sábado, 29 de octubre de 2011

(Cap.6) Una moto y dos semanas para descubrir Portugal- De Nazaré a Cascais

Por primera vez desde que salimos de casa, hoy amaneció totalmente nublado y la temperatura bastante más baja, hace fresco. Espero que no nos llueva, sería un fastídio.
El caso es que dice el refrán "si roja es la puesta, salgo con la motovespa" pero aquí debe funcionar al reves pues ayer fué bien roja la puesta.

Desayunamos en un bar al lado del "Restaurante Siete Saias"que nos alquiló la habitación, no madrugan mucho, esta todavía cerrado. Damos un paseo por la playa y tras hacer las fotos de rigor regresamos para pagar la habitación e irnos. Nos pidieron 30 €, bastante caro si comparamos la calidad de la pensión con alguno de los hoteles en que estuvimos días atrás.


 Saco la moto del garaje, la cargamos y trato de enderezar una vez más el soporte del rulo trasero. Día a día se va doblando más debido al peso, esto no va a aguantar, tengo que buscar una solución ya.


Salimos de Nazaré por la carretera que discurre al lado de la costa pero no vemos casi nada y es un pena pues coge bastante altura sobre el mar. Intuimos unas vistas preciosas de la costa. Pero solo intuimos, pues la niebla está muy espesa a lo largo toda la costa y nos impide disfrutarlo.

Enseguida llegamos a Caldas de Rainha, a pesar de ir lentos. Atravesamos el pueblo por el centro pero no nos pararmos, no parece muy interesante lo que vemos de él, es bastante feucho.
Y seguimos la misma carretera. El día parece que va mejorando, poco a poco se va disipando la niebla y va apareciendo el cielo azulado.


Pocos kilómetros más adelante se asoma Obidos. 

 Desde lejos ya vemos una muralla que circunvala casi todo el pueblo. Aquí si que va a merece la pena parar para hacer una visita tranquila, ya desde aquí se ve muy interesante.

Acertamos de pleno.
 Es uno de los más guapos y pintorescos que visitamos hasta ahora, muy cuidado, conservando una mezcla entre aire medieval y cubista con puertas, ventanas y zocalos, pintados en colores pastel. Una visita imprescindible que no se debe dejar pasar.


Santuario do Senhor Jesus da Pedra

Porta da Vila - año 1309

Acueducto siglo XVI



Rua Direita, calle principal de la villa


Vista de Obidos desde la puerta del castillo.

Despues de una agradable visita a Obidos continuamos ruta  por la IP-6 que nos lleva de nuevo a la costa, entramos en Peniche. Llegamos la hora de comer, asi que lo primero es buscar algún restaurante o algún bar para matar el gusanillo. Preguntamos a la gente del pueblo y nos indican uno que aseguran  bueno y muy barato.

No mintieron en lo de barato, menú del día 4 € aparte café y bebida, oséa que por 11,20 € comimos los dos. No era precisamente una mariscada pero llenamos la barriga y para bajarla, antes de seguir camino nos damos una vuelta por el pueblo. Lo más llamativo parece ser visitar la fortaleza y es bien grande.


Fué recinto defensivo en el s. XVII que por supuesto se asoma al acantilado para defenderse de los ataques desde el mar. Despues se utilizó como prisión y hoy día alberga el museo de Peniche.

 Puedo decir que era tan grande como sosa y fea, sin interés ninguno,claro que la funcion de las fortalezas ó las prisiones no era gustar a los futuros turistas.

Unos km. más adelante paramos para echar gasofa y de paso quitarnos las chaquetas,hace mucho calor y ya vamos como pollos asados. Continuamos por una carretera bien guapa que va bordeando el mar y de nuevo tenemos que parar pero ¡¡ leche !! ,ahora a abrigarnos. El problema es que justo sobre la costa sigue la misma niebla espesa que no levanta desde esta mañana y a tramos trae una brisa húmeda y muy fría desde la mar. Sobre la moto la temperatura se sufre enseguida, es lo que tiene el aire acondisoplado.


