos 15 días y la mayoría por terrenos poco cómodos, en pequeñas lanchas, en minibuses con espacio reducido, así que es mejor no arrastrar pesados e inútiles trollyes llenos de ropita inútil. Lo más sensato e imprescidible es traerse un potente repelente para mosquitos, ropa cómoda y fresca (no necesitamos ir disfrazados de Capitan Carioca) y no olvidarse la profilaxis contra la malaria, los mosquitos pueden dejarnos un mal recuerdo. Unas botas de trecking, algo para tapar la cabeza del calor y protector solar debería completar nuestro equipaje. Yo por eso de ser hombre prevenido añado tambien una mosquitera y una bolsa de red para guardar el calzado por las noches y evitar sorpresas de bichos.  Por supuesto el pasaporte actualizado y la cartera con dólares en lugar de euros.


Hotel Best Wester Irazú, en el centro de la ciudad es donde pasamos nuestra primera noche. Es bastante bueno, limpio y acogedor lástima que no lo vamos a disfrutar demasiado, tan solo para dormir esta noche y poco, pues tenemos que pegarnos madrugón. En la misma recepción al llegar pude cambiar mis primeros 30 $ (dólares) y al cambio me dan aproximadamente 18.000 colones.
Desde España como decía, nos trajimos dólares americanos pues los admiten en todo el país sin problema, mucho mejor que los euros, además al cambio salímos ganando.
Llevamos muchas horas sin dormir desde que salimos de Asturias, son más de las 12:00 de la noche y no nos apetece salir a buscar donde cenar, así que nos comemos un par de chocolatinas, una ducha y a la cama que estamos literalmente machacados.


A las 5:00 de la mañana ya estamos levantandonos, pues en una hora nos viene a buscar el minibus para empezar el circuito que nos llevará por toda Costa Rica. A pesar de la hora tan temprana es increible lo pronto que amanece, parece media mañana y tan solo son las 6:00 am.


Café muy aguado ó muy americano como se mire, tostadas y un plato de frutas exóticas bien troceaditas es nuestro desayuno, antes de irnos en el minibus con otros 17 viajeros tambien españoles con los que coincidimos en parte del circuito y que viajaremos juntos hasta el destino de hoy.


 Se nos presenta nuestro guía, Eloy, un tío alto con bigote y gafas redondas como de becario, parece un tío serio pero muy ameno y hablador (con un curioso acentillo "yanqui"), nos amenizó el viaje con una inagotable cantidad de datos e información sobre el clima, paisaje, animales, plantas, volcanes, costumbres e incluso sobre la política de su país. Cada vez que me dirijo a él para hacerle preguntas me mira raro, dias despues lo entendí, por error lo estuve llamando Miguelín, es algo muy típico en mí rebautizar a la gente.


Pocos kilómetros despues de salir de San José notamos que el bus hace un extraño. Paramos al borde de la carretera y Eloy nos dice,- Una "rueda estallada", no hay problema-. Continuamos con la "rueda estallada" hasta un garaje próximo donde nos cambian una de las ruedas gemelas traseras con cierta rapidez al mismo borde de la carretera.


El paisaje es precioso, vegetación muy verde y espesa, helechos arborescente, altas palmeras y muchos árboles raros que no identifico.


Hay algo que nos llama la atención. Excepto en el centro de la capital todas las casas que vamos dejando a nuestro paso son poco más que barracas de madera de planta baja, con tejados de chapa pintada de verde, enseguida Eloy, nos da la oportuna explicación. Son frecuentes los terremotos y temblores por ser tierra de volcanes  atravesado en toda su longitud por el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, por lo que el gobierno hace años, prohibió las antiguas y típicas construcciones de barro que siempre provocaban muchas víctimas.


Costa Rica esta dividida por tres cordilleras: la de Guanacaste, la de Tilarán y la Central, una contínua fila de volcanes, siete de ellos activos. Hoy tendremos que atravesar la Central para ir al noreste. Subimos por una carretera flanqueada de selva verde y espesa como si fueran montañas de brócoli y según subimos notamos como desciende la temperatura. Nuestro guía que no deja de parlotear, nos cuenta que ver totalmente despejado este paisaje como hoy, es algo muy raro. A esta altitud, es dificil no encontrarse con niebla, muy normal debido al alto nivel de humedad y el cambio brusco de temperatura.



Llaman la atención esos enormes camiones tipo americano, esos con morro, cargados con gigantescos troncos, arrastrando grandes remolques, plataformas llenas de vehículos nuevos ó viejos, cajas frigoríficas, inmensas cabezas tractoras llenos de cromados que nos sorprenden como inmensos dinosaurios metalicos por las carreteras.



DE SAN JOSE A PARQUE NACIONAL TORTUGUERO



Enseguida que llegamos al llano por la parte Caribe se nota un calor bochornoso, pegajoso, muy húmedo y todavía son las 8:00 am. Paraguas convertidos en sombrillas por las mujerucas locales. Arroz con habichuelas ("gallo pinto" como lo llaman aquí), yuca frita y salchicas. Es lo que podemos elegir en el restaurante-buffet en el que paramos a desayunar y por lo que nos dicen este va a ser el menú por excelencia,casi el único, repetido hasta la saciedad, el típico.


Continuamos ruta y a estas horas de la mañana el calor ya es tremendo y de pronto la carretera asfaltada se acaba y se convierte en un camino de tierra con abundantes cantos rodados, gordos como balones, que nos hacen saltar en los asientos de la "buseta".


Las manadas de tortugas de agua dulce en las charcas al lado de la carretera nos indican que ya nos estamos  adentrando en el Parque Nacional Tortuguero.


El camino traqueteante se nos hace pesado, larguísimo. De pronto, llegamos a un embarcadero al lado de un ancho río color café con leche, donde dejamos el bus y nos subimos a una lancha rápida, de aluminio, de quilla plana y borda baja, con techo de chapa y con dos largas filas dobles de asientos. Esto es mucho más divertido, estamos alucinando con el nuevo medio de locomoción, ahora parece que volamos sobre una autopista acuática rodeada de vegetación espesa, muy espesa, verde rabioso, extraña a nuestros ojos europeos.


Nos llevan a uno de los "lodge" que hay en el mismo centro del parque nacional.  A partir de aquí no hay caminos, ni carreteras, ni mucho menos asfalto, aquí la gran red de canales son sus únicas carreteras. Las lanchas son el único medio de moverse, de salir y entrar ó en su defecto por aire en avioneta ó helicóptero. Cocodrilos enormes se dejan ver tostándose al sol para nuestra sorpresa, bandadas de garzas blancas, caimanes escurridizos y algún aguila que nos sobrevuela. También viven por aquí los manatís ó vacas marinas que no vemos por que el color del agua no lo permite y unas 52 especies de peces diferentes.




Con dos motores enormes fuera borda vamos a toda leche levantando olas de espuma blanca, solo aminorando al cruzarnos con otras embarcaciones, larguísimas barcazas de borda baja, algunas tan cargadas que el agua llega a dos dedos de la borda, van cargadas de cemento, madera, otras con sacos de frutas tropicales que no reconozco y mercancías de toda índole, son los camiones de agua. El canal es interminable, kilométrico, transcurre paralelo a las costa que en ningún momento se deja ver flanqueado por la alta y espesa pared vegetal de la selva.
Este canal es artificial y se finalizó a principio de los 70, uniendo varios canales naturales y ríos para optimizar el trasporte maderero, ya que sufría enormes perdidas al tratar de navegar por mar cerca de la costa continuamente embravecida. En la actualidad lo más rentable debe ser el transporte de turistas.


En un par de ocasiones quedamos embarrancados en el limo del fondo. Pero tras unas hábiles maniobras, continuamos la marcha sin tener que bajarnos en mitad del canal. Solo la idea nos encogía las bolas, sabe Dios que puede haber en esa agua turbia. Despues de dos horas de navegación llegamos al pequeño pueblo de Tortuguero, una aldea de chabolas de planta baja y barracones modestos.


A pesar de lo austero no escatiman en colores y la escuela y todo el conjunto del poblado se ve como un platito de fruta tropical.


Las aulas lucen un mobiliario de lo más sencillo y las paredes enrejadas hacen que corra un poco el aire refrescando el ambiente bajo el caldeado tejado de chapa.


Damos un buen paseo por su larguísima playa virginal, playa donde acuden a deshovar las tortugas gigantes que nadan por el Atlántico. Las más habituales visitantes son la tortuga verde, la lora y la laud, la mayor de todas que puede llegar a pesar casi una tonelada.


 Teníamos ilusión por ver algunas pero solo encontramos ya las pozas vacias donde deshovaron. Recojo algunas cáscaras rotas, señal de que ya nacieron y se fueron todas las tortuguitas. 200 millones de años llevan viviendo en los océanos del mundo, lo que demuestra su capacidad de adaptación, espero que sean capaces de sobrevivir a los humanos.




La vida por aquí es totalmente relajada, los "ticos" en Tortuguero sestean en sus hamacas hasta la puesta de sol ó charlan al frescor del canal, los críos juegan a sus anchas, juegos sencillos con juguetes que ellos mismos se fabrican y noto que a todos les somos totalmente indiferentes, ni se preocupan de nuestra presencia simplemente nos ignoran, ¿estáran hartos de turistas?, no tratan de sacarnos dinero, ni vendernos nada, no deja de ser extraño pues todos sabemos que allá donde pasa un turista, a los autóctonos se les encienden los ojillos con el simbolo del dinero.$$$$$$$$


Aún así no falta la tienda de souvenirs e incluso un pequeño ciber-café, internet se cuela en todas partes.
Volvemos a la lancha ahora más llena, se nos unió un grupo de franceses.


El ancho canal se va dividiendo en otros más pequeños, hasta que encontramos un sencillo rótulo de chapa colgado de una rama sobre el rio que nos indica el camino a seguir y giramos por un canalillo que ya no puede ser más estrecho . Navegamos con mucho cuidado, muy lentamente, rozando con las raices por ambos lados de la barca. Llevamos un poco cara de susto imaginando que un caimán como los que dejamos atrás, puede saltar desde la orillla y nos vaya a arrancar un brazo en cualquier momento. Sanos y salvos llegamos al embarcadero de nuestro nuevo alojamiento el "Turtle Beach Lodge".


Nuestros miedos no son infundados, pues ya en el mismo embarcadero nos recibe un pequeño caimán de unos dos metros, que sale a zampar los restos del desayuno que le está arrojando el cocinero. Parece un perrillo, la mascota del lugar, pero éste no se deja acariciar la cabecita ni mueve la colita al vernos.


Nuestros alojamientos no son más que casetas adosadas, echas con tablas de madera sin pintar, en medio de un laberinto de caminitos y árboles, una legión de empleados pululan atentos al mantenimiento y la limpieza, todo resulta tan acojedor como rústico.


Al lado del bar-comedor-pub con su techo de paja, una bonita piscina rompe todo el conjunto de "naturaleza salvaje" con forma de una tortuga gigante, pero claro somos turístas y todos nos acabamos lanzando a la fresquita agua azulita y clorada.


Nuestros casetones no tienen cristales, solo mosquiteras sobre las ventanas y como muebles un par de camas hechas de tablones sin pulir y cuatro palos nudosos que hacen de perchero en una pared. Un pequeño y sencillo baño con ducha remata la "suite".


