martes, 10 de octubre de 2017

(Cap. 2) Viajamos enlatados por Bretaña y Normandía

El lugar más visitado de Francia
Rennes, Mont-Saint-Michael, Cancale, St-Malo


DOMINGO 13 de AGOSTO de 2017


Hoy nos despertamos pronto, queremos hacer la visita a Mont-Saint-Michael bien temprano antes de que se ponga hasta los topes de turistas aunque ya intuyo que va a ser pedir imposibles.
El día no puede estar más guapo aquí en Rennes, casi totalmente azul excepto por unas nubes que asoman lejos en el horizonte.
 Una hora más tarde, alrededor de las 10:00 am. ya estamos estacionando en el enorme parquing del Mont-Saint-Michael. No permiten acercarse a menos de 3 kilómetros de la que es conocida como "La Maravilla" en ningún vehículo particular, cosa que me alegra.
La visión hipnotiza, es como estar viendo el castillo de un cuento, erguido en medio de la planicie, rodeado de arena fina que se convierte en isla con la subida de las mareas, una fortaleza y una abadía que estuvo llena de leyenda, fama y fascinación. Es el segundo lugar más visitado de Francia, de echo atrae a unos tres millones de visitantes al año. Fué declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979.
El lugar tuvo mucha fama hasta el siglo XV pero después quedó prácticamente en el olvido durante siglos hasta que recuperó su importancia en la época romántica. Gran parte de lo que se puede ver hoy fué reformado en el siglo XIX por el apasionamiento que hubo por el medievo.
Mont-Saint-Michael se construyó sobre un promontorio de granito de 80 metros de altura y una circunferencia de algo menos de 1 km. Desde 2015 la carretera que llevaba hasta la puerta de la fortaleza-abadía se sustituyó por una pasarela elevada por el que pueden caminar libremente peatones y bicicletas sin ver cortado el paso por la subida de las mareas.


Nosotros plantamos nuestra bandera también aquí en el Mont-Saint-Michael. Queda oficialmente "conquistada" por los viajeros asturianos.


Como era previsible desde bien temprano llega la marea humana de visitantes. Desde la amplia explanada frente al Mont miro hacia atrás y me entran dudas de que vayamos a coger todos dentro de ese pequeñísimo espacio amurallado.


El acceso al pueblo es posible a través de tres puertas fortificadas abiertas en los cinturones de las murallas que encierran todo el complejo. Esta es la "tour du Roi" del siglo XV, es la principal entrada a la minúscula población.
 La sinuosa calle "Grand-Rue "continua subiendo hasta la alta abadía siguiendo el recorrido que hacían los peregrinos medievales. Nosotros decidimos encaramarnos a las murallas por la primera escalera que encontramos a nuestra derecha para tener una panorámica más amplia, ya más tarde recorreremos el resto de callejuelas.
 Todo el complejo se podría decir que es una obra arquitectónica en vertical y no fué construida así de forma casual pues se aseguraron que el centro fuera la iglesia formando el vértice de la pirámide como una ciudadela inexpugnable y fantástica.
 De echo dicen que está llena de pasadizos secretos, escaleras y rincones de muy difícil acceso y seguro que aún habrá algunos que todavía no se descubrieron. Quien puede conocer los secretos que esconde. Cualquier día llegan aquí los del programa Cuarto Milenio a investigar.
El río de visitantes no dejan de llegar tanto caminando como en los autobuses gratuitos que van y vienen transportando gente durante todo el día. También hay un servicio de carros tirados por caballos (estos de pago) para hacer los 3 km. que nos separan del parquing.
 Y al igual que en muchos otros lugares turísticos y concurridos de Francia, los lugares más propensos a los atentados yijadistas, permanecen vigilados y protegidos por patrullas de soldados. Por el interior del pueblo paseamos codo con codo con dichos soldados que hacen la ronda en grupos de cuatro con sus uniformes de camuflaje, chalecos antibalas y armas de asalto.
Me resultan especialmente atractivos los rótulos de los negocios que contribuyen a preservan en lo posible ese aspecto medieval. Este concretamente es el edificio de "La Poste" la oficina de correos utilizada curiosamente por los turistas para enviar postales con el sello de Mont-Saint-Michael.

Este es el rotulo de un viejo "Hotel de la Licorne" cuya construcción data del siglo XV.
Este otro anuncia la "Crepería La Sirene2, un restaurante al que se accede a través de una tienda de souvenirs. Dicen que sirve uno de los mejores crepes de Francia.
Contemplamos desde la parte alta de la muralla como se van amontonando los visitantes en las callejas.
Aquí encontramos otro, el cartel del Restaurant S.Pierre.
Mont-Saint-Michael no nos decepciona ni siquiera estando como está a reventar de gente. Quizá reste un poco del atractivo la sucesión de negocios que pueblan las callejuelas, tiendas de souvenirs, tiendas de producto típicos y restaurantes de toda índole. Pero como ya es sabido allá donde llega el turismos masivo todo es negocio y al final prevalece el tema "sacacuartos" sobre el buen gusto.
A pesar de las pequeñas dimensiones del lugar también fueron capaces de insertar cuatro museos además de la imprescindible visita a la Abadía. Obviamos los museos pero entrar a ver la Abadía nos apetece. Por lo visto hay visitas todo el día pero nos topamos con un pequeño detalle, la visita que ofrece guía en español es a partir de las cuatro de la tarde. Pues mira, que tendremos que irnos también sin verla, no tenemos todo tiempo ni paciencia para echar todo el día por aquí.


No dejo de fotografiar carteles chulos como este otro que dice:
El Monte Saint-Michel una isla entre el cielo y el mar
Su marea tiene la velocidad de un caballo al galope

Aquí hasta las gaviotas están acostumbradas el gentío, comen tranquilamente de la mano como mascotas.
 Desde lo alto vemos como enseguida se van notando los efecto de la marea que va anegando y rodeando el Mont-Saint-Michael. Es verdad que sube rápidamente el nivel del mar.
Desde otro punto nos sorprende la impresionante altura a la que parece asomarse la Abadía.

