jueves, 17 de noviembre de 2011

(Cap. 10) Una moto y dos semanas para descubrir Portugal- 1000 km y estamos en casa

El cuentakilómetros marca ya 2.000 km. desde que salimos de casa. Aún nos quedan por hacer 1.000 km más y tenemos tres días para regresar. Nuestra intención es ir directamente hacia el norte subiendo por el interior de Portugal hasta llegar a la altura de Badajoz donde saldremos definitivamente a España. para seguir subiendo por la ruta de la plata hasta Asturias.

 Hoy el día en Quarteira amanece totalmente nublado, tuvimos mucha suerte ayer, pues pudimos disfrutar de un hermoso día de playa.


En cuanto desayunamos, cargamos todo en la moto, nos despedimos del "Dom José" y dejamos el Algarve saliendo por la N-2 dirección Evora. La carretera tiene muy buen asfalto pero no podemos rodar muy rápido pues tiene un trazado continuo de curvas cerradas y cada vez que fuerzo la velocidad arrastro las estriberas, así que mejor aminorar. El curveo es normal pues tenemos que atravesar la "Serra do Caldeirâo" que separa el Algarve del Baixo Alentejo.


 Dos horas tardamos en llegar a Almodovar a pesar de estar a tan solo 85 km de Faro. Pero a partir de aquí  dejamos atrás el paisaje montañoso lleno de alcornoques y eucaliptos para cambiar totalmente. La carretera ahora discurre por una amplia llanura de dehesas con encinas, alcornoques y cultivos que propician unas larguísimas rectas. Ahora si puedo abrir gas y para la 1:30 de la tarde habíamos recorrido los 228 km que separan Faro de la ciudad amurallada de Evora.


Nos alojaremos en el Hotel Ibis Evora***, muy chulo y más o menos dentro del precio. 61 € H-D y dispone de aparcamiento privado.
Enseguida salimos a la calle, primero para comer y luego para aprovechar la tarde y cononer el pueblo con calma.


De entrada nos vamos a la céntrica Praça do Giraldo al lado de la iglesia de Santo Antâo (s. XVI) En esta plaza se concentra todo el bullicio y hay muchos bares para elegir con terrazas en la que ofrecen un menú variado para comer.


Nos sentamos en uno al azar y por probar algo nuevo me pido unas "migas con porco" típico de la zona. No me gustó mucho la verdad, tenía mejor aspecto que sabor, pero como esta muy feo dejar comida en los platos nos lo comimos todo y nos pusimos a reventar.

Vista de las Arcadas en la praça do Giraldo
 De entrada el pueblo no me emociona, paseamos por algunas calles con desgana, debe ser el calor y el sopor que entra despues de trincarse un platazo de migas. Pero fíjate, poco a poco callejeando vamos descubriendo una Evora realmente variada e interesante.


A cada revuelta de la calle vamos descubriendo un montón de edificios históricos de las distintas civilizaciones que fueron conquistándola y habitándola a lo largo de lo siglos. Evora está formada por un verdadero "poupourri" de antiguas culturas.

Catedral Románico-gótica de Santa María (s. XIII-XIV)
Empiezo a entender por que dicen que es una de las más bellas ciudades portuguesas y el mejor conjunto histórico al sur de Lisboa.

Siempre hay nuevas sorpresas y algunas calles están decoradas como esta con paraguas.
Praça de la Puerta de Moura, fuente y ventana manuelina mudéjar (s. XVI)


 En 1986 fué declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
Romanos, musulmanes, judios y cristinos dejaron aquí huella de su cultura.
Acueducto de Agua de Prata
Cuanto más vueltas damos más interesante se hace el paseo y más agusto se camina pues esta bajando el sol y se va notando menos calor.


Despues de toda una tarde de no parar nos sentamos en una terraza para tomar una cervecita contemplando tranquilamente el templo romano, el "Templo de Diana". Construido en el siglo II y a pesar de ser utilizado como lonja en el medievo y como matadero hasta 1870 es el mejor conservado de todo Portugal.



Y regresamos ya al anochecer al hotel, arrastrando los pies, pues caminamos como locos por todo el laberinto de calles de Evora, parece que nunca vas a acabar de descubrirlo todo.