Aquí se está en la gloria, corre la brisa que viene de la playa, hamacas colgando entre los arboles, suenan solo los sonidos de la naturaleza a nuestro alrededor. Llega la hora de comer y como nos habían augurado tenemos "Gallo pinto", osea arroz con habichuelas, ternera, ensalada, café, postre y toda la tarde para disfrutar en la piscina. Ya hicimos amiguetes. Yaiza, Ana, Sonia, Jose, Isabel y Jose Luis todos españoles.


Pasamos el resto de la tarde disfrutando del entorno del campamento, de la piscina y de la buena compañía de los nuevos amigos.


Tambien nos acompaña y sorprende algún bicho en la piscina, como un basilisco verde o lagarto Jesucristo, esos que son capaces de correr sobre las aguas.

Y entre baño y conversación llega la hora de cenar. Tenemos algo diferente en el menú, ahora toca pescado, Corvina con pure de papas, ensalada, café y postre (bizcocho con pasas y chocolate). Nos tomamos unas copas y a las 21:30 pm. como los abueletes, nos vamos todos a la cama. Se nota el madrugón y por supuesto notamos las siete horas de la diferencia horaria.


Y nada más entrar en nuestra caseta,¡¡ sorpresa !!, y no es una botella de champán obsequio de la casa, sino una araña que quita el hipo. Karol la atrapa poniendole un vaso encima. Es tan gorda, tan asquerosa, estos bichos no me gusta nada de nada y menos dormir con ellas entre las sabanas. No se si es venenosa, pero se seguro que no da besitos de buenas noches.


Me deshago de ella por la taza del water y me siento muy agradecido de haber añadido una mosquitera en mi equipaje. Enseguida hago un apaño y coloco la mosquitera sobre la cama. Antes reviso bien la habitación, las sábanas, el colchón, la almohada y nos metemos dentro pero con la linterna en la mano por si notamos correr algo. ¡¡Yo estoy paranóico y Karol encantada de estar segura bajo la redecilla protectora !!


 Alrededor de las 3:30 am. Karol se levanta al baño linterna en mano para no pisar uno de esos "centollos peludos"y ya no podemos dormir más. Los monos "Congo" no ayudan a dormir. Estan en los árboles balanceando sus huevos justo sobre nuestro tejado y no dejan de tirar ramas, frutos e imagino que algún "truño" sobre el tejado de chapa y además tienen largas conversaciones guturales a voz en grito.- Onk, ong ongk. La experiencia no puede ser más nueva y más extraña, esto es cuanto menos sorprendente. Es la primera vez que no son los borrachos del barrio los que no me dejan dormir.


Ya enseguida amanecerá, es nuestro segundo día en Costa Rica.
Son las 4:40 am. cuando Eloy, nuestro guía, toca a la puerta para que nos levantemos, vamos a ver animales y es el amanecer la hora de más actividad en la selva.
A las 5:30 am tras un café rápido y apenas amanecido, casi a oscuras, ya estamos navegando en silencio con el motor a relantí por el canal Caño Blanco.


Enseguida que clarea el día distinguimos los monos araña colgandose de sus colas prensiles y haciendo acrobáticos saltos. Es una de las especies que hoy están en peligro de extinción.


Tambien se dejan ver los monitos carablanca, con sus crías colgadas a la espalda.


 Los monos congo de pelaje oscuro casi negro, tratan de intimidarnos con sus bramidos . Que expectáculo, parece que estemos en un zoo pero lo bueno es que los animales son libres, sin jaulas y este en su habitat natural, un privilegio poder disfrutar este momento.


 Enormes iguanas con aspecto de dragónes prehistóricos se calientan al sol sobre la vegetación.




 Tucanes, loros y muchas otras aves que no conseguí memorizar sus nombres se alimentan en los árboles mas altos. De echo de 850 clases de aves que se ven por estas tierras, 650 son residentes permanentes.



Despues del interesante paseo regresamos al "lodge" desayunamos y nos dejan tres horas libres para darnos un baño en el mar y disfrutar de los alrededores.
 Me doy mi primer bautizo en aguas del mar Caribe.


Son alrededor de las 10:00 am cuando Eloy nos reune a todos. Organizados en grupo, todos con "botas de hule" como llaman aquí a las botas de goma, salimos a recorrer una zona de selva que tenemos justo tras el campamento. La verdad es que no nos permiten ni un minuto de aburrimiento.





















Los primeros bichos que vemos son una familia de monos congos que muestran sus llamativos huevos, gordos y colgantes como melocotones maduros para descojone general. Y cuidado con colocarse debajo que hacen punteria soltando regalos olorosos.


A continuación recibimos una lección sobre los cocos, como abrirlos, cuales son buenos para comer, cuales estan maduros y como aprovechar su deliciosa carne y su agua de coco.
Nos adentramos en la espesa vegetación por un sendero fangoso, por un gran barrizal en plena selva. De cuando en cuando recibimos algunas advertencias y consejos del guía, sobre lo peligroso de los posibles animales venenosos que nos topemos en el recorrido y las precauciones a seguir.


Sobre una gran ceiba aparece la primera ponzoña, una "ranita dardo" del tamaño de la uña del dedo gordo, utilizada por los indigenas para cazar envenenando las puntas de las flechas con su veneno.


Una serpiente "bejuquillo verde" fina como un dedo y larga como una soga nos maravilla con su verde reluciente.



Algunos monos araña asustadizos salen al paso y para finalizar el recorrido una invasión de avispas negras que atemorizan al grupo. Sobre todo a las chicas con pelo largo a las que se les enredaban zumbando y las pobres chillan como posesas dando manotazos al aire y tirandose del pelo. Nadie sufrió picaduras así que todo quedó en un susto.



Despues de comer, tratamos de relajarnos pero Eloy enseguida nos propone un "trecking" al cerro Tortuguero. El cerro solo tiene una altitud de 119 m.y se puede hacer en tres horas, pero hace tanto bochorno que Karol no se siente muy entusiasmada con la idea, asi que al final decide quedarse a disfrutar de la piscina. Yo elegí "sufrir" e ir junto con Yaiza, Chelu, Isa y una pareja de ingleses a patear hasta el cerro.


Nos trasladamos hasta la base del cerro, dejamos la pequeña canoa en el canal a la orilla de la selva y nos colamos por un hueco en la espesura, nos sentimos literalmente tragados por la vegetación.
No nos trajimos las "botas de hule" y delante tenemos unos regatos que cubre a la altura de la rodilla, asi que si queremos continuar no nos queda más remedio que quitarnos las botas bajas de treckking y cruzar por el agua descalzos. Metemos los pies en el agua con mucha desconfianza y cruzamos rapidamente. Volvemos a calzarnos enseguida aún con los pies mojados.
 La vegetación es tan espesa que apenas llega la luz del sol al suelo por lo que caminamos en una oscura penumbra a pesar de ser las 15:30 pm.y lucir el sol. No habíamos caminado demasiado cuando de repente Eloy, que va abriendo camino, retrocede unos pasos sin quitar ojo a lo que tiene delante, pide silencio y nos dice que nos acerquemos pero muy despacio.

Una "serpiente terciopelo" está perfectamente camuflada y preparada para cazar en medio de nuestro camino. Eloy nuestro guía, está acostumbrado a verlas pero notamos que se pone muy serio y nos dice en voz baja.-Esta es pequeña, pero suficiente para matarme con su veneno si la hubiera pisado y más estando tan lejos, a varias horas de cualquier centro hospitalario.- sigue dándonos datos mientras la contemplamos acojonados a solo un par de metros.


Nos dice.-A las terciopelo se les atribuyen cuatro quintas partes de las mordeduras en Costa Rica y la mayoría de las muertes, pero si pasamos despacio y no la molestamos probablemente no nos atacará-. continua explicando.- Hay 22 especies de serpientes venenosas en Costa Rica y 9 de ellas mortales, no pasa nada, nos dice tratando de tranquilizarnos.
No digo nada, pero me acabo de dar cuenta que esto no es un juego, no estamos en Disneylandia.



Continua dándonos consejos.- Es muy importante no agarrarse a las ramas ni a los troncos para tratar de escalar por la ladera embarrada.- Enseguida un arañón enorme en una rama nos indica el motivo.
Mas adelante Eloy recoge unas hojas que nos invita a paladear y todos prueban, yo desconfío esperando resultados. Enseguida las hojas reaccionan con la saliva y se les llena la boca de espuma como efervescente, cosa que hace partirse de risa a nuestro guía.
Hasta ahora vamos bien caminando aún por la parte llana, pero enseguida empieza lo peor, hay que subir a plomo los 119 metros del cerro.



 A nuestro alrededor aullan los monos, vemos ranitas rojas toxicas, ranas blancas arborícolas y  una legión de hormigas nómadas, cientos de ellas en larga y tupida marcha formando un reguero negro por la selva. Me viene a la memoria la película "Cuando ruge la marabunta"(1954) aunque estas parecen más inofensivas.
 La subida empieza a ser durísima y el calor húmedo nos hace sudar a chorros,estamos literalmente empapados.


 Por fin llegamos a una pequeña plataforma donde se forma una ventana en la vegetación por la que de nuevo vemos la luz y la vista nos deja impresionados. Podemos ver el mar, los canales que recorren la selva, kilómetros de espesura y todo a vista de pájaro, mereció la pena la subida. Pero aún no hicimos cima, tenemos que llegar a una segunda plataforma.
En el resto de la subida nos encontramos con las grandes "hormigas bala", que dicen provocar picaduras dolorosísimas,. Por fin coronamos y aún la vista es más expectacular hacia la otra cara.


 Se divisan turbios meandros recorriendo la selva y al norte nuestra vista abarca hasta más allá de la frontera Nicaraguense. Eloy nos explicó que por esta zona y más al norte en Nicaragua y Honduras, habitaron unos nativos denominados "Zambo-misquito" llamados así durante el dominio español a los habitantes de la Costa de los Mosquitos. Eran descendientes de unos 200 esclavos africanos que se salvaron nadando durante un naufragio en 1641 frente a la costa y que terminaron mestizándose con los nativos de la zona.

Vemos un "Maquenque",llamado tambien como "el arbol que camina".
Parece un chiste pero no lo es. Esta especie necesita de mucha luz para crecer y, como es de baja estatura comparada con otros árboles, necesita moverse. Sí, moverse. El "árbol que camina" va desechando unas raíces (se pudren y las deja) y creando nuevas en la dirección en la cual quiere avanzar. Es uno de esos milagros de la naturaleza.

En la bajada las chicas lo pasan mal, no están acostumbradas a estos terrenos, Yaiza resbala y se da un buen ostión por suerte sin consecuencias. El camino está muy mal y aún tenemos suerte pues hace días que no llueve.

 Por fin llegamos de nuevo al canal, que alivio. Ya es casi de noche a pesar de ser solo las 5:30 de la tarde, esperamos que el barquero no se haya largado y aún esté esperando en el punto de encuentro señalado.



Atravesamos a oscuras un poblado que según nuestro guía esta habitado por gente de vida incierta. Construcciónes como perreras, perros escualidos y algunos críos que se esconden a nuestro paso por la única  calleja terrosa, oscura, iluminada por una bombilla que no ilumina.

