II Encuentro Astur Kustom Kulture

Las cosas cambian con los tiempos y siempre parece que da una vuelta de tuerca más a todo pero no siempre en el sentido que esperamos.


Mirando atrás en el tiempo, allá por la década de los 50 cuando los primeros moteros empezaron a rodar por las infinitas carreteras americanas al final de la guerra, con una estética que se saltaba las más básicas normas del perfecto ciudadano y años después las películas de ciencia ficción nos mostraron un futuro siglo XXI en que todos viajaríamos en vehículos voladores e iríamos vestidos con papel de aluminio, mira por donde que aún queda algo vivo de los viejos tiempos, todavía viejos y nuevos moteros ruedan en sus custom y con sus indumentarias de cuero y su parafernalia.

Claro que ahora la tecnología es parte de nuestras vidas y esa es la variante y casi no podemos concebir un motero que a su vez no sea un asiduo de los foros moteros de internet. Y no sé si para bien, pero resulta un invento cojonudo que sin él sería mucho más difícil conocer gente que se mueve con tus mismos gustos. El gusto por las dos ruedas.

No será algo generalizado pero a mi particularmente me pasó que casi todos los moteros que conozco, antes los conocí por algún foro en este caso el de Astur Kustom Kulture. Por supuesto solo conoces sus datos personales y lees frases que escriben más o menos afortunadas pero enseguida estas deseando juntarte en una quedada aunque sea dominguera o una concentración en la que poder ver a los moteros y moteras de teclado con esos motes raros que ahora llamamos nicks y ponerles cara y poder estrechar sus manos y compartir unas cervezas.

Y esto es que me llevó al 2º encuentro Astur Kustom Kulture de este año.

El primero fue una modesta quedada matinal dominguera pero resultó de un éxito absoluto en cuanto al cultivo de amistades que a partir de aquel momento buscamos cualquier oportunidad para reunirnos y rodar juntos.

Enseguida aquellos staff del primer evento y alguno más que se fueron acoplando después, decidieron poner fecha y dedicación para lograr subir el listón y llevar adelante la segunda edición.

No se puede decir que fuera una quedada multitudinaria como otras de las muchas que se organizan cada fin de semana a lo largo y ancho de la península.

Pero las cosas bien hechas se empiezan poco a poco y desde los cimientos. Igual decir 100 motos es poco pero sobre ellas vinieron un centenar de moteras de puta madre y alguno más que ni siquiera tiene moto pero igualmente disfrutaron del espectáculo.

Además de motos también tuvimos la suerte de tener por Villamayor seis carros clásicos americanos que fueron el centro de atención de la tarde del sábado.

Otro de los atractivos de la tarde fue Dani, bueno mejor dicho su trabajo. El chaval es un artista tatuando y allí montó su chiringuito debajo de una de las carpas que se montaron para el evento y tres fueron los valientes que se tatuaron. Con él venía su chica que a mí en particular me parecía la mujer-catálogo pues lucía en la pechuga un enorme tatuaje tribal de color azul y toda la espalda cubierta por una escena de una chica china con una gran cometa además de mariposas y hasta la casa de la chavala. Me resulta algo excesivo pero es su cuerpo y sobre gustos no hay nada escrito.

Mientras tanto parte del staff se lo curraba vendiendo cachi tras cachi para refrescar las gargantas de los asistentes, que por cierto entraba estupendamente hasta la llegada del resto de motos que venían de hacer ruta por parte del occidente asturiano pasando por el puerto del Pontón hacia Ribadesella y vuelta.

Bueno, pues entre las que ya había y las que vinieron la plaza se puso a tope.

En breve empezaron los sorteos, para empezar una pata de gochu. Un jamón que Karola, mi chica, se encargó de la venta de papeletas mientras Halcón (Toño) se encargó de pasearlo sobre el hombro. Cuando lo entrego al agraciado llevaba tanta grasa encima que cuando te acercabas a él te abría el apetito con el olorcito.

Después de sortear la pata nos acercamos a las mesas que teníamos repletas de pinchos y sidra de la que se dio buena cuenta y enseguida se vaciaron los platos y las botellinas.

Y a partir de aquí de nuevo sorteo de regalos, un buen puñado de cascos muy chulos, guantes, camisetas, gorras, joyas de “Mala vida” hechas por Sergio, un chaval de León muy mañoso, cazadoras y hasta chanclas de playa. Vamos que casi todos nos fuimos con algo para casa unos con más suerte y otros con menos, a mi en concreto me toco una camiseta muy chula pero de chica, aunque enseguida la canjee por un anillo en forma de cadena de moto con Karola.