Abajo,en el restaurante del hotel pillamos algo para cenar y la subimos a la habitación para estar tranquilos y a nuestra bola. De pronto cenando me empecé a descojonar de la risa pues se me vino a la cabeza el nombre de la calle de atras de la catedral. La "Rua de cena culo"sugerente, pero yo creo que hay mejores cosas para cenar. Entre una tonteria y otra nos acabamos quedando fritos.
Esta será la última noche que pasaremos en tierras portuguesas.


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Amanece de nuevo nublado al igual que ayer, pero no amenaza lluvia. A ver si la temperatura hoy es más suave. Antes de irnos aprovecho que el lavadero para coches es gratis y le doy un manguerazo a nuestra "spirita" que está hasta las trancas de mosquitos y mierdarraca.


La carretera por la que salimos de Evora pasa por debajo de su acueducto. Kilómetros despues llegamos a Elvás y de nuevo pasamos al lado de otro aún más grande, el "Acueducto da Amoreira" la diferencia que este fué contruido entre 1498 y 1622 una obra que duró 120 años. Elvás va a ser el último pueblo que queremos visitar antes de salir de Portugal.


 No esta nada mal el pueblín, impresionante la vista del enorme acueducto aún hoy en uso y las enormes murallas que rodean todo su perímetro de unos 5 km de longitud.

Su castillo bien conservado echo por árabes y recostruidos posteriormente por los cristianos.


 y con guapas plazas y plazuelas con su típico empedrado.


Una tranquila visita, para seguir nuestro camino hacia españa. 


Y pronto una pequeña señal nos indica que salimos de tierras lusas para entrar en tierras ibéricas.



Y si ayer estuvimos durmiendo en una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad hoy dormiremos en otra con el mismo título honorífico se trata de Mérida.


Mérida, tambien declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.


Para empezar las cosas bien, lo primero comer que ya es la hora. Decidimos ir al "Restaurante Via Flavia". Comida muy rica justo al lado de la Plaza España y de seguido nos vamos a buscar alojamiento para esta noche.
Nos muy lejos de aquí encontramos el Hotel Lusitania**. 45 € H y 7,50 € el garaje cerrado.


El aire acondicionado y una ducha nos quita el calorazo que estamos soportando desde que entramos en la provincia de Badajoz.
Se está estupendamente en la habitación mientras que fuera, un termómetro de la calle de enfrente marca 47º C. Pero como no vinimos hasta aquí para vegetar a la sombra, nos lanzamos como valientes a la calle en busca de la oficina de turismo.

Nos dan amplia información de Merida y nos aconsejan que si queremos visitar todos los monumentos lo mejor sería sacar un bono con todas las entradas. Visitar todo lo visitable en Merida cuesta 12 € por cabeza excepto el Museo Nacional de Arte Romano que se paga aparte.

"La Alcazaba" unica construcción musulmana que se conserva, bueno que se conserva medio derruida.


Pegada al río Guadiana en un enclave sobre el río guapísimo. Una de los detalles más interesante y que mejor se puede apreciar en la visita es el aljibe.


Unas escaleras de piedra bajan formando un tunel hasta un pozo que utilizaban para recoger el agua filtrada del rio Guadiana. A pesar de ser de época musulmana aún esta en perfecto estado de funcionamiento.


Salimos de la "Alcazaba"y nos damos una pateada hasta el Circo Romano. Y el paseo es larguito, excesivamente largo para solo ver desde una verja un enorme campo verde rodeado de piedras amontonadas. El circo era algo así como el circuito de"Montmeló romano". En el se celebraban las famosísimas carreras de carros conducidas por un auriga y dos caballos"bigas" ó por cuatro caballos "cuádrigas".Uno de los espectáculos que levantaba más pasiones y movía más afición entre los habitantes de Emérita augusta de la época y romanos en general. Lo construyeron alrededor del siglo I con una planta de 440 metros de largo por 115 metros de ancho y se calcula que tendría una capacidad para 30.000 espectadores. 30.000 espectadores indica claramente lo que molaban las carreras.


Un pelín decepcionados vamos otra vez de vuelta  por toda la calle arriba chupando todo el sol que está haciendo hasta que por fin llegamos a la verja que da acceso al recinto del Teatro romano y el Anfiteatro romano. Esto promete ser mucho mejor.


El Anfiteatro construido el año 8 a.C. en el que se celebraban juegos gladiadores y luchas entre animales ó entre hombres y animales.