De nuevo en la lancha, recorremos los canales de regreso al campamento a buena velocidad y totalmente a oscuras. Estamos alucinados y un pelín inquietos pues no distinguimos ni una luz ni una indicación del camino a seguir. Un aplauso al chaval de la canoa que nació con ojos de mochuelo.

Nada más llegar al campamento respiramos aliviados y me lanzo ansioso a la piscina para desprenderme del calor, allí esta Karol junto a Ana, Sonia y Oscar. Despues de cenar nos vamos enseguida a la cama. Son las 8:30 pm y estoy rendido, el día fué muy intenso. Este  pais es alucinante, aún es más guapo de lo que esperabamos, una verdadera preciosidad. Pura vida.



DE TORTUGUERO  A CAHUITA EN EL SUR.


Son las 4:00 de la mañana y no puedo dormir más, casi esta amaneciendo, así que nos levantamos y reacemos las maletas-mochila que hoy nos vamos.



Hasta las 9:00 am no nos recoge la lancha, asi que dedicamos la mañana  a disfrutar del amanecer en la costa, recorremos parte de la playa y hacemos algunas fotos por el "Lodge".


Me echo unas carreras detras del lagarto Jesucristo que de nuevo se dejó ver por la piscina esta mañana.





Incluso nos fuimos a despedir de la mascota del campamento, el "simpático" caimán que en cuanto nos acercamos al embarcadero salío a nuestro encuentro, quiero pensar que era para salir en las fotos y no con intención de desayunarnos un tobillo.


Dos horas de navegación por el rio Parismina hasta Caño Blanco nos devuelven al aparcamiento donde desembarcamos para volver de nuevo a la "buseta".


A medio camino hacemos parada técnica en una hacienda platanera para deleitarnos con su manipulación, elaboración y empaquetado. Sospecho que no es buena fruta para las "topmodel".


No hay nada más que ver el tamaño de los escarabajos XXL que hay por aquí, como este rechoncho ejemplar de Escarabajo Rinoceronte del tamaño de mi mano.
Tras una hora de traqueteo, charla animada y bonito paisaje, llegamos a Guapiles donde comemos todos juntos y nos despedimos, pues su circuito va en otra dirección. Ellos se van al "Parque Nacional Volcan Arenal" sitio donde iremos nosotros tambien en los próximos días.
En nuestra misma dirección solo continua Lili, una señora rusa que habla español con acento raro, con un punto de timidez, entradita en años y que viaja sola. Aquí el enlace se retrasa y nos tiene tirados más de una hora hasta que llega una furgoneta de 9 plazas. Al final nos reunieron a 8 turistas que vamos en la misma dirección. Tres ingleses, una pareja de gallegos , Lili la rusa y nosotros dos.
El camino hasta Cahuita se hizo eterno, dos horas incomodas de baches, mucho calor y con un conductor más soso, seco y silencioso que un corcho en medio del Kalahari.


Hotel Atlantida Lodge, dicho hotel son simples casetitas adosadas parecidas a las del "lodge" de Tortuguero pero con paredes de tabique y con la limpieza bastante descuidada.


Al frente a pocos metros tenemos la playa, es el caribe pero no lo parece, muy fea, sucia y de arena grisacea. A ninguno del grupo nos gusta esta parte de Cahuita, no es lo que esperabamos pero es lo que nos toca, así lo dice "santo circuito". Para pasar la tarde mas o menos bien, Karol y yo nos quedamos en la piscina del recinto. Totalmente solos, piscina de agua turbia , las mesas polvorientas, el viento amontona hojas secas al azar por la terraza, el hotel está triste, solo y triste, no nos gusta.


Antes de cenar, nos tomamos unas cervezas, mientras un indígena tríste nos mira desde una antigua foto hajada, clavada sin marco a la pared. Suena música latína en el equipo y un grupo de turistas españoles tratan de divertirse. Nos llama la atención una pareja que se ponen a bailar con buen estilo, se dan cuenta que miramos y enseguida entramos en conversación, son catalanes, cuatro parejas que viajan juntos y casualmente hacen nuestro mismo recorrido, pero van un día por delante así que mañana se marcharan temprano.
Un grupo estupendo que enseguida nos acogen, incluso cenamos junto con ellos y nos aconsejan la visita a la reserva nacional de los indigenas Bribrí.
Mañana decidiremos en que ocupar el día.


Esta noche se descarga una tormenta expectacular, mientras una serpiente terciopelo se sigue macerando dentro de su frasco en el comedor, llueve a mares pero aún así dormimos muy bien. Aqui no tenemos monos aulladores para darnos concierto de cante jondo. Tengo el sueño muy descontrolado, son las 5:30 am y ya estoy en pié.


Sigue lloviendo debilmente, pero el cielo está totalmente cubierto de nubarrones negros con ganas de descargar. Damos un paseo por los alrededores ahora que amaina pero enseguida regresamos al hotel. Vemos a nuestra amiga Lili aparecer por el comedor un poco tristona y le decimos que se una a nosotros para desayunar. La pobre no está muy contenta y nosotros tampoco, no sabemos que hacer, vuelve a arreciar la tormenta.


Asi no se puede ir a ninguna parte. No sabemos que decisión tomar, estamos en un punto muerto.
En estas llega el autobus que viene a por los catalanes y reconocemos a su guía. Es Karen, la chica que nos recogío el día que llegamos en el aeropuerto y que nos llevó hasta el hotel de San José.
En cuanto la veo se me enciende la bombilla, me dirijo a ella y le cuento que la agencia nos dejó allí tirados sin guía, ni información y que estamos sopesando la idea de irnos de "polizones" con ellos adelantando un día el circuito, si eso fuera posible.
Karen duda un momento, telefonea nerviosa a alguien y muy amablemente, con una gran sonrisa accede, a pesar de saltarse las reglas. Nos invita a subir, llevan algunos asientos libres. Yo me voy aunque para ello tenga que ir amarrado al techo. Nuestros nuevos amigos catalanes parecen encantados de que nos vayamos con ellos pero no saben lo agradecidos que estamos nosotros de poder ir.


No queremos dejar sola a Lili así que despues de insistir conseguimos que tambien se subiera con nosotros a la buseta, ya estamos todos, nos vamos de Cahuita. Vamos felices por irnos aunque pesarosos de perdernos la visita al poblado de los indigenas Bribri, me hubiera encantado.
Según nos explicó Karen más tarde, al ser pocas personas en el grupo que vinimos hasta Cahuita, no tenemos derecho a tener guía. Yo no estoy para nada contento con eso, pues pagamos el viaje como los demás y ni nos avisaron de ese detalle, ni nos hicieron ningún descuento, así que el problema es de la agencia, de "Gray Line", aunque el error de ellos, como siempre, nos lo comemos nosotros. Una mala gestión por no reunir grupos con mismos destinos.



DE CAHUITA A ARENAL




Durante todo el viaje de hoy apenas dejo de llover. Nos llevó 6 horas ir de nuevo casi al norte de Costa Rica. Pero a pesar de la lluvia y las horas de viaje se nos hizo un trayecto maravilloso.


 Karen nos deleitó con su charla y nos amenizó el viaje con varias paradas para mostrarnos curiosidades como las "Esferas de piedra", más de quinientas petrosferas que se encontraron diseminadas por la selva y que rozan la perfección esférica, de dimensiones que oscilan entre 10 cm. y 2,57m. llegando a superar algunas las 16 toneladas. Talladas en su mayoría en piedra dura de granodiorita que datan del siglo IV a.C. al 300 d.C:  y descubiertas en 1939 al deforestar esta parte de la selva una compañía bananera. Suscitaron muchas controversias y teorías, levantando muchos mitos sobre su utilidad y procedencia, aún hoy su  finalidad es incierta para los arqueólogos.



 Desde luego Karen, nuestra nueva guía, es mucho más entretenida que el mustio conductor bigotudo que nos llevó de Guapiles a Cahuita.

 En otra de las paradas nos muestra unos arboles cuajados de iguanas colgadas por docenas de sus ramas. Enormes reptiles de colores verdosos, rojizos, anaranjados con su aspecto antediluviano, realmente una visión muy curiosa. Aquí en los arboles en lugar de gorriones hay lagartones.


Al lado de las iguanas vemos una tienda con artesanía hecha por indigenas Maleku (Karen, nos garantizó su autenticidad) No somos de cargarnos de cachivaches, ni tenemos mucho espacio desobra en las maletas, pero lo poco que compramos preferimos que sea de artesanos locales. Es mucho más valioso y muy satisfactorío un objeto echo a mano por gente modesta y luchadora, que cualquier porquería "made in china" que puebla el mundo del souvenir, para seguir forrando de dólares a las multinacionales. Si hay suerte, mañana Karol y yo trataremos de buscar alquien que nos lleve a visitar la Reserva Indígena Maleku. Esta no me la quiero perder.


Otra de las visitas obligada es Fortuna, pueblo tranquilo, casas bajas, calles rectas formando cuadrícula, bancos, cajeros automáticos, cibercafés, amplia oferta hotelera, su iglesia colorista, minimalista y como telón de fondo el omnipresente Volcán Arenal soltando humo y gases.  Una pequeña villa que sobrevive principalmente del turismo. Es hora de comer y nos sentamos en "La Choza de Laurel" que según Karen es uno de los mejores que conoce. Y no se equivocó, impresionante sitio, el mejor sin duda hasta ahora y con una presentación de platos impactante sobre hojas de banano.


 Yo elegí "patacones", platanos aplastados fritos acompañados de salsa guacamole, quiero probar comidas con ingredientes típicos centroamericanos, de segundo "Puntas de lomito con yuca", maiz tierno y rabanitos, un platillo realmente exquisito.


 Karol prefirió "Lomito con jalapeños" y para finalizar tomamos cafecito rico rico de Costa Rica, este si esta bueno. Comimos los dos por 37 $ (dólares) unos 30 €.

Al salir del restaurante, Karen nos llevó a la oficina de "Pura Vida Tours"de Fortuna y así ganar tiempo para mañana, llevando ya las excursiones contratadas.
Karol, Lili y yo elegimos el "Skytram" osea, "ruta en teleférico sobre la selva" en el entorno del volcán Arenal. Por la tarde-noche iremos con los demás al Hotel Tabacón, un maravilloso spa natural que aprovecha las aguas termales del río, calentado por el magma que brota del mismísimo Volcán y para terminar la experiencia, cena-buffet que según dicen es expectacular.
Ya estamos deseando que llegue mañana.


Despues de dejar atrás la lluvia y el tedioso día en Cahuita y tras atravesar la provincia de Limón, la de Cartago, Heredia y entrar en la provincia de Alajuela, llegar al "Hotel Arenal Paraiso" es en verdad como llegar al auténtico "paraiso", bueno al paraiso del perfecto turista comodón.


Fugarnos de Cahuita un día antes nos cuesta la friolera de 119 $ (dolares) unos 94 €  por una noche extra en el "Hotel Arenal Paraiso", pero damos por bien invertido el dinero.