 No mucho más allá de pronto el sol puede con la niebla y nos regala un paisaje impresionante. Podemos ver desde todo lo alto la playa de Ericeira, preciosa vista.

Como pone el cartel: Playa considerada por especialistas como la mejor de Europa para la práctica del surf. Desde 1985 es palco de varios campeonatos mundiales de surf.
Llegamos a Sintra pero vamos un poco escasos de tiempo. Quisieramos parar, pero decidimos seguir camino pues queremos dormir en Cascais y es mejor llegar de día para buscar hotel con calma.

Y punto final del día Cascais.
Por eso de la casualidad paramos al lado del Restaurante Dom Manolo. Y preguntamos por Miguel.  ¿El porqué nos llamó la atención este sitio y no otro? Pues fruto de otra casualidad en Nazaré, charlando con una pareja de turistas gallegos que viajan de sur a norte, nos aconsejaron preguntar en este restaurante por Miguel y decirle que ibamos de parte de los moteros de Galicia. Nos aseguraron que nos ayudaría en lo que necesitáramos, tanto para buscar hotel como para cualquier cosa.
En efecto enseguida Miguel, el propietario del local, nos informó de dos hoteles buenos. Nos quedamos en el Hotel Da Vila, que no es barato pero por supuesto tiene una pinta cojonuda. 70 € noche, alojamiento, desayuno y garaje cerrado gratuito. Gratis por ir en moto, si no serían 7 € más por noche, es un detalle por parte de la dirección del hotel.
Como ejemplo en Arévalo me cobraron 8 € por noche de garaje y al chaval que aparcó su moto compartiendo mi misma plaza de garaje otros 8 € y eso con descuento por ser de la "concentra", me cago en su descuento, unos chorizos estos del hotelito de Arévalo.


Pero ahora estamos aquí, disfrutando de las vacaciones, así que dejamos todo en la habitación, aparcamos en el garaje y a disfrutar de Cascais. Una pasada de pueblo, que guapo, se nota que tiene un turismo de lujo. Para hacer todo aún más agradable nos deleita con un hermoso atardecer de bienvenida.


Disfrutamos de la puesta en una terracita con vistas al mar, música de fondo, mucho relax, pero claro que por la pijada nos clavaron 7 € por dos quintos de cerveza. Ya habíamos perdido la costumbre de pagar precios "made in Spain" pero no nos quejamos, mereció la pena.
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 Por supuesto lo teníamos muy claro, para la cena nos vamos al Restaurante Dom Manolo y nos damos un gran homenaje con un riquísimo bacalao que ofrecen en la carta. Un diez por el Restaurante Dom Manolo y su bacalao a la brasa.
Hermoso día el de hoy. Aquí nos sentimos estupendamente así que es un buen lugar para hacer una pausa.


 Mañana no nos movemos de aquí, descansaremos todo el día y de paso nuestro amigo Miguel va a intentar solucionarme el problema del soporte del rulo, que no dudó un segundo en cuanto le pedí ayuda con el tema. A ver si tenemos suerte y damos con alguna solución eficaz.


Hoy viernes nos hicimos la promesa de no hacer casi nada. Desayunamos tranquilamente en el hotel y cogemos toalla y bañador para ir de playa que la tenemos justo al lado, pero salimos a la calle y
 ¡¡ coño !! la niebla que parece que nos persigue. Amaneció despejado y ahora a las 10:00 de la mañana hay una niebla que te cagas.

 Bueno, pues cambio de planes, dedicaremos la mañana a conocer un poco más de Cascais. Paseamos a la orilla del mar, por el puerto pesquero y entramos en el Museo del mar. Un poco escasos de clientela, tenemos todo el museo para nosotros solos.


 Un rato entretenidos en él mirando peces raros, artes de pesca y demás cachibaches marineros y al salir ya luce un hermoso sol, aleluya.