Cartel del "Hotel Restaurante Les Terrasses Poulard" y el de la "Fee des Grébes", la mayor tienda de recuerdos tradicionales, objetos de barro de Quimper, armas medievales, ropa marinera y tapices del norte de Francia y Flandes. El supermercado del souvenir.
Y aquí el del Snack-Bar del Peregrino.
 Estos son los carros de los que hablaba que van tirados por caballos para llevar turistas hasta el Mont-Saint-Michael los llamados "maringotes"
Poco a poco fué despajándose el día que se había cubierto cuando estábamos llegando esta mañana al Mont-Saint-Michel. En realidad fué una suerte que no cascara el sol desde primera hora del día, nos hubiera cocido por estas callejuelas abarrotadas. Nos despedimos con una última foto después de pasarnos cuatro horas dentro del guapo pueblín amurallado.
Regresamos en autobús al parquing donde tenemos el coche y una vez en él nos comemos unos bocatas sentados allí mismo antes de marcharnos. El estacionamiento nos cuesta nada menos que 11,70 €. Bueno al menos no pagamos nada por la visita al pueblo ni tampoco por el bus, tomémoslo como parte del precio de la visita.
 El siguiente punto interesante que tenemos marcado en el mapa es Cancale.
 Es un pueblín costero donde abundan tanto los turistas como los puestos de ventas de ostras, "huîtres" en francés.
Tantas se venden que el trozo de playa que está pegado a los puestos callejeros de ostras está literalmente cubierto de una gordísima capa de conchas vacías de estos moluscos, debe haber miles, millones de ellas. Los comensales se sientan en el muro frente al mar con la bandeja sobre las piernas y según van dando cuenta de las ostras van lanzando sus cáscaras vacías a la playa.
Aquí mismo se ven los inventos para el cultivo de ostras aprovechando la zona intermareal
En estas grandes balsas que se cubren con la subida de la marea se introducen las ostras en bolsas que se van cambiando de lugar para evitar la proliferación de algas. Esta es la técnica más extendida de crianza. Pero aquí también podemos ver la cría en suspensión. Al fondo de la imagen se ve sucesión de puntales de los que se suspenden las ostras en cestas ó bolsas y están permanentemente sumergidas.
Hay que anotar que Francia es el primer productor y consumidor de ostras de Europa.
Después de un tranquilo paseo nos sentamos a tomar unas cervecitas bien frías en una terracita frente al mar. Joder, no se puede negar que aquí se está de vicio.
Nos marchamos de Cancale y tiramos hacia St-Malo pero de camino vamos a tratar de ver un tramo costero donde dicen que hay una enorme colección de rocas esculpidas.
 
Después de un buen rato de búsqueda conseguimos llegar hasta las playas de Rothéneuf pero no tenemos ni idea de donde pueden estar las "Rochers Sculptés".
Y la cosa es que estaban aquí al lado pero para cuando logramos dar con ellas ya es demasiado tarde así que decidimos abandonar la visita. Nunca lograremos adaptarnos a estos cortos horarios franceses. Por cierto por verlas nos cobraban 5 €/persona.
  Las Rocas esculpidas es el trabajo del Abad Fouré que desde 1870 dedicó veinticinco años a crear estas imágenes.
La llegada a St-Malo es lenta y tediosa. No tuvimos más remedio que soportar una larga caravana de coches. Incluso nos costó encontrar aparcamiento en sus parquings subterráneos. De mano lo que más nos llama la atención de la llamada "Ciudad Corsaria" es la Playa de L'Eventail con los enormes postes de madera decorando el arenal y que se utilizan para la cría del mejillón.
Desde la playa vemos claramente el Fuerte Nacional del siglo XVII al que se puede acceder caminando con marea baja. Fué construido a las órdenes del rey Luis XIV para defensa de la ciudad de los ataques. Los corsarios de Saint-Malo se permitían la licencia de saquear en situaciones neutrales y convertirse en los mayores depredadores del Canal de la Mancha.

Y en el puerto de Saint-Malo podemos admirar un par de barcos impresionantes.
Uno es la réplica de la fragata corsaria" Etoile du Roy" construida en 1745. Mide 47 metros de eslora, 3 mástiles, 310 toneladas y una tripulación de 240 hombres y estaba armada con 20 cañones.
Es un verdadero museo flotante al que quisimos acceder pero como no, a media tarde ya es demasiado tarde. Es lo peor de Francia, los horarios tan escuetos.
Justo al lado también está atracada la goleta "Etoile du France" que fué construida en 1938. Mide 40 metros de eslora. Este velero se puede alquilar con patrón por 13.000 € durante una semana. Un bonito sueño que no esta al alcance de todos los bolsillos.
Desde el puerto accedemos a la ciudad por la principal entrada, la Porte St-Vicent de 1708 que da a la Place Chateaubriand.
St-Malo fué destruida totalmente en agosto de 1944 durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Se reconstruyó posteriormente tratando de darle el mismo aspecto y casi lo lograron pero a mi me parecen los decorados para una película, no me acaba de gustar. Y menos ahora que están todas las calles plagaditas de boutiques de firma, calzado y complementes de todas las grandes multinacionales de la moda.
Dejamos St-Malo sin pena ni gloria y regresamos al hotelito que tenemos en Rennes. Pasamos por Combourg pero ya está todo cerrado y triste a pesar de ser las 8.00 pm. y atravesamos sin pararnos Becherel, que está tanto ó más solitario que Combourg.
Y llegamos a Rennes, pero en lugar de ir al hotel nos vamos al centro de la ciudad, queremos conocerla. Son las 9:30 pm. y sorprendentemente aquí en la ciudad tampoco hay gente, esta solitaria, vacía, apagada y todo cerrado a cal y canto. Esta gente se van a la cama a la misma hora que las gallinas.
Vamos, que tenemos que regresar al hotel sin encontrar nada abierto para cenar, menos mal que guardamos provisiones en la habitación.
La ruta del día: Rennes, Mont-Saint-Michael, Cancale, St-Malo, Rennes.
Recorrido:198 km.
Bonsoir.
Celebrando nuestro 24º aniversario
Rennes, Combourg, Dinard, Cap Fréhel, Mont-Saint-Michel