 El hotel está diseñado como una especie de poblado de casinas de madera individuales de lujo, como cajitas de música esparcidas dentro de un gran espacio verde repleto de plantas y árboles autóctonos. Para rematar el conjunto, un río artificial de agua termal, recorre toda la finca del hotel cayendo de una pequeña poza a la siguiente hasta terminar en la parte baja, en una gran piscina con el típico bar en el que se puede tomar algo sentado en taburetes dentro del agua.

 Dos horas seguidas estuvimos metidos en las piscinitas de agua caliente, hasta quedar arrugados como pasas. Para finalizar nos tomamos algo fresquito en el bar de la piscina pero seguimos con el culo metido en el agua calentita. El sitio es de película, situado muy cerca de la falda del volcán Arenal. Esperamos que el gigante se mantenga tranquilito y dentro de su actividad normal.



El Volcán Arenal (1633 m.) se comenzó a formar hace un millón de años. Los indígenas precolombinos lo consideraron sagrado y durante el periodo colonial apenas entro en erupción, pero el 29 de julio de 1968 un terremoto lo hizo despertar y arrasó la población de Tabacón. Desde entonces no cesó su actividad. El expectáculo se aprecia muy bien durante la noche que se ve como se enrrojecen las nubes de su cono y se aprecian el rodar de bolas de fuego por sus laderas.


A las 6:00 am. ya tienen abierto el comedor y ahí estamos nosotros ya desayunando. El buffet es impresionante no falta de nada. Parece que estuvieramos locos, pegándonos estos madrugónes estando de vacaiones, pero en realidad no lo es cuando estas harto de dormir. Irse a la cama a las 22:00 pm.permite este ritmo.


Dos horas más tarde ya estamos subidos en una "buseta" con dos inglesas, una portorriqueña, un neoyorquino y Lili nuestra amiga rusa, renqueando y rebotando por pistas de gravilla suelta, parches de hormigón y tierra formando una carretera-popourri que nos lleva a la base del Skytramp.


El "Skytramp" no es más que un teleférico que sobrevuela una amplia zona del llamado bosque lluvioso y que en poco más de 15 minutos nos lleva a la cima de un cerro.


 La mitad del grupo pagaron por bajar en tirolina y el resto optamos por bajar haciendo un pequeño trecking observando el bosque a pié de arbol. Estuvimos un rato mirando como la gente se lanza por la tirolina y verlo impresiona un poco, pero no me iré de Costa Rica sin probar la experiencia. Vamos a esperar hasta que lleguemos a la zona de Monteverde donde dicen que tienen las tirolinas más largas y expectaculares, asi que de probarlo, que sea a lo grande, con un par.


El trecking fué corto pero muy interesante pues descubrimos plantas con hojas enormes como la "sombrilla de pobre" u "oreja de elefante" y bichos sorprendentes, muy raros, todo gracias a la guia, una chica "tica"(como llaman a los costaricenses por su costumbre de terminar todo con el prefijo -tico ó -tica), que nos mostraba lo que para nosotros pasaría desapercibido.


Rematamos el paseo en un "mariposario", como su nombre indica lleno de mariposas de larvas y de insecto exóticos.


De regreso al hotel aún nos faltaba una sorpresa, en medio de la carretera nos encontramos con una familia de "pizotes" (coatis) que nos deleitaron corriendo alrededor de nuestra buseta como locos. Es impresionante la cantidad de animales que salen por todas partes.

Pero esto solo es la mitad de la movida del día, despues de comer y casi sin reposar nos piraremos otra vez de trecking por la selva alrededor del volcán, para terminar el día en el Hotel Spa Tabacón.


Empezamos la excursión y el bus nos lleva hasta el punto más proximo a la falda del volcán donde una valla prohibe el paso. Varios carteles avisan del peligro. Realmente adentrarse en su entorno es  preligroso pues continuamente se producen derrumbes en las laderas y de vez en cuando grandes rocas ardientes bajan rodando caprichosas hasta la base.


Y no solo por esto es peligroso, sino que además está la expulsión de nubes de gases tóxicos que descienden ladera abajo y que pueden provocar la muerte. Mas de un turista osado que se saltó las prohibiciones acabo en fatalidad, incluso algunos nunca fueron recuperados sus cuerpos.


La caminata se convierte no solo en una lección de vulcanología sino que tambien fué una lección de fauna y botánica.


Observamos "Tucanes arco iris", "oropéndolas", "monos araña" entre otros muchos animalillos curiosos.

Ya nos vamos aprendiendo algunas plantas como la "oreja de elefante"


 Los frutos del "peine de mono", la gigantescas"ceiba"y lo que son plantas epífitas, osea, aquellas que viven sobre otro vegetal pero no son parásitos de estos, vamos una lista sin fin de curiosidades.






El final del treckking no puede ser más impresionante, la paleta de colores del cielo nos deja a a todos con la boca abierta, el mejor expectáculo para finalizar el día. 
Encantados, eufóricos con la caminata a traves de la selva volvemos a la buseta. La carretera va circunvalando el impresionante cono casi perfecto del Volcán Arenal. En un momento dado del recorrido nos paramos y nuestro guía nos invita a bajar para que podamos observar, ya en total oscuridad, a una distancia mas que prudencial, como enorme mogotes de piedra ardiente ruedan ladera abajo. Estos últimos días vomita en esa dirección, por supuesto sin previo aviso escupe en la dirección que se le antoja.


Y llegamos al "Tabacón Grand Spa Thernal Resort"***** Tan solo estamos aquí como visitantes por supuesto, unas vacaciones alojados aquí no están al alcance de mi bolsillo, pero ofertan la posibilidad de disfrutar durante unas horas de sus maravillosas instalaciones y rematarlo con una cena-buffet.
 El rio Tabacón brota naturalmente y sus aguas calentadas por el magma descienden por la ladera del volcán formando cascadas, pozas y laguitos hasta terminar en las instalaciones del hotel. Es una experiencia irrepetible bañarse en plena noche, entre la espesa vegetación, en sus pozas oscuras solo iluminadas con luces camufladas entre la vegetación, que apenas iluminan pues un espeso vapor  flota a nuestro alrededor dando un punto fantasmagórico al paisaje.


 Los 45º C del agua son la causa del vapor y sentarse bajo las cascadas dejando caer el fuerte caudal de agua sobre la piel es casi orgásmica. Perdemos la noción del tiempo pasando de una poza a la siguiente y de una cascada a otra aún más caudalosa.
Terminado el circuito, el cuerpo y los sentidos se nos quedan más relajados que una tortilla de marihuana. Nos tenemos que vestir de nuevo, ya es hora de ir a cenar a uno de los enormes salónes del hotel donde nos agasajan, con toda la variedad de platos propios y típicos de Costa Rica y parte del extranjero. Para azuzarnos aun más nuestra gula, la cena es tipo buffet, literalmente imposible probar tan solo un bocado de cada diferente plato.


De regreso y antes de irnos a la cama, dedico tiempo a comtemplar y fotografiar en el silencio de la noche el volcán que tenemos por vecino. Su sombrero de nubes flota enrojecido y globoso sobre su crater ardiente, eruptando rocas que desde esta cara no puedo ver. No se oye nada, supongo que estoy muy lejos para oir sus sordas explosiones, aún así me empresiona ¿como se puede respirar tanta paz tan cerca de la boca de los infiernos?.


Esta mañana no nos apetece levantarnos, dormimos como troncos, se nota que el spa hizo su función, nos dejo totalmente relajados. Hasta me levanto romanticón, me da por fotografiar las vistosas flores de las "heliconias" o "aves del paraiso".
Desayunando nos despedimos de nuestros amigos los catalanes, nos da pena pero tenemos que recordar que nos llevan un día de ventaja, mañana nos volveremos a encontrar de nuevo.


Decidimos pedir esta mañana un taxi e irnos los dos solos a visitar el pueblo de Fortuna y de paso comprar algunos regalos para la familia y los amigos.  Paseamos tranquilamente cotilleando la vida y costumbres de los "ticos".


 Se está muy agusto por el pueblo.  Curiosas señales de tráfico, no pueden ser más claras,"no hay paso" o "alto" así no cabe duda al menos para los latino-hablantes. Nos pasamos una vez más por la oficina de "Pura Vida Tours" tenemos algo pendiente por hacer esta tarde. Ojeamos unos cuantos folletos y ahí está. Haremos una excursión que tiene muy buena pinta, "Cabalgata a la cascada de Fortuna" y esto incluye una visita a los indigenas de la tribu "Maleku" que tanta gana tenemos de conocer.


Regresamos al hotel para comer que tienen un buenísimo buffet y preparamos la mochila para la excursión de esta tarde. Sobre la cama nos topamos con las figuritas típicas "encandila turistas" hechas con toallas y sobre la mesita una nota manuscrita que dice: - Os deseo una feliz estancia y unas buenas vacaciones. firmado: la chica de la limpieza. (traduciendo: boing, boing, boing una propinilla sería aceptada de buen agrado jejejeje)


En cuanto comemos, vamos a recepción para esperar que nos pase a recoger una "buseta" y casualidades de la vida, del mismo bus se apea Ana, Sonia y Oscar, los chicos que conocimos en Tortuguero. Precisamente vienen de hacer la misma excursión a la que vamos ahora nosotros y  por supuesto vienen encantados de la experiencia, así que nos la recomiendan.


Veinte minutos más tarde estamos saliendo de las cuadras del "Arenal Mundo Aventura" montados sobre los caballos, junto con un chaval que hará de guía. . No hay nadie más a esta hora para hacer la excursión así que iremos Karol y yo solos con nuestro amiguete.


El paisaje es precioso, siempre observados por el onmipresente, el grandioso volcán Arenal y ahora nos deja ver su cumbre, raro, escaso momento. Como una chica islámica, el Arenal pocas veces se deja ver su rostro sin su velo de nubes, nubes que el mismo provoca al desprender gas y calor al cielo.


 La cabalgada duró unos 40 minutos con algunas trotadas para dar un poco de marcha al cuerpo. Por culpa del calorazo y las carreritas los pobres caballos terminaron empapados en sudor.
Los dejamos atados a la sombra de un cobertizo y seguimos el camino a pié por el interior de la selva hacia el fondo de un valle frondoso por el que discurre un río.


Apenas empezamos a caminar nos topamos con una "Araña de Seda Dorada" (Nephila Clavipes) de un tamaño imponente y un colores dorados expectaculares. Fabrica enormes telas de araña de entre uno y dos metros de lado que brilla como hilos de oro con el sol y según dicen 6 veces más resistente que el acero. A pesar de todo no es agresiva y su veneno es casi inofensivo para el hombre. Se alimenta normalmente de insectos que atrapa en su enorme red. La proteina que componen los hilos se produce genéticamente para fabricar chalecos antibala y es utilizada en cirugía reconstructiva.


Desde la zona alta podemos ver una cascada altísima que según el guía tiene unos 70 m. de caida pero no es esta la que vamos a visitar, iremos a otra que forma una poza donde podremos darnos un baño. El valle esta cruzado por cables para hacer tirolina, no me gusta mucho, empieza a ser una plaga, pero el negocio es el negocio y aquí se vive de divertir al turista.


Descubrimos una verdadera autopista de Hormigas Cortadoras (llamadas "zompopas") acarreando grandes trozos de hojas que llevan hasta su nido, donde las mastican hasta formar una composta para cultivar sus propios hongos de los que se alimentan. Increible, son hormigas agricultoras, siembran su propio alimento.


