martes, 10 de octubre de 2017

(Cap. 3) Viajamos enlatados por Bretaña y Normandía



PINCHA PARA IR AL CAPITULO 1 Viajamos enlatados por Normandía y Bretaña






Vida marinera y la prehistoria de los menhires
Lorient, Carnac, Quiberón, Lorient.
SABADO 19 de AGOSTO de 2017
Dormimos estupendamente en nuestro "Hotel Bígaro". Nada más despertar nos entra el ansia por ver que nos ofrece la ciudad de Lorient. Ni siquiera la teníamos marcada en nuestro mapa, no la había contemplado como visitable, pero ahora que la casualidad ó "Booking" nos trajo aquí me da la sensación que nos vamos a divertir.
Anoche echamos un vistazo a la guía y de Lorient pone que es un gran centro marítimo con cinco puertos.
Un puerto de pesca (entre los primeros de Francia por su diversidad de pescado), un puerto de pasajeros (donde se embarca hacia la isla de Groix), un puerto mercantil (el segundo en importancia tras Brest), un puerto turístico y un puerto militar con arsenal y base para submarinos (construida por los alemanes entre 1941-1943).
Y al lado de "La Base" dice la guía que se encuentra la base de submarinos del puerto de Keroman y que también se puede visitar "La Ciudad de la Vela de Tabarly".
No nos lo pensamos un segundo y en cuanto desayunamos ya estamos camino del puerto de Keroman que de echo lo tenemos aquí al lado, a menos de 3 minutos en coche.
Dejamos el coche en un parquing gratuito (una rareza encontrar parquing gratis) y entramos en el enorme pabellón de "Cité de la Voile Eric Tabarly".
Un escenario único en toda Francia dividido en tres grandes temas: El hombre y el océano, La construcción naval y La navegación. Está dedicado al gran navegante Eric Tabarly, inventor de casi todo lo que hoy forma parte de la vela moderna.
 Este gran navegante francés, nació en Nantes en 1931 y falleció en 1998.
Descubre la vela a los tres años, a bordo del Annie, el barco familiar. Se enrola en 1952 en la marina nacional. Se lanza después a la competición y gana la carrera transatlántica en solitario en 1964, a bordo de un velero diseñado por él, el Pen Duick II.
Obtuvo otras victorias, como la Transpacifique de 1969. En 1976, gana por segunda vez la transatlántica en solitario, a bordo del Pen Duick VI, tras haber afrontado les elementos con su piloto automático averiado.
Forma a lo largo de los años a numerosos navegantes a los que transmite su pasión por la vela. Entre ellos destaca Olivier de Kersauson.
Eric Tabarly desapareció tristemente en 1998, en el mar de Irlanda.
Escribió varios libros, de los cuales han sido traducidos al español, entre otros: De la vuelta al mundo a la Transat (Du tour du monde a la Transat, 1976), Victoria en solitario: regata a través del Atlántico (Victoire en solitaire, 1979) y un libro de memorias: Memorias de alta mar (Mémoires du large, 1997).
Esta es la representación de la cocina que usaba Tabarly en sus veleros con un asiento tipo bicicleta y una correa para no caerse mientras cocina en días y noches con mala mar.
Dentro de este museo interactivo emiten videos, documentales, se exhiben las maquetas de los siete veleros "Pen Duick". Pudimos manejar velas y cabos, ver los equipos de salvamento, de que consta la intendencia para una travesía, con que materiales se fabrican los veleros y todo lo referente al mar, las mareas, la deriva, la navegación y un largo etcétera.
Y esta es la mesa donde desplegaba sus cartas de navegación también con un asiento de bicicleta.
Pudimos hacer navegar maquetas de veleritos movidas por la fuerza del viento en una pequeña piscina e incluso nos metimos en un simulador donde nos balancearon y salpicaron tal como Tabarly vivía en sus viajes en solitario. Disfrutamos a lo grande pero hubiera sido la ostia si se hubieran dignado poner traducciones tambien en español y subtitulado los documentales, pero que se le va a hacer, el castellano parece que no es importante para ellos.
Vistas del puerto turístico desde la torre del museo.
En el edificio contiguo está la Base de Submarinos Ingeniero General Stosskopf.
Y nos topamos con el submarino más grande que vi hasta la fecha. Comparado con el mini-submarino que vimos en el castillo de Brest esto es una monstruosidad de cacharro.
Lo mires por donde lo mires el Submarino Flore-S 645 lanzatorpedos resulta impresionante. Fué botado en 1964 y dado de baja en 1989 tras 25 años de servicio para la Marina francesa.
España también tuvo a su servicio cuatro de estos modelos. 
Vamos a poder visitar sus tripas y además con audioguía en español. Me emociona la idea, siempre me llamaron la atención los submarinos en tantas películas y ahora voy a poder ver si es tan "claustrofóbico" como parece. Se rodaron muchas películas con submarinos como protagonistas, "Marea Roja", "La caza del octubre rojo", "Torpedo", Operación Pacífico", "La Flota Silenciosa", "Infierno Bajo las Aguas".
En la popa hay varias literas una mini nevera y un lavamanos con espejo y una cafetera todo en un espacio diminuto.
Esta es la escotilla de escape de emergencia.
Los tripulantes (entre 25 y 50 individuos) disfrutaban de un espacio súper reducido para trabajar, comer, dormir y vivir. Esta zona es la más amplia del largo y único pasillo que forma el submarino y aún así hay que apretarse contra la pared para cruzarse con alguien.
Cientos de tubos, manómetros, unidos a válvulas y llaves de corte por todos los rincones, mires donde mires.
¿Este será el manómetro de profundidad? Señala hasta 30 pero supongo que se interpretará como 300 metros que es el límite al que pueden llegar normalmente los submarinos de casco de acero aleado de alta resistencia.
Hay partes que se estrechan hasta el punto de tener que pasar de lado.
Está equipado con dos WC para uso de la tripulación.
Esta es la proa osea la parte delantera de la nave. Se ven los lanzatorpedos al frente y algunas literas a la derecha.
No había mucho espacio para moverse en las camas y tampoco mucho tiempo para disfrutar del descanso. La tripulación embarcada debía estar alerta las 24 horas del día por lo que se hacían turnos de cuatro horas. Las literas eran usadas alternativamente por dos ó tres personas lo que se conocía como "cama caliente".
En proa están posicionados los tubos lanzatorpedos, este lleva ocho concretamente.
Uno de los tubos muestra un torpedo alojado dentro.
La escotilla principal de acceso al submarino. Nosotros no entramos por aquí sino por dos puertas abiertas en proa y popa para comodidad de los turistas. Por supuesto dichas puertas no existían cuando el submarino era funcional.
El pequeño camarote del capitán "separado" del resto de la tripulación.
Tiene hasta un pequeñísimo lavabo para el aseo personal.
Esta es la sala de comunicaciones, con la mesa trazadora en el centro.
La zona de escucha con el sonar.
Hay pequeños asientos repartidos por todo su interior para ubicar la tripulación en sus diversas tareas y misiones.
Panel de mandos para el control del oxigeno durante las inmersiones. De su vigilancia dependía la calidad del aire que respiraban y por lo tanto su supervivencia.
Y este es el otro WC. No se podía utilizar cuando el submarino se sumergía pues los residuos eran expulsados al mar directamente y con la presión era imposible, por lo que los marineros debían evacuar en latas y calderos hasta que llegar el momento de subir a la superficie. La vida a bordo no debía ser un lecho de rosas. Humos del motor a gasoil, aire enrarecido, marineros sin duchar, olor a fritanga de la cocina y además cagarrutas repartidas en latas y calderos por el buque. Una delicia.
Entre tantos relojes por fin encontré uno que conozco, el que marca las horas pero está parado