Marco Agripa fué el promotor de la construcción del Teatro inaugurándolo entre el 16-15 a.C.
Vista del frente del escenario

Verlo para creerlo, cualquiera de los dos son una auténtica maravilla. No cuesta nada imaginar a los romanos voceando en las gradas y  los gladiadores dándose leña poniendolo todo perdido de sangre.
Se nos va la tarde sin darnos cuenta y ya es la hora de echar el cierre.

Aún despues de salir pudimos ver el "Templo de Diana" que ni cierra ni cobran entrada pues está en plena calle. Y curiosamente allá por el siglo XVI un conde, el Conde de los Corvos construyó su palacete en todo su centro aprovechando la estructura, lo que contribuyó a mantener hasta hoy en buen estado el templo que data del siglo I.


Ya no da más de si el día así que nos vamos a cenar a un restaurante que vimos con muy buena pinta," El Museo Iberico" , un museo rico, rico y con fundamento.

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Nos levantamos temprano. Aún queda Mérida por visitar en concreto el Museo Nacional de Arte Romano que aconsejan no perderse.
En sí el museo construido por el arquitecto español Rafael Moneo ya es impactante.

Elegimos hacer la visita guiada de hora y media y resultó mucho más amena e interesante de lo que esperaba.


 Pudimos ver una muy buena colección de piezas de época romana que sacaron de aquí mismo del yacimiento arqueológico de la que fuera Emerita Augusta lo que hoy es Mérida.




Y una curiosidad romana. Alguna vez os preguntásteis¿ porque las estatuas romanas casi siempre les faltan cabezas y brazos? Pues resulta que cuando cambiaban de emperador había que cambiar todas las esculturas con el consiguiente trabajo de los escultores y el desembolso de dinero. Solucionaron el problema facilmente; Solo cambiaban brazos y cabeza, eran como maniquis desmontables. Osea que un solo cuerpo podía portar la cabeza de una docena de emperadores si hiciera falta con el consiguiente ahorro.



 Es la 1:30 de la tarde cuando nos vamos de Mérida y tenemos intención de dormir en Salamanca, a 300 km de aquí. Para ir lo más rápido cogemos la A-66 dirección Caceres. En dos horas llegamos a Cáceres y para no perder mucho tiempo paramos a las afueras en un Mc´Donald.
Nuevamente a la autovía con una tarde de sol expectacular y una temperatura perfecta. Vamos muy bien de tiempo,  asi que dejamos Salamanca atrás y continuamos hasta Zamora que apenas está ya a 50 km.


 Pero como ya estamos cerca y la autovía se hace aburrida 40 km antes de llegar a Zamora decidimos salir de la autovía e ir por la IV-630 que seguro que es mucho mejor. Pero gran error, es igual de aburrida y recta pero ahora tenemos que ir mucho más despacio por los limites de velocidad.


Y ya estamos en Zamora, de aquí a casa es un paseo. Buscamos un hotel, el "Doña Urraca*** 54 € H y garaje cerrado. Una cena rica en la plaza Mayor y al hotel.

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Hoy llegamos a casa. Nos levantamos sin prisa,  bueno más bien sin ganas, las vacaciones tocan a su fin y no hace la misma ilusión que días atras por aquellos pueblinos de la costa portuguesa. Miramos atras y el balance del viaje es muy positivo y  a pesar de ir improvisando por el camino sin duda todo nos salió a pedir de boca.
La mañana en Zamora se nota fresquita tanto que 100 km más al norte tenemos que parar a ponernos más ropa y los guantes de invierno que se nos caen los dedos.
El frío cada vez se nota más, muchísimo más cuanto más al norte y pasado León paramos en la gasolinera de la autovía A-6 para tomar un café bien calentito y ponernos  el forro polar debajo de la chaqueta y los pantalones de agua aunque no llueve pues nos sirven de cortavientos.
No obstante fué un acierto haber puesto los pantalones de agua pues nada más atravesar el tunel del Negrón nuestra Asturias patria querida nos recibe con lluvia.
Por suerte no fueron más que cuatro gotas y desde aquí en poco más de media hora ya hasta nuestra casita de nuevo, en Pola de Lena.