Ahora si que vamos a la playa, pero antes de tumbarnos al sol hay que hidratarse, así que nos tomamos una cervecita bien fría. Y me doy mi primer baño en Portugal, digo en el mar, que duchas ya me había pegao claro :)-. El agua esta fría pero no más que en nuestra Asturias. Lo que está más caliente son los precios por aquí, todo es más caro que en el norte portugués, esto es muy turístico y de bastante lujo asi que por un simple par de hamburguesas nos cobran 22 €.
Largo 5 de Outubro
El suelo es totalmente plano aunque hace el efecto óptico de ondulaciones, muy curioso y todo echo de adoquines.

Damos otro paseo (parecemos jubilaos) despues de comer, esta vez en dirección contraria al de esta mañana y cada vez flipamos más, es muy chulo el pueblo, una pasada.
 A las 4:30 de la tarde habia quedado con Miguel para ir a reparar los hierros de la moto. Dicho y echo, llegó al restaurante y allí me está esperando, es un tío de palabra.
Me lleva a un taller metálico que hay cerca, a dos calles, le explico a mi amigo que quiero soldar un par de pletinas y él se lo explica el hombre del taller. Enseguida deja todo lo que estaba haciendo para ponerse manos a la obra con lo mío.

Soportes del rulo trasero. Por el exceso de peso se estan retorciendo como chorizos. Bueno, tambien por culpa de los "chorizos" que fabrican soportes de "mierda" a precios de oro.
La patética marca, "Spaan" ojo al dato.

 Me soldó las pletinas para reforzar la zona que se doblaba y le echó spray de galvanizado en frío.No quedó fino pero seguro que ahora llego a casa sin que me de mas problemas. Lo más sorprendente, el hombre no me quiere cobrar y por más que insisto no quiere nada. Por supuesto le dejé una buena propina sobre el banco de trabajo y me fuí encantado de la hospitalidad de esta gente. Mañana ya montaré los soportes y las alforjas de la moto nuevamente.


Como la tarde esta preciosa nos vamos a dar una vuelta hasta Sintra que lo dejamos atras ayer. Es uno más de los típicos pueblo con el regusto antiguo que nos vamos topando por casi todo Portugal. Callejuelas adoquinadas con tiendas enfocadas para los turistas y un patrimonio histórico enorme.



 Enorme porque de echo el parque y palacio es todo un monte, donde esta el castillo y un par de palacios construidos en toda la cima. Para llegar hay una carretera sinuosa, con fuertes pendientes y bien asquerosa por cierto, pues casi toda ella está adoquinada como es la costumbre tan arraigada de los portugueses. "Mecagoenleche" de donde sacarán tantas piedrecitas.


Despues de sufrir para llegar arriba, nos topamos con que están cerrando el parque a pesar de ser las 18:30. Hay que madrugar si se quiere visitar el complejo que llaman "Parque y Palacio Da Pena".
Bajamos de nuevo al pueblo con más cara de mala ostia que "da pena" y nos damos una vueltina por las callejuelinas para relajarnos.

Y lo mejor para ello fué entrar en una tiendina donde venden una bebida típica de aquí, "Ginjinha" (licor de guindas). Compramos una botellina y una docena de chupitos que vienen en el lote. Pero no son chupitos de cristal, son de chocolate. Echas el licor y a medio chupito te lo zampas. Es como comer un bombón relleno de licor. ¡¡que bueeeeno!!


Regresamos de nuevo a Cascais y despues de un rato haciendo el "moñas" por ahí nos vamos a cenar al Restaurante Dom Manolo que seguro que nos recomienda algo rico y por supuesto para darle las gracias a nuestro amiguete Miguel por la ayuda.


Nos despedimos despues de un buen plato de chuletas, chipirones a la brasa y mousse de chocolate.
Antes de irnos nos llevamos unos cubitos de hielo para tomar la "Ginjinha" fresquita en la habitación para dormir agustito.
 Mañana nos vamos, nos piramos camino hacia el sur.






Entre Nazaré y Cascais 172 km.

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