Salimos encantados e impresionados de la visita al submarino. Aquí se puede comparar el tamaño del submarino Flore-S645 al lado de un coche. Todo el tour la visita a la Ciudad de la Vela y la visita al Submarino nos costó 38,16 € para los dos y estuvimos casi cuatro horas entretenidos.
Al fondo se ve el pabellón del La Ciudad de la Vela con su pasarela y la torre que lo une al muelle.
En el puerto se exhiben algunas minas de profundidad y algunos torpedos.
Y al fondo vemos Lorient "La Base" que desde 1997 se usa solo para actividades civiles de carácter náutico especializado en carreras de yates y offshore.
Uno de los búnkeres es utilizado para atracar zodiac y lanchas fuera borda.
La base submarina de Lorient ó base submarina de Keroman es un complejo de búnkeres de la Segunda Guerra Mundial. Construida entre 1941 y 1944 por la Alemania nazi durante la Ocupación, se destinó a albergar las 2ª y 10ª Flotas U-Boot de la Kriegsmarine.
El complejo consta de tres búnkeres, Keroman I, II y III dos Dom-Bunkers situados en la zona del puerto pesquero y un búnker en Lanaster a orillas del Scorff.
Su construcción requirió el trabajo de 15.000 personas y la utilización de casi un millón de metros cúbicos de hormigón. Los búnkeres podían acomodar entre 5 y 7 submarinos cubiertos por techos de unos 10 metros de espesor.
Mas de 70 años oxidándose y aún le quedan muchos más a este bunker hasta que se desmorone.
Cambiamos de escenario, de lugar y casi parece un viaje en el tiempo.
Ahora estamos a unos 8 km. de Carnac en la alineación megalítica de Kerzerho.
Esta alineación que encontramos en Kerzerho tiene 1.130 menhires dispuestos en 10 filas.
Por toda Carnac hay una gran cantidad de formaciones lineales de menhires que fueron erigidos antes que las pirámides de Egipto. Dicen que es el yacimiento prehistórico con la mayor riqueza de megalitos y dólmenes del mundo, casi 3.000 menhires construidos por los pobladores neolíticos entre el año 6.000 y 2.000 a.C.
Supongo que no se caerá precisamente hoy si se mantuvo de pié 4.000 años.
Este piedrolo parece una mano con el índice señalando hacia arriba, quien sabe, misterios misteriosos.
Un par de kilómetros más adelante llegamos a un parquing donde vemos unas casetas de madera que ponen "Menhirs Tour Visio Bus" (por 6,50 €/persona) Ofertan un paseo por todas las formaciones de la zona y además con audioguía en español, es una oportunidad para aprender, así que nos subimos al pequeño bus sin techo y disfrutamos del paisaje, de los piedrolos y de las explicaciones históricas y prehistóricas.
En el recorrido vemos como los campos están sembrados de dólmenes y menhires a cientos. Bloques enormes tuvieron que significar algo muy importante para aquellos pobladores, pues este empecinamiento por poner piedras gigantes de pie no me parece algo baladí. No hay que olvidar que además tenían que buscar las más apropiadas y acarrearlas hasta aquí, algo que les tenía que dar trabajo de cojones.
Sigo empeñado en querer ver figuras en cada mogote, en esta veo la cabeza de un caballo sin orejas.
Y en esta agrupación no veo nada de nada y tú, ¿ves algo?
Algunas de estas rocas llegan a pesar 300 toneladas y Obelix aún no había nacido para moverlas.
Hay incluso casas que se edificaron justo al pié de algunos dólmenes que ahora forman parte de sus fincas.
El tour megalítico nos llevó también por la costa al lado del puerto de Carnac repleto de veleros de recreo.
Y pasamos junto a la iglesia de Saint-Cornély protector de los animales con cuernos. A sus pies hay un par de altorrelieves en los que se tallaron vacas junto a los omnipresentes menhires.
Ya que vimos todos los alineamientos de un plumazo, Le Ménec, Kermario, Kerlescan y Le Petit Ménec, continuamos viaje sin más para visitar la península de Quiberón.