LUNES 14 de AGOSTO de 2017
Hoy es un día señalado para nosotros, es nuestro aniversario de boda, el 24º concretamente. Hace un año exactamente estábamos un día como hoy en la otra punta de Francia en Beziers y fué un día torcido, ni siquiera pudimos cenar en aquella ocasión.
Hoy también deberíamos dejar este hotel que tenemos reservado por tres noches pero decidimos quedarnos un día más pues no nos dio tiempo a explorar toda la zona, así que mientras Carol se da una ducha yo bajo a recepción para contratar ese día extra.  La recepcionista no habla ni una palabra en español, yo ni que decir del francés ó el ingles así que bendito traductor de google, si no fuera por él todavía estaría tratando de explicar a la recepcionista lo que quiero.
Subimos al coche y nos dirigimos a Dinard pero de camino hacemos una parada en Combourg, el pueblo que ayer estaba ya solitario cuando paramos. Hoy se ve diferente, está lleno de gente, en parte gracias al mercadillo que hoy se celebra y por el que aprovechamos para dar una vuelta. También hay un castillo chulo pero su visita me pareció un precio abusivo así que cagamos para él. Nos largamos. . Haber si se van enterando que no todos somos gilipollas y que no vamos a pagar tanta pasta por ver cuatro piedras viejas.
Y llegamos a Dinard. Un pueblo costero, con su playa, algunas casas de estilo marinero, villas del siglo XIX y hoteles de lujo de estilo colonial. 
Esperábamos algo con más encanto, pero supongo que eso sería en la época que lo descubrieron los ingleses y los norteamericanos allá en el siglo XIX y lo convirtieran en una estación balnearia en la "Belle Epoque" osea un centro turístico.
La "promenade du Clair de Lune" es una especie de dique que va bordeando el estuario desde la playa por toda la zona de acantilados.
Las guapas vistas del estuario del Rance por el paseo fué lo que más nos relajó y agradó de Dinard.
Seguimos nuestro camino rodeando la costa. Nuestra intención es llegar hasta el "Cap Fréhel".
En cuanto llegamos descubrimos un precioso paisaje costero coronado por dos faros, el antiguo y el moderno, que se sitúa en un punto geográfico natural extraordinario con vegetación espesa de brezo y toja en plena floración.
El faro del Cap Fréhel con más de 100 m. de altura fué construido entre 1946 y 1950 después que el anterior fuera destruido durante la Guerra.
Una carretera lleva hasta el mismo faro pero para llegar al pié de él no nos queda de otra que caminar algo más de un kilómetro. Un chaval con chaleco fosforito apostado en la carretera decide sobre el tráfico y no tenemos ni idea porque motivo impide el paso a todos los vehículos.
Tenemos vistas magníficas sobre la costa, formaciones de arenisca roja y pizarra que se precipitan sobre el mar desde 70 metros de altura. 
La tarde no puede estar más agradable, no sopla ni una brizna de viento y el atardecer casi limpio de nubes deja ver algunas embarcaciones navegando casi hasta el mismo horizonte.
Nos sentamos a respirar el aire limpio disfrutando de la vistas del mar y de los islotes Petite y Grande Fauconnière.
 Es territorio de cormoranes y gaviotas que por centenas campan a sus anchas y pueblan los acantilados.
No conseguimos tener muy claro que significa este cacharro que parece una hucha clavada en la puerta del faro y que pone- "Aidez les sauveteurs" algo así como "Ayuda a los salvadores del mar".
Sin lugar a dudas es el lugar más relajante y guapo que vimos hoy. Mereció la pena dejar el coche en la carretera y caminar para llegar hasta aquí y deleitarnos contemplando el salvaje paisaje natural costero.
También disfrutamos de un par de cervecitas que nos trajimos ex profesamente para brindar por nuestras vacaciones y por que así continúen.
Hecha la visita regresamos en dirección a Rennes pero a medio camino se me ocurre que podía ser precioso celebrar con mi mujer nuestro 24º Aniversario de bodas cenando en algún restaurante del Mont-Saint-Michael.

No me lo pienso dos veces y tomo la primera salida que encuentro hacia Mont-Saint-Michael.
Excelente decisión poder disfrutar de nuevo de la magnífica vista del "Mont" pero aún más guapo si cabe gracias al encanto que le añade la noche.


 No podemos demorar mucho si queremos cenar, recordemos que en Francia se acuestan a la hora que se acuestan las gallinas y son ya las 10.00 pm. así que elegimos el primero que vemos con buena pinta, el Restaurante St-Pierre.
 Pierna de cordero con patatas y guarnición
 Sopa de pescado
 El plato más típico de por aquí, los "moules" osea mejillones
 ¡¡¡Al ataqueeeee!!!
 Tarta Normanda para mí.
 Y tarta de chocolate para Carol.
Hasta la vista Mont-Saint-Michael.
Volvemos a por el coche pero estamos muy llenos como para hacer ahora tres kilómetros de caminata así que nos subimos al bus gratuito. Por cierto el parquing ahora si que nos salió gratis. A partir de cierta hora ya no cobran, eso está muy bien.
Regresamos a Rennes
La ruta de hoy: Rennes, Combourg, Dinard, Cap Fréhel, Mont-Saint-Michel, Rennes.
Recorrido:363 km.