De nuevo recibimos lecciones de botánica y nos muestran plantas con propiedades curativas,


Nos sorprendemos con las enormes ceibas, considerados árboles sagrados y extrañamente venerados por muchas culturas del mundo de distintos continentes que dificilmente pudieron tener conexion entre ellas.

Aunque para sorpresa la de este otro arbol, pedazo pollón se gasta el cabrón.



 El sendero nos lleva a la otra parte de la vaguada por un larguísimo puente colgante pero curiosamente termina antes de cruzar sobre el rio Fortuna.


 El rio aunque no es muy profundo, para cruzarlo nos tenemos que meter dentro del agua, así que nos quitamos la ropa y la dejamos en la orilla mientras Cristian se queda vigilándola. ¿Tanto hubiera costado poner cuatro troncos?


 Unos metros mas allá, entre la vegetación se oye el sonido de un tremendo, potentísimo chorro de agua, como si alguien hubiera abierto la compuerta de un pantano. Y tras la vegetación vemos la sorprendente cascada de Fortuna, nos deja boquiabiertos, es impresionante.


 El caudal de agua y la fuerza con la que cae acojona. El agua se estrella en una gran poza y de la fuerza de la caida rebota hacia arriba formado espuma, como una lluvia fina lo empapa todo. Me meto poco a poco en el agua, se nota fresca, da un miedo de la ostia. Nado con mucha precaución en dirección al centro de la gran poza, hacia el chorro, con el temor a que me succione pero estrañamente ocurre todo lo contrario. La potencia me impide acercarme tan solo unos metros y de nuevo me lanza hacia atras.


Quedamos impresionados, es un lugar que no olvidaremos facilmente.


Son ya casi las cuatro de la tarde y tenemos que regresar antes que se nos haga de noche. De nuevo cruzamos el rio Fortuna, nos vestimos aún mojados y subimos al alto del cerro de nuevo por el puente colgante. La subida nos deja echos polvo por el intenso calor, tan húmedo que se nos empapa la ropa de sudor y de nuevo sobre los caballos, ahora son ellos los que empiezan a sudar.


Cristian, nuestro guía particular,  nos comenta que ahora la ruta de regreso nos llevará por un pequeño poblado "Maleku" él mismo pertenece a esta tribu, es un chaval estupendo, muy simpático y todo el camino vamos bromeando.


 Los caballos llevan todo el día portandose muy bien aunque el mío se está volviendo un poco cabrón. En cuanto me descuido se lanza a dar mordiscos al caballo que lleva Karol, yo le grito "Tate quietu cabrón" y Cristian se descojona diciendo que yo si que tengo peligro.


No falta mucho para ponerse el sol, oscurecerá rapidamente. Vemos algunas chozas en una calva de la selva, estamos viendo las construcciones ancestrales de los"Maleku".


Un hombrecillo ataviado con una falda echa de tiras de corteza y una cinta para el pelo sale de una de las chozas a recibirnos. Nos bajamos de los caballos y nos acercamos a él un poco intimidados sin saber como comportarnos. Me toca en el hombro izquierdo con su puño derecho cerrado como el que llama a una puerta y pica dos veces mientras dice "capi capi". Es su forma de saludar, nosotros le imitamos sonriendo. Parece un tipejo simpático.


Nos dice que le sigamos dentro de la choza más grande y tomamos asiento sobre un tronco. Acomodados frente a una pequeña hoguera (casi apagada por suerte) nos cuenta a grandes rasgos la historia de su pueblo y nos suelta una larga parrafada en su primitivo idioma maleku que aún habla el 80 % de su población indígena.


Nos acompañan como pequeños monaguillos, una pareja de crios tambien ataviados con falditas de corteza que se dejan fotografiar con cara de desgana. Por momentos está oscurreciendo, apenas vemos nada así que avivan la hoguera para iluminar un poco la escena.


 La gran choza esta repleta de máscaras, palos de lluvia y tantanes pintados de vivos colores, son trabajos muy chulos. Sabemos que esta gente sobreviven vendiendo su artesanía así que les compramos una máscara y un palo de lluvia para contribuir con un granito de arena en su conservación, su supervivencia y la de sus costumbres ancestrales.


 El hombrecillo nos dice que es el "chamán" del poblado y nos cuenta que mantienen muchos conocimientos de medicina natural. Dijo algo que no se me fué de la cabeza. - Las plantas puede que no nos curen pero ayudan a que nuestra propia fe en ellas obre la curación.-En medicina moderna lo llaman medicamentos "placebo" y en muchas ocasiones funcionan, cuanto nos queda por aprender de los ancestros y cuantas se habrán perdido.
Nos despedimos de Cristian y de "Chayu Chayu" que así se llama el "chaman" deseandonos un feliz viaje y que el dios "Toku Toku" nos proteja y que nos de mucha suerte. Es todo un personaje.


En cuanto llegamos a nuestro hotel, cenamos y nos vamos a las piscinas termales en busca de relax. No hay nadie más, el cielo totalmente estrellado, la cima del volcán justo enfrente, el sonido de los animales en la espesura, esto es un placer de dioses, casi podemos sentir la presencia de "Toku Toku". Al final nos va venciendo el sueño sumergidos en el agua calentita. Vamos a dormir felices como perdices.


ENTRE ARENAL Y RINCON DE LA VIEJA




Esta es la última noche que pasaremos en Arenal.  Me despierto y voy al baño, se oye llover intensamente afuera. Karol parece que sigue durmiendo. Cinco minutos despues, Karol entra en tromba en el baño, descolorida y gritando.- Javi, hay una cosa negra y gorda que camina sobre la cama. Me desperté al notar como algo pesado caia sobre mis piernas por encima de la colcha, algo que caminaba, casi me muero del susto.- por supuesto toda la escena la vivió con la luz apagada sin atreverse a estirar el brazo para encenderla e imaginando que horripilante bicho podría ser ahora.



Voy a la habitación pensando en mi "cariño" por las arañas gordas y deseando que estuviera exagerando pues si pesa tiene que ser por lo menos una tarántula. Cuando ilumino el bicho con la linterna me da un escalofrio y se me erizan los pelos del cuerpo, hasta que me doy cuenta de que se trata. Por suerte solo es un murciélago, féo, pero inofensivo.


Lo atrapo con un vaso, empieza a ser el método oficial de caza, muy eficaz con todo bicho que corre, vuela ó salta y despues de hacerle unas fotos lo saco afuera y dejo al pobre animal marchar volando.
Ya estamos desvelados así que nos dedicamos a rehacer las maletas, ducharnos y bajar a desayunar pues a las 8:30 am. pasarán a recogernos.


El viajecito de esta mañana es más movido de lo normal. Parece ser que nuestro chofer tiene prisa por llegar y va a toda ostia por una carretera de contínuas curvas que va rodeando el lago Arenal.


Hacemos algunas cortas paradas esporádicas para fotografiar pizotes (Coatís)


Tambien paramos para contemplar un Tucán Arco Iris subido en un guarumo.


A los monos Congo que se balancean al lado de la carretera para nuestro disfrute.


Agradecemos enormemente las paraditas para ver los bichos, hay tanta vida, tantos animales que ya no podemos dejar de mirar a todas partes para intentar descubrir un nuevo animal que no hubieramos visto todavía.
En cuanto hacemos las fotos y subimos al bus nuestro chofer se lanza de nuevo a rodar a tumbar abierta. Todos vamos un pelín intranquilos, comentan entre ellos lo rápido que vamos y la forma brusca de conducir del tío, pero nadie le dice nada.
 De pronto Karol me susurra con cara pálida que se está empezando a marear, en un segundo se me hincha la vena (muy habitual en mi la explosión repentina) y suelto en voz alta y con muy mala óstia,-!!! A ver si vas más suave chaval, que vamos a echar todos la "pota"¡¡¡- surtió efecto inmediato, supongo que se imaginó a sí mismo, con caldero y fregona recogiendo vómitos, así que a partir de ese momento fue a una velocidad mucho más moderada.


Llegamos a Limonal donde debemos cambiar de "buseta" que nos llevará al siguiente destino y en cuanto nos bajamos, en el mismo aparcamiento, nos llevamos una agradable sorpresa, bueno dos.
Sobre los árboles vemos un montón de guacamayos rojos y guacamayos azules y a nuestros amigos, Ana, Sonia, Oscar y Yaiza.


Bueno, no es que los compare con los pajarracos pero "cotorreamos" sin parar de nuestras experiencias mutuas desde Limonal hasta Liberia donde de nuevo nos separaron, pues nosotros vamos al "Rincón de la Vieja" y ellos a "Playa Manzanillo". No cabe duda, Costa Rica es un pañuelo.


Y llegamos al "Rincón de la Vieja" al Hotel Cañón de la Vieja, por una carretera que no es carretera ni siquiera es camino, no es más que un montón de cantos rodados, no me explico como pueden circular con tal tranquilidad destrozando amortiguadores y neumáticos. De primera impresión nos recuerda un poco a Cahuita, aunque estamos mucho más perdidos en mitad de la nada, las cabañas son un tanto parecidas pero aún se ven más modestas.


En cuanto dejamos las maletas y nos damos una vuelta descubrimos que tenemos una piscina preciosa y de nuevo volvemos a encontrarnos con nuestros amigos los catalanes y dos chicos que ya conociamos de Tortuguero. Por supuesto tambien viajamos hasta aquí con  Lili la rusa y la pareja gallega. Esto ya parece una familia, nos sentimos como en casa, cada día hacemos más amigos y conocidos que nos vamos encontrando por todos los rincones del país.


Ya avanzada la tarde se oscurece el cielo y se suelta repentínamente una tormenta tropical, torrencial, bestial, huele a tierra húmeda, a ozono, me resulta agradable, refresca el aire, me gusta.
 La cena ya está preparada, nos comunican cuando empieza a amainar el chaparrón. Vamos al restaurante que esta bajo un techado de chapa sin paredes y nos disponemos a cenar a la luz de las velas. Se ve muy romántico pero las velas no están puestas por romanticismo, solo para ver que lo que comemos son habitas con arroz y no gorgojos del maiz. Es que se fué la luz y estamos a oscuras en todo el campamento.
En realidad esta noche apenas tenemos hambre, solo queremos comer algo ligero, pero nos dan a elegir entre buffet o buffet y de nada sirve insistir. No tenemos opción, estamos a unos cuantos kilómetros de la civilización y saben que nos tienen pillados.
Al final nos ponemos como vacas marinas, pues ya que estos caraduras no dudan en cobrarnos el mismo precio comamos mucho o poco, pues se joden que tragamos como si fuera nuestra última cena.


A las 22:30 pm estamos ya en nuestra cabaña, el día fué bastante pesado, estamos cansados pues nos lo pasamos entero viajando y viajando, mañana supongo que lo pasaremos mucho mejor.