Recorremos la península hasta llegar a Quiberón y paramos en su puerto, el Port-Haliguen.
En él está el monumento al pescador, obra del alemán Klingbeil.
 Y frente a éste el monumento a la sirena en la punta de la dársena del Port Haliguen, obra de Louis Leygue
 Aquí se ve el conjunto, el marinero que parece otear a la sirena y la descarada sirena haciendo exhibicionismo.
 El típico puerto pesquero ha evolucionado y ahora es puerto deportivo. Desde aquí se puede navegar por la bahía de Quiberón y llegar hasta las islas de Houat y Hoedic.
De regreso nos paramos a disfrutar de la puesta de sol en el Istmo de Penthièvre, una lengua de tan solo 100 metros de ancho.
 La estampa no puede ser más relajante, los colores del tojo atardecer y los carritos de vela persiguiéndose sobre la arena mojada de la inmensa playa.
 Otros prefieren el kitesurf ó flysurfing, que consiste en impulsarse sobre una pequeña tabla con la ayuda de una cometa.
 El deporte de carro a vela es muy practicado por toda la costa francesa, como pudimos comprobar.
Ya se hicieron vehículos de este tipo en el año 2.000 a. C. en Egipto, luego los chinos utilizaron estos desde el siglo VI d.C. y finalmente los hermanos Dumont construyeron carros de vela desde el siglo XIX que se utilizaban como juego de recreo.
Saboreamos el mágico momento sentados en silencio mientras contemplamos la puesta de sol. Uno de esos momentos especiales que guardaremos para siempre en la memoria.

La ruta del día: Lorient, Carnac, Quiberón, Lorient.
Recorrido
s: 132 km.
Bonsoir.
Por lo pueblos más bonitos de Francia
Lorient, Josselín, Rochefort-en-Terre, Questembert, Vannes

DOMINGO 20 de AGOSTO de 2017
Por segundo día consecutivo amanece el cielo despejado y una temperatura de 18º C.
Nos tomamos nuestro café con pastas en la habitación del hotel como todos los días y enseguida salimos a la dura tarea de pasear, conocer mundo y disfrutar de la vida de holganza.
Nuestro destino de hoy es el pueblo de Josselín. Un lugar con mucho encanto, un pueblo de cuento, repleto de construcciones típicas de piedra, entramado de madera y tejados de pizarra con esa estética de los siglos XVI y XVII.
La Basílica de Notre-Dame du Roncer se construyó en el siglo XI y posteriormente se añadió más edificación allá por el siglo XV.
 Las callejuelas empedradas y las antiguas viviendas, mantienen el viejo aspecto a pesar de que en sus plantas bajas ahora haya tiendas y restaurantes.
 Algunas de estas viviendas que datan de alrededor de 1500 se ve que tienen restauración pero por supuesto no hubieran aguantado de pié de no ser por ello.
Esta casa concretamente alberga una exposición y la oficina donde se adquieren las entradas para la visita al castillo del Conde de Rohan.
El castillo a pesar de estar habitado por el actual Conde de Rohan es accesible pero la visita hay que hacerla con guía si ó sí. Cuando entramos para sacar las entradas nos dicen que la única visita guiada en español es a las 4:00 pm. La verdad es que me jode entrar ahora para no enterarme de nada y encima pagar 18,40 € por la visita.
Otra vez que no llegamos en el momento oportuno, es nuestro sino en este viaje. No podemos permitirnos perder todo el día por verlo así que nos tenemos que conformar con dar vuelta al castillo y echarle unas fotos a su fachada.
En el deambular por el pueblo en busca de la mejor cara del castillo cruzamos el Puente de Sainte Croix sobre el rio Oust que forma un conjunto perfecto dentro del entorno arquitectónico.
Esta es la mejor foto que conseguimos sacar del castillo de Josselín. El castillo fué construido en el siglo XV y fue bastión en numerosas batallas entre los Duques de Rohan y sus vecinos. Hoy día sigue habitado como ya dije por el actual Duque Josselín de Rohan, senador de Francia.
Después de una tranquila vuelta por el pueblo volvemos al coche y seguimos camino hasta el siguiente pueblo que tenemos marcado en el mapa.
Rochefort en Terre.
Aparcamos y pagamos inevitablemente como en cada pueblo que visitamos. Y antes que nada nos sentarnos en la terraza de un restaurante, aquí mismo, a cien metros del coche para zamparnos un par de pizzas regadas con cervecita bien fría.
La visita a Rochefort en Terre puede esperar un ratito pues aún tenemos por delante toda la tarde.
Comenzamos la visita y nos damos cuenta que esto es "Un Monde a Part..."
La frase es muy válida para describir el pueblo de Rochefort "Un mundo aparte".
Es impresionante la perfecta conservación de este pueblín medieval. Se hace difícil describirlo y las fotos a duras penas muestran las sensaciones que produce pasear por un lugar anclado en el tiempo.
Rochefort en Terre fué nombrado "Pueblo más bonito de Francia" en 2016 por la preservación de su patrimonio, su autenticidad y su calidad arquitectónica. También tiene la distinción de "Petite Cité de Caractère"
Por si eso fuera poco ostenta la máxima puntuación (Cuatro flores) que otorga el concurso nacional "Villes de Villages Fleuris" esto es un concurso en el que premian al pueblo con la mejor calidad de zonas verdes y adornos florales. Es evidente que abundan las flores y el buen gusto en la Place des Halles y en cada rincón del pueblo.
En esta plaza está el "Hotel Le Pélican" que anteriormente fué el albergue Lecadre. A finales del siglo XIX hospedó a muchos pintores entre ellos a Alfred Klots quien hizo posible la restauración del actual castillo.
Para conservar el pueblo en su esencia se ha restringido el paso de vehículos a motor, así que visitarlo es una experiencia de relax fuera de lo común. Esta es la "Rue des Scourtets" podemos decir que es como su calle principal y ni un solo vehículo a la vista, una gozada.
Bueno si que hay uno, este triciclo a las puertas de la Oficina de Turismo pero de motor silencioso, .
Como no podía ser de otra manera aquí los carteles mantienen ese estilo vintage que tanto me llama la atención, son un reclamo muy chulo y diferente a los moderno. Esta es una tienda que vende exclusivamente juguetes de madera. La traducción del cartel dice: "Juguetes y juegos de madera, la Creación de la Madera".
En la "Place du Puits" se distinguen distintas épocas arquitectónicas, casas de esquisto y granito, con voladizos y tejados de pizarra con agujas.
En el edificio al lado del viejo pozo se puede ver una balanza tallada en piedra sobre el dintel de la puerta. Significa que ahí estaba el Tribunal señorial. Al parecer aquí mismo se instaló en 1793 una guillotina  para ejecutar a tres contrarrevolucionarios condenados a muerte.