Bonsoir.
Del interior a la costa bretona
Rennes, Moncontour, Paimpol, Punta de Arcouest, Perros-Guirec






MARTES 15 de  AGOSTO de 2017
Hoy no tenemos ningún hotel reservado, hoy iremos a la aventura. Dejamos definitivamente Rennes después de cuatro noches en el Hotel Appart'City.
Nos vamos hacia Moncontour.
Ya llegando al pueblo ya vas descubriendo su gran encanto. Moncontour por alguna razón está calificado entre uno de los "Pueblos más bellos de Francia".
 Destaca la iglesia Saint-Mathurin del siglo XVI
Sus enormes y claras vidrieras dan al interior una luminosidad que en pocas iglesia e visto antes. Curiosamente aquí en lugar de los habituales bancos tienen sillas.
 Las casas muestran claramente su pasado medieval
 Una pequeña figura de la virgen en un ventanuco de la fachada. Una talla pone 1666 supongo que es la fecha de construcción de la casa.
 Hay casas muy atractivas con sus clásicas fachadas de entramado de madera y piedra.
 El Restaurante "Le Chaudrón Mágique" osea El Caldero Mágico, un restaurante que ofrece cocina tradicional de la Edad Media.
 Hace dos días, el domingo pasado, se celebró una fiesta medieval aquí por eso está todavía engalanado, seguro que fué una fiesta espectacular, que lástima no haber coincidido con ella.
 El pueblín es pequeño pero está repleto de rincones dignos de fotografiar.
 Entre todas las viviendas destaca esta con arcada y columnas talladas en piedra pero casualmente está en desuso y en estado de abandono.
Damos por finalizada la visita frente al L'hôtel de Ville de Moncontour.
No vamos a entretenernos más por aquí, nos marchamos hasta Paimpol.
En cuanto entramos en el pueblo nos damos cuenta lo agradable que va a ser la visita. En el pasado Paimpol era netamente un pueblo marinero desde el que partían los pesqueros en busca del bacalao hasta los mares de Islandia.
 La durísima vida de los habitantes de Paimpol cambió con los tiempos modernos y ahora prevalece la pesca costera y la cría de ostras. En los meses de verano las embarcaciones deportivas y el turismo dan vida y color al pequeño puerto.
 Atracado al fondo del puerto divisamos una impresionante goleta de dos palos, el Phoenix. Construido en Dinamarca en 1929 fué un navío misionero durante veinte años, luego llevó carga hasta que se quemó su sala de máquinas. Tras pasar por varios propietarios terminó en Reino Unido donde fué remodelado completamente a su estado original.
En 1991 se convirtió en la Carabela Santa María para la película de Ridley Scott "1492 Conquista del Paraíso".
Magnífico ancla
Paramos un rato delante de la casa más antigua de Paimpol (s. XV), la Quincaillerie Coutellerie Jézéquel desde 1886. Cuatro generaciones vendiendo cuchillos, navajas y diversas herramientas para la pesca.
Otro punto bonito del pueblo es la plaza de Martray de Paimpol.
Nos vamos de Paimpol y la siguiente parada la hacemos en la Punta de Arcouest. Es un tramo de costa muy peculiar, repleto de rocas e islotes como una especie de tetris marino.
Desde aquí parten los barcos hacia la isla de Bréhat. Una isla que dicen sorprende por su extraordinaria vegetación compuesta de plantas traídas por los marineros. Los coches están totalmente prohibidos solo se puede explorar a pié o en bicicleta.
Queremos visitarla pero todo lo que conseguimos es ver como atraca el último ferry del día que hace el tour alrededor de la isla. Son las 4:45 pm. y el último era a las 4:15 pm. Aquí se pierden media tarde de sol, pero que "julais" que son, de verdad.  Es que no hay manera de acostumbrarse al horario francés.
Nos vamos decepcionados por no poder echar la tarde navegando pero es lo que hay así que seguimos disfrutando nuestra ruta costera.
Llegamos a Perros-Guirec que también es pueblo costero aunque no lo tenemos marcado en el mapa. No tiene mucho atractivo excepto los barquitos en el puerto deportivo, pero lo que si tiene es un camping que es lo que buscamos para pernoctar esta noche. Nuestra primera noche fuera de un hotel. Es la noche más económica que vamos a pasar. 15,60 € por dormir en el monovolumen, en realidad tenía que ser más barato pues nos cobran como si lleváramos una gran autocaravana.
Vamos a conocer el pueblo y tomar algo. Al paso nos topamos con una terracita chula al lado de la iglesia St-Jacques y nos sentamos en ella. Como no salen a atendernos voy dentro y me dice la camarera que no sirven bebida que solo sirven cenas. Alucinante chavales, en Asturias esto nunca pasaría. Te tomas tu cerveza aunque hayas entrado a pedirla en la iglesia del pueblo.
 
Me parece muy curiosa la señal, "Centre du Quinquis" parece ser que es un centro vacacional para niños, la diferencia es que en España los "quinquis" son otra cosa. je je je.
Volvemos al camping, preparamos el coche para dormir y nos sentamos a cenar pero se está poniendo tan frio que no alargamos mucho la sobremesa. Son las 10:30 pm. cuando nos metemos en el coche dentro de los sacos de dormir. No hay más que hacer por hoy.
Hoy visitamos: Rennes, Moncontour, Paimpol, Punta de Arcouest, Perros-Guirec
Recorridos:204 km.
Bonsoir.
La más bonita ruta costera
Perros-Guirec, Cote de Granite Rose, Trégastel, Pointe de Bihit, Morlaix, Roscoff, Brest.