Despertamos como ya es costumbre, muy temprano, a las 6:00 am pero dormimos bien a pesar de la cena pantagruélica y el"toc toc" de las gotas sobre el tejado de chapa. En el desayuno coincidimos con Lili que esta sonriente, feliz, pues se va de trecking al Parque Nacional Rincón de la Vieja, 15 km por la fuerza del sol, no la envidiamos, se va a morir deshidratada.
Karol y yo nos lo pensamos un momento y decidimos que hoy tendríamos día de relax, de sol, piscina y descanso nada de trecking ni pijadas.
De nuevo nos despedimos de nuestros amiguos los catalanes, siguen con su circuito.


Nosotros nos vamos a dar un tranquilo paseo por los alrededores. Justo al final de la finca del hotel, un río discurre por el fondo de una profunda garganta y un puente colgante cruza al otro lado a 19 m. de altura sobre el abismo.


Expectacular el Rincón de la Vieja, lo que no vimos fué a la vieja, se abrá muerto de idem.


Enseguida regresamos a la piscina y es toda para nosotros, estamos totalmente solos, esto es una gozada. Porque no hay manzanas ni llevo una hoja de parra en los "cataplines" sino esto sería lo más parecido al Edén.


 Incluso nos servímos nosotros mismos las bebidas del bar y nos ponemos músiquita ya que ni siquiera está el "salonero" como aquí llaman al camarero. Barra libre, piscina libre, vida libre, que más se puede pedir.


Despues de tanto sol y tanto nadar todos sabemos que "la piscina da hambre", así que nos acercamos al restaurante en busca de algo para aplacar el estómago, pero de nuevo tenemos para elegir buffet o buffet y estoy seguro que es lo que sobró de la cena, esta peña me están empenzando a caer mal, asi que nos largamos.


Nos vestimos, pedimos un taxi y nos vamos a comer y pasar la tarde por Liberia. El taxista que nos viene a recoge es muy charlatán y nos contó que esta noche hay fiesta en el pueblo y que van a montar una plaza movil para hacer un rodeo de toros bravos, seguro que nos va a gustar. El se ofreció para pasar a recogernos a la hora que nos apetezca regresar al hotel.
Nos convenció, nunca vimos ningún "rodeo" excepto lo que sale en la tele asi que nos quedamos paseando por el pueblo hasta que empiece el expectáculo.
Nos apetece comer algo que no lleve frijoles y arroz así que vamos a comer rica "comida basura" al "Burguer King" y luego buscamos un ciber para mandar noticias nuestras por email a la familia.


 Encontramos el recinto de la fiesta, una especie de plaza de toros portatil echa de toscos tablones en un descampado a las afueras. Hay mucha gente por los alrededores, chiringuitos con bebidas, tómbolas y tenderetes de artesanía, la gente da vueltas con vasos de plástico en la mano, sombreros tejanos y grandes camiones cargados de reses. Son las 19:00 pm. cuando abren las puertas, sacamos las entradas y nos buscamos un buen sitio en las rústicas gradas aprovechando que aun hay poca gente al lado de la puerta de toriles.


La banda local que tenemos al lado empieza a tocar con estridencia música pachanguera, la gente se retira con desgana del foso y empieza el expectáculo. Hacía mucho que no nos reíamos con tantas ganas, que descojone.


Por turnos, los chavales se van subiendo a lomos de los toros y en cuanto abren la portachuela salen dando botes lo que provoca que salgan enseguida volando y rodando sobre la hierba.


Los revolcones y batacazos son lo siguiente a descomunales. Que bien nos lo pasamos, nos retorcemos de risa viendolos caer como sacos, son más animales que los propios bichos.


En cuanto los toros se deshacen de los jinetes lo siguiente es capturarlos para sacarlos y ahí entra en acción el experto en la captura a lazo. El peliteñido no es bueno pero a base de insintir acaba lazándolos y devolviendolos al toril.

Habíamos quedado con nuestro taxista alrededor de las 20:00 pm. sin tener ni idea cuando empezaría ni terminaria esto, el tiempo pasó volando. Ni nos enteramos de la hora que era hasta que lo vimos de pie junto al coche aparcado al lado de la plaza, así que de mala gana, nos marchamos.
Antes de irnos nos pasamos por el burguer con el taxi y nos pedimos unas hamburguesas para cenar en el hotel pues sabemos que tendremos de nuevo buffet ó buffet y yo ya paso que me saquen la pasta aprovechando que soy turista.
El taxista durante el regreso nos contó que trabajó en la Tv y que llegó a ser productor. Tambien nos habló de una bebida típica de aquí. El "Goyol" es una bebida que se extrae del tallo de un arbol y tiene una particularidad, te emborracha cuando la bebes pero al día siguiente te vuelve a subir la borrachera cuando te pega el sol.
Por lo que hubieramos pagado por la comida y la cena en el hotel disfrutamos de la agradable visita a Liberia, de la comida, la cena, de la fiesta, de las cervecitas y del rodeo incluido el taxi de ida y vuelta y aún sobró dinero incluso con la propina al taxista, osea día redondo.


DE RINCÓN DE LA VIEJA A MONTEVERDE




Hoy cambiamos de lugar, y mientras llega la hora de irnos cotilleo por los alrededores haciendo algunas fotos.

Algunas a los "achiotes"o "achote" cuyas semillas lo utilizaban los pobladores indígenas originarios como pintura corporal y facial para sus rituales religiosos, para tintar las telas y como colorante alimentario.


A las "Chizas" ó ardillas


 Los panales de avispas negras


y las Urracas copetonas.

Nuestro destino de hoy será Monteverde, una meseta a 1065 m. cerca de la sierra de Tilarán.
Son las 9:00 am., nos recogen y nos trasladan hasta Liberia donde esperamos el cambio a otra buseta. De nuevo coincidamos con Ana, Sonia y Oscar, es increible este es el punto de encuentro de todas los circuitos de la zona norte.


 Nos acercamos a Monteverde y me siento como si estuviera llegando a mi casa, esta zona es clavadita a mi tierra, si me hubiera dormido y me despertara aquí diria que esto es Asturias, montañoso, con manchas boscosas y zonas de pradería verde, muy verde.
La carretera lleva una gran pendiente hasta que en un momento dado se termina el asfalto y tenemos que continuar con la buseta por una pista de tierra digna de un 4x4.


 Hotel Heliconia es nuestro nuevo alojamiento. De bienvenida nos ofrecen una bebida típica. Zumo de frutas con "guaro" es una bebida echa de caña de azúcar. Tambien nos ofrecen excursiones para mañana, por aquí no pierden el tiempo.


Este es el sitio que estábamos esperando para lanzarnos a probar lo de las tirolinas, asi que elegimos el pack tirolinas, trecking de puentes colgantes y jardín de colibrís todo en el mismo lote por 140 $.


El hotel es una pasada, es una agrupación de casas de madera de dos plantas y buhardilla escalando la ladera, carreteritas y senderos llevan en todas direcciones dentro del recinto hotelero, plantas exóticas, árboles y mucha vegetación componen el cuadro.

Un hombrecillo simpático y charlatán sube nuestro equipaje a una furgoneta y nos invita a subir nosotros tambien. Mientras nos lleva a nuestra cabaña no deja de insistir que si las camas son pequeñas avisemos en recepción para que nos cambien. Yo estoy empezando a mosquearme, si tanto insiste ¿que clase de camastro cutre nos toparemos para tener que llegar a reclamar?


Abrimos la puerta y sorpresa. La habitación es de más de 40 m2 todo de madera y con dos camitas alucinantes de 2 metros de largo y 2 de ancho casi son como campos de futbito. Menudo cachondeo se trae el botones con las camitas.
No nos entretenemos demasiado y enseguida bajamos a curiosear por el pueblo. Un pueblín pequeño pero casi todo son tiendas. bares y restaurantes.


Nos decidimos por el "Morpho" un restaurante decorado con motivos de mariposas hasta rozar lo recargado, con sillas y mesas que son simples troncos mal ensamblados y que huele que alimenta así que debe estar todo muy rico. Yo me pido uno de los platos típicos, un "casado con bistec" osea, filete, ensalada, arroz, frijoles y verduras,  Karol una hamburguesa con patatas, prefiere comida más norteamericana.


 Para bajar la panza damos una vuelta curioseando el resto de los llamativos y coloridos establecimientos y tiendas. Y mira, de nuevo nos encontramos gente conocida, una pareja de Murcia que coincidió con nosotros en Tortuguero. Nos cuentan que van recorriendo el pais por libre buscando alojamiento sobre la marcha en un 4X4 alquilado.  Un rato de conversacíon intercambiando experiencias y nos despedimos, está empezando a llover fuerte.



Decidimos que antes de regresar al hotel iremos a un super y compraremos algo para cenar en la habitación, no nos apetece regresar al pueblo para cenar esta noche y lloviendo mucho menos, nos va a dar mucha pereza. Nuestro hotel queda un poco lejos, a las afueras y todo cuesta arriba en lo alto del pueblo. Con la compra echa tomamos un taxi que por 2 $ nos evita la mojadura y al llegar, el recepcionista nos dice que alguien preguntó por nosotros. Por la descripción es Salvador, uno de los catalanes.


Nos ponemos un forro polar y el chubasquero pues se esta poniendo muy frío, claro que estamos en lo que llaman el bosque lluvioso a más de 1000 m. sobre el nivel del mar.
Efectivamente al llegar al bar del hotel allí estan nuestros queridos amigos los catalanes esperándonos. Nos cuentan la experiencia del día en la tirolina, lo bien que lo pasaron, que no acojona tanto y que no dejemos de probar el "Tarzán Swing" es una sorpresa. No me tranquiliza lo que me dicen, volar colgado de un cable a muchos metros sobre la selva me parece algo laxante . Tras tomarnos unos mojitos nos vamos a soñar con cables y tirolinas.


Nos despertamos un poco nerviosillos pensando en la aventura de hoy, el "Canopy" osea las tirolinas. Es una experiencia totalmente nueva para nosotros y no deja de darnos algo de cague al pensarlo. Despues de desayunar nos recoge la "buseta" y tras un largo rato circulando por pistas bacheadas llegamos al "Selvatura Park".
 

Los huevecillos se me están subiendo a la altura de la nuez en cuanto me colocan el arnés y el casco y aún más, cuando nos hacen firmar un documento que no quise ni saber lo que ponía. Supongo que lo mismo que cuando firmas para ser operado en la seguridad social.


Empezamos el "Canopy". Somos un grupo de 12 turistas y 4 guías. Nos dan unas breves instrucciones sobre como colocar las manos en el cable para no quedar sin dedos y como frenar, para de seguido lanzarnos por los cables desde las plataformas situadas en lo alto de los arboles.
 !!Wow esto es genial, es una auténtica gozada¡¡¡ No acojona para nada, una sensación indescriptible ir literalmente volando sobre las copas de los arboles. Cada vez los cables están a mas altura sobre el dosel del bosque. Uno de los tramos del recorrido atraviesa todo un valle a cientos de metros sobre la selva. !!!Que maravilla¡¡¡.



 El recorrido consta de 11 cables de entre 100 y 300 metros de largo y casi al final del recorrido llega la sorpresa, el "Tarzán Swing", !!!mecagón la leche¡¡¡ esto si que me está dando susto.
Los que queramos probar, nos tenemos que subir a una plataforma sobre una torreta de hierro bajita si fueramos cigueñas pero muy alta para los que tenemos que lanzarse al vacio desde lo alto.  Una chica portorriqueña se lanza la primera y detrás me toca a mi. Me asomo y !!!dios que cague me esta dando¡¡¡, pero ahora no puedo dar marcha atras, con un par.