Estoy diciendo que está limitado el paso de vehículos a motor y aparece ronroneando calle abajo esta extrañísima moto. Una Scooter Maicomovil que más parece un coche de dos ruedas. Se vendieron muy pocas y la empresa Maicowerk AG alemana que comenzó a trabajar en 1926 dejó de operar en la década de 1980.
Esta moto la verdad es que no desentona para nada en el entorno, en realidad añade espectáculo.
A propósito de motos, en una pequeña tienda nos encontramos con este cuadro.
"La motocicleta no es un medio de transporte como los demás, es un arte de vivir, algunos dicen que es una filosofía. Se puede decir que un motociclista es un filósofo con un casco que ama la libertad. En general, los motociclistas son más inteligentes que los fabricantes de automóviles. Un motociclista me lo dijo."
Es lo que pone el cuadro según la traducción del Google.
Si algo se queda en la retina es sin duda la multitud de geranios rojos, las plantas verdes y toda la vegetación que forma parte inseparable de los establecimientos. Tiendas con productos naturales, anticuarios, restaurantes y locales que huelen al que parece el producto nacional, los "Crepe".
Sus edificios de granito con tejados de pizarra y buhardillas parecen sacados del escenario de alguna película, solo nos devuelve a la realidad la presencia de los turistas.
La paradoja de la vida es que los viajeros buscan pueblos donde no molesten los turistas siendo nosotros mismos turistas o viajeros al mismo tiempo.
Cuesta por ello conseguir una foto sin alguien que se te ponga delante del encuadre excepto a partir de las 8:00 pm. que casi todo el mundo desaparece y los pueblos se quedan apacibles y solitarios.
Me hace muchísima gracias el desplome y desalineamiento de algunas de las chimeneas, tejados y fachadas que desafían descaradamente la gravedad.
 El Castillo y luego la ciudadela comenzó a construirse en el siglo XII sobre una estribación rocosa que desde ese momento pasó a llamarse "Roche Forte" y que dio nombre finalmente a "Rochefort"
Me llaman mucho la atención las cerraduras y picaportes antiguos, este es el llamador de la puerta del castillo.
Es la puerta de castillo más enana que veo hasta la fecha, pero si parezco un gigante de dos metros llamando al picaporte. 
El Castillo con sus dos plantas y torreones hexagonales de piedra de granito ahora se ve espectacular pero fué destruido durante la Revolución Francesa. Posteriormente en el siglo XV fueron adquiridas sus ruinas por el pintor Alfred Klots quien lo reconstruyó totalmente convirtiéndolo en una vivienda de lujo.
Encontramos algunos rincones preciosos poblado de viejos arboles retorcidos junto a paredes medio derruidas de las viejas edificaciones que existían en los alrededores.



El pozo y la pequeña ermita forman parte de la misma propiedad del castillo.
Salimos de las murallas y bajando por la Rue Porte Cadre hasta la Iglesia Notre-Dame-de-la-Tronchaye.
Cuenta la tradición popular que en el siglo X durante las invasiones normandas un sacerdote escondió en el hueco de un tronco una imagen de la Virgen y el niño con el fin de evitar el saqueo.
Dos siglos más tarde una pastora encontró a la Virgen con el niño en el mismo tronco, por ello se construyó aquí la iglesia a pesar de ser un emplazamiento en pendiente pronunciada. De echo "Tronchaye" viene de la palabra "tronco"
Ya nos estamos cansando de corretear por Rochefort, creo que nos merecemos un descanso.
Nos sale al paso la acogedora terracita del Café Bretón "La tour du Lión" con todas sus mesas vacías.
Nos sentamos sin más pero la camarera nos piden que pasemos al interior a su patio trasero. Me levanto y la sigo esperando encontrarme con un maravilloso jardín y me topo con un claustrofóbico y estrecho patio encerrado entre cuatro paredes atestado de turistas en el que solo podemos ver un pequeño trozo de cielo. Ni hablar, yo no me meto ahí. Nos largamos sin ni siquiera decir adiós.
Nos queremos tomar las cervecitas respirando aire libre y viendo la calle y la gente. Lo que me faltaba, pagar la cerveza a precio de oro líquido y tomármela donde les salga a ellos de los cojones. Una puta mierda que se coman.
La disfrutamos justo en la terraza del bar contiguo, exactamente como y donde quisimos.
 Un brindis por nuestro estupendo viajecito.
Nos despedimos de Rochefort en Terre encantados de la visita y le ponemos el sello de VISITA IMPRESCINDIBLE.
Nos vamos hacia Vannes pero de camino hacemos una paradita en Questembert. solo por ver una antigua "Halle" uno de los mercados cubiertos mejor conservados y más bellos de Francia del siglo XVI.
 Mide 55 metros de largo, 15 metros de ancho y 10 metros de altura. Una bóveda totalmente hecha de madera que se apoya en 56 columnas. Total una superficie de 1.180 metros cuadrados.
Y llegamos a Vannes. Es una ciudad grande con algunas calles empedradas en su casco histórico, casas de piedra con entramado de madera, pequeñas plazuelas y seguramente encontraríamos muchísimos más rincones preciosos pero no quisimos extender demasiado la visita, no tenemos ni ganas ni tiempo por hoy.
Tan solo callejeamos un rato y descubrimos algunos detalles interesante y curiosos como los bustos de esta pareja tallada en granito integrados en la fachada de una casa en la "Rue du Blessed Pierre-René Rogue" que representa a Vannes y su esposa (s. XVI)
O este restaurante que a pesar de estar escondido al fondo de un callejón no pasa inadvertido para nadie por su llamativa decoración.
El ayuntamiento de Vannes es una copia en pequeño del ayuntamiento de París. Esta parte de la ciudad ya es diferente, fuera del casco histórico Vannes es moderna de calles anchas y edificios de factura actual.
Nos adentramos de nuevo en la zona antigua por una calle empedrada y llegamos hasta la catedral de San Pedro. Esta figura a la puerta de un bar representa una chica con el vestido típico bretón.
 La catedral de Saint-Pierre es bastante chula y en ella como curiosidad hay un español enterrado. Se encuentra la tumba de San Vicente Ferrer un religioso español que nació en Valencia en 1350.
Pero lo que parece ser emblema de Vannes es el cartel de la tienda Carline, esta especie de reloj de sol que cuelga de la esquina de la Place Henri IV.
Estamos en la Place Henri IV donde dicen que probablemente fuera el origen de la ciudad galorromana ahora bordeada de casas de los siglos XV al XVII
Ahí arriba está el cartelito famoso, no hay guía turística ni folleto en la que no salga la foto de este cacharro.
Y esta es la puerta de entrada a la catedral de St-Pierre.
Aquí damos por terminada la visita a Vannes, ya nos aburre un poco tanta piedra vieja sobre todo después de ver los anteriores pueblinos que fuimos dejando atrás.
Ya tenemos ganas de llegar a nuestro hotelito en Lorient. En cuanto llegamos nos preparamos algo frio para cenar en la habitación. De pronto caemos en la cuenta que llevamos ya un montón de días por tierras francesas.  Hacemos balance y valoración de lo mucho que llevamos visto y nos sale una nota muy alta para este viaje.
Hoy nuestro circuito fué por: Lorient, Josselín, Rochefort-en-Terre, Questembert, Vannes, Lorient.
Recorridos: 228 km.