MIERCOLES 16 de AGOSTO de 2017
Despertamos temprano, nos lavamos un poco como los gatos y nos sentamos a desayunar al calor del sol mañanero.
No tardamos mucho en ponernos en carretera pues queremos visitar la llamada "Cóte de Granit Rose"
 El color de las rocas de granito que forman los acantilados entre Perros-Guirec y Trébeurden forman lo que se denomina "Costa de Granito Rosa"
 Las rocas desgastadas por la erosión están formadas por cristal de feldespato, cuarzo y mica.
 Solo hay tres costas de granito rosa en el mundo, una es esta de Bretaña, la otra en Córcega y la última en China.
 Al camino que recorremos se le llama el "sendero de los aduaneros" pues se utilizaba para vigilar el tráfico del contrabando.
 Figuras extrañas formadas por la erosión.
 Una pasada de lugar, un espectáculo gratuito que nos ofrece la naturaleza muy digno de visitar.
PRESERVEMOS NUESTRO LITORAL. Este es un cartel muy interesante en el que se puede ver cuanto tiempo puede pasar antes que desaparezca la mierda que producimos los humanos y que nunca deberíamos de tirar al mar ni en ninguna otra parte.
 La carretera que seguimos nos lleva hasta otro lugar de lujo, Trégastel, un lugar con todo el encanto marinero.
 Aparcamos al lado de un molino de mareas y a una pequeña casita de piedra donde pudimos ver la Exposición del escultor costarricense afincado en Francia. SEENU Sculpteur sur Pierre. Le compré un pequeño triskel que llevo colgado al cuello tallado en piedra negra. Una obra de arte en miniatura.
Echamos un último vistazo a la relajante y hermosa estampa de Trégastel antes de seguir nuestro camino.
Pointe de Bihit. Este afloramiento está formado según los científicos de roca gris, la más antigua de Europa nada menos que dos mil millones de años.
Desde el mismo mirador también vemos de izquierda a derecha la Ile Milliau, le Castel y la plage de Tresmeur.
Continuamos con nuestra ruta, hacemos una corta parada para comer contemplando el mar y llegamos al siguiente punto marcado en el mapa.
Morlaix es una pequeña ciudad que pertenece al departamento de Finisterre en Bretaña. Lo primero que llama la atención es el viaducto del siglo XIX que atraviesa como una diadema sobre los edificios a gran altura y sobre el estuario del río Gossen.
Fué construido para la circulación ferroviaria entre París y Brest para el transporte de mercancías entre en interior del país y el mar.
La parte más interesante de la ciudad es la Grand-Rue que finaliza frente al ayuntamiento, una ancha calle peatonal que en un tiempo era utilizado para celebrar mercados de telas.
Como en cada lugar interesante procuramos pasarnos por la oficina de turismo. 
Nos recomendaron hacer un itinerario marcado en un mapa para ver la ciudad.
Tomando el callejón de Prêtres por una larga escalinata subimos al viaducto lo que nos permitió disfrutar de la ciudad de Morlaix a vista de pájaro.
 El viaducto desde arriba es aún más impresionante con sus 292 metros de largo y 58 metros de altura.
El 29 de enero de 1943, los británicos en un intento por cortar los suministros a las bases de submarinos Uboots alemanes bombardearon entre otros el viaducto de Morlaix a plena luz del día y fué una decisión dramática. En el ataque murieron más de 80 civiles y muchos de ellos fueron niños de entre 4 y 6 años que estaban en la escuela de Notre Dame de Lourdes alcanzada por una de las bombas. En esta foto echa hacia arriba se puede distinguir el lugar del impacto (restaurado de otro color) con el que consiguieron cortar la línea ferroviaria.
Por los callejones que rodean la plaza Allende aún se conservan muchas casas del siglo XVI de entramado de madera construidas en voladizo por los comerciantes de telas de lino.
 Esta es una de las vista que pudimos contemplar desde el viaducto, una panorámica de la ancha calle peatonal
 Esquina de la plaza Allende de Morlaix.
 Ya llevamos 9 días de viaje y estamos necesitando con urgencia lavar nuestra ropa, creo que la maleta huele excesivamente a humanidad. En nuestro paseo por la ciudad nos topamos con una lavandería y no dejamos pasar la oportunidad.
Mientras se hace el lavado y el secado me doy una vuelta por el embarcadero, se nota que me gustan mucho los barcos, los efectos navales y todo lo que rodea la vida marinera.
 Veo algún velerito que está totalmente abandonado, una lástima que este se esté pudriendo y yo sin poder comprarme uno.
  No dejamos de admirar las preciosas casas bretonas, son realmente especiales. Pero dejémonos de tanto admirar que tenemos muchos más lugares que ver, así que nos vamos.
 Roscoff, el típico y legítimo pueblo de pescadores en el que nos recibe su faro.
 Un antiguo puerto corsario desde el que partían los "johnies" (vendedores ambulantes) para vender sus cebollas rojas en Inglaterra. La verdad es que el puerto parece un secarral pero es que aquí las mareas son tan vivas que pasa de agua a seco en nada.
Tanto es así que para embarcar en los ferry que llevan a la cercana isla de Batz en bajamar, hay que ir por una pasarela. Dicen que merece la pena visitarla pero en esta fecha hay que reservar billete con varios días de antelación así que o dejaremos para otra ocasión.
Asomados al mar notamos como la brisa llega húmeda y fría a pesar de estar a mediados de agosto, parece que por estos lares escasea el calor.
 Roscoff es una terminal marítima que une Francia con Inglaterra lo que proporciona un continuo trasiego de ingleses e irlandeses que al parecer, aprovechan sus viajes hasta aquí para llevarse botellas de alcohol en grandes cantidades porque aquí en Francia es más barato. Me pregunto a que descomunal precio venderán el alcohol en Inglaterra si aquí en Francia la bebida está a precio de oro líquido.
 Église Notre-Dame de Croas-Batz encargada y financiada por los ricos armadores en el siglo XVI.
 Reloj de sol en la iglesia que dice "Craignez la derniere" traducido "Temer la última" supongo que se refiere a la última hora, la de morir.
 Cebollas rosadas de Roscoff, hoy precisamente se celebra la fiesta de las cebollas aquí en el pueblo.
Nunca hubiera imaginado que esto fuera el ayuntamiento de Roscoff y más poniendo bien clarito "Hotel de Ville Ti ker". Me sorprende continuamente el idioma francés.
Se va haciendo tarde, tenemos que dejar el recorrido por hoy. Nos gustó especialmente todo lo que vimos por la costa bretona, es muy marinera, grandes arenales, pequeños pueblos marineros y muchos embarcaderos por todos los rincones.
Dejamos Roscoff y vamos directos a Brest.
Los 68 km desde aquí a Brest estuvo lloviendo. Que fea se quedó la tarde con el día tan guapo que amaneció, indudablemente este clima es lo más parecido a nuestra Asturias.
Llegamos al hotel en Brest, el "Le Gens de Mer"
Es un poco viejin y cutre pero bueno para una noche nos vale y nos sobra.
La ruta de hoy. Perros-Guirec, Cote de Granite Rose, Trégastel, Pointe de Bihit, Morlaix, Roscoff, Brest.
Recorrimos:157 km.
Bonsoir.
Dia de castillo, playas y cabos
Brest, Aber Wrac'h, Landéda, St-Pabu, Portsall, Camaret-Sur-Mer, Punta de Penhir, Quimperlé.