Un poco más tarde de lo que se esperaba arrancaron con la actuación los dos grupos de rock. Bueno en concreto el primero de folk-rock que se hacían llamar “Sambre” y el segundo de Punk-rock, los “Misiva”. No se lo hicieron mal pero la peña hecho de menos un poco de música pachanguera para desvariar un poco.

La movida acabó alrededor de las 5:30 de la mañana entre chupitos de café de orujo traído de Lugo y cervezas todo amenizado por los chistacos de Sergio el joyero de León y Andrea, un italiano que regenta un bar motero frente al Pryca de Gijón.

Aunque el colofón lo puso el último sorteo. Por allí quedaban un par de guantes y unas chanclas aún sin sortear y decidieron que se las llevaría el que se quedara con menos ropa.

Voluntarios Roi y Sergio el joyero (que parece que está metido en todas) se suben a un par de sillas para hacer un Full Monty y mientras Sergio se saca el chaleco, Roi ya se había quitado la camiseta y tenia los vaqueros y los gallumbos a la altura de los tobillos. Campeón por goleada. Aún así fue abucheado por las chicas pues solo pudieron verle la cara ancha. Pero doy fe que por la cara A era feo de cojones.

Por cierto Roi vino desde Lugo para encontrarse con su primo Carlos que vive en Bilbao se les ocurrió que el mejor sitio para quedar era Villamayor en el encuentro de AKK fíjate que románticos.

El domingo excepto Kenya (María) que a las 8:30 de la mañana ya estaba recogiendo el chiringuito el resto fuimos arrastrándonos fuera de las habitaciones poco a poco.

Alrededor de las 12:00 ya la mayoría estábamos desayunados y subidos a las burras para hacernos una pequeña ruta para hacer kilómetros y hambre hasta la hora de comer. Decidimos que yo iría en cabeza abriendo ruta, así que salimos tranquilamente dirección a Arriondas donde paramos a repostar gasolina unos mientras otros se pararon a repostar sidrina en el bar más próximo donde se quedaron. El resto seguimos por la guapa carretera que lleva hasta Arenas de Cabrales admirando durante el recorrido el famoso picu Urriellu (Naranjo de Bulnes)

Nos tomamos unas cervecinas % y zumo para los más perjudicados por la resaca y a las 3:00 pm ya estábamos de regreso en Villamayor en el Hotel Benidorm. Algunos moteros más habían llegado mientras tanto y se unieron a nosotros para comer. Y al entrar al comedor, sorpresa. Tenemos la mesa preparada pero solo para 25 y somos unos 32 para disgusto de los organizadores. Cosas inevitables. Los staff insistieron en añadir un par de mesas a la que ya estaba lista pero los camareros no estaban dispuestos a realizar tal esfuerzo así que ocho de ellos pasaron al bar para comer juntos aunque separados del resto.

La quedada llega a su fin y nos vamos despidiendo y marchando cada mochuelo para su olivo pero vista la tarde soleada a karola y a mí no nos apetece ir directos para casa así que tiramos hacia Arriondas para subir el Alto del Fito, a lo que Flecky un chaval de Oviedo también se sumó.

Paramos a tomar algo en el alto y hacer las fotos de rigor. La tarde esta estupenda, hace calor y no corre ni la más mínima brisa, una pasada.

Bajamos por la otra vertiente hacia Colunga pero al llegar a la primera rotonda empezó a orbayar. Entonces decidimos que lo mejor sería tomar la autovía y tirar directamente para casa antes que llueva más.

La cosa fue aguantando pero cuando hizo pop ya no hubo stop y de repente se descargó un chaparrón de esos que hacen época y nosotros con los chubasqueros sequitos en las alforjas.

Para en la autovía es poco más que un suicidio sobre todo con tan poca visibilidad así que hasta la salida de Bendición no paramos. Nos despedimos de Flecky y karola y yo tiramos por la comarcal que enlaza con la autovía minera pero antes de entrar en ella paramos en el soportal de una casa para intentar salvar el móvil y la cartera que llevo chorreando en el vaquero. Aprovechamos la oportunidad para hacer una streeptease al puro estilo del gallego Roi y con unos vaqueros secos y el chubasquero llegamos a Pola de Lena.

Aún tuvimos suerte pues según nos dijeron al llegar acababa de caer una granizada tan fuerte que llegó a cubrir el suelo.

Pero a pesar del chaparrón llegamos a casa feliz y con muy buen sabor de boca pues el fin de semana lo pasamos como los indios gracias a la buena labor de nuestros amiguetes y staff de AKK.