BONSOIR
Navegando por el golfo de Morbihan
Lorient, Vannes, Nantes, La Rochelle.




LUNES 21 de AGOSTO de 2017



Hoy dejamos definitivamente Lorient y lo hacemos muy temprano pues nos apetece dar un paseo en ferry por el Golfo de Morbihan. El barquito sale del puerto de Vannes a las 10:00 am. y seguro que son puntuales.
A las 9:30 am. ya estamos sacando los billetes (22 €/pers.) y de seguido nos ponemos a la cola. Somos de los últimos de la larga fila que espera para subir al barquito. Y la hilera es muy larga, larguísima me entran dudas de que cojamos porque el cascarón no parece gran cosa.


Junto con los billetes nos dan un plano en el que viene marcada nuestra ruta de hoy por el golfo. Zarparemos del puerto de Vannes, rodeando la Ile d'Arz, la Ile-aux-Moines y haremos una breve parada en Port-Navalo para regresar por la otra parte de la Ile-aux-Moines y volver a puerto en Vannes.
Al final cogimos todos en el barcucho. Va al completo tanto la cubierta inferior como la superior. Nosotros y algunos más a pesar de tener que ir de pié preferimos ir al aire libre en la parte de arriba, se ve mejor todo el paisaje y podemos respirar el aire limpio del golfo.

El golfo de Morbihan "pequeño mar" como lo llaman desde tiempos inmemoriales, es una ensenada formada por el hundimiento del fondo marino. Es una costa recortadísima con profundos estuarios y decenas de islas. Mide unos 20 km. de longitud y 15 km. en su parte más ancha, abierto al mar por una bocana de tan solo un kilómetro de anchura.
 El paseo no puede ser más apacible y sereno pues el golfo carece totalmente de oleaje. Por el vemos navegando pequeños barcos de pesca, barquitas de recreo y ferrys que hacen las líneas entre las islas y la costa. El paisaje cambia muy rápidamente dificultando la navegación debido a las fuertes mareas que convierten la zona navegable de zona profunda a islotes cubiertos de algas y bancos fangosos.
Nuestro ferry nos lleva cerca de algunos pueblos costeros que entre otras cosas viven de la cría y venta de ostras.

Navegamos hasta la misma bocana de salida al mar para girar en redondo y atracar en Port-Navalo. En cuanto atracamos comenzaron a desembarcar pasajeros, casi la mitad de ellos. Ahora quedan muchos asientos libres y menos mal pues aunque al principio molaba ir de pié después de dos horas yo no sabía como ponerme y el regreso nos va a llevar al menos otra hora y media.
El paseo por el golfo no me está resultando excesivamente entretenido. Si es cierto que vemos mucha isla, bonito paisaje costero, incluso algunas alineaciones de menhires pero ya está resulta un pelín monótono y pesado el tour. El capitán por los altavoces continuamente iba explicando en francés todo lo que veíamos pero claro nosotros como oír llover. No entendimos ni "papa". Seguro que no hubiera sido tan aburrido si hubieran explicado aunque fuera la mitad en castellano.
Uno de los momento más interesante fué cuando bordeamos la isla de Gavrinis donde se encuentra un monumental túmulo prehistórico de 100 metros de circunferencia que recubre un dolmen. En su interior se encontraron cámaras funerarias con losas de granito grabadas con espirales, círculos y garfios. Esta foto por supuesto no es mía pues no llevo ningún dron para poder hacerla desde esta perspectiva.
En el pequeño islote de Er-Lannic se aprecia claramente un circulo de menhires que se adentran en el mar, eso indica el aumento del nivel del mar desde que se levantaron estas piedras en la prehistoria hasta hoy día.