JUEVES 17 de AGOSTO de 2017
Esta noche oímos llover muchísimo. Amanece totalmente nublado pero al menos no llueve. Crucemos los dedos para que siga así pues las visitas con paraguas no son lo mismo es complicadillo sujetar el paraguas y hacer fotos a la vez.
Desayunamos como todos los días en la habitación calentando el café con nuestra cocinilla de camping, a continuación pagamos y nos despedimos sin más dilación.
Buscamos la oficina de turismo de aquí de Brest y lo próximo a visitar es el castillo que es a su vez tiene en su interior el museo naval.
6 €/pers. con audioguía incluida, me resulta barato viendo los precios a los que nos está acostumbrando Francia.
El Castillo de Brest se ve aún más impresionante desde el mar que desde tierra, asomado a la bahía en la desembocadura del rio Penfeld. Es una fortaleza de época del Imperio Romano. Con una antigüedad de 17 siglos es el monumento más antiguo de la ciudad. Su situación estratégica situado en el centro de uno de los mayores puertos navales del mundo hizo que su estructura defensiva no dejara de reconstruirse a lo largo de los siglos.
 Entramos en el Castillo
Desde las murallas tenemos unas vistas estupendas. Frente por frente tenemos la explanada de una zona militar restringida. Hay montones de cartelitos que ponen que está prohibido hacer fotos en dirección a la zona militar. Por si acaso voy a hacer caso a los cartelitos no vaya a ser que su diversión sea confiscar cámaras de turistas.
En las salas del castillo vamos encontrando expuestas numerosas armas y vehículos submarinos como este minisubmarino Marder. Era un cacharro manejado por un solo tripulante que asomaba su cabeza por la cúpula de plexiglás y que llevaba adosado bajo él un torpedo. Fué un fracaso a pesar de hacer varios intentos por mejorarlo.
También en el exterior tienen un submarino de bolsillo Seehund de 1945 que en sus orígenes fué fabricado y era propiedad del ejército alemán de los que se fabricaron 600 unidades.
Los aliados descubrieron en Dunkerque varios de estos Seehund en buen estado. Decidieron rearmar cuatro de ellos para uso de los franceses que les cambiaron el color de gris claro a negro. En 1952 los rebautizaron como S 621,S 622,S 623,S 624. Este concretamente es el S 622.
 Accedemos al torreón donde se exponen algunos pequeños cañones.
En el puerto de Brest se construyó el portaaviones nuclear Charles De Gaulle y en sus instalaciones se pueden reparar buques de cualquier tamaño siendo el puerto más grande de toda Francia. Junto al castillo vemos el puente levadizo para acceder al barrio de Recouvrance, el único barrio que se salvó  de las bombas durante la Segunda Guerra Mundial.
Tenemos buenas vistas desde aquí arriba.
Desde aquí arriba vemos uno de esos velero histórico de tantos como vimos por toda la costa bretona.
 Es curioso ver el castillo junto a casas relativamente moderna y se echa de menos un casco histórico pero durante la Segunda Guerra Mundial, Brest, fué bombardeado más de 150 veces por lo que se convirtió en una ciudad totalmente en ruinas.
Entre otras curiosidades vemos estas pequeñas piezas de artesanía talladas con madera y sobre cáscaras de coco hechos por los convictos condenados a trabajos forzados. Era una especie de moneda de cambio para ganarse el favor de sus guardianes y obtener algún pequeño privilegio.
Otra curiosidad es esta peluca usada en el siglo XVIII, nos damos cuenta que en la moda ya está todo inventado, bien podría ser uno de los looks de Lady Gaga.
Las cajas fuertes tampoco son cosa de hoy, este cofre fabricado en Núremberg (s. XVIII), Alemania, tiene una cerradura con un sistema complejísimo utilizado por los corsarios como caja fuerte la cual atornillaban al fondo de la cubierta de su cabina y servía como almacén de papeles confidenciales, joyas y dinero.
 Pistola de oficial de finales del siglo XVIII utilizado por los oficiales de la Marina Francesa y sable de abordaje fabricado en 1779
Hay preciosas maquetas por todos los rincones.
 Y aquí estoy descansando un ratito mientras aguanto estoicamente la "chapa" que me está metiendo la audioguía.
 Mascarón de proa que representa un indígena con su carcaj de flechas sentado sobre una tortuga. Estas maravillosas esculturas decoraban muchas de las embarcaciones que surcaban los mares en siglos pasados.