Entre Quarteira y Pola de Lena (Asturias): 997 km.





domingo, 13 de noviembre de 2011

(Cap.9) Una moto y dos semanas para descubrir Portugal. Recorremos el Algarve


Desembocadura de la ria de Mira en Vilanova de Milfontes

Amanece una día de sol expectacular, hoy vamos a pasar calor. Nos levantamos sin prisa pero a pesar de estar muy agustito decidimos irnos despues de desayunar.
En el comedor coincidimos con unos moteros ingleses, de Manchester, que están alojados en nuestro mismo hotel. Nos contaron a grandes rasgos y con ayuda del mapa que desde Inglaterra navegaron en ferry hasta Bilbao y pasaron por Cantabria, Asturias (durmieron,según ellos en un sitio precioso Cudillero), Lugo, Santiago de Compostela y bajaran por toda la costa portuguesa al igual que nosostros, hasta llegar al sur. De regreso piensan subir por la ruta de la plata y de nuevo cogerán un ferry en Bilbao.


Enseguida nos equipamos y subimos a la moto para irnos hacia el sur. Da un poco de pena dejar este pueblín tan chulo pero me está apeteciendo llegar ya al famosísimo Algarve.
En concreto queremos dormir en Lagos que desde aquí, está a tan solo 94 km.



Pero antes de llegar paramos en Aljezur, otro pueblin  de estos con castillo, bueno con las ruinas de un castillo que fué construido sobre las ruinas de otro anterior árabe.Es uno de los siete castillos que figuran en el escudo de Portugal como símbolo de la unidad del reino.


 Por supuesto subimos a todo lo alto del cerro, pues como es normal, todos los castillos estan situados en todo lo alto. Desde luego mereció la pena, pudimos disfrutar de unas preciosas vistas del amplio valle y de la vega del rio Cerca.


No nos llevó mucho tiempo llegar a Lagos y tampoco nos costó mucho encontrar un hotel chulo y además a precio razonable.


 El Hotel Montemar ***, con alojamiento, desayuno y garaje cerrado por 58 €.
Enseguida bajamos la moto al garaje, subimos todo a la habitación y nos ponemos pantacas cortos, playeros, la cámara de fotos al hombro y a la calle disfrazados como auténticos turistas.


Ahora que ya tenemos la moto bien aparcada, me puedo permitir el lujo de tomar una buena cerveza, una "Super Book" bien fría, una delicia para el cuerpo. Beberla con tanta sed nos hizo pillar un pequeño "puntillo" y con lo agusto que estamos en esta terracita ni nos movemos, así que aquí mismo pedimos algo para comer. La cervecería "Dos Irmaos". Pedimos dos "prego do lombo no prato" osea, carne guisada con patatas y una rica ensalada al queso.


Como auguraba esta mañana hace un calor de pelotas y a pesar de mantenernos a la sombra estamos chorreando en sudor. Los crios aprovechan la curiosa fuente de la plaza para refrescarse.


A pesar del calor, despues de comer nos damos una vuelta por la orilla de lo que llaman "Ribeira do Bensafrím" y no se está mal pues por aquí si corre una rica brisilla.


De aquí nos vamos al centro del pueblo, al centro histórico, pero otra vez el calor es insoportable y como no podemos ni con el forro los..... pantalones decidimos irnos un rato a la habitación del hotel hasta que pase el bochornazo.


Pero no aguantamos mucho tiempo en el hotel, pronto se nos pasó la "torrera" y de nuevo nos pica el culo, así que salimos a la calle. No queremos desaprovechar la preciosa tarde de sol haciendo una pequeña ruta hasta llegar al Cabo Sâo Vicente.


 Saco enseguida la moto y nos dirigimos por la N-125 dirección Sagres, pero a medio camino nos topamos con un desvio a la llamada "Ponta da Piedade". Y justo aquí, sin imaginarlo, damos con la típica estampa del Algarve, la que sale en todas las guías de viaje.


En verdad es una maravilla, la costa forma un acantilado lleno de cuevas y pináculos, exhibiendo un laberinto de formaciones extrañas, creadas por la fuerza erosiva de las olas.


Una larga escalinata lleva al fondo del acantilado. Y como no, aquí tienen montado un negocio de lanchas para dar paseos a los turistas por el laberinto costero. Que lástima, llegamos tarde, ya están recogiendo el tinglado. Pero el tío de los tickets no se da por vencido y nos relató en dos minutos que habían salido en el programa de la tele "Callejeros" y que mañana estaban ahí de nuevo y bla, bla, bla, vamos que yo creo que esta durmiendo y tratando de convencer a su propia almohada.


Desde bien lejos ya se puede ver la expectacular punta del Cabo San Vicente que se adentra en angulo recto hacia el océano.

