jueves, 29 de septiembre de 2011

(Cap.3) Una moto y dos semanas para descubrir Portugal- Entre Bragança y Gúimaraes

Ahora que dejamos a nuestros amiguetes, ya todo va a ser rodar en solitario, estoy ansioso por empezar la aventura por tierras portuguesas.
 Llegamos a Alcañices con el depósito casi vacio, tenemos que parar a repostar. Esta es la última vez que echaremos gasolina a 1,37€/litro, barata, si la comparamos con el precio portugués. Según nos dice el gasolinero de aquí, en Portugal está de 1,61 para arriba, de echo muchos portugueses que viven cerca de la frontera pasan a España para llenar los depósitos.
Poco más allá y estamos en Portugal, solo un kilómetro más.

Y llegamos enseguida a Bragança. Tenemos que buscar un hotel así que nos liaremos a dar vueltas. Antes de venirnos de vacaciones, en casa nos hicimos una lista de hoteles a través de la web booking.com.  En este, tenemos anotados tres, asi que vamos a echar mano de nuestro amigo "Tomtom" para encontrarlos con más facilidad. Lo señala en las afueras. 
Y tan a las afueras, que nos hace subir un pequeño monte para llegar a él, pero no fué en valde pues gracias a ello vemos esta preciosa panorámica de Bragança.

 Pasamos del hotel, no es lo que buscamos y el segundo nos indica que está más en el centro.
Callejeamos un rato y experimento la dificultad de rodar sobre el adoquinado de la calle, algo que seguramente tendremos que sufrir por muchos pueblos. Desde luego queda muy guapo pero tambien muy molesto para circular.
 Acabamos preguntando a la gente pues Tomtom está echo un lío y nos está mareando.Al fin damos con el Hotel Classics.
 Nos piden 40€ con alojamiento y desayuno. No tienen garaje, pero me dice que puedo dejar la moto sobre la acera aparcada justo al lado de recepción. La chica nos asegura que no hay problema que estan toda la noche aquí asi que estará vigilada. En principio no estará nuestra "Spirita" sola, pues llegó una pareja de daneses tambien en moto y la colocó junto a la nuestra. En caso de robo, con suerte eligen la de los otros que tienen pinta de jubilaos forraos.

Subimos los bartulos a la habitación y es modesta pero está límpia y muy chula.

Mucho mejor aspecto que la fachada del hotelito, nadie lo diria viendolo desde la calle. Ya estamos en nuestro primer hotel y no fué tan dificil, esto pinta muy bien.
Enseguida salimos a hacer una visita al pueblo.

Empezamos por la plaza del centro o "Largo da Sé" con la "Igreja da Sé" (Catedral) antigua iglesia de un convento de jesuitas. Delante un Cruzeiro sobre columna salomónica. Óle que rollo, me estoy empollando la guía.
Pateamos parte de la muralla que rodea el núcleo urbano más antiguo de Bragança o Bemquerença que era como la llamaban antiguamente.
Buenas vistas del pueblo desde la muralla

La Torre del homenaje del castillo ahora Museo militar de Bragança, que no pudimos visitar por que llegamos tarde, cierran a las 17:00
Lo típico, piedrecitas y más piedrecitas por todas partes eso si puestas con muy buen gusto.


Un par de horas por el casco histórico y según anochece la gente desaparece, las calles casi desiertas y nos cuesta dar con un local abierto para cenar y tan solo son las 9:00 p.m. Nos resulta extraño. Lo único que encontramos es una pizzeria y a esas "intempestivas" horas nos dicen ya no hacen pizza, flipante. Bueno, tienen platos combinados así que pedimos uno de pollo con papas fritas y coca cola.
Regresamos a toda leche al hotel en cuanto salimos de cenar pues hace un frío del carajo para ir de corto.
Al llegar al hotel nos damos cuenta que tenemos que retrasar el relój una hora lo vamos a notar sobre todo al atardecer cuando nos oscurezca tan pronto.

LUNES 5 DE SEPTIEMBRE

El día amanece raso sin una nube,  que gustito tanto sol. Duchita rica y bajamos a desayunar a la sala de "pequenos almoços" que mal suena por cierto . Lo normal, desayuno continental, croissant, café, queso y jamón york y zumo de naranja, bueno, zumo aguado de brick de color anaranjado.

 Pero mira aquí tambien leen el Cuore claro, en portugues.
Abonamos el hotel y decidimos ir por la N-103 con dirección Chaves un poco más al norte muy cerca de Galicia y que promete un agradable recorrido.
Y acertamos, hermosa carretera recien asfaltada, buena para curvear, con excelentes vistas y apenas hay tráfico.