Abren la portezuela y me lanzo al vacio. No es más que un columpio muy grande pero joer, no veas que impresión. En cuanto me lanzo no escatimo en "tacos"y despues que dolor, el arnés se me clavó y pensé que me había echo una hernia inguinal. Tras de mi Karol tambien se lanza como una valiente y poco a poco casi todos los demás.


 Lo pasamos estupendamente, menudo subidón de adrenalina. Despues de tres cables más, uno de ellos de 506 metros de largo llegamos al final.
Ya noto las bolas de nuevo en el lugar de costumbre.


Para relajar de nuevo la tensión nos pasamos por el colibriario. Los minúsculos colibríes zumban a nuestro alrededor como abejorros, impresionantemente veloces, audaces como pequeños rayos verdes y azules iridiscentes, solo los podemos captar por un segundo mientras liban el agua azucarada que les colocan en unos recipientes especiales.


Salimos del jardín de colibríes alucinados con esos pequeñajos y tomamos un sendero que desde aquí  mismo parte en ruta circular bien marcada y en relajado paseo por unos tres kilómetros a traves de la selva.


En el recorrido disfrutamos contemplando la espesura verde, la lucha de las plantas en busca de su rayito de sol y algunas de las 1200 especies de orquídeas que florecen en Costa Rica, más que en ningún otro pais centroamericano, algunas de ellas grandes e impresionantes pero otras en su máximo desarrollo apenas miden unos milímetros.


Ocho larguísimos puentes colgantes nos llevan sobre la  selva dejandonos ver los árboles comodamente a la altura de sus copas, donde nos sería imposible llegar de otro modo.










El más largo de los puentes mide 157 m, pedazo de pasarelas y que lejos se ve el suelo bajo los pies.


 Ya de regreso al pueblo paramos a comer en una "Soda"(restaurante modesto) de curioso nombre "Donde Henry". Nos comemos un rico pescado que llaman "Dorado" y subimos a nuestra cabaña a duras penas, con la barriga demasiado llena para caminar.


En cuanto llegamos nos sentamos tranquilamente en la balconera. tenemos una vista preciosa del bosque nuboso hasta el mar Pacifico. Que tarde mas relajada despues de la mañana tan ajetreada en las tirolinas.
En estas estamos, comentando la experiencia del día, cuando se nos unen  nuestras vecinas de habitación, una holandesa y la otra alemana, Elsa y Rita residentes ambas en Mallorca. Nos apetece tomar algo fresco así que bajo hasta el bar con Elsa y subimos unas cervezas y unos refrescos.
Enseguida conectamos y tenemos una larga y animada charla intercambiando experiencias del viaje. Nos pide marcha el cuerpo, asi que nos vamos hasta el pueblo a bailar ya que Rita oyó que en"El Sapo Dorado" ponen música latina. Nos apetece ir de fiesta pero la música que están pinchando al final no es muy bailable asi que tomamos unas cercezas con el "chill out" de fondo y tras una vuelta corta por el pueblo regresamos al hotel.



DE MONTEVERDE A MANUEL ANTONIO




Como ya es costumbre dos noches y de nuevo cambiamos de destino. Hoy amaneció muy nuboso y lloviznando, se nos va a estropear la mañana. Tenemos que bajar las maletas a recepción y dejar la habitación libre antes de las 12:00 am. y esperar por ahí perdidos hasta las 16:00 pm. que nos vengan a recoger.  No deja de llover así que la única opción es visitar el "Serpentario"que al menos está a techo.










Aquí si vemos toda la variedad de serpientes autoctonas, unas que ya vimos en su habitat natural y otras que no logramos ver en los recorridos que hicimos por la selva. La exposición se completa con ranitas minúsculas y tortugas grandotas.


Al salir ya no llueve asi que podemos pasear por el pueblo y tomarnos algo en el bar más original que habíamos visto nunca. El "Tree House" osea la Casa del Arbol.


Un árbol enorme crece en todo el centro del bar y sale por la parte de arriba que no tiene tejado. El arbol hace las veces de techo pero parece poco eficaz contra la lluvia.

Ya de regreso nos pasamos por "La Lecheria" para probar sus riquísimos helados.
 Los dueños de este local son descendientes directos de los famosos "Cuáqueros", doce familias de Alabama que salieron de Estados Unidos huyendo del reclutamiento forzoso y de la carcel que les amenazaba si traicionaban sus creencias y que se instalaron en estas montañas donde lograron sobrevivir trayéndose 50 reses de Jersey allá por abril de 1951. Llevan una vida austera, rezan en silencio y sin intermediarios, se casan con sus amigos como únicos testigos, y entierran a los muertos detrás de su escuela. Creen en la bondad innata del ser humano, son profundamente pacifistas, no hacen proselitismo y reniegan del control del Estado.

Volvemos a la recepción, por fin se acerca la hora de partir y por cierto, en el hotel llevan toda la mañana colocando los adornos de navidad y aún estamos a principìos de noviembre.
Ahora tenemos un montón de kilómetros hasta llegar al Parque Nacional Manuel Antonio y de nuevo por los caminos carreteros  y pista de tierra traqueteamos hasta llegar a la gran carretera, la Panamericana que por suerte si está asfaltada.


Llegamos a Limonal. Despues de una larga espera para el cambio de buseta nos vamos y despues de muchas curvas, muchos vaches y muchos kilometros llegamos a Manuel Antonio, alrededor de las  22:30 pm. tardísimo para la costumbre de aquí.


Nuestro nuevo alojamiento en Manuel Antonio es el Hotel Byblos.


Estamos al lado del mar Pacífico en zona de playa y esto se ve mucho más turístificado, con edificios altos de cinco plantas. El hotel no está mal, mantiene la misma estética de cabañas tipo bungalow de los anteriores, en un entorno bien cuidado, buenas habitaciones y una hermosa piscina.


 Estamos realmente cansado, fue un día muy pesado, por malas, malísimas carreteras y bastante desperdiciado, muchos kilómetros sin apenas interés y seis horas casi sin paradas.
A pesar del cansancio ponemos el despertador para las 5.30 am. estamos consumiendo los días rapidamente y queremos aprovechar el día de mañana, asi que tenemos que buscar alguna excursión interesante por la zona.


Hoy sería perfecto visitar el Parque Nacional Manuel Antonio pero es lunes y esta cerrado asi que tenemos que buscar otra opción.
 Iremos a navegar en catamarán. Hay uno que ofrece snorkel dentro de la reserva marina con comida y bebida a bordo incluida. Parece chulo, me encanta navegar, sentir el mar, nos vamos.


A las 9:00 ya estamos embarcados y navegando con buena mar aunque amenaza tormenta. Por suerte aún se ve lejos seguro que la esquivamos, navegamos circunvalando la costa hasta quedar frente a las playas del Parque nacional. Arrojan el ancla y nos lanzamos al agua con tubo, aletas y gafas para admirar el fondo coralino.


Disfrutamos un buen rato del baño, nuestro primer baño en el Océano Pacífico, espero que no sea el último. Cientos de peces nadan a nuestro alrededor, muchas especies de pececillos distintos, peces de vivos colores que no reconozco. Es una gozada la visión a pesar de que el agua esté un poco turbia por las lluvias de ayer, pues los ríos arrastraron mucho limo hasta el océano. 


De nuevo subimos todos al barco y Karol se siente un poco mal, lo suyo no es la navegación, tiene el estómago revuelto asi que no tarda mucho en asomarse por la borda y alimentar a los peces. Literalmente la superficie por babor empezo a bullir de peces que subían hambrientos.

Estamos en estas cuando avisan que ya está echa la comida, ensalada de pasta y brochetas de marlín, está muy rico todo, pero Karol no puede aún probar bocado, no quiere ni pensar en comer.
Me acabo comiendo mi ración y la suya, está feo desperdiciar la comida. Al contrario que a Karol a mi el mar no me afecta negativamente muy al contrario me encanta navegar y me abre el apetito.



Desembarcamos alrededor de las 13:00 pm despues de una maravillosa mañana en el catamarán .


De regreso digo al conductor del bus que nos deje en Playa Espadilla, la pública y damos un paseo hasta el final, donde suponemos que límita con el Parque Nacional Manuel Antonio.


No hay cartel que prohiba el paso excepto uno un tanto intimidatorio que reza.- "Aquí habitan cocodrilos, Prohibido bañarse".- sin hacer caso atravesamos el rio a la otra orilla y nos metemos en la vegetación.


Enseguida un guarda sale a nuestro paso y nos impide seguir, nos dice que hoy es lunes y el parque permanecerá cerrado. Haciéndonos los locos le decimos que no teníamos ni idea de donde nos estabamos metiendo, había que intentarlo, hubiera sido mucho más guapo ver el parque solos sin los rebaños  de turistas. No queda más remedio que dar media vuelta, mañana haremos la visita por la puerta principal.


Dando vueltas por la playa descubrimos algunos "bañistas exóticos", iguanas a montones que no quisiera toparme encima de mi toalla.


Vendedoras de pareos llenan de colorido la playa y en nuestro paseo errático nos vamos topando con los compañeros de viaje, Elsa, Lili, los gallegos y una pareja de catalanes, Terminamos todos juntos tomándonos algo en una terracita. Yo me pido una limonada pero Karol ya está recuperada así que se pide una hamburguesa con papas que ahora ya tiene una hambre de perro.


Miro hacia arriba y contemplo esas enormes y primitivas iguanas colgando sobre nosotros en los árboles, parece alucinante pero esto es tan normal aquí como en España ver picotear a las palomas.
La conversación con los amiguetes, estos últimos días siempre acaba en una tormenta de quejas hacia "Gray Line" y sus touroperadores, Karol empieza a estar harta, me dice que por que son tan negativos, nada les parece bien, ni nada es suficiente, piensa que la gente no sabe disfrutar del momento tomando lo positivo, tiene toda la razón todo es mejor si somos positivos.




De repente una lluvia tropical nos hace irnos de la terraza del bar. Tomamos el autobus de línea, un cacho de hierro oxidado lleno de agujeros por los que se cuela la lluvia sobre los pasajeros, la última parada nos deja a 200 metros de nuestro hotel.
La lluvia es caliente y espesa como sopa, como estar bajo la ducha, pero Karol y yo en cuanto llegamos al hotel en lugar de protegernos, nos quedamos en bañador y vamos cantando bajo la lluvia como dos locos hasta que llegamos a la piscina donde nos damos el baño más delicioso de nuestra vida, bajo la lluvia caliente de Costa Rica. Todo el mundo está a cubierto contemplándonos bajo el tejadillo del bar o en sus cabañas, somos dos bichos raros que reimos a carcajadas mientras llueve sobre nosotros a mares. De pronto un grupo de monitos carablanca pasan saltando de rama en rama sobre nuestras cabezas y yo hago el mono imitando sus gritos.


Me empiezo a sentír como Tarzán, que gozada de país, con razón dicen continuamente "Pura Vida"
Es simplemente impresionante estar rodeado de tanta vida salvaje a nuestro alrededor. Nos vamos a nuestra cabaña y nos recostamos simplemente viendo pasar la tarde y sintiendo intensamente estos instantes que estamos viviendo por estas tierras maravillosas.