Y llegamos al Cabo San Vicente, llamado por los romanos "Pormontorium Sacrum" un lugar considerado misterioso, místico y sagrado a lo largo de los siglos. Aquí edificaron en la antiguedad un templo al semidios fenicio Melkart-Hercules y siglos despues erigieron una iglesia al santo San Vicente además de una antigua fortaleza de la que aún hoy se conservan algunos restos.


Desde Sagres partieron los grandes descubridores portugueses y el agreste cabo era la última tierra conocida que veían antes de partir hacia lo desconocido. Hoy día su faro es el último que despide a los buques que cruzan el Atlantico desde Europa.


Sopla un fortísimo viento,cargadísimo de humedad, tanta que nos empapaba en minutos, a pesar de ello todo el borde del acantilado esta abarrotado de turistas esperando la que aseguran una de las mejores puestas de sol.


Una maravilla poder contemplar los últimos rayos de sol que brillan sobre el continente europeo. Nos fuimos húmedos y pringosos por el aire salitroso, algunos tiritando, pero felices todos por el gran expectáculo de la naturaleza.

Regresamos ya de noche sobre nuestros pasos, por la carretera que lleva a Lagos y pero antes paramos en un "super" para pillar algo de cenar. No tenemos ganas de ir a un restaurante y como tenemos terracita en la habitación la queremos amortizar.


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Me estoy empezando a acostumbrar a despertar sin pensar en horario ni fecha en el calendario. Y bajamos a desayunar, la única tarea de la mañana sin contar la de cargar los bártulos, cosa que ya hacemos con los ojos cerrados. Enseguida nos largamos de Lagos en nuestra "Spirita" hay mucho por disfrutar, el paisaje, el buen tiempo y las bonitas carretera.


Tomamos la N-125 dirección Faro. La carretera es buena  y aunque lleva un poco de tráfico vamos a muy buen ritmo, pues se puede adelantar a los "enlatados" sin problema.


La primera parada que tenemos prevista es el llamado "Algar seco" justo al lado del pueblín costero de Carvoheiro. Muy coqueto, pequeñín, y una pequeña cala rodeada de grandes acantilados de un ocre fuerte, el típico color de toda la costa del Algarve.


Algar Seco

 En lo alto del pueblo sobre el acantilado hay un "Miradouro" desde el que se comtempla un buen tramo de rasa costera.


Cala de Carvoheiro




Continuamos por la misma N-125 hacia Faro y durante casi todo el camino se desparrama una llanura bastante afeada por los polígonos industriales, hasta que entramos en el centro de la población que no mejora mucho su aspecto.



 Justo aparcamos sobre la acera al lado de una oficina de turismo frente a la "Puerta da Vila" puerta que da entrada al casco histórico.
 Antes de llegar aquí nos hartarnos de dar vueltas en busca de alguno de los hoteles que llevamos marcados en nuestra lista, pero pasamos delante de varios de ellos sin entrar, pues no nos gusta nada su aspecto. Son más bien pensiones viejas reviejas, que alguilan habitaciones a precios baratos. Edificios feos no suelen tener bonitas habitaciones así que ni entramos a preguntar. En fin, que Faro no parece ser el sitio que buscamos para descansar un par de días.



Paseamos un rato por el pequeño casco histórico, por que no se diga y pronto nos subimos a la moto para desandar parte del camino que recorrimos esta mañana.
El tío de la oficina de turismo nos dijo que si lo que queremos es hotel, sol y playa no tenemos más remedio que regresar unos kilómetros atrás hasta Quarteira, pues en Faro la playa queda bastante lejos del centro y no podríamos ir andando.



Y así hacemos. Quarteira si que es más o menos lo que andamos buscando, pero despues de dar un mogollón de vueltas y preguntar en varios hoteles no encontramos nada barato ni por asomos. Hoy parece que se resiste el tema del alojamiento. Ya son las 4:00 de la tarde, aún no cominos y estamos cansados de dar vueltas con este calorazo enfundados en el casco, así que ya no podemos mirar más. Decidimos darnos un capricho y volver a uno de los hoteles que más nos gustó sin importar el precio.



 El Hotel Dom José ***. 100 € noche H-D y parquíng cerrado. En realidad son 95 €, más 5 € de parquing, pero es un sitio de puta madre, en primera línea de playa, terraza enorme en la habitación y piscina de lujo, esto es sin duda lo que necesitamos para relajarnos y disfrutar a lo grande un par de días.