Y llegamos a Chaves, una reputada estación termal desde los tiempos del emperador romano Flavio Vespasiano que la fundó en el año 78 a.c. Ahí tienes a los precursores del "spa", igual hasta de las motos vespa,quien sabe.... :)
Yo prefiero una estación de servicio de momento para llenar el depósito y llevar el primer shock con el precio. A 1,53 €/l. la de 95. No fué para tanto, seguro que la pagaré más cara.
Vamos a dar una vueltina por Chaves, aprovechando para estirar las piernas y tomarnos algo. Nos apetece el sol pues la mañana a pesar de estar totalmente azul, está fresquita sobre la moto , esta noche cayó una helada bien gorda.

No esta nada mal el pueblo, típicas calles empedradas por todo el casco histórico y tambien tienen castillo.
De 28 metros de altura, la torre es lo que queda de la muralla y el castillo edificado por el rey Dinis en el siglo XIV.
Otra vista de los jardines del castillo que ahora lo utilizan como museo militar.


Yo no me voy sin la típica foto con cañón, como buen turista que se precie :)

Como se complican la vida, "cabeleireira" impronunciable, con lo facil que se dice peluqueria.

Casco, protecciones, pose altiva, ¿a que va ser de un motero? ¿?¿?


Una tienda de bragas junto a la capillita  de una virgen.

Despues del paseito por Chaves volvemos a la N-103. La carretera cada vez se vuelve más expectacular, bordeamos la "Albufeira do alto Rabagao".

Es la hora de comer así que paramos en el Rest. Rabagâo y nos zampamos unas "Chuletas de porco" con patatas, arroz, ensalada y helado.
Decoración festiva típica de Portugal.

 La carretera va muy por encima del valle y disfrutamos de muy buenas vista del rio Cávado.

Nos queda poco para llegar a Braga, pero decidimos evitarlo por la N-101 pues hoy llevamos ya unas cuantas horas sobre la moto. No son muchos kilómetros pero la carretera es muy retorcida y circulamos despacio. El recorrido nos llevó más tiempo de lo que esperábamos entre paradas y visitas. Así que tiramos directos a Güimarâes que lo recomienda la guía como lugar de interes.
Nos topamos con una gran caravana de coches que intentaban entrar en la población, por la hora que es, supongo que es la gente que sale de currar. Parar, arrancar, evitar coches que se acercan demasiado y así hasta llegar al mismo centro de Güimarâes, donde precisamente está todo en obras con lo que se forma aún más embotellamiento.

Obras en Largo de Toural, aparcamos sobre la acera y nos acercarnos a la oficina de turismo para que nos informen de lo más interesantes para visitar y de paso de la oferta hotelera. Como teníamos pensado dormir en Porto, para Güimarâes no tenemos ningún hotel anotado en nuestra lista.
Estupendo, nos dan una lista con todos los hoteles de la zona y un plano para buscarlo sin dificultad.

Hotel Mestre de Avis **. Es el primero al que vamos a ver y nos gusta, tiene calidad y buen precio. 50 € Alojamiento y desayuno. Pero hay un inconveniente, no disponen de garaje y tendremos que dejar la moto delante de la recepción, al igual que hicimos en Bragança.

Varios intentos me costó aparcarla a su gusto, que si aquí, que si allí, lo cierto es que se preocupan por la moto y por que no le pase nada, me da tranquilidad.
Subimos a dejar las cosas a la habitación y sin demora nos vamos a recorrer el casco histórico antes que quedemos sin luz para hacer fotos.
 Castelo de Güimarâes siglo X.

Justo al lado del castillo el Palacio Ducal ó Paço dos Duques de Bragança del siglo XV,raro,raro, debian ser muy frioleros su habitantes, lo llenaron de chimeneas. 


Detalle de los famosos azulejitos portu, lo tienen todo "alicatao"con ellos.

 "Igreja de N. Sra. de Oliveira"  en la "Largo de Oliveira" (Calle de Oliveira) Tiene una capilla en la sacristia forrada de azulejo, lo que decia todo alicatao.

Y una muy buena, los apóstoles en la moto con sidecar.:D
Tanto monumento y tanta piedra vieja nos llevó como quien no quiere la cosa a sentarnos en la plaza de Santiago y saborear muy relajados dos cervecinas tostadas de las de aquí, la "Super Bock"muy rica fria.
Y de pronto sorpresa, todas las ventanas de la plaza con bombillinas, el trabajito ahorrado para navidad, queda muy chulo.

Y la última foto del día la Igreja de S. Gualter.
Aún al llegar al hotel la recepcionista me hace mover un pelín la moto pues le quedaba un poco escondido el rulo trasero con el marco de la puerte y estaba inquieta.
Ya me la imagino durmiendo sentada sobre la moto por si las moscas.
Son solo las 11:00 p.m. y estamos rotos, un día muy fructífero y entretenido.

Entre Bragança y Güimarâes:  255 km

Boa Noite.


ENLACE AL CAPITULO CUATRO: UNA MOTO Y DOS SEMANAS PARA DESCUBRIR PORTUGAL



















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