En esta foto parece que el islote de Er-Lannic donde están los menhires forma parte de la isla de Gavrinis pero es la perspectiva desde donde tomé la foto, en realidad son dos islotes diferentes separados por un ancho canal de agua.
Nos cruzamos con algún que otro bonito barco tradicional como este de velas cuadradas.
Y ya vamos llegando de nuevo al puerto de Vannes. Es sorprendente lo que bajó la marea en estas tres horas y media. Lo que a nuestra partida parecía una extensión de agua profunda ahora es solo un canal bordeado de tierra fangosa.
Y entrando en puerto nos fijamos en esta barcaza, el Piano Barge. Una barcaza con más de 100 años, atracada aquí permanentemente y reconvertida en restaurante y club de jazz.
De 1900 a 2009 el barco se llamaba Rehoboth y pertenecía a una familia holandesa. En 2010 los propietarios de Piano Barge compraron la barcaza en Ámsterdam y la remolcaron hasta Lorient donde recuperó su belleza. El 3 de septiembre de 2013 llegó a Vannes y abrió sus puertas al público.


Desembarcamos y nos despedimos de Vannes para rodar dirección sur bordeando la costa. De momento queremos llegar hasta Nantes.
De camino paramos a comprar algo para comer en un supermercado, pero casi no encontramos que pillar pues estaba tan cutre y vació que yo creo que echa el cierre antes de terminar el trimestre.


Kilómetros más adelante paramos en un área de descanso de la autovía para comer tranquilamente a la sombra de los arbolitos.
Llegamos finalmente a la enorme y moderna Nantes.
Ya dejamos atrás territorio Bretón, ahora entramos en el Pays de Loire y Nantes es su capital.
Es una ciudad atravesada por tres ríos, Erdre, Sèvre y Loira y se la considera la mayor área metropolitana  del oeste de Francia.
Es la ciudad de nacimiento del célebre escritor, poeta y dramaturgo Julio Verne (1828-1905) célebre por sus novelas de aventuras y por su influencia en el género literario de ciencia ficción.
Cinco semanas en globo, Viaje al centro de la tierra, Veinte mil leguas de viaje submarino, la vuelta al mundo el ochenta días, como ya sabéis un visionario de la tecnología futurista. Uno de los escritores favoritos de mi juventud. 
Pero en Nantes no vamos a pararnos demasiado, solo el tiempo justo para hacer una visita a "Les Machines de I'Île precisamente inspiradas en los relatos de Julio Verne.


Es un parque de atracciones intemporal ubicado en un hangar que antes fué utilizado para la construcción naval y en el que se pueden ver un montón de maquinas hechas en hierro y madera con la intención de darles un aspecto deliberadamente viejuno.
Se puede llamar arte en movimiento, no es que tenga un atractivo impresionante, de echo resulta mas bien infantil, pero hay que reconocer que tiene una gran ingeniería y detalle en su construcción.
Me abrazo a la araña gigante que ocupa casi toda la parte central de la nave.
 Es manejada por cinco personas con una suerte de palancas, resortes y manivelas. Se eleva hasta el techo enganchada por los cables de una grúa y sus movimientos torpes y robóticos recuerdan a una "Caterpillar" oxidada. Me defraudó un pelín pues esperaba más dinamismo.
También tienen una hormiga gigante que aquí está esperando turno para hacer su pequeña demostración.
Fué muy simpática la oruga que repta con un niño a cuestas a modo de jinete.
También la gran garza que lleva tres tripulantes en la espalda y dos pasajeros en las cestas que al igual que la araña también es izada sobre el público por una grúa emulando un vuelo pero sumamente ralentizado.
Lo cierto es que estas maquinitas las puede manejar hasta un niño como se puede ver.
Tras ver todos estos cacharritos dentro de la nave cubierta salimos a la amplia explanada y aquí si que encontramos la máquina estrella del recinto, el Elefante. Este sí que es impactante, tanto por su movimiento realista como por su descomunal tamaño.
Este es mucho más interactivo pues además de pasear sobre su lomo a un nutrido grupo de turistas va resoplando agua con su trompa a los que se quedan en el suelo. Es divertido ver al bicho en acción y a los críos chillar y correr esquivando los chorros de agua.
El artilugio es movido por un enorme motor y accionado por una serie de poleas que maneja con pericia un operario dentro de la cabina situada entre sus patas delanteras.
 Quizá lo más logrado de todo sea el tiovivo de tres niveles,
"Le Carrousel Mondes des Marins" inspirado en los libros de Julio Verne. Pero a este ya no pudimos entrar.

Nos vamos de Nantes cruzando un puente sobre el rio Loira, un río de feas aguas color café con leche.

Hora y media después llegamos finalmente a nuestro destino de hoy.
La Rochelle, un pueblo costero repleto de turistas y muy agradable para pasear por sus concurridas calles. Por fin un pueblo con gente y ambiente más allá de las ocho de la tarde. Ni un solo pueblo ni ciudad de Normandía y Bretaña nos encontramos con gente en la calle ó locales abiertos a partir de esa hora. Realmente esta costumbre nos resultó muy chocante.

Nos instalamos en la cómoda habitación en la cuarta planta del Hotel de la Tour de Nesle desde la que disfrutamos de una vista espectacular del puerto y la calle principal.

Son las 10:00 pm. ya de noche, sabemos que es muy tarde para los habituales horarios franceses pero aún así intentamos buscar un sitio donde cenar y sorprendentemente lo conseguimos sin muchas dificultades. Nos pedimos sendos platos de "La Fromagieré" y dos grandes birras.
Terrina de camembert caliente con jamón de pato, jamón de cerdo, patatas asadas, lechuga, pepino y  dados de tomate. Sencillo pero riquísimo de la muerte.

Por suerte en La Rochelle rompen los estrictos horario y disfrutamos de una de las mejores cenas de estas vacaciones. Que riquísimos el Camembert derretido en su corteza. Por cierto me gustó tanto el queso que me zampé hasta la corteza y también la del de Carol.


Ruta de hoy: Lorient, Vannes, Nantes, La Rochelle.
Recorridos: 309 km.