 Figura de Pandora con su caja de ídem por supuesto.
 La colección de mascarones es preciosa, verdaderas obras de arte.
 Uno de los mejores es este Neptuno de más de dos metros de alto.
 Nos entretenemos un rato con los cañoncitos.
 Y pasamos a la sala de los buques del siglo XX. Esto es el panel de mandos de un submarino.
 La zona de literas y espacio "privado" de los marineros.
 Artilugio curioso para que la vajilla no se cayera de la mesa con mala mar.
 Otro tipo de cubertería utilizada en los buques.
 Y esto es un traje de escape submarino. El salvavidas de los tripulantes de los modernos submarinos.
Maqueta de un submarino nuclear.
Una vez fuera del castillo damos una vuelta por los alrededores y echamos un vistazo al puerto donde hay expuesto un enorme Helicóptero pesado, un Aérospatiale SA 321 Súper Frelon (Francia)
 No nos entretenemos más en Brest, salimos directamente hacia Plouguernau donde nos paramos a contemplar una especie de fiordo el Aber Wrac'h. Aprovechamos el tranquilo lugar para comer a pié de coche unos bocatas y unas ensaladas que pillamos en el supermercado. Hay lugares donde un simple bocata puede saber más rico que el mejor restaurante del mundo.
Seguimos el curso de la costa y nos detenemos de nuevo al llegar a Landéda para ver la zona dunar de Sta. Margarite.
 Lo siguiente es el Aber Benoite y luego pasamos por St Pabu
Para llegar al punto que nos interesa, Portsall, donde nos sorprendemos contemplando el gigantesco "Ancre an Eor" osea el ancla gigante del petrolero hundido en 1978, el tristemente famosos Amoco-Cádiz.
 El Amoco-Cadiz fué un petrolero construido en 1974 en Puerto Real (Cádiz) con bandera de Liberia y perteneciente a la compañía norteamericana Amoco Transport. Provocó una catástrofe ecológica frente a las costas de Bretaña tras su hundimiento el 16 de marzo de 1978 cuando un temporal le causó daños que terminaron partiéndolo en dos mitades.
La marea negra fué de la magnitud del Exxon Valdez en Alaska, el Erika en Bretaña ó el del Prestige en España.
Por esta parte de la costa ya no nos apetece ver más, lo que queremos es dar una vuelta por la Península de Crozón, así que tiramos directos.
Desde Portsall tenemos nada menos que 95 km. hasta Camaret-Sur-Mer en la misma punta de la península donde se sitúa el faro de Toulinguet y todo porque para llegar desde el norte debemos rodear toda la Rade de Brest, osea una bahía de 180 km cuadrados que esta abierta al mar por tan solo un pasaje de 1,8 km. 
Parece ser que por aquí hay una alineación de 143 menhires pero no los encontramos por ninguna parte, pero al menos podemos admirar un precioso paisaje costero aunque eso sí con la luz del sol tamizada por la neblina que viene desde el mar.
 A la derecha del faro de Toulinguet la costa es muy escarpada
Posando la vista a la izquierda vemos una panorámica muy amplia con una enorme playa de arena fina que llega casi hasta la Punta de Pen Hir. Por cierto del faro solo pudimos ver la puntita pues un alto muro cierra el paso y un cartel indica que es "Zona militar restringida".
Ya no queda mucho del día, estamos cansados y todavía nos quedan 121 km hasta el hotel que tenemos hoy reservado en Quimperlé.
Llegamos al hotel en hora y media y enseguida nos instalamos. Es realmente chulo, una amplia habitación, lástima que no tiene nevera ni cocina pero aún así nos hicimos nuestra cena de picnic con lo que pillamos en el supermercado.
Cenamos con la tele puesta y casi se nos atraganta pues viendo las noticias del día sale un informativo especial donde pone "Atentado en Barcelona, 13 muertos y 100 heridos por atropello en las Ramblas".
Reitero en la dudosa inteligencia de algunos "seres humanos". ¿Qué se pretende conseguir con estos y otros hechos similares en el mundo? ¿Qué ó quien gana con ello? Nunca nos daremos cuenta que somos polvo y en polvo nos convertiremos, TODOS SIN EXCEPCIÓN. Pues vive y deja vivir.
Nuestra ruta del día: Brest, Aber Wrac'h, Landéda, St-Pabu, Portsall, Camaret-Sur-Mer, Punta de Penhir, Quimperlé.
Recorrido: 271 km.
Bonsoir
Trio de ases
Quimperlé, Pont-Aven, Concarneau, Locronan, Quimper, Lorient.