Nada más instalarnos, sin más demora, vamos a comer a un chiringo que hay en el paseo de la playa, justo frente al hotel. De vuelta nos damos un pedazo de baño relajante en la piscina para quitarnos todo el calor del día. Además es toda para nosotros, la poca gente que hay en la piscina está tranquilita en las tumbonas.



 Subimos a la habitación despues de una buena tarde sesteando en las hamacas tomando el sol y más que comtemplar , pudimos degustamos desde la terraza la preciosa y tranquila puesta de sol, mucho más agusto que la del día anterior con el viento frío del Cabo San Vicente.



Con nuestras mejores galas,( camiseta y pantaca corto) salimos a disfrutar de una noche preciosa con buena temperatura. Y como somos unos todoterreno nos tomamos una cerveza y una hamburguesa que degustamos como el mejor manjar. Además tenemos que compensar el precio que se nos sale de presupuesto, del hotel.
Sin prisa, un par de horas más tarde regresamos al hotelito a descansar de la larga y agradable jornada.


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Y amanece un nuevo día, un día en el que decidimos, como dicen por aquí, "riscar os ovos e nada mais"¿necesita traducción?


Despego los ojos poco a poco, contemplando el mar desde la habitación y despues de un opíparo desayuno tipo  buffet nos ponemos el bañador y nos vamos a pasear por la orilla del mar.



Y será por orilla, es infinita, debe llegar a Huelva por lo menos, asi que caminamos una hora hacia el este y otra hacia el oeste.



 Pero a medio paseo paramos en un chiringuito y nos metemos una gran jarra de cerveza pues es muy importante mantenerse hidratado. ;D


Para refrescar un poco, de regreso,  nos metemos un rato en la piscina y entre uno y otro el estómago parece que ya pide guerra. Así que nos vamos a comer por ahí y entramos en el Restaurante Manuel, es casualidad pero acabamos en todos los locales con nombre español.


De entrada piña con salsa rosa y langostinos.
De segundo yo me pido bacalao con papas arrugas y Carol, calamares a la brasa con guarnición.

Para rematar me pido un café con hielo y mientras lo preparan se nos acercan dos chavales a la mesa, pero estos para darnos el "té".
No se que óstias vendían, pero no me los era a quitar de encima y se liaron a darnos la brasa. Como no queríamos comprarles nada, entonces nos dicen con todo su morro que les invitemos a tomar algo. Ya harto de ellos y de que no dejaran de acosarnos me cagué en todo y monté un pollo de cojones. El dueño del local al darse cuenta salío a echarles y tratar de calmarme. Nos contó que habia algunos rumanos por la zona que llevan un tiempo dando guerra a la gente .
Me suavizó el mal rato invitandonos a un par de chupitos de un licor que dijo hacía su tía monja que era mano de santa. Lo de la monja era "coña" pero el hombre con su buen humor enseguida consiguió que me quedara de nuevo tranquilo y de buen rollo.
Aunque esto no quita para decir que en Portugal no tienen muy claro como preparar un sencillo café con hielo. Traen el café ya directamente en el vaso con el hielo y claro sin echar el azúcar. Cuando echas el azúcar al café ya frío como es lógico, no se disuelve. Para ellos tomar el café así es una forma rarísima pues su costumbre es tomarlo muy corto, muy concentrado y ardiente.


Para seguir con el trabajo que tenemos asignado para hoy volvemos a la piscina. En realidad en la playa no hay quien pare por el calorazo y tampoco la mar está para baños. Lleva al menos dos días muy resacosa y con bandera roja, imposible refrescarse dandose un baño.
Ya acabado el día, decidimos hacer cena fría en nuestra hermosa terracita  de la habitación con vista al mar así que vamos a un "super" y por 8 € cenamos, un primero, un segundo y postre.


 Resultó una cena muy romántica, estupenda y sin necesidad de "platos de autor"ni del servicial camarero de turno preguntando ¿Todo esta bien?,¿les ha gustado?,¿estaba todo rico?
Estamos muy relajados y tanto relax no debe ser bueno para nuestro cuerpo, nos tiene molidos. No estamos acostumbrados a tanto sol y descanso. Mañana nos piramos de Quarteira.



Desde Vilanova de Milfontes a Faro pasando por Cabo San Vicente: 262 km.


ENLACE AL CAPITULO FINAL: UNA MOTO Y DOS SEMANAS PARA DESCUBRIR PORTUGAL