BONSOIR


La Rochelle dia de relax








MARTES 22 de AGOSTO de 2017




Hoy no queremos madrugar, queremos tomarnos un día para descansar y olvidarnos del coche. Pero no lo logro del todo pues son las 9:00 am. y ya estoy en la calle sacando un puto ticket de 4 € para que el coche sigua aparcado hasta las 11:00 a.m. sin multas. Ayer cuando llegamos al hotel no había ni una sola plaza de parquing y hasta hoy a media mañana no quedara una libre. En cuanto se vacíe alguna allí que meto el coche.
Si algo negativo traemos de Francia es que pagamos parquing en casi el 90 % de lo lugares turísticos que visitamos. Si que hay un montón de normativas diferentes para diferentes lugares pero no logramos discernir cual era cual.
Bueno, cambiando de tema el caso es que hoy tenemos todo el día para relajarnos y disfrutar de La Rochelle.
Este es nuestro Hotel de la Tour de Nesle, muy agradable, tanto el hotel, como el trato de sus empleados, como su situación privilegiada junto al puerto.
Comenzamos con un paseo mañanero por la zona del puerto. Me gustó especialmente este grafitti estampado en el muro de un viejo edificio.
Un típico faro en el puerto de La Rochelle.
Y una gran noria que da un toque divertido.
El "Vieux Port" de la Rochelle es uno de los puertos más conocidos de Francia y un sitio muy acogedor, estupendo para deambular por su largo paseo repleto de restaurantes, cafeterías, heladerías, creperías, todo lo que se desee tomar en cualquiera de sus terrazas.

La entrada al puerto viejo está custodiada por dos torres, "La Tour de Saint-Nicolás" (siglo XIV) la más alta de las dos con sus 42 metros de altura construida sobre pilares de roble y un pequeño laberinto de escaleras que llegan hasta la parte superior donde se situaban antaño los vigías.
Enfrente está la "Tour de la Chaîne" es decir la torre de la Cadena (siglo XIV) que resultó dañada en conflictos posteriores y restaurada en los siglos XIX-XX.
Entre los dos fuertes se tendía una gruesa cadena que obstruía la entrada al puerto, un puerto que en  siglos pasados estaba frecuentado por mercaderes, corsarios y burgueses.

El paisaje cambia radical y rápidamente con el flujo de las mareas. Me entretuve en hacer una serie de fotos donde se ve el antes y el después.
Entrada al puerto con marea baja.
Con marea alta.

 Puerto viejo con la marea baja
Con la marea alta.

Salida al mar con marea baja
Marea alta
Torre de San Nicolás con marea baja
Con marea alta.

La mañana de nuestro supuesto día de"descanso" se convirtió finalmente en tres horas sin dejar de caminar por todo el casco histórico y la totalidad del largo puerto. Pero también es verdad que hoy el día invita a pasear pues hace un sol espectacular llegando incluso a los 30ºC.
En cuanto empezamos a notar hambre un poco de hambre nos sentamos en la terraza de un restaurante para dar buena cuenta del menú.
Y tras la comida se nos ocurrió la idea más brillante que podíamos tener, nos subimos al hotel y nos echamos una cojonuda siesta de casi tres horas.
Ya descansados salimos a tomar el aire para continuar con la visita a la Rochelle. Y como veis en la foto no es que me entrara sueño de nuevo y me acostara en medio de la calle, es que no se le ocurrió mejor idea a un malabarista callejero, que elegirme a mí entre todo el gentío para hacer de sufridor en su espectáculo.
Y después de reírnos un rato haciendo el payaso seguimos con nuestro entretenimiento de la tarde. Más allá del puerto viejo está el puerto nuevo donde muy gratamente nos esperaba una preciosa colección de veleros históricos atracados a puerto.
 Todos tienen su placa explicativa en el pantalán donde cuentan su historia y datos técnicos pero claro, están en francés, mala suerte para los que no entendemos francés.
 
 Cabina de mando con su timón
 El Notre Dame des Flots, es un Ketch de madera construido en 1942 para la pesca en el Mar del Norte. Fué rescatado de un cementerio de barcos del puerto de Dunkerque y restaurado.
 Timón y compás antiguos.
 El Dauphin Vert
 Detalle del Lady Trix de 1909. Escocia.
 El Saint-Gillés de La Rochelle.
 El enorme buque France I ahora está transformado en Museo Marítimo y restaurante.
Esta preciosidad de veleros me tienen embelesado, que historias tendrán grabadas en sus cuadernas, cuantos mares y países visitados. Es un sueño que tuve desde siempre, mi ilusión es poder embarcarme en un velerito antiguo en el que poder manejar el timón, arriar velas y sentirme libre navegando por océanos y mares.
Bueno, en estas andamos hasta que se nos hecha la noche encima y terminamos el paseo en un restaurante para cenar.
Volvemos a nuestra habitación tras un maravilloso día que supuestamente iba a ser relajado y de descanso, pero los cojones, de nuevo otro día más que nos vamos a la cama hechos puré.








BONSOIR


Penúltimo día aun mucho que ver y disfrutar
La Rochelle, Saint-Emilión, Duna de Pilat, Saint-Paul-Les-Dax.








MIERCOLES 23 de AGOSTO de 2017

Nos despedimos de La Rochelle con un poco de pena pero con mucha gloria. El lugar fué un estupendo colofón, era lo que le faltaba a nuestras vacaciones para darle la nota más alta.
Se están agotando los días pero no nos vamos a ir sin aprovechar cada minuto y cada kilómetro así que hoy todavía tenemos un par de sitios por visitar de camino al sur.
El primer lugar donde nos detenemos es a St-Emilión. Es un pequeño pueblo medieval muy cerca de Burdeos conocido por el vino que extrae en los viñedos a su alrededor. Estamos ya en la región de Aquitania.