VIERNES 18 de AGOSTO de 2017
Amanece un día muy azulado. Queremos disfrutarlo que es lo que de esta vida se debe sacar, buenos días y buenos momentos así que nos levantamos y no demoramos mucho para irnos de Quimperlé.
Hoy empezamos la ruta por el pueblo de Pont-Avén.
Un rinconín precioso donde los haya, apodado "la ciudad de los pintores" por los numerosos artistas que pasaron por la localidad atraídos por su belleza.
Tiene edificios muy curiosos como esta casa reconvertida en Hotel "La Chaumière Roz Aven" que da un toque especial al corazón de la población.
El río Aven atraviesa el pueblo entre grandes rocas desgastadas por los años y a partir del puente se abre el río y da forma al estuario que lo comunica con el mar.

Pont-Aven ya dije que la apodaban "ciudad de los artistas" pero antes de ser lugar favorito de pintores se la llamaba "ciudad de los molineros" por el gran número de molino en la ribera del rio Aven. De echo aún se puede ver una de estas ruedas de palas aunque ya no es funcional.
Y en la búsqueda de cosas "vintage" en el puerto me tropiezo con este Peugeot 403 pickup. Hecho un vistazo a la Wikipedia y pone que se empezó a comercializar en 1955. Un dinosaurio que aún sigue trabajando, pero es un chavalín comparado con lo que vemos a pocos metros de él.
 En el mismo estuario vemos atracado el Velero centenario "Le Minahouet" construido en 1912 en Royan. Después de varios propietarios Jacques Briois lo encuentra abandonado en dique seco en 1992. Confía su restauración a la Asociación "Velas de Iroise" la cual dura 15 años. En junio de 2007 volvió a navegar.
Está calificado de Monumento Histórico desde 2009.
En esta pequeña vuelta que estamos dando por tierras normandas y bretonas nos damos cuenta lo mucho que valoran las cosas antiguas y la historia que representan.
Nos despedimos de Pont-Aven poniéndole el sello de lugar de VISITA IMPRESCINDIBLE.
 De Pont-Aven nos vamos hasta otro pueblo muy interesante, Concarneau. Si el anterior es guapo a este no le hace sombra.
Lo que más nos llama la atención es la "Ville Close" un islote de 380 metros de longitud por unos 100 de anchura completamente rodeado de murallas con un acceso único desde tierra firme a través de un pontón de piedra.
En el interior de la muralla se encuentra el antiguo centro histórico y todo los monumentos interesantes, bueno y también todas las tiendas y restaurantes destinados al turismo.
Pero gratamente vemos como tanto restaurantes como tiendas mantienen un encanto especial, son unos auténticos profesionales con las decoraciones que se integran perfectamente con el entorno.
Bueno, hay alguna tienda como esta que vende figuras de diseño un tanto fuera de lugar. No me esperaba encontrar un rinoceronte tamaño natural de colorines en un callejón del casco histórico.
Ni un zapato-silla y muchas otras figuras que yo no pondría en mi casa.
Hoy nos apetece comer a mesa puesta así que logramos sentarnos en un pequeño restaurante que casualmente a nuestro paso se queda una mesita vacía. El resto de restaurantes están a reventar y seguro que antes cierran la cocina que nos queda una mesa libre pues ya son las 2:00 pm.
Nos pedimos algo sencillo "Fish and Chips" y un par de cervezas. Elegimos muy bien pues estaba pero que muy rico el platito de pescado con su salsa. Y el precio low cost, 10 € el plato y 5,70 € la cañita, osea 31,40 € por lo que ves sobre la mesa. La comida es cara pero lo de las cañas es un puto robo.
Esta fotogénica isleta está en medio del estuario del Moros en el centro del puerto. Desde luego es el emblema de la ciudad de Concarneau.
Pero bueno una vez visto y disfrutado nos piramos de Concarneau pues ya van dos tickets de parquing que pongo y se está agotando el tiempo de nuevo. Otro de los puntos negros de Francia, que se paga parquing en todos los putos lados.
 Nuestra ruta ahora nos lleva hacia el pueblo medieval de Locronan aunque de camino vimos alguna iglesia digna de foto. Esta no recuerdo en que pueblo la encontramos.
Y llegamos a Locronan donde nos recibe un crucero tallado en piedra y un chaval que nos cobra 4 € por aparcar a las afueras del pueblo. Lo dicho un puto sacacuartos esto de los parquing.
Para conservar lo auténtico del centro histórico está prohibido el tráfico de coches por su interior y por supuesto todo, hasta los carteles son de estilo tradicional antiguo aunque justo en esta parte se rompen un poco esas reglas.
 Hay una curiosa fachada de la que cuelga toda una colección de pequeñas anclas.
 Y este es el tipo de carteles, similares a los que vimos en Mont-Saint-Michael y nos solo ahí si no por muchos otros pueblos normandos y bretones.
 Llegamos a la plaza de la iglesia, Église St. Román (1424) et Chapelle du Penity (1480). osea una iglesia y una capilla intercomunicadas construidas en estilo gótico flamígero.
 Place de L'Eglise, sin coches, ni cables, ni antenas, si no fuera por los turista nos creeríamos haber viajado como en la serie de TV El Ministerio del Tiempo. De echo muchos cineastas franceses y hasta Román Polanski en su Tess aprovechó estos exteriores.
 El pueblo fué etiquetado con el distintivo de "Pueblo más bello de Francia"
 Por estos andurriales hasta una bicicleta se puede convertir en un cartel publicitario.
 Las calles empedradas de Locronan invitan al paseo tranquilo y disfrutar de cada rincón y cada edificio.
Siendo centro religioso de origen celta, Locronan  fué creciendo con sus mansiones de granito y pizarra y que se convirtió en los siglos XV al XVII en capital de producción de lonas de lino para el velamen de los navíos en Bretaña.
 Otro cartel de tienda, dichas tiendas son tan discretas que hay que pasar delante de su puerta para ver que lo son.
 Hay muchas de estas tiendas pero la más original de todas esta que es una especie de anticuario pero va un punto más allá. Aquí venden trastos viejos transformados en otra cosa como el morro de un mini como mueble-bar.
 O el frontal de un camión como barra de bar ó mostrador
El capó de un tractor como mesa
Y otro morro de coche convertido en sofá.
Y una silla de barbero con lo de moda que se pusieron ahora los "Barber shop" desde la llegada de la moda "hípster"
Y regresamos a la salida del pueblo, nos vamos encantados de la grata visita a Locronan.
Y aún después de ver este trio de ases de hoy no nos queremos ir al hotel sin antes visitar Quimper.
 Quimper es una ciudad hecha y derecha, una población grande donde abundan las plazas y en una de ellas la catedral de Saint-Corentin
 La fachada de este edificio está repleto de platos decorados típicos de esta zona. Las orillas del rio Odet con sus yacimientos de arcilla y la abundancia de madera hicieron de Quimper el centro de la producción de cerámica. En 1690 aparecieron las primeras fábricas de vajillas y recipientes de terracota esmaltada. Hoy día hay dos manufacturas activas en Locmaria.
En Quimper hay muchísimo que ver, de eso no tengo duda, pero no extendemos demasiado nuestro paseo por sus calles, estamos ya derrotados y la tarde esta cayendo así que nos volvemos al coche y cerramos el capítulo de hoy.
Esta noche la pasaremos en Lorient y tenemos que llegar al hotel antes de las 9:00 pm. así que nos vamos.
Llegamos a Lorient, al Hotel "Le Perriere" y como dice Carol si que es una perrera. Está un poco decepcionada con el sitio que eligió a través de Booking, creía que estaba en el centro y resulta que estamos a 2 km de dicho centro.
Por cierto miramos el traductor por ver que significa "Le Perriére" y no es perrera como decidimos traducir nosotros, es "El Bígaro". Nos estuvimos partiendo de la risa, un hotel que se llama el bígaro, tan feo el nombre como el hotel.
Lo cierto es que el nombre tiene un motivo, esta situado en la Avenida de la Perriére.
La ruta de hoy fué: Quimperlé, Pont-Aven, Concarneau, Locronan, Quimper, Lorient.
Recorridos: 163 km.
Bonsoir

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