DE MANUEL ANTONIO A CASA.


Me despierto incómodo, con dolor en un oido, son las 3:30 am. Intento dormirme de nuevo, aguanto un par de horas más y me levanto más aliviado, bueno nos levantamos los dos. Hoy nos vamos de aquí hacia nuestro último destino en San José y queremos quemar el último cartucho, la visita al Parque Nacional Manuel Antonio. Alrededor de las 7:00 am.ya estamos sacando la entrada al parque junto con nuestra amiga Lili. Vamos a hacer la visita por libre, con guía cuesta 40 $ más y pasamos de él pues a estas alturas ya reconocemos casi todas las plantas y animales de por aquí.


El paseo es facil al principio pero como vamos un poco rápido, pues no disponemos de mucho tiempo, el calor y la humedad nos desgasta rápidamente y sudamos a chorros.


 Esto es una preciosidad sobre todo por las playas virginales, limpias, inmaculadas y la vegetación que llega hasta la misma rompiente, las típicas playas caribeñas si no fuera por que son las del otro lado las del Pacífico.



Los animales empiezan a desfilar de nuevo ante nosotros, los perezosos con su pelaje verdoso cubierto de moho y porquería, parecen peluches atropellados y tan lentos que sobre ellos crece el musgo como en un viejo roble. Es su forma de defensa, su camuflaje.


Y entran en escena los monitos carablanca, todo lo contrario a los perezosos, tan rápidos, chillones y agiles como críos hiperactivos histéricos.


Pequeños cangrejos ermitaños con sus casitas de segunda mano corren a centenares sobre la arena.


Y más iguanas, muchas y feas iguanas, asomándose en las grietas de las rocas.


 Y algo nuevo que nos sorprende, descarados, correteando por la playa, salen los mapaches. Se pasean entre los turistas y se acercan a las mochilas. En cuanto alguien se descuida rebuscan dentro y les birlan cualquier cosa que se ponga a su alcance, gafas de sol, cámaras de fotos, un trozo de papel o medio bocadillo.



Estupenda visita, interesante lugar el Parque Nacional Manuel Antonio.


Regresamos a nuestro hotel tras cuatro horas por el parque que nos pasaron volando y rehacemos las maletas rapidamente para subir a la buseta e irnos.


El nuevo chofer es buen conversador y probablemente por querer ser agradable está haciendo la función de guía gratuitamente, esta muy atento a cualquier bicho que aparece por el camino para mostrárnoslo. Se agradece encontrar personas que se molesta por ser amables excediendose incluso en sus funciones sin el cochino interes de una retribución a cambio.


 Nos detenemos al lado de un puente viejo y oxidado sobre el río para hacer fotos a los cocodrilos que están resecándose al sol como neumáticos viejos.


Llegamos al pueblo de Orotina, no son más que cuatro casas, un restaurante y una tienda de esas que vende de todo al lado de la carretera, tenemos ya mucha hambre asi que pararemos a comer.
Casado de pollo en fajitas y casado de carne en salsa, dos coca colas y tres empanadillas grandes para llevar por solo 13 $, todo rico y muy económico.
Aprovechamos para comprarnos un último recuerdo a buen precio, una cajita echa de madera de "cocobolo" por 20 $ que en el resto de sitios, mucho más turísticos, nos pedían desde 50 $ hasta 70 $  por lo mismo, merece la pena esperar a comprar fuera de los circuitos habituales.


Despues de el largo viaje de hoy, llegamos al mejor hotel de todo el circuito, el Hotel Ramadá Herradura, es acojonante. Un buen sitio para la despedida.

A pesar de estar aún a mediados de noviembre ya están decorados muchos establecimientos con los adornos navideños. Pasamos el resto de la tarde-noche disfrutando de las instalaciones, tomando cervecitas y antes de ir a la cama nos damos un delicioso baño en el jacuzzi que tenemos en la habitación.


Amanece nuestro último día en Costa Rica, hoy volvemos a casa, de nuevo a España. Desayunamos bien rico y enseguida para aprovechar la mañana nos subimos a un bus de línea que nos lleva al centro de la capital, al centro de San José.



Nos bajamos en la Avenida 2. Es una capital pequeña y todo gira en torno a la Plaza de la Cultura. San José esta construida en forma de cuadrícula por lo que no tiene perdida, las calles no tienen nombre sino números. Las avenidas discurren de este a oeste y las calles de norte a sur.
En la oficina de Información y turismo nos recomiendan un recorrido por las dos calles principales, la avenida 2 y la Central que es peatonal.


Hay abundante gentío y mucho tráfico. Hago alguna foto sin quitar ojo a cuantos me rodean y con la mochila bien controlada por recomendación de la oficina de turismo, nos previnieron que podiamos sufrir algún robo, bueno, igual que en cualquier otra gran ciudad.


Lo más destacable de nuestra visita es el Mercado Central construido en 1880, un edificio cubierto donde se vende de todo, en un laberinto de pasillos repletos de artículos que apenas permiten el paso de los clientes.


Vendedores que vociferan ofreciendo carne, pescado y fruta. Antihigienicas y grasientas "Sodas" donde la gente se atiborra de fritanga para salir corriendo al trabajo. Tienduchas de souvenirs, zapateros remendones, chamarileros, floristas y verduleros. Aún me tomo más precauciones aqui dentro por lo apretado del sitio y la gente que pulula a nuestro alrededor.


No tardamos mucho en regresar al hotel. El trayecto en bus resulta extresante, contínuos frenazos y pitidos y vemos cuatro accidentes de tráfico diferentes en tan solo 8 km de trayecto.
En lugar de ir directos al hotel decidimos meternos en un centro comercial que hay justo al lado. En uno de sus restaurantes pedimos algo para comer y compramos algunas cosillas para entretenernos y comer en el avión.

 Regresamos al hotel donde nos encontramos con Lili deambulando y nos comenta si no notamos el pequeño terremoto que hubo esta noche. Al parecer a media noche sufrimos un temblor de tierra con epicentro en Panamá que llegó a 6,2 grados en la escala de Ritcher y se llegó a sentir en toda Costa Rica. Karol y yo no nos despertamos, ni nos enteramos, pero otros turistas nos confirmaron el temblor y dicen que pasaron mucho miedo. Bueno, nosotros nos libramos del susto, confirmado, no nos despierta ni un terremoto.


Nuestras vivencias por Costa Rica tocan a su fin.
Lo hemos vivido y lo hemos disfrutado intensamente, es más expectacular de lo que describen incluso en las guías, hay que vivirlo, disfrutarlo, olerlo, sentirlo.
Viajar a cualquier pais centroaméricano suele sonarnos a peligroso y mucha culpa la tienen los medios de comunicación y las películas que nos venden imagenes sensacionalista, para captar nuestro morbo, nuestra atención, algunos paises los son, otros solo en zonas concretas, pero al menos Costa Rica se libra de ello, me trasmitió tranquilidad y amabilidad.

 Si algún día pudiera repetir el viaje sería por libre, para adentrarme con un 4X4 en tantos rincones que me quedaron por ver y que se pueden descubrir sin guías y sin horarios apretados, ahora se que se puede y que los costarricenses son personas amigas de ayudar y sociabilizar con los turistas y los viajeros.

Son las 18:00 pm. hora costarricense, cuando despegamos del aeropuerto rumbo a Madrid, de nuevo volvemos a la dura realidad pero con una experiencia inolvidable.


"PURA VIDA, COSTA RICA".


 

5 comentarios:

  1. Bueno hay un expresión que describe la sensación que me ha quedado cuando acabe de leer tu aventura por Costa Rica "Me quito el sombrero".
    Una de mis ilusiones es conocer este país y ahora con tu artículo aumentó más mi deseo.Me gusta las fotos y las aventuras, pero me ha dejado con la boca abierta la organización del viaje y describiendo detalles como el de la agenda donde lo apuntas todo,que es una manera muy buena para poder recordar pero que siempre decimos todos que lo vamos hacer y solo unos pocos lo hacéis.En todas las entradas que tienes en el blog lo había notado lo bien que organizáis los viajes (Karol y tú)y se nota que disfrutáis intensamente de todos los viajes (como debe ser,o por lo menos me parece a mi).
    Ahora a esperar a ver si me toca la primitiva o la lotería de Navidad para ir a conocer Costa Rica y desde luego si alguna vez hago el viaje ya sé lo que tengo que hacer y lo que tengo que llevar y donde dirigirme para orientarme,AQUÍ.

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  2. Diste en el clavo, me gusta la organización, tambien te digo que disfruto tanto haciendo los preparativos de los viajes casi tanto como viajar.
    Y una cosa, no hace falta que esperes a que toque la loteria,a nosotros no nos tocó y lo logramos, solo es cuestion de hacer de hormiga y no de ciguarra y cuando te das cuenta te ves volando a tu sueño. jajajaj.
    Un consejo haz ese viaje o el que te apetezca en la primera oportunidad que se presente, "Carpe Diem", aprovecha el momento, si nosotros no hubieramos ido de aquella en 2008 hoy ni por asomos y que nos quite lo bailao jajaja.
    Muchas gracias por leerme y por tu comentario,como ves aún no acabó el viaje, ahora disfruto contandolo y animando a otros viajeros.

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  3. Guauuuuu!!!! Menudo viajecito, me pone los dientes largos
    es todo una aventura, yo de mayor quiero hacer el viaje
    que tu.

    Me ha encantado, Un saludin.

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    1. El viajecito es pa pasarlo de P.Madre, te lo recomiendo de todas todas destrodelto, si algun día puedes haztelo, y no dudes en pedirme consejo que te informaré con todo lujo de detalles, Gracias por echarle un ojo a mi blog y comentarme.
      UN SALUDO.

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  4. Les felicito por visitar nuestro caluroso suelo costarricense, es maravillosa su fauna y toda la naturaleza, sus bosques,selvas,ríos y playas,volcanes y "los caminos llenos de baches o huecos y algunos empedrados ,lastreados y de tierra o de capa vegetal... esta es nuestra tierra y personas como ustedes engrandecen y enaltecen nuestra riqueza turística, todo su comentario es un verdadero compendio turístico, digno de ser recomendado y promocionado por las mismas agencias de turismo... lo que siempre lamento como costarricense, es el precio con el cual son atendidos los extranjeros en cuanto a hospedajes, alimentación y transportes... nosotros hemos visitado otros suelos fuera de nuestras fronteras y no nos hacen "tarifas turísticas" o "tarifas nacionales"... es lamentable que esto se dé, disculpas por este rubro, es parte del negocio que se promuebe a través del turismo;por aparte, venir a Costa Rica y no asustarse en los bosques con una culebra o víbora, en las cabañas de hospedajes con murciélagos,arañas,escorpiones y otros bichos extraños, o al menos con un sismo casi terremoto, o con un rugir volcánico... es perderse lo mejor de nuestra naturaleza y del diario vivir de los costarricenses...gracias por su preferencia y este suelo centroamericano, siempre les abrirá sus fronteras, su hospitalidad y su cultura, es parte de nuestra idiosincrasia compartir y brindar solidaridad y amistad...exitos en sus vidas,familias y empresas.

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