La verdad es que después de visitar tantos pueblos bonitos durante todos estos días, St-Emilión a pesar de ser Patrimonio de la Humanidad ya no me sorprende. Con esto no quiero decir que no se merezca una visita, claro que sí,  pero es que los pueblos y ciudades de Normandía y Bretaña dejan el listón muy alto.
Sin duda el edificio más destacable, sobre todo porque es el más alto, es la iglesia monolítica, muy curiosa pues su interior son cuevas excavadas en la roca caliza. Sobre ellas se construyó posteriormente un campanario desde donde se pueden disfrutar de estupendas vistas del pueblo y sus viñedos de los alrededores.
También es guapa la Torre del Castillo (Siglo XIII). Con una altura de 32 metros y unas paredes de 2,25 metros de grosor que fué utiliza como mazmorra en la antigüedad. 
En realidad el atractivo del pueblo, visitado por miles de los turistas cada año, es por ser una de las principales zonas de vinos tintos de Burdeos, junto con el Medoc, Pomerol y Graves. Vinos elaborados con uva de la variedad Melot y Cabernet Franc junto con un pequeño porcentaje de Cabernet Sauvignon. Eso es lo que cuentan los expertos porque nosotros no tenemos ni puta idea de vino. Lo sentimos pero a nosotros lo que nos va es la cerveza. 
Esta pared ruinosa es conocida como  la "Gran Muralla" desde el siglo XIX al menos. Es el vestigio de un enorme monasterio dominico del siglo XII. Por tradición los Dominicos son parte de la familia de los monjes mendicantes junto a los Franciscanos. Su regla se basa en la noción de pobreza individual. Para la arquitectura había una regla a seguir como que los edificios del monasterio y la iglesia no deben exceder cierta altura, pero sospechosamente estas ruinas sugieren que estos mendicantes no eran tan pobres como exigía su orden.

Una curiosidad achacada a esta zona es que los primeros en plantar viñedos por estos andurriales fueron los romanos allá por el siglo II a. C.
St-Emilión fué bautizado por el monje Emilión, un confesor viajero, que se estableció en una ermita excavada en la roca en el siglo VIII. Y fueron los monjes que lo siguieron quienes comenzaron la producción comercial del vino en la zona. Monjes con buena vista para los negocios.
Dejamos finalmente Saint-Emilión y la siguiente parada es a pié de una extraordinaria maravilla de la naturaleza.
La duna más alta de Europa la "Dune de Pilat"ó "De Pyla" en la bahía de Arcachon a unos 70 km. al suroeste de Burdeos. Una gigantesca formación de arena natural costera acumulada en el litoral desde hace miles de años por efecto del viento.
Para llegar hasta aquí nos vimos metidos en una importante caravana de coches durante varios kilómetros. Buscar aparcamiento también nos llevó un buen rato y eso que es un parquing bien grande, de pago, instalado al efecto cerca de la duna. Desde el parquing hasta la duna hay un sendero que está a derecha e izquierda lleno de tienditas de souvenirs y venta de productos varios para los turistas. Y me parece muy normal que aprovechen este tirón pues parece ser que es el segundo lugar más visitado de Francia tras Mont Saint-Michel.

La Gran Duna ocupa un volumen estimado de más de 60 millones de metros cúbicos de arena. La cresta alcanza una altitud media de entre 80 y 107 metros sobre el nivel del mar.
La pendiente es de entre 30º y 40º por suerte colocaron unas escaleras para poder acceder a la cima.
El ir y venir de turistas es flipante somos cientos subiendo, bajando y caminando en todas direcciones parece un hormiguero gigante.


Desde aquí arriba es impresionante el contraste de la arena engullendo lentamente la zona boscosa del paisaje de las Landas.
Está prohibido el uso de tablas o artilugios para deslizarse por la pendiente dunar pero eso no impide que algunos turistas se echan a rodar por la ladera y terminan rebozados como croquetas.
 
Podríamos bajar hasta el mar para darnos un baño, porque esto es una playa, pero claro el agua está a tomar por culo. También dicen que ver la puesta de sol desde aquí arriba es todo un espectáculo pero por desgracia no va a ser en esta ocasión pues tenemos el hotel reservado muy lejos de aquí.
 También se habla de que es prácticamente desconocido por los viajeros españoles pero a nosotros no se nos escapó así que nos hacemos un selfie para constatar que aquí que estamos disfrutando del espectacular paisaje.
Saint Paul les Dax, aquí pasaremos la última noche. Dos horas nos llevó llegar desde la "duna de Pilat" hasta aquí al Hotel Du Lac que por cierto esta en un lugar guapísimo.
Está situado al lado mismo de un pequeño lago, un lugar idílico y relajante para despedirnos en paz de estas vacaciones.

El hotel es moderno, elegante, mola no lo voy a negar. Y la habitación estupenda, con una cama enorme.
La ruta de hoy: La Rochelle, Saint-Emilión, Duna de Pilat, Saint-Paul-Les-Dax.
Recorridos: 438 km.



BONSOIR.
El regreso






JUEVES 24 de AGOSTO de 2017
 Hoy sí que debemos llegar a casa, no podemos alargar más las vacaciones, el deber nos llama. 
Hay unas cinco horas de viaje sin paradas desde Saint Paul Lex Dax hasta nuestra casa pero como tenemos todo el día por delante nos lo tomaremos con toda mucha tranquilidad, toda la tranquilidad que se nos fué acumulando durante este viajecito por tierras francesas.

Normandía y Bretaña damos fe que son espectaculares, disfrutamos, nos sorprendimos, nos relajamos y se puede decir que los franceses en buena medida contribuyeron en nuestro disfrute gracias a su amabilidad, su exquisita educación, su interés por agradar y ganas de hacerse entender.
No se si los crujen a multas ó es su forma de ser, desconozco el motivo, pero su forma de conducir y su civismo al volante me dejaron realmente sorprendido y encantado. Cero agresividad al volante y un respeto absoluto a los normas y a los demás conductores.
Españoles, esta gente son un ejemplo a seguir.
AU REVOIR
FIN